sábado, 7 de septiembre de 2019

Un economista propone diez acciones para sacar a Cuba de la crisis.

Por 14YMEDIO, La Habana

Omar Everleny Pérez fue expulsado por "indisciplina" en 2016 del Centro de Estudios de la Economía Cubana de la Universidad de La Habana

Varias personas hacen cola en una casa de cambio (CADECA). (EFE)

El economista Omar Everleny Pérez propuso un decálogo de acciones para salvar la economía cubana, que se encuentra al borde de una nueva crisis económica similar a la de los años 90 cuando terminaron los subsidios soviéticos y el Gobierno decretó el Período Especial.

En un artículo publicado por la agencia Inter Press Service, el economista, que fue expulsado por "indisciplina" en 2016 del Centro de Estudios de la Economía Cubana de la Universidad de La Habana, llama a liberar las fuerzas productivas, ampliar el mercado interno, eliminar el tutelaje del Estado sobre la contratación de cubanos y abrir el país a la inversión privada de la comunidad cubana en el extranjero.

La primera propuesta de Pérez es ampliar o eliminar el listado de actividades permitidas por cuenta propia, un catálogo considerado "medieval" por muchos expertos. El economista considera que se debería publicar más bien un listado de los oficios "que no se podrían ejercer privadamente", y dejar "a la iniciativa de la población" las actividades que quisieran ejercer por su cuenta.

Otra de las propuestas es la creación de mercados enfocados en la venta mayorista que abastezcan a los pequeños empresarios. Los primeros pasos para este tipo de mercados ya se dieron en el país, pero avanzan muy lentamente por el interés del Estado en controlar y apoderarse de todas las ganancias del comercio con márgenes que pueden llegar hasta el 300%.

Sin embargo, a pesar de los controles aduaneros, se estima que los cubanos gastan en el extranjero más de 2.300 millones de dólares en mercancías para luego revenderlas en la Isla.

El economista plantea la creación de zonas económicas especiales para que en vez de viajar a Panamá, México o Rusia, los cubanos puedan comprar esos mismos productos en la Isla. "Como el país carece de divisas, ese mercado funcionaria en dólares de Estados Unidos. Pero el Estado gana, no pierde, y la población mejora su poder adquisitivo después que ha recibido aumentos de salarios. No se entiende como otros países ganan con la situación económica interna cubana y las autoridades se dedican solo a controlar, en vez de ser proactivos", escribe.

Pérez sugiere al Ejecutivo de Miguel Díaz-Canel eliminar el gravamen al dólar estadounidense para evitar el comercio clandestino de dólares por CUC

Las cajas de cambio estatales, las únicas autorizadas en el país, compran el dolar a 0,87 CUC porque imponen un arancel del 10% y una comisión del 3%. Recientemente el valor del dólar subió en el mercado informal tras el aumento salarial decretado en el verano. La derogación del gravamen sobre el dólar sería un estímulo para que los cubanos que reciben remesas realicen depósitos en dólares en cuentas bancarias de la Isla.

El experto pide la aprobación de una Ley de Empresas y Cooperativas que ayuden a "legitimar" todas las formas de propiedad. El Gobierno acaba de suspender la creación de nuevas cooperativas con el argumento de que se deben eliminar "desviaciones" y mantiene su oposición a la creación de cooperativas de profesiones altamente cualificadas como los médicos, arquitectos o abogados.

El economista, que fue uno de los arquitectos de las reformas raulistas, propone que se "suavice" el monopolio estatal sobre el comercio exterior y se permita la contratación directa de los trabajadores por las empresas extranjeras.

El Estado tiene el monopolio de la contratación y cobra a esas empresas salarios similares a los de los países desarrollados pero pagan al empleado cubano sueldos que apenas superan los 100 dólares al mes. "Con la contratación de cada ingeniero cubano [la compañía estatal] Gaviota ingresaba, al menos hasta el año 2016, unos 15 mil dólares anuales", ejemplificaba un reciente informe de Cubanet.

Esta forma de contratación que también se aplica a deportistas, médicos y maestros que Cuba envía a trabajar al extranjero ha sido calificado como una nueva forma de trabajo esclavo por diversas organizaciones especializadas en la defensa de los derechos humanos.

Por último, Pérez propone a la Plaza de la Revolución abrir el país al capital de los cubanos que viven en el extranjero. Es sin duda la medida medida más difícil de implementar puesto que el Gobierno de La Habana carga con la responsabilidad histórica de haber confiscado todas las empresas del país y empujado a millones de cubanos al exilio con apenas lo que llevaban puesto.
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