lunes, 31 de mayo de 2010

Ideología del castrismo (ii).

Por Gustavo Silva.

Regis Debray publicó su ensayo "Revolución en la revolución" en el número príncipe de Cuadernos de la Revista Casa de las Américas (1967). Roberto Fernández Retamar corrió con la breve introducción para presentar a Debray como "uno de los intérpretes más lúcidos de la actual problemática latinoamericana" y dejar sentado que "ningún otro entre quienes han escrito sobre la revolución cubana ha contado con tal caudal de material y datos".

Debray refinó el trío de "aportaciones" de la revolución cubana y resumió cómo derribar a lo Castro el Estado burgués en Latinoamérica: "mediante la construcción más o menos lenta, a través de la guerra de guerrillas libradas en las zonas rurales más propicias, de una fuerza móvil estratégica, núcleo del Ejército Popular y del futuro Estado socialista".

A tal efecto despachó la agonía en curso de la revolución latinoamericana con que "el fracaso es un trampolín" y atribuyó los reveses precisamente a no tener en cuenta que el foco guerrillero es "núcleo del ejército popular, y no es un frente el que crea ese núcleo, sino que es el núcleo el que, al desarrollarse, permitirá crear un frente nacional revolucionario (…) Ningún frente político deliberativo puede asumir la dirección efectiva de una guerra popular; solamente un grupo ejecutivo, técnicamente capaz, centralizado".

El propio Che Guevara marcharía a Bolivia con la misión de prender el único foco guerrillero diseñado por completo de acuerdo con la ideología castrista, y terminó por aportar la prueba ejemplar de que "nuestra América", a pesar de las apariencias, se ajusta en la práctica más bien a la definición de John Mander: The Un-Revolutionary Society (1969).
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