miércoles, 19 de mayo de 2010

Silvio Rodríguez considera un "insulto" el llamado de los intelectuales españoles a la democracia en la isla.

El trovador cubano Silvio Rodríguez consideró un "insulto" el llamado de intelectuales y actores españoles a democratizar Cuba, y les señaló que serán los cubanos quienes decidan los cambios en su país, según una opinión publicada este lunes.

"La flamante plataforma propone aislar aún más a Cuba (...) esta acción no es más que un nuevo artilugio para obligarnos a hacer lo que otros consideran que debemos hacer", escribió el músico, en el artículo difundido en el sitio digital oficialista cubadebate.cu.

"Los cubanos también queremos cambios, pero consensuados por nosotros. Esas transformaciones ocurrirán más temprano o más tarde y la única política capaz de acelerarlas es el fin del bloqueo (embargo estadounidense)", dijo, al señalar que su eliminación crearía "condiciones" para que Cuba avance más rápido "en el concepto democrático".

"No creemos en un gobierno centralizado para siempre. Más bien solemos verlo como un concepto de emergencia, un mal necesario que el camino de la emancipación nacional nos ha impuesto para sobrevivir", manifestó.

Rodríguez estimó una "ofensa" que los españoles pretendan que los cubanos adopten sistemas democráticos como el de ellos, "con las reservas que despiertan esas democracias de banqueros ladrones y ejércitos ocupantes".

"Esta página efectivamente es una cortina, no de humo pero sí de albahaca, contra la fetidez de su pretendida salvación", expresó el trovador cubano, al subrayar que esas "presiones" son un "insulto" a la "autodeterminación" y "una injerencia inadmisible".

El cantautor, de 63 años, sugirió a quienes firmaron la llamada plataforma -como el cineasta Pedro Almodóvar, el escritor hispano-peruano Mario Vargas Llosa y los cantantes Ana Belén y Víctor Manuel- a ocuparse de España.

"Han decidido gastar más horas elucubrando cómo hacernos daño que investigando hasta qué punto viven en una democracia", señaló, al citar el caso del juez Baltasar Garzón, a quien el Consejo General del Poder Judicial español suspendió, inculpado por haber querido investigar los crímenes amnistiados de la época franquista.

"Esta sentencia es un golpe durísimo a una democracia desde la que se pretende juzgar o mandar a juzgar a los supuestos defectos ajenos, pero ojo con quien toque a los propios", consideró.
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