Grandes empresarios cubanos residentes en Estados Unidos están dispuestos a invertir en la isla si el Gobierno de Raúl Castro adopta reglas universales sobre los negocios, en su reforma económica, aseguró uno de sus líderes, según una entrevista publicada el lunes.
Se bien el interés que tienen en poder contribuir con su talento y su tesoro para ayudar a una Cuba que prospere y progrese. El empresariado cubano en el exterior tiene mucho que contribuir (…). Somos parte del enorme capital humano con que cuenta la patria, dijo el empresario Carlos Saladrigas a la revista católica Palabra Nueva.
Saladrigas, de 62 años, encabeza The Vincam Group, una de las diez agencias empleadoras más grandes de Estados Unidos, y desde el 2001 preside el Grupo de Estudios sobre Cuba, que integran numerosos empresarios emigrados.
Fue uno de los niños emigrados en la operación Peter Pan de 1961, mantuvo durante décadas una posición radical con respecto a Cuba y en 1998 lideró las presiones que suspendió un proyecto de crucero de cubanos para asistir en La Habana a la visita del Papa Juan Pablo II.
Pero luego su postura política se flexibilizó, se ha manifestado contra el embargo de Washington, y viajó a la isla en febrero pasado. Para que Cuba cambié y prospere, todos los cubanos tenemos que cambiar. Persona a persona, familia a familia. El exilio cubano ya comenzó la jornada, dijo.
En ese sentido, Saladrigas consideró necesario en la isla un programa con visión de futuro, que salve o cambie lo necesario y que reciba al empresario y al productor como salvadores, no como un mal necesario.
Se necesita un cambio de filosofía, que también conlleve una legalidad clara que cree confianza y eliminar el deseo frenético (de la burocracia) de controlar toda la actividad humana.
Saladrigas sostiene que esos empresarios deben invertir como capital nacional, en asociación con sus compatriotas de la isla, y no ser considerados extranjeros.
Para que fluya esa inversión, el gobierno tendrá que garantizar reglas universales: un marco legal claro; un sistema judicial efectivo y justo; un riesgo político moderado y un clima laboral justo y equitativo, concluyó.
El plan de reformas prevé, entre varias medidas, atraer capital extranjero y ampliar el sector privado, para lo cual Raúl Castro llamó a quitar estigmas que prevalecieron por años sobre los empresarios privados.
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