Por Adriel Reyes.
Para un cubano que no tiene familiares en el extranjero las farmacias internacionales son la única opción para encontrar ciertos tipos de medicamentos que solo se comercializan en CUC
Antonio dejó a su hija en el hospital. Llegó a la farmacia, preguntó por el medicamento, le pidió a la dependiente que le trajera el frasco para supuestamente ver de cerca sus propiedades y fijamente miró el precio en CUC. Realizó mil cálculos mentales pero su cuenta no le daba. Bajo la cabeza cuando de repente se metió la mano en el bolsillo y tiró el billete de veinte pesos cubanos mientras se abrazaba al fármaco que necesitaba su hija.
¡Esta es la moneda en que yo gano! ¡Llámenme a la policía pero me llevo la medicina!- dijo.
Este caso y otros similares unidos a la escasez de medicamentos básicos y la total ausencia de otros en la red de farmacias en moneda nacional convierten a las farmacias internacionales en un centro de discordias para los cubanos. Mientras unos encuentran en ellas la única alternativa para encontrar medicamentos “perdidos” otros no se resignan a que sus familiares padezcan teniendo el remedio tan cerca.
Según la página web de la empresa Servimed, Turismo y Saludexisten en el país unas 46 farmacias internacionales, la mayoría de ellas en instalaciones hoteleras, además de siete Clínicas del Sol, cinco Ópticas Miramar y otros centros especializados con pequeños establecimientos donde se comercializan medicamentos en CUC.
En las farmacias internacionales de Cuba “encontramos medicamentos que son hasta de primera necesidad”, dice Ramón Zamora, especialista en ortopedia de Holguín, uno de los miles de médicos dentro de la isla que ante la escasez le recomiendan a sus pacientes comprar en estos centros “si tienen la posibilidad”.
La diferencia entre unas y otras “es abismal”, acota Zamora, “en primera, por el precio de los medicamentos que está elevadísimo en comparación con el salario de los trabajadores” y también porque algunos no los llevan a la farmacia en moneda nacional, sin embargo, “siempre te los encuentras en divisas. En algunos casos los medicamentos terminan venciéndose”, concluye apenado Zamora.
Una paciente de Zamora explicó que a veces en los carteles de las farmacias dicen que “solo falta un diez por ciento de los medicamentos cuando a la verdad trajeron para suplir la demanda del 50 por ciento y del cuarenta por ciento restante, solo trajeron cantidades tan pequeñas como para que comprara una persona: el
revendedor”.
Las farmacias internacionales se fundaron en 1993 y aunque en los inicios sólo podían comprar en ellas los extranjeros, “la necesidad obligó a que las abrieran para los cubanos”, dijo un vendedor ilegal en condición de anonimato. “Yo vivo para esto, me paso los días de la semana en las colas para esperar el día en que llegan los medicamentos pero te digo que a veces no aparecen ni en los centros espirituales”, sentenció.
María sufrió un derrame cerebral y pasó varios días ingresada. Tiene cerca de 80 años y tras varios días de permanecer inconciente comenzaron a aparecerle las escaras debido a las secuelas de la parálisis, describió Martín Pérez, uno de sus hijos.
“Es una situación muy difícil y la familia hace lo que pueda por cuidar a sus seres queridos. En la farmacia internacional de Viñales primero tuvimos que comprarle una crema antiescaras y luego un bálsamo ruso porque le salió una úlcera en el estómago”, agregó. “Aunque somos pocos en la familia todos contribuimos porque cualquiera de estos medicamentos te cuesta más que el salario”, dijo.
El médico en activo en Santiago de Cuba, Roberto Serrano, explica que lo más difícil “es que muchas personas no tienen a quien recurrir”. Aunque es una “violación a la ética médica cubana el recomendarle a los pacientes medicinas que no se encuentren en el país, yo les hago la sugerencia. A veces pasamos una inmensa vergüenza porque algunos se molestan con toda la razón”.
El santiaguero explicó que muchos tienen que conformarse a vivir con sus enfermedades “y a tener una menor calidad de vida”.
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