Durante la inauguración de la actual Feria del Libro Cuba 2020, el presidente del Instituto Cubano del Libro, Juan Rodríguez Cabrera, expresó que la celebración del evento era una señal de resistencia cultural. Por supuesto, no podía faltar la mención al “bloqueo” de Estados Unidos como causante principal de cualquier anomalía que presentara esta cita de los libros.
Semejante nivel de politización con que se encara la Feria tendría que reflejarse en el tipo de libros que ocupan los pabellones de la Fortaleza San Carlos de la Cabaña, sede principal del evento literario. Y así ha sido, pues, cualquier visitante que busque algún libro que le resulte incómodo a la cúpula del poder en la Isla, habrá perdido su tiempo.
Además de la presencia mayoritaria de las editoriales cubanas oficialistas, sobresalen otras como la australiana Ocean Sur y la estadounidense Pathfinder. La primera con títulos apologéticos del castrismo, dedicados en lo fundamental a figuras como Fidel Castro, Che Guevara y Camilo Cienfuegos.
Según aclararon representantes de Pathfinder, se trata de una casa editora vinculada con el Partido Socialista de los Trabajadores de Estados Unidos, de orientación marxista-leninista. Por tal motivo, le ofrecen al público cubano títulos al estilo de “Malcolm X la liberación de los negros y el camino al poder obrero”, “El historial antiobrero de los Clinton”, “¿Es posible una Revolución socialista en Estados Unidos?” y otros de corte semejante.
En otro sitio de La Cabaña los lectores se toparán con libros traídos por una delegación argentina invitada a esta Feria. Son títulos que abordan las figuras de Néstor Kirchner y su esposa Cristina Fernández, el líder populista Juan Domingo Perón y una copiosa literatura acerca de la circulación de las ideas socialistas y comunistas en esa nación sudamericana.
Claro está, tampoco podían faltar los libros procedentes de Vietnam, ese país al que, casi a la cañona, se ha dedicado la actual versión de esta Feria del libro. Porque salvo la referencia martiana a “Un paseo por la tierra de los anamitas”, en la Edad de Oro, es difícil hallar un vínculo cultural entre ambas naciones que amerite esa deferencia. Ante tal vacío, se habla mucho aquí del 60 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Vietnam. Como era de esperarse, el pabellón vietnamita es uno de los menos visitados por el público cubano.
Casi los únicos libros que podían despertar cierto interés entre los lectores están prácticamente fuera del alcance del cubano de a pie. Se trata de textos presentados por la editorial colombiana Comcosur. Aquí encontramos clásicos de la literatura universal de la autoría de Albert Camus, Jean Paul Sartre, Edgar Allan Poe, Hermann Hesse, Miguel de Cervantes, y varios más. Se ofertan a un precio promedio equivalente a diez dólares. Es decir, casi la mitad del salario mensual de la mayoría de los trabajadores cubanos.
Por lo demás, se observa una merma en el servicio gastronómico con respecto a años anteriores, así como también menos guaguas para cubrir el tramo entre la Fortaleza de la Cabaña y los alrededores del Parque Central habanero.
Si lo descrito es el panorama que se aprecia en la sede principal de la Feria, ¿qué se podrá esperar cuando este evento se traslade al resto de las provincias del país?
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