El comandante Camilo Cienfuegos Gorriarán, un hombre que al decir de muchos tenía tanto arraigo popular como Fidel Castro, desapareció sin dejar rastro en octubre de 1959 en un vuelo entre las ciudades de Camagüey y La Habana. Cienfuegos, quien al morir era jefe del Estado Mayor del Ejército, se caracterizaba por usar un sombrero de ala ancha y era, según sus amigos, muy bromista. Ejercía una gran influencia sobre las masas y había participado en la expedición del yate Granma, siendo uno de los líderes de la sobredimensionada invasión de Oriente a Occidente, junto con el también comandante Ernesto Guevara. Sin embargo, su enigmática y prematura muerte posibilitó que se convirtiera en uno de los dioses de la mitología del totalitarismo cubano. ( foto izqu: Camilo Cienfuegos, Fidel castreo y Huber Matos) También hizo pensar a muchos que Castro había ordenado su desaparición. Según la versión oficial, Cienfuegos había viajado a Camagüey para arrestar al comandante Húber Matos, jefe militar de la provincia, quien había remitido a Castro una enérgica carta en la que denunciaba la penetración y control que los comunistas estaban ejerciendo en todas las esferas del gobierno revolucionario. La carta, sin duda uno de los documentos más polémicos en la historia reciente de Cuba, hizo que Matos cumpliera 20 años de cárcel y, probablemente, que Cienfuegos nunca llegara a su destino.
Los Castro le temían: El 23 de octubre de 1959, Cienfuegos compareció en el Canal 11 de la televisión de Camagüey para informar sobre el arresto de Matos. La conferencia de prensa, la última de Cienfuegos, fue conducida por el periodista y publicista Cebrián de Quesada, quien en entrevista con el autor hizo una síntesis de lo que manifestó el desaparecido comandante: a) Que Matos había estado conspirando, pero que para justificar su acusación sólo pudo presentar unas fotos de la revista Cuba Nueva, que editaba el regimiento de Camagüey, en la que aparecían unos niños desnutridos; b) Que Matos había sido trasladado a La Habana donde iba a ser juzgado por Fidel y Raúl Castro; c) Que entre los hombres más valiosos de la Revolución se encontraban los comunistas, restándoles importancia a las acusaciones de Matos de que el proceso estaba bajo influencia marxista, y d) Calificó de prensa amarilla y como enemigo del pueblo a los medios que estaban denunciando los fusilamientos, defendió las ejecuciones y negó que se estuviera fusilando a personas inocentes. Por otra parte, estudiosos de la desaparición de Cienfuegos y defensores de la hipótesis de que fue asesinado afirman que los agentes de la Seguridad del Estado que dirigía Osvaldo Sánchez, tenebroso dirigente de las fuerzas de choque del Partido Socialista Popular, primer jefe G-2, y que curiosamente también pereció en un accidente aéreo, vigilaban estrechamente a Cienfuegos. Según ellos, la Seguridad del Estado llegó al convencimiento de que Cienfuegos no creyó la trama urdida alrededor de Matos, y que por temor a que descubriera el complot los hermanos Castro ordenaron su muerte. Según varios testigos, un oficial de la Fuerza Aérea de Cuba encontró una cinta grabada en la que estaban registrados los datos del despegue de la avioneta Cessna, modelo 310, en la que viajó Cienfuegos, que contenía la información de que cuatro minutos después de despegar el Cessna número 53 lo hizo un caza británico tipo Sea Fury, al mando del piloto personal de Raúl Castro con su cañón de 20mm. desenfundado. Publicaciones de la época señalan que el comandante Camilo Cienfuegos partió del aeropuerto de Camagüey aproximadamente a las 6 p.m. del 28 de octubre de 1959 en compañía del soldado Félix Rodríguez y, como aviador, el teniente Luciano Fariñas Rodríguez, que tenía más de 2,000 horas de vuelo y vasta experiencia como piloto en el modelo de avión que los transportaba. Según los archivos oficiales, Fariñas nunca informó la ruta por la que volaría y sólo en una ocasión se comunicó con la base para que Cienfuegos le impartiera instrucciones al capitán Méndez, quien quedaba al frente de la provincia de Camagüey. Es importante destacar que las altas esferas del gobierno se percataron de la desaparición de Cienfuegos 24 horas después de su partida de Camagüey. Es difícil comprender cómo una dirigencia política que se ha caracterizado por la paranoia, que percibía conspiraciones por doquier, ignorara por tanto tiempo la situación de uno de los hombres más importantes de la Revolución que, por otra parte, venía de sofocar un supuesto complot militar. El Gobierno Revolucionario, en un comunicado oficial, señaló que la desaparición de la avioneta fue consecuencia del mal tiempo existente entre las provincias de Camagüey y Matanzas. Sin embargo, investigaciones meteorológicas sobre ese día indican que las condiciones climáticas eran razonablemente buenas. No obstante, varios reportes indican que por lo menos la tripulación de dos aviones comerciales reportaron fuertes turbonadas.
Ordenes de Fidel: La desaparición de Cienfuegos generó una gran cantidad de rumores. Se comentó que en Aguada de Pasajeros, Las Villas, se había producido un accidente aéreo; que sobre el central Adelaida había volado una avioneta haciendo señales de luces hasta que desapareció rumbo norte en dirección al mar. Un periodista de apellido Vázquez afirmó que durante la noche del miércoles había presenciado un encarnizado duelo aéreo. Estas versiones fueron investigadas y, según la versión oficial, fueron luego descartadas. También un pescador hizo declaraciones similares. Un avión C-46 en el que viajaba el comandante Ernesto Guevara avistó en Cayo Anguila, frente a las costas de Caibarién, los restos semidestruidos de dos aparatos, uno de los cuales parecía tener la línea del Cessna, pero más tarde se comprobó que era un error. Juan Orta, un ex secretario de Castro, le manifestó al poeta Iván Portela, cuando ambos estaban exiliados en la embajada de
Un destino similiar: En las conversaciones que sostuvo con Portela y en artículos que escribió en el exilio, Orta afirmaba que las personas que en alguna medida estuvieron relacionadas con la misteriosa desaparición de Cienfuegos sufrieron una suerte similar. En síntesis, Orta afirmó que el piloto del Sea Fury que supuestamente despegó poco después que lo hiciera la avioneta de Cienfuegos, desapareció; que el mecánico de aviación que reportó que el caza británico traía una ametralladora completamente descargada murió ese mismo día atropellado por un automóvil; que el pescador que declaró que había visto un avión caza atacando a una avioneta fue conducido a La Habana para ampliar las investigaciones y no se supo más de él. Otro hecho relevante asociado a la muerte de Cienfuegos fue la muerte del también comandante Cristino Naranjo, amigo personal de éste. Naranjo, que había iniciado su propia investigación sobre la muerte de Cienfuegos, fue baleado por el capitán Manuel Beatón a la entrada del Campamento Libertad (antigua
Totalmente leal: Por su parte, Matos indicó que Cienfuegos también estaba descontento con la penetración comunista, pero que a su vez se confesaba un hombre totalmente fiel al líder de la Revolución. Apunta Matos que en una ocasión le entregó a Cienfuegos un escrito promarxista que había sido incluido en la publicación Verde Olivo y que el jefe del ejército se molestó y responsabilizó a Guevara y a Raúl Castro de la publicación. Matos refirió que, tras su arresto, Cienfuegos no dejó nunca de tratarle con respeto y consideración, actitud que le era informada a Castro por Mendoza. Matos opina que estas informaciones precipitaron las acciones punitivas contra el carismático comandante. Después de la muerte de Cienfuegos y la prisión de Matos, la influencia y el poder de Mendoza se incrementó considerablemente. Refiere Matos que Raúl Castro sentía una gran aversión hacia Cienfuegos por la popularidad que éste disfrutaba, y que Fidel Castro temía que Cienfuegos pudiera provocar una crisis de grandes proporciones, no sólo dentro de la estructura del poder revolucionario sino también en la población. Cuenta Matos que Cienfuegos criticó la manera en que Castro dirigió su caso, lo que puso en alerta al gobernante sobre posibles problemas con un individuo que le había sido hasta ese momento incondicional. Agregó Matos que Castro envió a Cienfuegos para que lo arrestase en su despacho en el regimiento Ignacio Agramonte con la intención de que se originase un tiroteo en el que éste muriera y así salir de los dos de una vez por todas. Pero que Cienfuegos tuvo la precaución de ordenarles a sus oficiales que las tropas no dispararan cuando le fueran a detener, lo cual frustró el supuesto plan. Sobre la avioneta
No era comunista: Sin embargo, el recién fallecido comandante del Segundo Frente Nacional del Escambray, Lázaro Asencio, afirma en un articulo y en entrevista que concedió al autor, que Cienfuegos era comunista y que sus diferencias con Raúl Castro no fueron consecuencias de su defensa de Matos, sino porque éste protegía a oficiales como el hoy general Dermidio Escalona. Continúa Asencio su relato planteando que un matrimonio que vivía en la Punta de la Bahía de Masio, cerca de Casilda, Trinidad, escuchó en horas de la tarde del 28 de octubre de 1959 una fuerte explosión y que vio que del cielo caía una bola de fuego a la vez que se oía el ruido de un avión. Apunta que cuando se conoció la declaración, el entonces capitán Osmany Cienfuegos viajó personalmente a Casilda para conducir a La Habana al matrimonio, del que no se volvió a saber. Afirma Asencio que conoció esta historia porque la pareja antes de ser secuestrada se lo comunicó a un funcionario
0 comments:
Publicar un comentario