Por Tania Quintero.
De todos los cubanos famosos en Estados Unidos, el más conocido en la isla era Roberto Goizueta, quien llegó a ser director general de The Coca-Cola Company desde agosto de 1980 hasta su fallecimiento, en octubre de 1997, a los 65 años. Estando ya en Lucerna, Suiza, en 2005, tuve oportunidad de leer El hombre que puso al mundo a tomar Coca-Cola, de David Greising. El libro debe haber llegado enseguida a Cuba y a lo mejor todavía circula, en formato impreso, CD o memory flash.
Como allá la gente suele leer revistas del corazón y ver programas miamenses, también está al tanto de aquéllos por cuyas venas corre sangre criolla, por haber ellos nacido en Cuba o sus padres y abuelos.
Son los casos, entre otros, del actor Andy García, la actriz Cameron Diaz, el preparador físico Carlos León (padre de la hija de Lourdes María, la hija de Madonna), el nadador Ryan Lochte, el bloguero Pérez Hilton, el rapero Pitbull o el último novio de Eva Longoria, Ernesto Argüello, nacido en Texas e hijo de cubano y nicaragüense.
Mientras en La Habana la gente todavía comentaba el triunfo de Paola Guanche -hija de cubanos- en la primera edición La Voz Kids de Miami, concurso que fuera seguido en la isla por la ‘antena’ o conexión satelital clandestina, la noticia de que el presidente de Amazon, Jeff Bezos, había comprado The Washington Post, acaparaba titulares en todo el mundo.
Pero para los cubanos, la verdadera noticia es que su padre adoptivo, Miguel Ángel Bezos Pérez, es oriundo de Santiago de Cuba. En la década de 1950, Miguel estudió en el Colegio Dolores (el mismo al que en años anteriores asistieran Fidel y Raúl Castro). En 1961, con 15 años, salió de Cuba rumbo a Estados Unidos a través de la operación Peter Pan, organizada por las iglesias católicas de los dos países. Fue destinado a Delaware, donde vivió en una misión católica y aprendió inglés.
Después se trasladó a Nuevo México y estudió ingeniería en la Universidad de Alburquerque. Allí conoció a Jackie, joven divorciada que tenía un hijo pequeño llamado Jeffrey. Una vez terminada la carrera, Miguel consiguió trabajo en Miami, en la Esso Standard Oil y con su familia se trasladó a la Florida.
El apellido paterno de Jeffrey era Jorgensen, pero cuando tenía 5 años se lo cambiaron por Bezos, el apellido del padre adoptivo, a quien él considera su verdadero padre. Jeff se crió en Miami junto a sus hermanos. Asistió a la Miami Palmetto High School. Era fan de Star Trek. Fue cuando comenzó su pasión por el espacio y los experimentos científicos.
En la escuela primaria ganó el prestigioso premio Silver Knight, otorgado a alumnos que ayudan a la comunidad. También recibió un National Merit Scholarship y se graduó con el primer expediente en una clase de más de 600 alumnos. En la Universidad de Princeton, New Jersey, estudió computación e ingeniería, graduándose en 1986. En 1994 fundó Amazon.com, que cuatro años más tarde se convirtiría en ‘la tienda online de libros más grande del mundo’. En 1999, la revista Time lo nombró Persona del Año.
Su premisa: prometer al cliente un servicio excelente. Según sus empleados, Bezos los trata con humildad y no deja que el dinero (su fortuna se calcula en 25 mil millones de dólares), le impida actuar como una persona normal. Jackie y Miguel, sus padres, dirigen la Bezos Family Foundation, volcada en programas educativos y en ayudar a estudiantes. Jeff Bezos nació el 12 de enero de 1964 en Alburquerque y desde 1993 está casado con la novelista estadounidense Mackenzie Bezos, madre de sus cuatro hijos.
Aunque en medios periodísticos se especula qué podrá hacer Bezos en el Washington Post, adquirido por 250 millones de dólares, en una carta a los trabajadores dejó entrever por dónde irían sus tiros:
“No hay ningún mapa y no será fácil dibujar el camino que hay por delante. Tendremos que inventar, lo que significa que tendremos que experimentar. La piedra de toque serán los lectores, y sus intereses: el gobierno, los líderes locales, aperturas de restaurantes, grupos de scouts, empresas, organizaciones benéficas, gobernadores, los deportes… Trabajaremos desde ese punto hacia atrás. Me siento emocionado y optimista sobre la posibilidad de inventar”.
Ya en 2012, en una entrevista publicada en la revista alemana Berliner Zeitung, Jeff Bezos había declarado: “Hay una cosa en la que estoy seguro: en veinte años no habrá más periódicos impresos. Si lo hacen, tal vez serán considerados como un artículo de lujo que solo se podrán permitir ciertos hoteles”. Pero dejó claro que “todavía habrá un lugar para el periodismo de calidad, ya que la gente quiere leer buenos textos y buena información. El periodismo no va a desaparecer”.
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