viernes, 23 de octubre de 2020

Unificación monetaria: Que compre el que pueda, ¿y el que no …?

Por Gladys Linares.

El total fracaso de la dictadura comunista cubana ha quedado demostrado con el aumento de nuestros niveles de pobreza. El otrora tercer país de América Latina con mayor solidez monetaria por sus reservas de oro y valores convertibles, hoy es uno de los más empobrecidos y endeudados de la región. Aunque no se cansa de cacarear que todos los cubanos somos iguales y gozamos de los mismos derechos, la tropa que se auto titula gobierno disfruta y vive como millonaria junto a sus allegados, mientras el pueblo pasa hambre.

El 8 de abril de 2011 el Partido Comunista aprobó los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución. En el 2012 se aplicaron medidas a favor de la iniciativa privada: aumento de los oficios de trabajadores por cuenta propia, flexibilización de prohibiciones y eliminación de contravenciones obsoletas. Sin embargo, casi una década después los devastadores resultados demuestran que no existen tales libertades económicas, pues hemos visto cómo en estos tiempos brutales de “enfrentamiento al delito” las víctimas de la guerra gubernamental contra toda posibilidad de prosperidad económica son principalmente cuentapropistas acusados de acaparadores, actividad económica ilícita y enriquecimiento.

Esas medidas inicuas que oscilan en la tenue línea entre lo legal y lo ilegal son aprovechadas por la dictadura para dar la impresión de transformaciones en el desarrollo económico del país, cuando su verdadero objetivo es ganar tiempo y mantenerse en el poder. Ya hasta los más incautos se van convenciendo de la falta de voluntad gubernamental para aplicar medidas efectivas y superar la grave crisis de escasez y miseria que vive el pueblo cubano.

En la Mesa Redonda del 12 de octubre de 2020, Marino Murillo Jorge, miembro del Buró Político del Partido y jefe de la Comisión para la Implementación y Desarrollo de los Lineamientos, declaró: “Incluso hemos consultado experiencias internacionales. Esta es la primera vez que abordamos estos temas en público, pero no es suficiente, habrá que ir explicando y aclarando poco a poco. Lo que informaremos ahora son ideas iniciales sobre el proceso de ordenamiento monetario. Pedimos comprensión de que no todo puede decirse desde hoy. Es un proceso necesario que implica también riesgos”.

También el miembro del Buró Político del Partido afirmó que uno de los aspectos más importantes de este proceso de ordenamiento monetario es la aplicación de la reforma salarial, que contempla el aumento de los sueldos y las pensiones y la eliminación de las “gratuidades”, al mismo tiempo que seguirá la libreta de racionamiento como “mecanismo de distribución de la cuota” –puesto que no hay productos para ofertar– pero a precios no subsidiados. O sea, que para comer seguiremos acudiendo a la bolsa negra. Y aunque hoy, aun tras largas e interminables colas, adquirimos productos de primera necesidad por CUC, cuando desaparezca este e impere la medida “excepcional” del MLC, ¿qué pasará con la población que no tiene acceso a los dólares? Se cumplirá entonces la profecía de Díaz-Canel: “Que compre el que pueda, y el que no…”.

Las afirmaciones de Murillo Jorge no dejan dudas de que se avecinan días más difíciles para el pueblo cubano, de acuerdo a las lagunas que se entrevén en su exposición sobre la aplicación del ordenamiento monetario. Esto lo percibe la población, presa de la incertidumbre y la angustia por el aumento de los niveles de pobreza y lo que pueda depararnos el futuro. Por eso, a pesar de las falsas expectativas creadas por los dirigentes en los medios, más su habitual secretismo, la gente especula que la unificación monetaria “nos hará más pobres”.

Hoy los cubanos, desconfiados ante el temor de perder lo poco que tienen, acuden a una u otra gestión para que la inminente situación los afecte lo menos posible. Así, en los últimos dos meses las colas en los bancos han sido significativas, ya sea para extraer o cambiar CUC, fundamentalmente las personas interesadas en emigrar, que necesitan tener una cuenta en el banco.

Es innegable que, como en otras ocasiones, el arma letal de los comunistas contra el pueblo es su lenguaje enrevesado para crear dudas, confusión y falsas esperanzas en una población que se ahoga en la pobreza y no tiene de qué asirse.

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