Las casas de renta serían obligadas a cerrar en caso de aumentar casos de coronavirus. Los turistas deberán alojarse solo en hoteles estatales.
Gladys, dueña de una casa de renta de habitaciones a extranjeros en La Habana, piensa entregar la licencia si, en un par de semanas más, continúa sin recibir clientes.
Como otros dueños de negocios similares, Gladys lleva un mes con los cuartos vacíos y, aunque ha rebajado los precios por noche de 30 a 20 dólares, no aparecen los turistas, de quienes dependen la mayoría de los comercios no estatales, pero también buena parte de las empresas del Estado.
La pandemia de coronavirus ha llegado a complicar las cosas, colocando a todos en el peor de los escenarios. Por una parte, la imperiosidad de alquilar para paliar las pérdidas que supone la obligación de pagar una licencia, ya que el organismo del gobierno no ha emitido exenciones tributarias a pesar de que las principales figuras del régimen han reconocido la gravedad de la crisis aunque esta vez llamándola “situación coyuntural”.
“No hay turistas, no hay dinero. Si no alquilamos, nos la veremos muy mal pero si alquilamos y el cliente resulta que parece o tiene coronavirus, los que estuvimos en contacto con el cliente vamos todos a cuarentena (…) o al cementerio, en el peor de los casos. (…) Pero por todos lados estamos perdiendo, aunque parezca que ganamos. (…), estamos trabajando para pagar licencia, prácticamente”, nos dice Gladys.
Según fuentes de la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT) y del Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEEC) de la Universidad de La Habana consultadas por CubaNet, se esperaría que entre marzo y mayo de este año aumenten de manera significativa y en relación directa con la baja turística por la pandemia de COVID-19, la interrupción y cancelación de licencias relacionadas con los servicios a extranjeros, como serían los casos de los dueños de pequeños negocios de renta, es decir, aquellos que alquilan una o dos habitaciones de su propia casa. Pero no se habla de exenciones tributarias por el momento.
Desolación. Rampa y Malecón, La Habana.
“El coronavirus ha empeorado la situación y hay propietarios que están pagando licencia desde hace meses sin tener ningún tipo de ganancia. Al gobierno no le está yendo mejor. Incluso la mayor parte de los hoteles (en Cuba) estarían operando con menos de un 20 por ciento de ocupación mientras otros servicios asociados se han suspendido, y todo indica que no habrá mejoría hasta julio y agosto, con algo del turismo nacional, y el aumento ligero de turistas extranjeros pero será un año muy malo, quizás el peor, pero no, en ningún caso se cerrarán las fronteras”, señala una de las fuentes bajo condición de anonimato pues les está prohibido ofrecer declaraciones a la prensa independiente.
“En caso de que aumenten los casos de coronavirus se contempla algún tipo de exención hasta tanto se logre controlar, pero la situación por ahora no lo requiere. (…) Si la situación llega a empeorar, entonces posiblemente se obligará a un cierre de los negocios de renta particulares (…) porque muchos de estos se realizan en edificios multifamiliares, casas donde viven niños, ancianos, otras personas vulnerables por su estado de salud (…), los turistas tendrán que alojarse obligatoriamente en hoteles estatales donde hay mejor control de la situación”, señala un funcionario de la ONAT.
Aunque el gobierno cubano no ha cerrado las fronteras e incluso sus agencias turísticas están promoviendo el destino Cuba como “lugar a resguardo” de la pandemia de coronavirus, las cifras de visitantes extranjeros, de acuerdo con la opinión de una de las fuentes consultadas del CEEC, han disminuido dramáticamente en las últimas tres semanas con registros que rondarían el 60 por ciento de la media histórica para el mes de marzo. Una caída estrepitosa registrada incluso desde mucho antes de que algunos países, entre ellos los principales emisores hacia la isla como Canadá, España e Italia, se declararan en algún tipo de cuarentena.
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