martes, 14 de enero de 2020

Lo que Dalia le ha hecho a Raúl Castro.

Por Carlos Ferrera.



Me contaron hace unos días, que Antonio Castro Soto Del Valle, el más célebre de los huerfanitos, dandy real, ex médico del equipo nacional de baseball, y sorprendente “embajador global” de la Federación Internacional de Judo, recibió un reconocimiento del Canciller de Japón, Taro Kono “por su contribución a la solidaridad entre ambos pueblos”.

El Canciller mandó a que se le hiciera un motivito a Antonio y a Ana Francisca Ponce de León Arakawa, la vicepresidenta de la Asociación de la Colonia japonesa de Cuba, en la casa del Embajador japonés en La Habana, Kazihuro Fujimura.

Hasta ahí todo bien.

Me dicen que se hizo el güiro en cuestión en casa de Fujimura, y asistió Dalia Soto del Valle, la súper viuda -y súper madre-, para ver cómo agasajaban a su nene. Pero no fue nadie de prensa, excepto un fotógrafo japonés y el fotógrafo de Portalcuba.cu que había convocado Dalia.

Resulta que Antoñito, junto a Ana Francisca, eran los primeros cubanos reconocidos por Japón este año, con una condecoración, en la nueva era Reiwa, que acaba de empezar para los japoneses, y esto, -para quien no lo sepa-, es una cosa muy cool. En Japón se publicó en los periódicos, como un hito de buen augurio para las relaciones diplomáticas de Cuba con la Tierra del Sol Naciente… pero en Cuba, nadie se enteró, porque no fue la prensa.

Me cuentan que entonces, Doña Dalia Soto del Valle, madre de la criatura desairada, llamó a los tres periódicos cubanos, Granma, Juventud Rebelde y Trabajadores, para preguntar, a grito pelado, por qué no se había cubierto la noticia de su hijo, coño...

Y me dicen que, finalmente le respondieron, en alguna alta instancia, que eran órdenes del ministro cubano del Interior, Julio Cesar Gandarilla Bermejo, hombre de super confianza de Raúl Castro, que había ordenado que no se cubriera ni publicara ninguna noticia del clan Castro Soto del Valle, porque sí, y para siempre. Hay que recordar que Gandarilla, antes de ser ministro, ha sido durantre años el responsable de la seguridad de la familia Castro-Espín, así que es notoria su fidelidad a esta parte del clan.

Me cierran la historia hace 72 horas, contándome que Dalia Soto del Valle, totalmente fuera de sí, después de varios años sin hablar con Raúl Castro, fue en su búsqueda, y lo localizó en su coto de caza de El Taje, (San Pedro) al sur de Sancti Spiritus, -o sea, muy cerca de la casa familiar de Dalia, que es de allí-. Y me dicen que la Primera Viuda levantó el teléfono y le dio un escándalo tan memorable a su ex cuñado, que le jodió la bomba y lo mandó directamente al hospital.

Entre otros trapos sucios relacionados con Punto Cero, el ninguneo a sus hijos tras la muerte de su padre, y todo lo material, aun en litigio entre ambas familias, Dalia "le dejó caer" a Raúl, que su nieto Raúl Guillermo Rodríguez Castro, alias El Cangrejo, -hijo de López-Callejas y Déborah Castro-, le había comprado un barco a un naviero de Miami, a través de un intermediario gusano de La Florida, y que su nieta Vilmita Rodríguez andaba alquilando en su beneficio, viviendas que eran aun propiedad de todos los sobrinos y nietos Castro, puesto que aun no se ha repartido la herencia de Fidel.

Según me contaron, y hoy corroboro con Juan Juan Almeida, la bronca telefónica provocó que Raúl Castro se descompensara seriamente de la presión (180 con 120), así que hubo que montarlo urgentemente en un avión para La Habana, y ha estado ingresado los primeros días de enero en el CIMEQ.

Hoy he visto que Juan Juan contó la turbulencia familiar en su programa, así que doy por buenas las palabras de mi informante, y me animo a publicar lo poco que sé de esto. Raúl mandó a devolver el barco que compró El Cangrejo y a meter presos a otros protagonistas del cambalache.

Dice Juan Juan, que ahora se quieren echar al pico a Gandarilla, por haber mandado a Dalia a la hoguera y despertar al monstruo.

Mientras tanto, los jóvenes militares están desplazando a los históricos. Van quedando menos raulistas y crecen los ambiciosos lopezcallejistas. El nuevo poder también está borrando de la escena a los Castro Soto del Valle, pero Dalia parece ser consciente de que se acabó su imperio, y quiere morir matado.

No me suena que "después de papá", los Castro Espín disfruten de mucha más vida institucional de la que llevan hoy. Alejandro, Déborah, Vilmita, Raúl Guillermo, Mariela, e incluso su marido Paolo Titolo, están muy desacreditados ante la nueva dirigencia cubana -militar y civil-, por motivos distintos, y también a los ojos de los ambiciosos generales jóvenes de GAESA, fieles a López-Callejas, pero rivales de los viejos y ya escasos correligionarios de Raúl Castro.

Mandaron a ponerse el pijama a Ramiro Valdés, Cintra Frías y García Frías. Queda solo en ejercicio el tambaleante Machado Ventura... La vieja revolución roja se muere, con sus símbolos sáuricos. Hay una nueva, verde dólar, a la espera. Es menos épica, más corrupta, menos trinchera, y -por primera vez en la historia- sin el apellido Castro como marca...

¿Será que el castrismo, solo podía terminar autodestruyéndose?
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