sábado, 22 de junio de 2024

Sin producción pero con feria industrial.

Por Orlando Freire Santana.

El régimen nos tiene acostumbrados a episodios de sinsentido que nada tendrían que envidiarle a una película surrealista. Por ejemplo, una feria agropecuaria que exhibe hermosos ejemplares de ganado vacuno para que la población viera, al menos así, la carne que hace decenas de años no puede llevar a su mesa. Y ahora otra feria, esta de productos industriales, cuyas producciones han sufrido una caída de grandes dimensiones.

Los organizadores de la Feria Cubaindustria 2024, que por estos días se ha venido celebrando en La Habana, con expositores nacionales e invitados extranjeros, indicaron los sectores productivos que recibirían prioridad en este evento. Ellos son la industria ligera, la química, la metalmecánica, la siderúrgica, la electrónica, la automotriz y la del reciclaje. 

Se trata de sectores de la industria que desean ser favorecidos por las autoridades, pero que al igual que el resto de los rubros atendidos por el Ministerio de Industrias, han visto mermadas sus producciones en los últimos años. Veamos una muestra de ello.

Según cifras aportadas por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), tomando como base lo producido en el año 2022 con respecto a lo alcanzado en el 2018, tenemos que las producciones disminuyeron en 41.000 colchones, 5 millones de unidades de ropa exterior, 73.000 metros cúbicos de madera aserrada, 2.000 toneladas de papel, 42.000 toneladas de fertilizantes, 283 toneladas de herbicidas, 3.000 hectolitros de pinturas, 5.000 unidades de neumáticos, 910.000 toneladas de cemento, 54.000 toneladas de barras de acero, y se dejaron de ensamblar 585 ómnibus. Esto es solo un pequeño panorama -habría muchos más ejemplos que exponer- del calamitoso desempeño del sector industrial cubano en los últimos tiempos. 

Sin embargo, la maquinaria del poder pasa por alto tamaña debacle y decide hacer una feria y publica que aspira a aumentar las producciones para satisfacer las necesidades de la población, así como a incrementar los rubros exportables. Mas, a nadie escapa la desesperación de las autoridades por engatusar a algunos empresarios extranjeros que asisten a Cubaindustria 2024, con el objetivo de que inviertan en alguna de las ramas de la industria cubana. Al parecer, hasta este momento el país no ha captado las inversiones foráneas que precisa la moribunda industria de la Isla. 

Al principio del evento expositivo, el periódico Granma pedía no importar lo que se pueda producir en Cuba. Pero, de cumplirse esto, se ignora “el principio de las ventajas comparativas”, expuesto por el economista inglés David Ricardo a principios del siglo XIX, y que ha sentado las bases del comercio internacional. O sea, lo importante no es querer producirlo todo, sino especializarse en los renglones donde se tengan ventajas productivas, sobre todo en calidad y costos, y después importar el resto de las producciones. De esa manera la economía, y sobre todo los consumidores, saldrán ganando al acceder a productos de mayor calidad y casi siempre a menores precios. 

Pero la economía cubana no cuenta en estos momentos con ningún rubro exportable que sea capaz de garantizar todas las importaciones que necesita la nación. Habrá que seguir dando cabezazos con eventos como esta Feria Cubaindustria 2024, y esperar a que algún candoroso extranjero se decida a invertir, y que ingenuos observadores, al contemplar la exposición, crean que el país tiene lo que en realidad escasea sobremanera.   

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domingo, 9 de junio de 2024

¿La ciencia salvará a la economía cubana?

Por Miriam Leiva.

La más reciente reunión del Consejo de Ministros del régimen cubano.

“La fórmula para salir de la situación que tenemos es empleando la ciencia, introduciendo sus resultados, aplicando tecnologías, innovando en todos los aspectos”, aseguró el Dr. en Ciencias Eduardo Martínez Díaz al estrenarse como ministro de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, en el Consejo de Ministros efectuado el pasado 5 de junio.

Los cientos de planes y medidas elaborados en los últimos cinco años por la generación de la “continuidad” han ahondado la asfixia económica y productiva, en contubernio con los tozudos dirigentes históricos para heredar el poder absoluto. Pero ahora el nuevo dirigente pretende consolidarse mediante los grados académicos.  

Según el ministro, los Proyectos de Gobierno Estratégicos serán gestionados por un gerente nacional que, junto al equipo de trabajo, definirá los objetivos con las metas, indicadores, cronograma de ejecución y análisis de su factibilidad técnico-económica. Los proyectos serán evaluados por el Consejo Nacional de Innovación, órgano que dirige el presidente de la República.

Al repasar las informaciones del Consejo de Ministros, se constatan las deficiencias y los acuerdos acumulados sin mencionar su solución.  Cuestiones vitales pendientes son la ley de las empresas estatales, mayoritarias en todas las esferas de la economía cubana y de las que aún se mantienen 300 con pérdidas, así como la reorganización y normativas de las mipymes. Además, no se publicó sobre el estado de la implementación de las medidas aprobadas en las Proyecciones de Gobierno para “corregir distorsiones y reimpulsar la economía” durante el año 2024, asociadas fundamentalmente al “programa de estabilización macroeconómica”.

El ministro Martínez repitió que la prioridad es el incremento de ingresos en divisas mediante la exportación de bienes y servicios, fundamentalmente la exportación de servicios médicos y productos biotecnológicos, y la introducción de novedosas tecnologías para la producción azucarera con sus derivados, que ahora apenas alcanza para algunos alcoholes y rones. 

El segundo grupo de prioridades abarca la energía eléctrica, mientras que en el tercer nivel se encuentra la producción de alimentos (con la introducción de tecnologías para lograr alimento animal, que redunde en carne de cerdo y de huevo; y el aumento de la producción de leche y carne bovina).

La situación de la economía cubana al cierre del mes de abril, evaluada en esta ocasión por el Consejo de Ministros, continúa siendo muy tensa, aunque en determinados indicadores se aprecian “mejorías”, según el ministro de Economía y Planificación, Joaquín Alonso Vázquez.

Los servicios médicos tienen un sobrecumplimiento del 7%, y los  turísticos del 6%. El precio del níquel mejora en el mercado internacional y se espera que se mantenga esa tendencia, pero no se incrementa la producción; mientras se logran algunas exportaciones de carbón y tabaco mecanizado. 

Según la información oficial, la inflación mensual mostró una ligera desaceleración de 2,13 puntos en abril, lo que no significa que bajen los precios, sino que siguen creciendo a un ritmo menor. 

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viernes, 7 de junio de 2024

Un castigo sin delito.

Por Alfredo M. Cepero.

La condena de Donald Trump me traslada en tiempo y espacio a las satrapías del Oriente Medio y a las dictaduras de América Latina. No se le ha condenado por haber delinquido. Se le ha condenado por el simple hecho de existir. Por el simple hecho de representar una amenaza al poder fraudulento del gobernante de turno. Los padres de la patria americana -que fueron los primeros en crear una democracia para las edades- deben de estar revolviéndose en sus tumbas. Se le persigue y se le castiga sin haber cometido delito alguno.

Donald Trump fue condenado por supuestamente falsificar los archivos de sus negocios para aspirar en la campaña presidencial de 2016. Me pregunto entonces que pintaban la dama de “vida alegre” Stormy Daniels y el diletante irredimible de Michael Cohen en el banquillo de los testigos. Sé que el juez Juan Merchan -un furibundo aliado de Joe Biden y Barack Obama- manipuló a los 12 jurados con instrucciones parcializadas pero nunca identificó con claridad el delito o los delitos cometidos por Donald Trump. No los identificó porque no existían. Por eso no  tuvo otra alternativa que inventarlos.

Después de deliberar durante dos días un jurado de Nueva York lo declaró culpable de 34 acusaciones relacionadas con un pago de $130,000 a la actriz de películas pornográficas Stormy Daniels. La fiscalía argumentó que Daniels había recibido el pago para que no divulgara sus relaciones íntimas con Donald Trump con anterioridad a las elecciones de 2016.

El juez Merchan ha programado la sentencia de Trump para para el 11 de julio a las 10 de la mañana. Ese día el juez decidirá si el castigo del ex presidente incluirá pena de cárcel, multa, probatoria o una combinación de ellas. Por su parte, el abogado de Trump, Todd Blanche, ha dicho que apelará la sentencia tan pronto como le sea posible.

Ahora yo me preguntó: ¿Desde cuándo y en que legislación es un delito sostener relaciones sexuales con una mujer adulta que accede libremente  a ellas y cobra por sus servicios? La única respuesta que se me ocurre es en unos Estados Unidos presididos por un anciano delirante manipulado por un comunista que llegó a la Casa Blanca simulando ser un demócrata y se llama Barack Hussein Obama.  

Aunque se celebró en Nueva York, el juicio ha sido un circo en el pantano pestilente que es la ciudad de Washington. Dicho sea de paso, no pueden haber elementos más similares en las aspiraciones y en la conducta que un político y un artista de circo. Ambos se ganan la vida vendiéndonos la mentira y la fantasía. El mejor ejemplo lo tenemos en quien fuera el alcahueta de Trump que hace alardes de ser abogado y se llama Michael Cohen.

Por otra parte, la tragedia de Donald Trump ha producido resultados inesperados. Republicanos de la “vieja guardia” han cerrado filas para defenderlo. Ese es el caso del veterano Mitch McConnell líder de los republicanos en el Senado, quién nunca ha sido amigo del ex presidente. Uno que si es su amigo y se ha puesto a su lado es el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson.

Algo que sí era de esperar es el aumento de las donaciones a la campaña política de Trump. Los miembros de la campaña de Trump anunciaron en Tweeter que las páginas Win-Red-cuenta donde se depositan las donaciones-habían colapsado. Los americanos de los dos partidos, de todas las filosofías, todos los sexos y todas las razas se unieron a un Donald Trump convertido en víctima. Así es este pueblo: siempre solidario con las víctimas.

¿Piensan los lectores que las cosas son turbulentas en el Capitolio por estos días? Lo son en la actualidad y lo fueron en el pasado. Hace unos días tuvimos la confrontación entre dos gladiadoras irreconciliables de la política actual: la zurda Alexandra Ocasio-Cortés y la conservadora Marjorie Taylor Greene.

Ahora bien, el caso de Donald Trump no es nada nuevo en la política de los Estados Unidos. Desde la fundación de la república la política americana ha sido conflictiva, hasta el extremo de ser desagradable. En el año 1,800 se dijo a los electores que Thomas Jefferson, redactor de la Declaración de Independencia, destruiría al  país y promovería la prostitución, el incesto y el adulterio.

En 1804, un duelo le costó la vida a uno de los más ilustres padres de la patria, Alexander Hamilton. Pero no puso fin a los duelos. Los congresistas  iban al capitolio armados con chuchillos y revólveres. En 1838, el representante, William Graves, de Kentucky, dio muerte al representante, Jonathan Cilley, de Maine. El congreso puso fin a los duelos en 1839, pero la violencia siguió su “agitado curso.” En 1856, Preston “Bully” Brooks, un representante de Carolina del Sur, atacó al Senador por Massachusetts, Charles Sumner, con la punta de oro de su bastón.

En conclusión, Donald Trump es el primer presidente condenado por un delito mayor-felonía en inglés-pero este no es el último capítulo de esta novela. Ese capítulo lo escribirán los votantes americanos cuando lo devuelvan a la Casa Blanca el próximo 5 de noviembre. Entonces-como decía mi abuelo-van a “llover railes de punta”.


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martes, 4 de junio de 2024

Los cubanos nos quedamos con las ganas de una Perestroika.

Por Luis Cino Álvarez

En la segunda mitad de la década de 1980 se hicieron sentir en Cuba los vientos de la Perestroika que, impulsada por Mijaíl Gorbachov,  soplaban fuertes en la Unión Soviética y hacían temblar los cimientos del llamado “socialismo real”.

Dada la dependencia de Moscú, parecía inevitable que los cambios llegaran a Cuba, haciendo que el sistema se reformara.

Donde primero se sintieron estos aires esperanzadores de renovación fue en el arte y la cultura. Muchos creadores creyeron atisbar una salida para tomar nuevos rumbos y dejar de debatirse entre los estrechos e imprecisos márgenes del dentro o fuera de la revolución.

En 1986, en el Instituto Superior de Arte (ISA), el Departamento de Filosofía Marxista-Leninista fue sustituido por el Departamento de Filosofía y Estética, y se abandonó el programa de Estética hasta entonces vigente, que era el mismo que se impartía en la Unión Soviética.

Creadores y estudiantes de arte leían a Foucault, Humberto Eco, Morawski, Bajtin, y otros para ponerse al día con lo que pasaba en el mundo en el campo intelectual. En la difusión de esos textos, difíciles de conseguir en Cuba, jugó un importante papel la revista Criterio que dirigía Desiderio Navarro.  

Artistas y creadores empezaron a familiarizarse con los estudios culturales, la teoría del arte, la teoría poscolonial, el deconstruccionismo y, sobre todo, el posmodernismo, que hizo recurrentes la apropiación, el pastiche, la parodia y la revisión y desacralización de los grandes metarelatos históricos.

Este ambiente produjo una efervescencia cultural que renovaría el arte cubano y que no pocas veces resultó irreverente y alcanzó tintes contestatarios, sobre todo en las artes visuales.  

El preludio fue, en 1981, la muestra Volumen I, de artistas como Flavio Garciandía, José Bedia, Rogelio López Marín (Gory), Tomás Sánchez y Leandro Soto, entre otros. Pero en la segunda mitad de los 80, Hexágonos, Arte Calle, 4×4, el Proyecto Castillo de la Fuerza y la exposición “El objeto esculturado”, articularon un nuevo discurso que, usando profusamente símbolos y metáforas visuales, reinterpretaba la realidad y las construcciones ideológicas, a la vez que pretendía cierta autonomía de las regulaciones y directrices del aparato burocrático de la cultura oficial, al ganarse el apoyo del Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, el ISA, la Fototeca y las galerías  23 y 12 y L.

Los artistas implicados en esos proyectos, además de teóricos y críticos como Rafael Rojas, Gerardo Mosquera, Rufo Caballero, Iván de la Nuez y Antonio Eligio (Tonel), intentando conceptualizar, con su destreza para debatir, terminaron exasperando al régimen, que cada vez se mostraba más aprensivo y amenazado con todo lo que estaba ocurriendo en Europa Oriental.

Recordemos que Carlos Aldana, el por entonces jefe del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido Comunista y otros altos funcionarios del régimen, no ocultaban su preocupación y disgusto por lo que llamaban “tendencia a la crítica”.

sa “tendencia”, además de en las artes visuales, se sentía en películas como Papeles secundarios, la novela de Jesús Díaz Las iniciales de la tierra, en las canciones de Carlos Varela, Polito Ibáñez y Frank Delgado y en los poemas de María Elena Cruz Varela, Raúl Rivero y Manuel Díaz Martínez, que ya iban en curso de colisión con el régimen.

El 19 de abril de 1986, moviéndose a contracorriente de la Perestroika, Fidel Castro había anunciado el inicio del llamado “Proceso de Rectificación de errores y tendencias negativas”, y proclamado que “ahora sí vamos a construir el socialismo”, haciendo que hasta los más convencidos de los castristas se preguntaran qué coño se había estado haciendo hasta ese momento.

No demoraron los cierres de exposiciones y proyectos, prohibiciones, destituciones y represalias. El clímax ocurrió en 1988, cuando una turba paramilitar agredió a golpes a los poetas que participaban en una tertulia literaria presidida por Carilda Oliver en la librería El Ateneo, en Matanzas.

Se inició un éxodo de artistas y creadores, que en parte fue propiciado por el régimen, no solo para deshacerse de los que le resultaban incómodos, sino también para internacionalizar el arte cubano y sacarle dividendos a mediano y largo plazo, como han demostrado las Bienales de La Habana que se celebran desde 1984.

A pesar de la represión contra los grupos de activistas de derechos humanos a los que Fidel Castro calificaba despectivamente como “grupúsculos”, y de la prohibición de Sputnik y Novedades de Moscú en diciembre de 1989, el llamamiento al IV Congreso del Partido Comunista, a inicios de 1990, generó expectativas e hizo a muchos pensar que al fin vendrían las reformas.  

El Gobierno convocó a discutir en asambleas obreras el llamado al IV Congreso. Las reuniones se suspendieron en abril y volvieron a ser convocadas en junio. Un comunicado del Buró Político, publicado en el periódico Granma, dejó sentado que el partido único, la economía de planificación socialista y el liderazgo de Fidel Castro no estaban entre los asuntos a debate. ¡Ay de quien se atreviera a pronunciarse en las reuniones por algo que oliera a pluripartidismo y economía de mercado!

En el IV Congreso, celebrado en octubre de 1991 en Santiago de Cuba, donde en vez de la lectura del informe central, hubo un extenso discurso de Fidel Castro, se impuso el inmovilismo continuista. Los únicos cambios que hubo fueron la aprobación de algunos trabajos por cuenta propia, las elecciones directas de los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular y que el Partido Comunista añadiera el rótulo “martiano” a lo de marxista-leninista y se declarara el encargado de “salvar la patria, la revolución y el socialismo”.

Así, no hubo Perestroika, y los cubanos que la esperábamos nos quedamos con las ganas.

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