domingo, 30 de septiembre de 2018

Historia de una exclusión : Guillermo Cabrera Infante y el largo brazo de la Revolución Cubana.

Por Alicia Inés Sarmiento.

Resumen.

Este estudio intenta demostrar que la exclusión de la obra del premiado escritor cubano Guillermo Cabrera Infante del canon de la literatura hispanoamericana, que se traduce en el reducido número de trabajos críticos sobre la misma, obedeció a razones de índole ideológica. Se ha reconstruido, para tal fin, el contexto político y cultural de la Cuba castrista y su proyección sobre el Boom de la narrativa hispanoamericana, sobre la base de fuentes historiográficas, de las referencias de testigos y, básicamente, de los ensayos de Cabrera Infante recogidos en su libro Mea Cuba de 1992. En efecto, la represión del régimen comunista imperante en la isla motivó no solo el exilio del escritor sino su persecución fuera de Cuba y la retracción de la crítica académica afín a tal ideología.

El contenido histórico: razones de una exclusión.

En el año 1964, Guillermo Cabrera Infante1 recibe el premio Biblioteca Breve otorgado por la Editorial Seix-Barral y es uno de los cinco hispanoamericanos que lo reciben en la década del sesenta2. Esto permite suponer dos cosas, a saber: que la obra de Guillermo Cabrera Infante es reconocida como valiosa y que en la literatura de Hispanoamérica aparece un fenómeno inesperado: un grupo de jóvenes narradores se abre, finalmente, espacio en Europa, y gana un público más amplio para sus obras. Como diría José Donoso la novela hispanoamericana comenzó a hablar un idioma internacional3. En efecto, una serie de circunstancias se conjugan para que la década del sesenta resulte particularmente propicia para que tal internacionalización se produzca y genere un fenómeno de curiosas características: el Boom. Acerca de este fenómeno -al que la historiografía literaria ya ha puesto en perspectiva y ha sometido a revisiones4-, sólo apuntaremos ahora, aquellos datos que hacen bascular la interpretación hacia la impronta ideológica, fuerza decisoria no suficientemente señalada y en muchos casos minimizada, en los balances actuales. 
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Mariela Castro: “No impongo ni dicto nada.”

Por Agencias

La diputada y directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) de Cuba, Mariela Castro, hija del dictador Raúl Castro, afirmó hoy que ella no impone ni dicta “nada”, en referencia al debate sobre la reforma constitucional que abriría las puertas al matrimonio homosexual en la isla.

“No impongo ni dicto nada, solo promuevo derechos desde la reflexión y el análisis, desde mi responsabilidad social como directora de una institución científica que entre sus funciones tiene la de promover los derechos sexuales de todas las personas”, escribió Castro en su cuenta de Twitter.
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viernes, 28 de septiembre de 2018

jueves, 27 de septiembre de 2018

No me gusta lo que está pasando en Cuba.

Por Cubanos por el mundo.

El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo este miércoles a periodistas en Naciones Unidas que ha sido proactivo con Cuba porque lo que está pasando en la isla no es de su agrado, ni tampoco lo que sucede en Venezuela.

“No me gusta lo que está pasando en Cuba”, subrayó el mandatario, y agregó que tampoco le agrada lo que está sucediendo en Venezuela.
El mandatario criticó además el acercamiento de la Administración Obama con el régimen de La Habana.

“No me gusta lo que hizo Obama, ni tampoco le gustó a los cubanos que viven en Estados Unidos o sufren en la Isla”, respondió Trump a una pregunta del reportero de TV Martí, Tomas N. Regalado, durante una conferencia de prensa al margen de las actividades de la 73 Asamblea General de Naciones Unidas.

“Obama les dio un pase y eso no me gustó, tampoco les gustó a muchos cubanos aquí en nuestro país, en Miami. No me gusta lo que hizo, he acabado con mucho lo que hizo”, recalcó el presidente.

Trump añadió que ha puesto fin a la mayor parte de esa política de acercamiento con La Habana, y subrayó que tampoco le gusta lo que está pasando en Venezuela.

“He dicho siempre que el socialismo no funciona y el mejor ejemplo es lo que está pasando en Venezuela”, concluyó Trump.

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La verdad del 26 de julio de 1953.


Por décadas la dictadura de La Habana ha permeado a su pueblo con mentiras acerca de hechos históricos. El gobierno castrista teme a la verdad porque pone al descubierto sus crímenes, manipulaciones y falsedades. En Radio, TV Martí y Martinoticias.com, comprometidos con la verdad y la memoria histórica, iniciamos en este programa “Levántate Cuba" una serie de segmentos especiales. Hoy con la primera entrega.


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El juez Kavanaugh y las doncellas.

Por Arnaldo M. Fernández.

Nadie sabe ya ni siquiera el pasado que le espera por obra y gracia de la resistencia, esto es: de la bandería de quienes se resisten a creer que Trump desbancó al cartel Clinton-Obama sin otra ayuda que su campaña y los votantes.

Al juez Brett Kavanaugh, nominado por Trump para el Tribunal Supremo, no tenían por donde cogerlo cuando la senadora Dianne Feinstein (D/CA) sacó a última hora de la manga una carta de la Dra. en Psicología Christine “Chrissy” Blasey Ford que puede resumirse así:
  • Kavanaugh me agredió física y sexualmente a principios de la década de 1980 en el preuniversitario. Cometió este acto con la ayuda de Mark Judge. Ambos estudiaban en una escuela privada local y eran uno o dos años más viejos que yo
  • La agresión tuvo lugar en una casa de los suburbios de Maryland, donde estábamos de fiestecita yo y cuatro más [Kavanaugh, Judge, Patrick Smyth y Leland Ingham Keyser]
  • Tras abandonar yo la sala y subir por una corta escalera para ir al baño, Kavanaugh me metió en un cuarto y me tiró a empujones sobre la cama
  • Kavanaugh y Judge cerraron la puerta y pusieron música alta para que no fructificara ningún intento mío de pedir auxilio a gritos
  • En estado de embriaguez, Kavanaugh se puso encima de mí y trató de quitarme la ropa mientras me tapaba la boca. Tuve miedo de que pudiera matarme sin querer
  • Judge estaba ebrio también y de vez en cuanto saltaba sobre Kavanaugh. Lo mismo gritaba dale que aguanta, hasta que en un salto ambos no quedaron ya sobre mí y pude levantarme. Corrí hacia un baño en el pasillo y me encerré allí
  • Kavanaugh y Judge bajaron la escalera dando tumbos. Mientras conversaban con otras personas, yo salí del baño hacia fuera de la casa y regresé a la mía.
  • Nunca más vi a Kavanaugh y una sola vez a Judge. Por causa del asalto, recibí tratamiento médico.
Lo mejor del cuento es que Judge, Smyth y Keyser niegan haber estado jamás con Kavanaugh y Ford en ninguna fiesta. Para evitar suspicacias, Keyser fue “amiga de toda la vida” de Ford y su única donación política fue a un senador demócrata.
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miércoles, 26 de septiembre de 2018

La completa.

Por Esteban Fernández.

Muchísimos cubanos no conocieron, o no se acuerdan, o nunca vieron “la completa”. Sin embargo “la completa” es una de las muchas cosas que yo me enorgullezco de la época gloriosa que nos tocó vivir a muchos.

Y, desde luego, no es necesario decirles que la juventud cubana actual adoctrinada hasta la medula solo les han metido en sus cabezas historietas sobre “los oprobios del pasado” y esta quizás sea la primera vez que leen algo sobre la “completa”.

La “completa” simplemente garantizaba en mi pueblo (y quizás en todas partes) que nadie se acostara a dormir con la el estómago vacío.

Les explico: en restaurantes y fondas de mi terruño servían un tremendo plato de comida por 20 o 25 centavos. No era langosta ni caviar, pero traía una porción enorme de arroz, frijoles negros, diferentes tipos de potajes por encima, yuca, malanga, plátanos, aguacate, boniato, y muchas veces hasta un trozo de carne de res o de puerco.
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Reguetón y ‘guerra civil’ entre algunos cubanos.

Por Iván García.

Con una barba de seis días, espejuelos de pasta negra y un corte de pelo moderno que le da un toque de farandulero, llamémosle Yander, representante de un reguetonero de segunda clase, cuenta ciertas interioridades de ese mundo.

“La mayoría de los reguetoneros son marginales de barrios duros donde predomina el lenguaje violento, las malas palabras y los hechos delictivos. Muy pocos han estudiado música. La llevan en sus genes, como muchos cubanos. Se inician en el mundo del reguetón como una forma de triunfar y hacer dinero. Pero es mejor que ir a la cárcel”, dice y añade:
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sábado, 22 de septiembre de 2018

José Agustín Goytisolo: Vida de Lezama.

En el año mil novecientos diez, cuando la revolución en México
y las entonces consideradas enormes huelgas del Sarre y Liverpool,
disuelto el acre humo de los incendios de la Semana Trágica de Barcelona,
mientras los poderosos trusts empezaban a proyectar la construcción
de los primeros y bellísimos aeroplanos en serie
de cara ya al negocio que hoy se llama la Primera Gran Guerra,
un diecinueve de diciembre, oigan, al caer Sagitario, en el umbral
de un invierno que cuentan fue muy duro
-su signo, el fuego; su planeta, Júpiter; energía y sapiencia-
en el campamento militar de Columbia, al otro lado del río Almendares,
casi en la misma Habana,
nació un niño al que luego, entre oraciones, alegría de turno y tibias aguas,
impusieron los nombres de José, de María, de Andrés y de Fernando.
Era su padre el coronel Lezama y Rodda,
ingeniero artillero que murió en Fort Barrancas, Pensacola, de unas fiebres malignas,
y su madre la dulce Rosa Lima y Rosado,
hija de una familia que luchó muchos años cuando la independencia
de la Colonia, y conoció el exilio,
y comió el duro, amargo y negro pan del desterrado.
Ah, qué fácil resulta decir ahora que el débil muchacho que creció
luego como una inmensa ceiba
y que mientras escribe alivia los tabacos interminablemente,
se formó, ya en sus juegos en los patios traseros de cuarteles y sofocantes explanadas,
bajo aire y disciplina militar, viendo los ejercicios de aquellos
soldaditos medio West-Point y medio zarzuela,
en los días insólitos de una República alegre y confiada.
Pero no ocurrió así y hoy Lezama conserva tan sólo de su infancia
el singular recuerdo de una hermosa retreta floreada,
de un desfile brillante en medio de señoras con loro y abanico,
o una imagen de crines y banderas que en su memoria ondean todavía.
Muerto el padre, el muchacho y su familia se trasladan al domicilio de la abuela materna,
y allí viven diez años entre libros, jarrones, mecedoras y un amor torturante por su reino perdido,
mientras se agrava el asma que el poeta padece desde que iba en pañales.
Así comienza a leer, en las convalecencias con olor a eucaliptus y miel virgen,
toda clase de obras, desde el Quijote y La Isla del Tesoro,
y cuando cede su dolencia, con cartera y plastrón y zapatos de un negro de ala de aura,
como buen bachiller, estudia silogismos y ecuaciones de segundo grado,
en tanto que la Europa de entreguerras baila furiosamente el charlestón
y en Norteamérica crecen enormes las colas delante de los cines.
Años después, el veintinueve, de infausta y cruel memoria para el mundo cristiano -no lo olviden, el crack-,
el joven y su madre habitan nueva casa en una dirección que hoy conocen hasta los gatos más tontos de la isla:
calle de Trocadero 162, Habana Vieja.
Habana Vieja, vida nueva y vuelta a comenzar con la estrechez y el asma
y ahora estudios de leyes en la Universidad, en donde participa del lado de la muerte, como él dijo,
en la rebelión popular contra el gobierno de Machado.
Por ese tiempo le alcanza, como un rayo de luz entre las mil lecturas de otros clásicos,
el cuchillo de Góngora, que punza, hiere y ordenando coloca jerarquías;
después siguen Rimbaud, Mallarmé, Valéry, el gigantesco Proust y también Lautréamont,
y el reposo y rescate de los poetas de Cuba, desde el hondo y remoto Silvestre de Balboa,
hasta el vaso violeta de Julián de Casal;
y también Eliot, Pound y especialmente Juan Ramón Jiménez
con el que departió largamente cuando su viaje a la isla.
Lezama, ya convicto y confeso de poeta, mientras sigue escribiendo en los cafés
y gasta el pavimento de las mil librerías de viejo de su barrio,
inicia la era de las fundaciones: las revistas Verbum,
Espuela de Plata y Nadie parecía, del año treinta y siete hasta el cuarenta y cuatro.
Don José, ahora graduado, trabaja en un bufete y ha publicado Muerte de Narciso,
Enemigo Rumor y los espléndidos poemas que forman Aventuras sigilosas,
cuando, junto a Rodríguez Feo, emprende la obra poética más temeraria y lúcida que se vio en el Caribe
que es imprimir la joya repetida que fue Orígenes en sus cuarenta números:
toda la poesía del mundo en unas cuantas páginas.
Más tarde escribe La fijeza, con el gran mulo rapsodiado y el invisible arco de Viñales,
y rompiendo clausuras salta tierra adentro hasta un México que tanto conocía sin salir de casa,
y en seguida comprueba en otro viaje que era cierta su imagen de Jamaica como una isla de sueño y coromantos.
Escribe prodigiosos ensayos, come como un caimán y lee más que nunca
-oh endriago reposado, ballenato de amor, cómo lo haría-
y van apareciendo los primeros capítulos de Paradiso, que abrasan el papel bajo su pluma y a él mismo purifican.
Pero en medio de todo, Lezama huele el aire cargado de presagios,
adivina que está por terminar el banquete siniestro de los años cincuenta,
y sabe que un país sometido sólo alcanza el triunfo si le mueve a pelear su dignidad,
porque el hambriento sigue comiendo de su hambre y el mezquino traga los desperdicios y agradece la mano que le humilla,
pero el loco, el poeta, ese combate y vence por amor.
Después de los años terribles de furia y de cadáveres tendidos en los parques
ya por su calle Trocadero pasan los primeros barbudos entre palomas y banderas,
seguidos de muchachos, de viejos, de mulatas y negros relucientes y bellísimos,
y él comprende muy pronto que su sitio está allí, en la Habana Vieja,
con su libreta de racionamiento y su asma,
y con todo el amor que ha acumulado por esa isla terrible y hermosa que es su patria
a la que tantos negarán más tarde al conocer su verdadero rostro.
Y allí sigue, leyendo y escribiendo entre grandes montones de papeles,
y ya nadie, ni el que se fue, ni el que se queda y miente,
ni el que no comprendió y aún sigue sin ver claro,
podrá hacer que equivoque el camino o confunda la historia,
historia que algún día sus amigos hemos de celebrar
con un festín de quince o veinte platos y vinos increíbles
alrededor del poeta que alivia los tabacos interminablemente,
del mago, del terco mulo, del asmático insigne,
del ruiseñor barroco que nació el año diez, al caer Sagitario,
en el umbral de un invierno que cuentan fue muy duro, amor, amor.


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Emigrados cubanos apuntalan la economía de la Isla.

Por Iván García.

Emigrados cubanos apuntalan la economía de la IslaLa terminal 2 del Aeropuerto Internacional José Martí en el municipio Boyeros, a 35 minutos en automóvil del centro de La Habana, es lo más parecido a un andén de ferrocarril de cualquier paraje distante en Centroamérica.

El piso sucio. Taxistas depredadores cobran por una carrera tarifas similares a las de Nueva York. Personas bebiendo cerveza como cosacos mientras esperan la llegada de sus parientes de Miami.

Cuando por la puerta de la terminal aérea comienzan aparecer los cubanos residentes en la Ciudad del Sol, cargados de paquetes, televisores de pantalla plana como Santa Claus en Navidad, los familiares agitan sus manos y gritan su nombre para que los reconozcan entre la multitud que se arremolina a la salida del minucioso control aduanal.
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lunes, 17 de septiembre de 2018

El metro de La Habana que no fue.

Por Alberto C. Toppin.

El metro de La Habana que no fue

Lenin no está en Cuba, se sabe, pero tampoco está en Rusia. Lleva algunos meses de visita en España, entre Andalucía y Palma de Mallorca, acostumbrándose al inicialmente molesto ceceo de los ibéricos. Porque Lenin es Lenin y, al mismo tiempo, no lo es. Cincuenta y ocho años, cubano, medio tocayo de una de las figuras soviéticas más conocidas de todos los tiempos. Medio, porque Lenin es su segundo nombre. Hoy casi nadie le llama Pablo, y menos por sus dos apellidos, Ledo Galano.

Pero su nombre no es la única relación que guarda con la extinta URSS. Tras el preuniversitario, al no recibir una plaza para estudiar Relaciones Internacionales, estudiaría en una universidad moscovita. Años después terminaría como Director Económico del Metro de La Habana.

Porque varias veces se pensó construir un tren metropolitano en la capital cubana, aunque siempre se recuerda la ocasión más cercana: los años 80.

La idea de un metro -que, por supuesto, sería principalmente subterráneo- nacería en los años 20, con el surgimiento de la Compañía Ferrocarrilera del Norte y Sur de Cuba (Cuba North and South Rail Road Co.). Para el 20 de mayo de 1921, ya estarían concebidas las principales rutas del futuro subway.
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jueves, 13 de septiembre de 2018

Rentar un auto en Cuba, plagado de corrupción y mala atención.

Por  Henry Chirinos.

Ir a vacacionar en Cuba no siempre puede ser del todo relajante. Aunado a los malos servicios que ofrecen algunos hoteles, otros aspectos, como rentar un auto, puede convertirse en toda una odisea, o sino pregúntenle a Ernesto Agüero, un cubano residente en Miami que quiso reencontrarse con sus raíces, pero terminó consiguiendo las razones por las que muchos deciden abandonar la isla.

Renta de autos CubacarEl antillano intentó rentar un auto para sus vacaciones en La Habana, por lo que pagó la cantidad de mil 250 dólares por un Geely Engrand desde Miami, antes de viajar.
“Me indicaron que debía recogerlo en el Hotel Meliá Habana a las 10 de la mañana el día de mi llegada y que todo estaba bien coordinado. Yo quería rentar el auto por 12 días pero solo tenían disponible uno por 8 días. Me aconsejaron que lo tomara porque no hay autos de renta y ese era el único disponible en la fecha que yo viajaba. Enseguida y sin demoras me cobraron unos 1.250 dólares. Yo estaba confiado porque ya había reservado y pagado mi auto. Me explicaron que allá en La Habana haciendo algunos regalitos podría conseguir la prórroga por los días que me faltaban”
 Pero el día que le tocaba retirar su auto todo fue diferente a lo que le ofrecieron, detalló a CubaNet.
“Al llegar al hotel que me habían indicado, para recoger mi auto a las 10 de la mañana como estaba dispuesto, me notificaron en las oficinas de Cubacar que el modelo que yo había rentado desde Miami no estaba disponible, que me podían dar un auto mas chiquito y de trasmisión manual, de lo contrario debería esperar varias horas a ver si se resolvía el problema. Cada hora que pasaba iba a la oficina y me ponían una nueva traba o un nuevo pretexto, pero yo seguía esperando”.
Tras esperar cinco horas en el lobby del hotel que ni aire acondicionado tenía, Ernesto decidió dirigirse a la oficina de Cubacar para quejarse por el mal servicio.
“Al final fui trasladado por un trabajador hacia un hotel cercano donde apareció mi auto. Ahí comenzaron los trámites y el papeleo pero ya había perdido 6 horas de mi primer día de vacaciones. Las prórrogas de los autos están prohibidas en Cubacar, pero pude continuar disfrutando del carro 4 días más porque le hice un regalito de 200 CUC a uno de los funcionarios de la empresa, que sutilmente me dijo que me resolvería”, añadió Ernesto.
El cubanoamericano Jesús Pérez vivió una experiencia similar. Rentó un auto a través de Internet, pero este vino con notables desperfectos mecánicos.
“Rentamos un auto Peugeot, no sé con exactitud de que año sería, pero tenía muchos problemas mecánicos. El aire acondicionado no funcionaba bien, el asiento del pasajero estaba roto y no se sostenía de forma vertical por sí solo, todo era un desastre. Cuando fui a la agencia al día siguiente a quejarme y a que me lo cambiaran, el funcionario me dijo que si quería ellos me devolvían el dinero, pero que me iba a quedar a pie porque no tenían más autos para remplazarlo. Pagué un desastre de carro, a un precio más que elevado”, comentó.
Por otro lado Noel Jiménez, trabajador de Cubacar, explicó que la condición de los autos se debe al mal estado de las carreteras cubanas, además de que el Estado no les hace el mantenimiento adecuado.
“Las carreteras en Cuba están en muy mal estado, llenas de baches, así no hay carro que aguante, se daña la dirección, la suspensión, sufren las gomas, apartando que las personas no son lo suficientemente cuidadosas. Se han dado casos en que los han usado para transportar langostas y todo tipo de cosas ilegales, los autos son devueltos sucios y a veces con muy mal olor en su interior. Es cierto que ya muchos están en mal estado, pero nosotros solo recibimos un salario, arreglar los carros es responsabilidad del gobierno, y nosotros somos los que ponemos la cara a los clientes.”
Los sobornos en la renta de autos se ha hecho un “mal necesario” para quienes planean visitar Cuba y no quedarse a pie.
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Dos películas presentarán como héroes a los cinco espías cubanos condenados en EEUU.

Por Mario J. Pentón.

La historia de los cinco espías cubanos condenados en Estados Unidos llegará a la gran pantalla muy pronto, y por partida doble.

Las canadienses Pictou Twist Pictures y Picture Plant se han asociado con el estatal Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) para llevar al cine ‘Los Cinco’. El filme narrará un “inspiradora historia de idealismo y altruismo”, en palabras de Terry Greenlaw, uno de los productores, a la revista Variety.

“Los Cinco cedieron los derechos de su historia al Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) y Pictou Twist, Picture Plant y Conquering Lion Pictures los adquirieron”, dijo en un comunicado dirigido a el Nuevo Herald una vocera de esas productoras.

La misma fuente aseguró que ninguno de los cinco espías residentes en Cuba recibirá pagos por concepto de derechos. Tras su regreso a la isla (tres de ellos después de ser indultados por el ex presidente Barack Obama en 2014), los espías se convirtieron en funcionarios del gobierno y miembros de la Asamblea Nacional.
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miércoles, 12 de septiembre de 2018

Tres escritores.

Por Angel González Fernández.

Lezama Lima, Cabrera Infante y Reinaldo Arenas

Un día de hace ya algunos años descubrí que la literatura cubana estaba incompleta. En realidad, no era que estaba incompleta, sino más bien inédita. Pero, ¿dónde estaba inédita? Por ese tiempo mis lecturas estaban limitadas por lo que podía encontrar en las librerías habaneras. No había escuchado todavía el eco, desfigurado y lejano, del golpe que produjo para muchos intelectuales cubanos el exilio. Me había surgido la más básica e ingenua de las preguntas: ¿Cómo ser un escritor en Cuba sin literatura nacional? Lo que podía sospechar gracias a los cuentos de la antillana de "Acero" de Eduardo Heras León, o a la procacidad ligera de "Al cielo sometidos" de Reinaldo González. Eso no era lo que yo buscaba.

Hubiera podido intentarlo por la vía del escritor argentino (había leído a Borges y a Ricardo Piglia, y hasta alguna novela de Juan José Saer), pero no cubano. Me estaba dado pasear como un flâneur por los escasos pasajes habaneros o sufrir el cal@r del verano, mas faltaban, a la entrada de la segunda década del siglo XXI, (siendo tímido) más de 40 años de tradición. Reinaldo Arenas era completamente prohibido, Cabrera Infante solamente existía dentro de las páginas del consorcio intelectual que fue Lunes de Revolución, Lezama y otros republicanos eran reivindicados a medias, la revista Mariel era una mala palabra y el haber leído una revista Diáspora(s) era casi como pertenecer a una conspiración. En realidad, los libros que suponen estas menciones eran, como antes lo fueron los origenistas, los verdaderos “libros perdidos”. Lo que parece darle la razón a Rafael Rojas cuando dice que “los cubanos de adentro son exiliados del espacio, los de afuera del tiempo”.
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La impunidad dictatorial de izquierda.

Por Roberto Álvarez Quiñones.

Ante el éxodo de proporciones bíblicas de millones de venezolanos huyendo de su país como consecuencia del cataclismo social, económico, político y existencial causado por la dictadura chavistacastrista, los gobiernos de Latinoamérica hasta ahora tratan de mitigar los efectos de esa crisis humanitaria, pero no ayudan a los venezolanos a eliminar las causas que la han provocado. O sea, juegan con la cadena, no con el mono.

En Guayaquil, Ecuador, se reunieron 14 países. Sus representantes gubernamentales hicieron buenas propuestas sobre cómo dar asistencia a los venezolanos migrantes, pero no tomaron medidas concretas contra el régimen de Nicolás Maduro. Nada dijeron de aislarlo diplomáticamente, ni de exigirle que se vaya del poder con sus apandillados. Le pidieron que acepte ayuda humanitaria para que no se vaya tanta gente del país.
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lunes, 10 de septiembre de 2018

Educación gratis y repasadores.

Por Raúl Rivero.

En un esfuerzo inútil, pero hecho con fervor revolucionario, este año los funcionarios cubanos han llenado el sistema educativo de remiendos, parches, prótesis, peluquines y rejuegos mágicos y tramposos para seguir presentándolo como un símbolo triunfal de la propaganda del régimen.

Lo que pasa que, entre otras cosas, en el curso que inauguraron con discretos bombos y discretos platillos, faltan nada más y nada menos que 10 mil maestros.

No se trata de que los educadores de la isla sean los empleados más ambiciosos y despiadados del universo, ni que alguno se quiera enriquecer o vivir una vida por encima del nivel de los otros ciudadanos por la circunstancia de que trabajan en uno de los dominios más importantes del país. No. No es eso.

La ausencia de maestros se debe a que muchos hombres y mujeres trabajan en duras condiciones y reciben uno de los salarios más bajos de la nación: 533 pesos, unos 21 dólares al mes.

Nadie puede dudar de que la falta de profesores se tiene que suplir con personas de otros universos, con gente a quien suele faltarle, además de la vocación y la pasión que debe de estar en la programación genética de un maestro, le falte también la preparación, el nivel y la capacidad para ejercer el siempre complejo oficio de enseñar.

Las mismas autoridades han reconocido que para rellenar su plantilla de maestros se han visto obligados a acudir a viejos profesionales jubilados, estudiantes, empleados de otros sectores, universitarios de diferentes carreras y a funcionarios del sector educacional que se han visto obligados a dejar la simple burocracia para hacerse cargo de un aula y un grupo de alumnos.

Los padres son, en el fondo, los héroes de estas jornadas porque, normalmente, deben aportar dinero de sus bolsillos para la reparación y la pintura de las escuelas, comprar en divisas algunos de los elementos que se exigen para la asistencia a clases, pagarle a maestros retirados para que le hagan repasos a sus hijos y declararse públicamente agradecidos por una educación gratuita que cada año pierde más profesores.

Termino esta nota con un subtitular que acabo de leer en un panfleto oficial cubano:
“Según Desmine Kennedy, directora adjunta interina de Operaciones Escolares de Jamaica, desde que el gobierno cubano comenzara a enviar profesores a su país, un total de 369 especialistas han sido reclutados. Los maestros de la Isla han sido empleados para enseñar español, matemáticas, educación física, química, física, biología y ciencias integradas.”
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En Cuba el que no cría animales no come carne.

Por Jandery Albornoz.


A pesar de la escasez de agua en los sectores más desfavorecidos de la Isla, los ciudadanos se ven en la necesidad de criar animales para poder comer carne.

La crisis que vive Cuba, afianzada por la indolencia del régimen dictatorial, ha llevado a sus habitantes a criar animales en sus casas para poder comer carne, aún ante la escasez de agua y sabiendo los peligros sanitarios que eso conlleva, ya que en las carnicerías brilla por su ausencia.
“Si cuento solo con lo que llega a la carnicería, se me mueren los hijos de anemia, dice Heriberto, uno de los tantos guantamaneros que han decidido criar animales en sus casas y patios para remediar la carencia de carne en la dieta de su familia.”
 La situación recuerda el llamado “Período Especial”, cuando miles de cubanos de todo el país intentaron criar animales incluso en bañaderas ante la escasez de alimentos, según reseña Diario de Cuba.

“Hay que tener un animalito por necesidad”, apunta Belkis Reyes, una obrera. “El pollo antes lo daban mensual y ahora lo dan diez veces al año. Parece que el año tiene diez meses”, añade refiriéndose a los alimentos que vende el Gobierno a través del sistema de racionamiento.

Heriberto decidió cambiar su apartamento en el reparto Caribe por una vivienda en el Raposo, unos de los barrios marginales del municipio cabecera de Guantánamo.

En el reparto Caribe “pasé los momentos más difíciles del Período Especial, recuerda. Eso me impulsó a comprar en esta parte de la ciudad para poder criar unos puercos y pollos, porque tengo que alimentar a mi familia”.
“Yo recojo sobras en varias casas para los puercos porque el pienso, cuando aparece, cuesta 70 y 80 pesos (moneda nacional) cada lata. Si los tienes que criar solo con pienso, vale más la pena comprar carne a 25 pesos la libra”, calcula Heriberto.”
Otros ven la crianza de animales como la forma de ganar “un buen dinerito”.

La mayoría no calcula los riesgos para la salud a los que se enfrenta criando animales en casa. “La necesidad obliga y hay que arriesgarse”, afirma Belkis.

En cuanto a la acción de las autoridades sanitarias, un vecino del reparto Caribe relata lo ocurrido hace varios meses.
“Llegaron unos cuantos policías, gente de Planificación Física, los de Salud Pública y otros trabajadores movilizados, además de unos que estaban vestidos de civil y solo miraban a los que protestaban. Desbarataron todas las cercas que la gente había hecho en la parte de atrás de los edificios para criar allí sus animales. Aquello fue un crimen porque todo el mundo sabe que el cubano depende de eso para poder comerse un pedazo de carne. Después de eso, no han venido más. Parece que todo fue por una visita de altos dirigentes”.
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domingo, 9 de septiembre de 2018

Batistiana.

Por Zoé Valdés.

Hoy me he enterado, que una persona a la que casi apreciaba, y que ha pasado varias fiestas familiares en mi casa en París, le ha reprochado a una buena amiga, que cómo puede ser ella a su vez tan amiga de una batistiana, o sea, yo.

La persona en cuestión tiene casi noventa años, fue castrista, y hasta de los 'pone bombas' en los cines y esquinas, íntimo de Fidel Castro en su juventud, y por supuesto de los suyos, figura de las principales en la fracasada huelga del 9 de abril; aunque hace años vive exiliado en Puerto Rico. Llegó a mi casa de la mano de mi amigo, el pintor Guido Llinás, en paz descanse. Y por él lo recibí, no sin pensar en silencio que mi madre y yo en su vientre pudimos haber muerto con una de sus bombas en cualquier cine habanero. Bien, hoy me critica por batistiana, porque según él, lo soy.

Yo no puedo ser batistiana pura y dura, porque 'helás!', no viví esa época, mucho mejor sin duda que la me tocó vivir desde el mismo día en que nací. Soy, como saben, una escritora que desde muy joven, a cuenta y riesgo, se interesó por la figura de Batista, gracias a mi abuela, que sí era muy batistiana. Entonces, como llevo muchos años aguantando esa milonga o candanga, sólo porque anuncié públicamente que estaba escribiendo una novela sobre Batista, la que he terminado, por fin, voy a sellar esto de una vez.

Antes de escribirla, muy al inicio, sólo era eso, una escritora curiosa, más de lo habitual, alguien interesada en Batista frente a tanta mentira y oscurantismo que envolvía a su persona. Al terminarla, y después de tantos años acusada de lo que no soy, no sólo de batistiana, hasta de agente de la CIA y de no sé cuántas cosas más, confesaré algo: agente de la CIA no, pero batistiana sí. Por razones evidentes, siendo lo que haya sido Fulgencio Batista y Zaldívar (con sus fallos, como el de no haber matado comunistas y al propio Fidel Castro), nunca será peor de lo que lo fueron y lo son los Castro y su pandilla de esbirros mafiosos, incluido el terrorista que se comió con mucho gusto mi 'capón de nochebuena batistiano', no una, sino unas cuantas veces.

Lo único que le deseo es una muerte lenta, porque para colmo también es Obamista y antiMoñeta. Eso, muerte lenta, que vea cómo América vuelve a ser grande otra vez. No puedo decir lo mismo en relación a Cuba, porque el odio tan grande de aquellos terroristas, o sea el suyo, sólo es comparable a la imbecilidad e hijoeputez que consiguieron extender, e impregnar, en Aquella Isleta, cuya salvación ya es imposible, ni siquiera de imaginar o soñar.

Y al que no le guste, Mulsogar.


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viernes, 7 de septiembre de 2018

La Habana entre el mugre y mal olor en sus 500 años.

Por Jandery Albornoz.

Al parecer los dos compañeros más fieles que tiene La Habana son la mugre y el mal olor. Una capital en ruinas es lo que fotografían los turistas con sus cámaras de última generación.
Turistas pasean por calle habanera. Foto de Internet.

Los turistas que llegan a La Habana con sus cámaras fotográficas de última generación se llevan las imágenes de una capital en ruinas y llena de mugre por doquier.

El mal olor que emana de sus calles es impresionante, pues la “revolución” ha olvidado que el cuidado forma parte de una buena gestión, pero las dictaduras sólo velan por sus propios intereses sin importarles el pueblo, ni mucho menos la infraestructura de la Isla.

Cuba aparenta normalidad más allá de esos pasajes, reales y cotidianos, que nada tienen que ver con las noticias de la prensa oficial acostumbrada a reciclar la banda sonora manufacturada en los talleres del Partido único, reseña un reportaje de Cubanet.

Paradójicamente, es normal que los turistas se vean atraídos por los desastres provocados por un interminable ciclo de ineptitudes y torpezas cometidas por la burocracia nacional y lleguen en oleadas a la Isla.

Resulta incomprensible que los edificios despintados y a punto del colapso se hayan convertido en una atracción, mucho más si están habitados y un grupo de sus ocupantes juegan una partida de dominó justo entre el maderaje del apuntalamiento como si estuvieran en la terraza de una suite de un hotel cinco estrellas.

Las cordilleras de desperdicios en las esquinas y los bares en moneda nacional, con sus mesas mugrientas, baño de olores infernales, un perro callejero enclenque merodeando en busca de alimentos y un borrachín, entrado en años, entonando un bolero de los 50, también aparecen a menudo en el botín gráfico de los visitantes foráneos.

Se ha creado una especie de culto a los ripios de una dictadura que se acerca a su aniversario sesenta.

Duele que la inmundicia sea asimilada como parte del decorado de una gran obra política y social inconclusa por los presuntos efectos de un embargo, que a la luz de los hechos ha servido más como plataforma de legitimación a la cúpula de poder que como palanca para impulsar la transición hacia la democracia.

Los turistas van a continuar sordos y ciegos ante el dolor de muchos cubanos, sobre todo los que sufren represalias por su activismo a favor de un cambio, tales como los actos de repudio, las detenciones arbitrarias y las condenas a prisión.

Salvo raras excepciones, su misión es llevarse en la memoria de sus cámaras las pruebas de que la pobreza endémica no es óbice para estar deprimido ni mucho menos.
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martes, 4 de septiembre de 2018

domingo, 2 de septiembre de 2018

Descubrimiento de la libertad de la escritura y del idioma a través de "Tres tristes tigres".

Por Zoé Valdés.

¿Qué fuera de todos nosotros, los infantes infelices nacidos después del fatídico año 1959 sin la obra novelística de Guillermo Cabrera Infante? Cabecearíamos perdidos sin el barrio, sin la ciudad, sin el lenguaje, ese sensual “hablanero”, cómo él mismo llamaba al idioma de los habaneros, que se desliza con suavidad a veces, o a todo meter otras, como por sobre un tobogán hasta la punta de la lengua y ahí se empina y se impulsa lanzándose a la musicalidad o el desenfreno.
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