domingo, 22 de mayo de 2011

Florecen los restaurantes privados en Cuba.

De niño, Miguel Angel Morales Menéndez escuchaba todo el tiempo las historias de su abuelo sobre La Moneda Cubana, el almacén de la familia donde se vendían alimentos, bebidas y refrigerios, que fue cerrado en 1964 por la revolución de Fidel Castro.

Ramón Menéndez, un español que había emigrado de Asturias, falleció en la década de 1980, sin haber perdido nunca la esperanza de que su nieto reabriese algún día el negocio. Ello sucedió finalmente en enero, cuando Morales inauguró un elegante restaurante en el mismo sitio, en el corazón de La Habana Vieja.

"Mi abuelo estaría orgulloso", declaró Morales, quien en su fuero interior nunca pensó que fuera un sueño irrealizable.

Luego de trabajar por años en restaurantes del gobierno y en establecimientos medio clandestinos, chefs y gastrónomos están mostrando sus talentos en una serie de restaurantes privados nuevos en La Habana. Desde enero se han inaugurado decenas de estos comercios de alimentos tras liberalizarse un poco las restricciones a la iniciativa privada.

Hay sitios nuevos como La Moneda Cubana, que ofrece bistecs y langosta a la mitad del precio que cobra un restaurante del gobierno a la vuelta de la esquina, y también sitios con historia, como La Guarida, donde se filmó la película "Fresa y chocolate", que fue reabierto.

Hay de todo, desde sitios baratos como La Pachanga, que ofrece batidos de guayaba y hamburguesas de cuatro dólares hasta las cuatro de la mañana, hasta el elegante Café Laurent, que ocupa un penthouse y sirve más que nada a extranjeros, quienes pagan unos 30 dólares por cabeza, más que el sueldo mensual promedio en Cuba.

"Hacía tiempo que esto era necesario", manifestó José Antonio Figueroa, de 39 años, uno de los socios del Café Laurent. "Es la posibilidad de lograr lo que queríamos".

Luego de trabajar seis años en El Templete, un restaurante oficial muy cotizado, Figueroa, otro administrador del lugar y un asistente de cocina abrieron su propio sitio apenas cambiaron las normas y se autorizó este tipo de iniciativas.

La idea era crear algo fresco, nuevo, propio. En el Café Laurent pueden fijar sus propios precios, experimentar con el menú y elegir a los empleados más entusiastas. Les pagan lo suficiente como para asegurarse de que el personal no se lleva los mejores cortes de carne para alimentar a sus familias.

"No hay que consultar tanto (con los superiores). Tomamos las decisiones", expresó Figueroa.

Los nuevos restaurantes son muy bien vistos por la gente de recursos monetarios y por turistas cansados de la comida y el servicio de muchos de los locales del gobierno.

"La comida es mucho mejor, lo mismo que el servicio", comentó Simon Castellani, un estudiante de 21 años de Copenhague, Dinamarca, que cenó camarones frescos en el Café Laurent una noche reciente durante su visita a la isla.

A su llegada, Castellani frecuentó los típicos lugares para turistas de La Habana Vieja. Seis semanas después, le aconsejaba a los visitantes: "Vayan a estos sitios nuevos".

Las autoridades permitieron la apertura de restaurantes privados en 1993, durante un "período especial" de extrema austeridad motivado por la debacle de la Unión Soviética, pero a los pocos meses dieron marcha atrás.

En 1995 implantaron una política más elaborada, que contemplaba el funcionamiento de "paladares" de no más de 12 asientos, en los que no se podía servir bistec ni mariscos. Tampoco podía haber música en vivo y todos los empleados debían ser familiares o vivir en el sitio.

Los paladares tuvieron su momento de mayor esplendor entre 1996 y 1997. Después, el gobierno decidió que ya había pasado lo peor y subió los impuestos enormemente. Además, la emprendió contra los locales que no reportaban todos sus ingresos o violaban las normas.

"Empezaron a desbaratar este experimento", sostuvo Ted Henken, profesor de sociología y estudios latinoamericanos en el Baruch College de Nueva York, quien ha estudiado estas microempresas cubanas a lo largo de una década. "Creo que se debió mayormente a la aversión ideológica de Fidel Castro hacia este tipo de cosas".

Solo un puñado de paladares sobrevivieron, los más exitosos, pero incluso La Guarida -por cuyas mesas pasaron figuras como Jack Nicholson, Jodie Foster, Sting y la reina Sofía de España-, cerró en 2009.

A fines del año pasado, no obstante, el gobierno del presidente Raúl Castro anunció reformas: se permitían los restaurantes para hasta 20 personas, la venta de langosta y bistecs, y ya no era necesario que trabajasen exclusivamente familiares.

"Eso era una mentira. En ninguna familia todos son gastrónomos o cocineros", dijo Morales.

Se calcula que desde entonces abrieron entre 60 y 100 restaurantes en La Habana. Algunos son totalmente nuevos, otros reabrieron sus puertas y no faltan los sitios que funcionaban clandestinamente y ahora lo hacen en forma legal.

También están surgiendo restaurantes privados en ciudades como Pinar del Río, otro destino turístico. En Santiago de Cuba, la segunda ciudad más grande del país, numerosas casas ofrecen ahora helados y frutas.

Los dueños de los restaurantes nuevos dicen que en este momento es más fácil conseguir las licencias necesarias y que los inspectores del gobierno hasta ahora se han manejado en forma profesional.

Aunque Fidel Castro admitió que en la década de 1990 liberalizó un poco la economía a regañadientes, forzado por las circunstancias, Raúl siempre dijo que la isla debe modernizarse y que estas medidas no serán anuladas más adelante.

"La gente piensa que es distinto a Fidel", afirmó Henken. "Hay un nuevo jefe, y ese jefe no considera a esta gente como personas que violan la ley, sino como trabajadores honestos, que deben respetar las normas y ser controlados".

Administrar un restaurante puede ser una tarea ardua. Los impuestos son altos -un gastrónomo calculó gastos mensuales de al menos un 60% de las ganancias este año-, la provisión de ingredientes frescos no es confiable y no hay crédito. El gobierno está considerando ofrecer préstamos, pero por ahora buena parte de estas iniciativas surgen con el aporte de familiares del exterior.

Además hay gran competencia por atraer a turistas, empresarios extranjeros, diplomáticos y cubanos de recursos económicos. Es un mercado pequeño, en el que puede sobrevivir una cantidad limitada de restaurantes, y algunos paladares ya devolvieron sus licencias o renunciaron a proyectos más ambiciosos.

Raúl Castro dijo que no piensa desmantelar el sistema socialista ni dejar que los individuos acumulen demasiada riqueza, y no hay garantías de que no se vuelva a dar marcha atrás con las reformas.

"Ya vivimos todo esto", dijo Rafael Romeu, presidente de la Asociación de Estudios de la Economía Cubana, una agrupación independiente que investiga la economía isleña. "Cuba tiene un límite flexible, que va y viene, en cuanto a la tolerancia de la actividad privada por parte del sector público".

Es así que los gastrónomos cubanos reducen sus expectativas por ahora.

"No pretendemos tener una cola de personas frente a la casa esperando para comer", expresó Niuri Ysabel Higueras, de 36 años, que con dos hermanos opera uno de los restaurantes nuevos más bonitos, L'Atelier, que funciona en el último piso de una mansión de 1860 en el barrio El Vedado, donde sirve comida cubana experimental, desde ceviche y almejas au gratin, hasta falafel y babaganoush.

"No queremos llevar una vida de ricos ni de millonarios. Solo quedar bien con los clientes y que nos quede algo para nosotros, sin tanto escándalo", expresó Herdys Higueras, hermano de Niuri.

Eso podría cambiar si hay una apertura más grande y si Washington levanta el embargo económico y la prohibición de viajar a la isla que pesa sobre los estadounidenses. Muchos dicen que esto es inevitable y que los paladares podrán absorber la invasión de turistas que se espera si eso sucede.

"Qué bueno que haya sucedido", dijo Figueroa. "En algún momento vendrá un nuevo turismo americano (estadounidense). Es bueno estar preparado".
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sábado, 21 de mayo de 2011

Los cambios en la esfera empresarial.

Por Elías Amor Bravo.

Si en los diez primeros "lineamientos" aparece con especial incidencia el papel socialista de la economía, la prioridad de la planificación y el orden y disciplina como elementos fundamentales de la estrategia de cambio propuesta por los comunistas cubanos, en los lineamientos que van del 11 al 24 en los que se hace referencia a la "esfera empresarial" aparece un espíritu diferente y a la vez contradictorio. Veamos por qué.

El término "esfera empresarial" no acaba de gustarme. Considerar a las empresas como una esfera, o pensar en la organización empresarial como una forma esférica, es aceptar la visión compartimentada que caracteriza a la economía castrista, y que hace muy difícil su funcionamiento eficiente. Entender cada una de las actividades que integran la economía como estancos aislados y de forma esférica, es pensar en términos de un "universo estelar", que gira y gira dando vueltas a lo tonto, que nada tiene que ver con las interdependencias y cruces que caracterizan a la economía real.

Aparte de esta cuestión sideral y astronómica para situar en qué piensan los comunistas cubanos al hablar de las empresas, en el "lineamiento" 11, cuya redacción mejora respecto del texto inicial en términos de moderno "Management empresarial", al eliminar "organizar y realizar" por su inclusión en el término "dirigir", se propone, como añadido respecto a la redacción inicial, "flexibilizar el objeto social de las empresas", a fin de que puedan desplegar al máximo sus potencialidades.

En total, 880 opiniones suscriben esta propuesta que guarda estrecha relación con el "corsé restrictivo" creado por la planificación central, con el que se han visto obligadas a funcionar las empresas en la Isla durante décadas, lo que impide cualquier orientación hacia la eficiencia. Lo malo es que tanta flexibilidad puede llevar a que empresas dedicadas a fabricar cubiertos de mesa, terminen construyendo viviendas, y eso, de alguna manera lo que pone de manifiesto es una insuficiencia clara de la base empresarial y productiva existente en la economía.

Los "lineamientos" 12 y 14 juegan a decir primero "digo", y luego dicen "diego" o justo lo contrario, alimentando más si cabe la incertidumbre. La referencia esta vez corresponde al "control empresarial", donde finalmente los "controles administrativos" ganan la partida y vuelven a adquirir una relevancia en los procesos, junto a la carga de los controles, que lejos de suprimirse como se proponía en la redacción inicial, "se reduce" en la redacción final. En cierto modo es una forma como otra cualquiera de mantener la economía bajo el control del aparato político. Y vuelta atrás.

El "lineamiento" 16 introduce la posibilidad de liquidar empresas o cooperativas (éstas no aparecían en la redacción inicial) que incurran en pérdidas, y otras situaciones de falta de actividad coyunturales, previendo su eventual transformación en "otras formas de gestión no estatal", en lo que se podría interpretar como una salida de la carga de ineficiencia de la economía castrista por la vía rápida: las empresas que no funcionen, se transforman, después de un reajuste en otra cosa, y a ver qué pasa.

Como no es posible comprender cuáles son esas "formas de gestión no estatal" a las que se refieren, conviene ser muy prudentes hacia este "lineamiento" y lo que pretende conseguir. Da la impresión, visto desde fuera, que los dirigentes castristas están preparando un sector de expertos en reflotación de empresas estatales con pérdidas para su transformación en otra cosa ¿Posibles ventas a inversores extranjeros? Por soñar y tener pesadillas, que no quede. Capitalismo en estado puro.

El "lineamiento" 17 elimina la aportación de subsidios a las empresas para cubrir pérdidas y es una aportación del congreso comunista, ya situados en las antípodas de cualquier referente ideológico internacional. Otra vez aflora el capitalismo comunista. La nueva redacción del "lineamiento" es mucho más directa que en la primera versión, donde se intentaba bordear esta cuestión. Es cierto que el "lineamiento" 21 vuelve sobre el mismo tema, al permitir a las empresas aportar de sus utilidades después de impuestos, a unos fondos en la "organización superior de dirección empresarial", tampoco se sabe muy bien qué es esto, destinados a compensar desequilibrios financieros, ofreciendo así una solución a un "lineamiento" ciertamente controvertido.

El "lineamiento" 18 permite a las empresas dotarse de fondos para su desarrollo, las inversiones y el estímulo a los trabajadores, pero y aquí viene la anormalidad, después de pagar impuestos y cumplir compromisos con el estado y "requisitos establecidos". En cualquier economía convencional, esas aportaciones empresariales al desarrollo no salen del neto, que es la retribución del accionista, sino que se detraen de la cuenta de explotación, es decir, de sus ingresos por ventas.

Las primas a los trabajadores, incentivos o complementos de productividad, se incluyen en las retribuciones salariales, no en el beneficio neto, después de impuestos. La pregunta que muchos se harán es la misma, ¿Qué quedará después de todo lo que se tiene que pagar para esos "fondos de desarrollo"? Para no dejar duda contable suelta, el "lineamiento" 19 fija la retribución de "trabajadores y sus jefes" (esto último añadido) a los resultados que se obtengan, en cierto modo, un reparto de beneficios ad hoc que se hace ciertamente complicado y que el gobierno, vía impuestos puede eliminar o incentivar.

En "lineamiento" 19 rompe la unidad tributaria territorial, al permitir que las empresas y cooperativas paguen sus tributos locales, definidos a nivel central, teniendo "en cuenta las particularidades de cada municipio" siendo añadido este texto en los debates del congreso.

El "lineamiento" 22 trata de evitar que las plantillas de las empresas se vuelvan a inflar de manera artificial, así mismo se reconoce en el documento, introduciendo el término "cumpliendo los indicadores establecidos en el plan", y con 922 opiniones en ese sentido. No deja de ser curioso que el aumento de plantillas de las empresas estatales y su baja productividad pueda venir derivado de un incumplimiento de los planes. Entonces, ¿para qué sirven los planes y por qué se incumplen de forma sistemática?

En este apartado, destacar la aparición de un nuevo "lineamiento" que apuesta por la integración del "perfeccionamiento empresarial" en las políticas del modelo económico para lograr empresas más eficientes y competitivas. Si no lo ha logrado desde su implantación en 1985, cabe preguntarse qué puede conseguir ahora por mucho que su creador, Marino Murillo, esté al frente de los "lineamientos".
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viernes, 20 de mayo de 2011

lunes, 16 de mayo de 2011

Los cambios en la esfera empresarial.

Por Elías Amor Bravo.

Si en los diez primeros "lineamientos" aparece con especial incidencia el papel socialista de la economía, la prioridad de la planificación y el orden y disciplina como elementos fundamentales de la estrategia de cambio propuesta por los comunistas cubanos, en los lineamientos que van del 11 al 24 en los que se hace referencia a la "esfera empresarial" aparece un espíritu diferente y a la vez contradictorio. Veamos por qué.

El término "esfera empresarial" no acaba de gustarme. Considerar a las empresas como una esfera, o pensar en la organización empresarial como una forma esférica, es aceptar la visión compartimentada que caracteriza a la economía castrista, y que hace muy difícil su funcionamiento eficiente. Entender cada una de las actividades que integran la economía como estancos aislados y de forma esférica, es pensar en términos de un "universo estelar", que gira y gira dando vueltas a lo tonto, que nada tiene que ver con las interdependencias y cruces que caracterizan a la economía real.

Aparte de esta cuestión sideral y astronómica para situar en qué piensan los comunistas cubanos al hablar de las empresas, en el "lineamiento" 11, cuya redacción mejora respecto del texto inicial en términos de moderno "Management empresarial", al eliminar "organizar y realizar" por su inclusión en el término "dirigir", se propone, como añadido respecto a la redacción inicial, "flexibilizar el objeto social de las empresas", a fin de que puedan desplegar al máximo sus potencialidades.

En total, 880 opiniones suscriben esta propuesta que guarda estrecha relación con el "corsé restrictivo" creado por la planificación central, con el que se han visto obligadas a funcionar las empresas en la Isla durante décadas, lo que impide cualquier orientación hacia la eficiencia. Lo malo es que tanta flexibilidad puede llevar a que empresas dedicadas a fabricar cubiertos de mesa, terminen construyendo viviendas, y eso, de alguna manera lo que pone de manifiesto es una insuficiencia clara de la base empresarial y productiva existente en la economía.

Los "lineamientos" 12 y 14 juegan a decir primero "digo", y luego dicen "diego" o justo lo contrario, alimentando más si cabe la incertidumbre. La referencia esta vez corresponde al "control empresarial", donde finalmente los "controles administrativos" ganan la partida y vuelven a adquirir una relevancia en los procesos, junto a la carga de los controles, que lejos de suprimirse como se proponía en la redacción inicial, "se reduce" en la redacción final. En cierto modo es una forma como otra cualquiera de mantener la economía bajo el control del aparato político. Y vuelta atrás.

El "lineamiento" 16 introduce la posibilidad de liquidar empresas o cooperativas (éstas no aparecían en la redacción inicial) que incurran en pérdidas, y otras situaciones de falta de actividad coyunturales, previendo su eventual transformación en "otras formas de gestión no estatal", en lo que se podría interpretar como una salida de la carga de ineficiencia de la economía castrista por la vía rápida: las empresas que no funcionen, se transforman, después de un reajuste en otra cosa, y a ver qué pasa.

Como no es posible comprender cuáles son esas "formas de gestión no estatal" a las que se refieren, conviene ser muy prudentes hacia este "lineamiento" y lo que pretende conseguir. Da la impresión, visto desde fuera, que los dirigentes castristas están preparando un sector de expertos en reflotación de empresas estatales con pérdidas para su transformación en otra cosa ¿Posibles ventas a inversores extranjeros? Por soñar y tener pesadillas, que no quede. Capitalismo en estado puro.

El "lineamiento" 17 elimina la aportación de subsidios a las empresas para cubrir pérdidas y es una aportación del congreso comunista, ya situados en las antípodas de cualquier referente ideológico internacional. Otra vez aflora el capitalismo comunista. La nueva redacción del "lineamiento" es mucho más directa que en la primera versión, donde se intentaba bordear esta cuestión. Es cierto que el "lineamiento" 21 vuelve sobre el mismo tema, al permitir a las empresas aportar de sus utilidades después de impuestos, a unos fondos en la "organización superior de dirección empresarial", tampoco se sabe muy bien qué es esto, destinados a compensar desequilibrios financieros, ofreciendo así una solución a un "lineamiento" ciertamente controvertido.

El "lineamiento" 18 permite a las empresas dotarse de fondos para su desarrollo, las inversiones y el estímulo a los trabajadores, pero y aquí viene la anormalidad, después de pagar impuestos y cumplir compromisos con el estado y "requisitos establecidos". En cualquier economía convencional, esas aportaciones empresariales al desarrollo no salen del neto, que es la retribución del accionista, sino que se detraen de la cuenta de explotación, es decir, de sus ingresos por ventas.

Las primas a los trabajadores, incentivos o complementos de productividad, se incluyen en las retribuciones salariales, no en el beneficio neto, después de impuestos. La pregunta que muchos se harán es la misma, ¿Qué quedará después de todo lo que se tiene que pagar para esos "fondos de desarrollo"? Para no dejar duda contable suelta, el "lineamiento" 19 fija la retribución de "trabajadores y sus jefes" (esto último añadido) a los resultados que se obtengan, en cierto modo, un reparto de beneficios ad hoc que se hace ciertamente complicado y que el gobierno, vía impuestos puede eliminar o incentivar.

En "lineamiento" 19 rompe la unidad tributaria territorial, al permitir que las empresas y cooperativas paguen sus tributos locales, definidos a nivel central, teniendo "en cuenta las particularidades de cada municipio" siendo añadido este texto en los debates del congreso.

El "lineamiento" 22 trata de evitar que las plantillas de las empresas se vuelvan a inflar de manera artificial, así mismo se reconoce en el documento, introduciendo el término "cumpliendo los indicadores establecidos en el plan", y con 922 opiniones en ese sentido. No deja de ser curioso que el aumento de plantillas de las empresas estatales y su baja productividad pueda venir derivado de un incumplimiento de los planes. Entonces, ¿para qué sirven los planes y por qué se incumplen de forma sistemática?

En este apartado, destacar la aparición de un nuevo "lineamiento" que apuesta por la integración del "perfeccionamiento empresarial" en las políticas del modelo económico para lograr empresas más eficientes y competitivas. Si no lo ha logrado desde su implantación en 1985, cabe preguntarse qué puede conseguir ahora por mucho que su creador, Marino Murillo, esté al frente de los "lineamientos".
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domingo, 15 de mayo de 2011

Mariela Castro encabezó una marcha contra la homofobia en La Habana.

Reuters.

 
Cuba seguirá cambiando pese a lo que diga o haga Estados Unidos, dijo Mariela Castro, la hija del presidente cubano que el sábado encabezó una marcha contra la homofobia como parte de su campaña a favor de las minorías sexuales dentro de la isla.

El comentario de Castro, una sicóloga, responde a recientes declaraciones del presidente estadounidense, Barack Obama, al canal Univisión de Miami, en las que exigió ver un "cambio real" en Cuba para normalizar las tensas relaciones entre los viejos enemigos.

"Obama siempre va a decir eso porque él está muy presionado, él hace el papel del presidente, siempre vamos a escuchar eso de un presidente norteamericano", dijo Castro durante la marcha, en la que avanzó escoltada por gays y transexuales con banderas cubanas y multicolores.

"Sabemos que nada va a cambiar (en la postura de Estados Unidos hacia Cuba), nosotros vamos a seguir cambiando, ellos no", dijo a periodistas, mientras marchaban por una céntrica calle de La Habana.

Cuba y Estados Unidos son enemigos políticos desde poco después de la revolución liderada por el ex presidente cubano Fidel Castro en 1959.

El presidente Raúl Castro, que reemplazó a su hermano en el 2008, ha reiterado que está dispuesto a discutir cualquier tema con Washington, pero en igualdad de condiciones.

Su Gobierno ha emprendido más de 300 reformas económicas para fortalecer el sistema socialista y liberó a decenas de presos políticos tras un histórico pacto con la Iglesia Católica el pasado año, la mayoría de los cuales emigraron a España y otros países con sus familiares.

Pero Obama desestimó los cambios durante la entrevista con Univisión esta semana, argumentando que la disidencia política aún no es tolerada y criticó que el sistema económico todavía es "demasiado restringido".
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Venturas y desventuras del turismo.

Por Oscar Espinosa Chepe.

La XXXI Feria Internacional de Turismo de La Habana (FITCUBA 2011) se celebró entre el 3 y el 8 de mayo. En el evento, el ministro del ramo anunció que al cierre del cuatrimestre el número de visitantes del exterior creció en 11,7% con respecto a igual etapa de 2010. Además, señaló que el pasado año fueron terminadas 2 mil 792 habitaciones nuevas y 4 mil 694 remozadas.

En 2011 se prevé recibir 2,7 millones de visitantes, para un crecimiento del 8,0% en relación con el año anterior, cuando se recibieron 2,5 millones de personas, con un ingreso bruto de alrededor de 2,1 miles de millones de dólares.

En el evento, las autoridades indicaron que entre las prioridades para el desarrollo de la actividad está la diversificación de las fuentes de los turistas, así como de las modalidades a ofrecer. Reiteraron el conocido propósito de construir en Cuba, en asociación con empresas extranjeras, exclusivos complejos turísticos con campos de golf incluidos, aparentemente con la intención de atraer personas con altos ingresos.

Las posibilidades de progreso de la actividad turística en Cuba son altas. A la vez que se poseen relevantes bellezas naturales, existe una atractiva y de antaño internacionalmente reconocida cultura, un clima agradable durante todo el año y una excelente ubicación geográfica, a lo cual se agrega una población por lo general amistosa y amable con los visitantes extranjeros, elementos que podrían coadyuvar a hacer de la isla un destino muy competitivo, constituyéndose el turismo en una de las locomotoras que con su avance arrastre consigo al resto de la economía cubana.

La actividad turística es una de las de más rápido crecimiento a escala planetaria. Si en 1995 se recibieron 528,0 millones de visitantes, en el 2010 esta cifra fue de 935,0 millones, según la Organización Mundial del Turismo, para una tasa de crecimiento promedio anual de 3,9%. Debe resaltarse que mientras las economías desarrolladas emitieron el 63,2% de los visitantes internacionales y las emergentes el 36, 8% en 1995, esta relación cambió en 2010 con 53,0 y 47,0%, respectivamente, con una clara tendencia al aumento del peso de las economías emergentes en la emisión de turistas. Un ejemplo de ello es China, convertida en la cuarta nación por los gastos en el exterior por este concepto (43,7 miles de millones de dólares en 2009); hecho que, junto al impactante recibo de visitantes, probablemente tendrá una importante incidencia
democratizadora dentro de la sociedad.

En 2010 el incremento mundial de los arribos fue del 6, 7%, un 3,9% para el área del Caribe y 2,9% en Cuba. Las perspectivas del turismo en 2011 son halagüeñas en sentido general, dado que la mayoría de los países se están recuperando de la crisis financiera global que impactó fuertemente el turismo en el año 2009. En particular, Cuba pudiera  beneficiarse de esta coyuntura, y por los efectos positivos que tendrán las medidas tomadas recientemente por la administración Obama, como autorizar que más aeropuertos se utilicen para vuelos a la Isla, y flexibilizar el arribo de estadounidenses con fines académicos, culturales y religiosos, así como de aquellas personas que tengan el propósito de visitar a un familiar o pariente cercano.

A ello se suma que importantes destinos tradicionales, como algunos países árabes y México, sufren serias convulsiones sociales, con la consecuencia de que el turismo internacional podría desviarse hacia lugares de menos riesgos.

Las medidas tomadas por la Administración Obama en 2009 -no reciprocadas y hasta boicoteadas por el gobierno cubano- al liberalizar los viajes de la comunidad cubana en Estados Unidos, trajeron por consecuencia que
nuestros compatriotas ya sean, después de Canadá, la segunda fuente de visitantes. Unas 324 mil personas viajaron a Cuba en 2010 en vuelos directos desde Estados Unidos. De esa cifra el 95,0% correspondió ciudadanos nacidos en la Isla o descendientes, según información aportada por la empresa Marazul, que cubre con vuelos chárter la ruta entre los dos países.

Lamentablemente, la Oficina Nacional de Estadísticas de Cuba no ofrece datos sobre el particular.

No todo es color de rosa para el desarrollo del turismo en Cuba. Los resultados de esta actividad no dependen del número de visitantes recibidos, y ni siquiera del ingreso bruto obtenido, sino de la eficiencia de la gestión realizada, y en última instancia del ingreso neto logrado, del que nunca se informa.

En un país donde casi todo hay que importarlo, incluidos hasta artículos antaño tradicionales de la exportación cubana, como azúcar y café, los frutos actuales de la llamada industria sin humo no pueden ser considerables. Es más, en la medida que aumenten los visitantes, sin una correspondiente respuesta productiva interna, la rentabilidad del turismo será más precaria o desaparecerá por completo, dada la dependencia de las importaciones y la falta de capacidad de compra nacional. Una opinión compartida por especialistas extranjeros, incluidos consultores de Naciones Unidas para la actividad turística.

Esta actividad, para la cual Cuba posee sustanciales potencialidades por desarrollar, y que puede con su avance propiciar el progreso de la economía en su conjunto, necesita la liberación de las fuerzas productivas hoy bloqueadas por un modelo económico, político y social obsoleto.
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El frustrado (y olvidado) 9 /11 de Castro y el Che.

Por Humberto Fontova.

"Estoy orgulloso del camino de Osama bin Laden," espetó desde una cárcel francesa en 2002 Ilich Ramírez Sánchez. Ramírez fue también conocido durante la década de los 70 como "Carlos el Chacal", y "el terrorista más buscado del mundo". En 1967, Ramírez-Sánchez era un recluta entusiasta en los campamentos de entrenamiento de "guerrilleros" (terroristas) creados en Cuba por el Che Guevara en 1959. "Bin Laden ha seguido un sendero que yo también incendié", continuó diciendo durante una entrevista con el diario pan-árabe radicado en Londres Al-Hayat. "Seguí sin parar desde el principio las noticias del 11 de septiembre en los Estados Unidos ¡No puedo describir esa maravillosa sensación de alivio!".

"Hay que llevar la guerra hasta donde el enemigo la lleve: a su casa" -deliraba el ídolo y mentor espiritual de Carlos el Chacal, el Che Guevara, en su Mensaje a la Conferencia Tricontinental en 1966- "Llevarla a sus lugares de diversión; hacerla total. Hacerlo sentir una fiera acosada por cada lugar que transite".

Afortunadamente, el 17 de noviembre de 1962, el Buró Federal de Investigaciones, FBI, encabezado por J. Edgar Hoover frustró la "guerra" que Castro y el Che habían planeado lanzar contra los norteamericanos en algunos de sus "lugares de diversión" favoritos.

En la mañana del sábado 17 de noviembre 1962, cuenta el historiador William Breuer, el cuartel general del FBI en Washington DC reunía "todas las características de un puesto de mando militar".

Y así tenía que ser. La noche antes, había sido resuelto un rompecabezas de inteligencia. Y la imagen resultante había estremecido a los hombres del FBI, muchos de los cuáles habían visto bastantes horrores en sus vidas, por haber prestado servicio durante la Segunda Guerra Mundial y en el apogeo de la Guerra Fría. Y ahora tenían apenas unos días para frustrar un crimen contra su país capaz de competir con los cometidos por el general y primer ministro del Japón Hideki Tojo, incluyendo la Marcha de la Muerte en Bataan.

Los agentes y sus oficiales estaban demacrados, con los ojos enrojecidos, y sumamente tensos. Como halcones desde su percha habían estado contemplando nerviosos el desarrollo del complot. Se acercaba la hora de lanzarse contra sobre los agentes Fidel Castro y el Che Guevara, involucrados en una conspiración terrorista que décadas más tarde habría hecho babearse de gusto a Bin Laden.

Alan Belmont era por entonces el segundo de J. Edgar Hoover. Raymond Wannall dirigía la Division de Inteligencia del Buró. Aquella crispada mañana los dos estaban en la oficina de Belmont, situada un poco más allá de la de Hoover en el mismo pasillo. Ambos sacaban chispas a las líneas telefónicas llamando a sus agentes en Nueva York. En un teléfono se encontraba el Agente Especial John Malone, que dirigía la oficina de terreno de Nueva York. En otros, se comunicaban con varios vehículos cargados de agentes del FBI que se desplazaban por Manhattan. Estos mantenían una vigilancia discreta, pero constante, sobre los cabecillas del plan terrorista cubano.

Los agentes de Castro se proponían plantar la semana siguiente una docena de artefactos incendiarios y 500 kilos de TNT en las tiendas Macy’s, Gimbels y Bloomingdales, y en la Estación Central de Ferrocarriles de Manhattan. Tal proyecto de holocausto estaría listo para su detonación al día siguiente del de Acción de Gracias.

Un poco de perspectiva: Para las 10 explosiones en el metro de Madrid, que en marzo del 2004 mataron o mutilaron a casi 2.000 personas, la red al-Qaida utilizó un total de 100 kilos de TNT. Los agentes de Castro y el Che planeaban liberar cinco veces esa potencia explosiva en las tres mayores tiendas por departamentos del mundo, todas abarrotadas de gente hasta la asfixia y palpitantes de alegría navideña en el día en que se registra la venta más grande del año. Solamente Macy’s recibe ese día a unos 50.000 compradores. Miles de neoyorquinos, incluidos mujeres y niños iban a ser incinerados y sepultados ese día; y considerando la fecha y los objetivos escogidos, probablemente la mayoría habrían sido mujeres y niños.

Por esa época el FBI dependía en gran medida de inteligencia humana, lo cual les permitió penetrar hábilmente el complot. Uno por uno fueron emboscados los cabecillas. El primero y más importante se llamaba Roberto Santiesteban y fue capturado mientras caminaba por Riverside Drive. Al ver que los agentes se le aproximaban, Santiesteban echó a correr, y mientras corría, se metía papeles en la boca y los masticaba furiosamente.

Pero tras él iban seis agentes del FBI, todos ellos de pies ligeros. Finalmente cerraron el cerco y "triangularon" al sospechoso. Santiesteban cayó al suelo, furioso y maldiciendo, agitando los brazos y tirando codazos como un loco. Justo cuando iba a sacar su pistola los agentes lo agarraron por un brazo y se lo torcieron a la espalda.

Mientras este grupo capturaba a su presa (tras un vigoroso ejercicio), otro equipo del FBI tenía la tarea mucho más fácil de detener a una pareja, José y Elsa Gómez Abad, al salir de su apartamento en la calle 71 Oeste. Estos dos se entregaron sin resistencia. El Buró especulaba que hasta 30 personas podrían formar parte del complot, pero éstos tres eran los jefes. Si los detonadores se hubieran disparado, el atentado terrorista del 11 de septiembre podría ser recordado hoy como el segundo más mortífero en perpetrado en suelo estadounidense.

Santiesteban y los Gómez pertenecían a la Misión de la Cuba de Castro ante la ONU, y reclamaron "inmunidad diplomática". Otros complotados pertenecían al Capítulo de Nueva York del "Comité Juego Limpio para Cuba", un nombre que se hizo mucho más conocido en la misma semana, pero del año siguiente, [cuando al presunto asesino del presidente Kennedy, Lee Harvey Oswald, se le ocuparon folletos de la organización].
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sábado, 14 de mayo de 2011

Norberto Fuentes, las negras y la corrida de los cincuentones.

Por Luis Cino Álvarez.

Es pasmosa la simplicidad rayana en la estupidez de la mayoría de los análisis sobre los resultados del VI Congreso del Partido Comunista.

No me refiero a los teóricos de café con leche del Versailles y los que se comen a dentelladas el castrismo en la radio de Miami, que opinan que en Cuba desde 1959 no ha cambiado absolutamente nada. Tampoco a los viejitos ñángaras a ultranza, que a falta de mejores alimentos comen candela; los calambucos de la fe ciega en el Comandante y su hermano sucesor, que repiten como papagayos que ahora sí se va a perfeccionar el socialismo verde olivo, tan raído como sus boinas de miliciano de hace 50 años y sin naftalina.

Menos todavía pierdo mi tiempo en hablar de Ricardo Alarcón, el presidente de la monocordemente unánime e inanimada Asamblea Nacional del Poder Popular, famoso por las imbecilidades que repite desde aquel memorable papelazo ante los estudiantes de la UCI. Su tontería acerca del congestionamiento de aviones en el cielo sólo es comparable al congestionamiento de ancianos en el Comité Central por la única razón de que la CIA no logró asesinarlos en más de medio siglo y ahora no hay qué carajo hacer con ellos que no sea convertir en asilo la jefatura comunista.

Hablo de personas inteligentes que se supone tengan algo original e interesante que decir. Pero no tema el periodista uruguayo Fernando Ravsberg, que esta vez apenas me voy a referir a lo que escribe en BBC Mundo. ¿Para qué? Por ahora, que siga confiado en que todo va a mejorar porque Raúl Castro es un hombre organizado y pragmático, como demostró hace 53 años en su principado guerrillero del Segundo Frente y luego durante cinco décadas al frente del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, que luego de librar las guerras africanas se dedicaron al chapisteo de artefactos bélicos, el perfeccionamiento empresarial y la formación de jingshangs. Que siga Ravsberg, que aspira a aprender de los cubanos de a pie pero sólo se codea con los privilegiados, en la crédula espera de los cuadros partidistas que sacará el general-presidente de su cantera (¿o la chistera?).

El que se lleva todas las palmas en las opiniones desatinadas sobre el VI Congreso es el escritor exiliado Norberto Fuentes. No tanto por los despropósitos y las supercherías como por la incorrección política de la que imagino presuma para posar de tipo por encima del bien y el mal. Aun a costa de mostrarse como un racista, por no decir otra cosa, de ampanga.

Según sus respuestas a las preguntas del cuestionario del periodista español Pedro Schwarze, para Norberto Fuentes lo más novedoso del VI Congreso fueron "las negras, la cantidad de negras que hay ahora en el Comité Central". Sencillamente genial.

Fuentes se congratula del advenimiento al Comité Central del Partido Único de las negras, sobrevivientes darwinianas, a prueba de todo, aun del machismo cubano proverbial y las mariconás de la casta gobernante, desde siempre blanca, masculina, exclusiva y excluyente. Pero el escritor no puede ocultar el tufillo sexista y racista. ¿Acaso los pocos negros designados y las comunistas blancas en el Comité Central importan menos?

Perdónenme, pero no puedo evitar que la negra fuerte y ferozmente maternal que pinta Norberto Fuentes me evoque a Doña Delicias, la de los pomos de mayonesa, con sonrisa mansa y pañuelo de vayajá en la cabeza. Como acabada de salir del barracón, lista a cocinar para los amos.

Qué vamos a hacer si el ex-escritor mimado de la corte verde olivo nunca ha logrado del todo cortar el cordón umbilical con sus machistas y racistas jefes y amigotes del ayer.

Aparte de los piropos ocasionales y la admiración que no puede ocultar por Raúl Castro (que no por Fidel), Fuentes, empecinado que es, pretende retomar la revolución un poco antes del punto en que la dejó plantada. Es decir, en junio de 1989, cuando fusilaron a sus amigotes, el general Ochoa, el coronel La Guardia y otros dos militares, a los que ahora quiere presentar como "los audaces, los no domesticados", los que querían hacer los mismos cambios que ahora hacen.

Fuentes dice que en junio de 1989 "se jodió la revolución". El escritor, que tanto sabe o quiere aparentar que sabe, debe saber por qué lo dice, pero la mayoría de los cubanos la vemos ahora tan jodida o mucho más, en todos los aspectos, que entonces.

Confieso que me duelen más los disidentes presidencialmente autorizados a apalear si se atreven a intentar tomar las calles de los revolucionarios -¡con tanta calle como hay!- que todos los dirigentes tronados y por tronar y el general y el coronel fusilados hace casi 22 años en la Causa 1. Vuelvan a perdonar mi franqueza, pero ellos se lo buscaron, ese no es nuestro velorio.

No sé Norberto Fuentes, pero a mí lo que me aflige el alma es ver como mi país se hunde irremisiblemente en la ruina, la degradación y la desesperanza.

No logro entender por qué Fuentes da por terminado el período de los funcionarios grises. ¿Vendrán ahora, luego del VI Congreso, con pespuntes negros, y como en aquella canción de los Grateful Dead, con sólo un toque de gris?

No creo que nadie en su sano juicio ponga demasiadas esperanzas en la corrida de cincuentones oportunistas, simuladores y acomodados. Trepan, reptan, mienten, hacen concesiones; si no fuera así, no estarían donde están. En la piña y la piñata. Todos sabemos, no digamos de su doble moral, sino de su casi absoluta falta de ella.

Para el caso, poco importa si los cincuentones futuros mandamases no le temen a la informática, las inversiones extranjeras, las recetas del capitalismo salvaje, los timbiriches, el rock, los travestis y los pantalones cortos (deben quedarles que ni pintados).

Con ellos al frente, no llegaremos mucho más allá de la mezcla estrambótica del capitalismo mercantil del menudeo, el socialismo burocratizado sin subsidio pero con una asistencia social personalizada, casi simbólica, para guardar las apariencias de benefactores. Y si acaso, una democracia putineska y de engañifa por los cuatro costados.

Fuera mejor si esa generación de jóvenes panzudos, con canas y patas de gallina, de la que tanto espera Norberto Fuentes, le temiera a más cosas de las que ahora teme. Sobre todo, al naufragio de la nación. Pero me temo que sería pedirles demasiado.
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miércoles, 11 de mayo de 2011

Cómo terminó la libertad de expresión en Cuba.

Durante la dictadura de Fulgencio Batista (1952-1958), el gobierno intentó controlar la prensa, además de por la censura directa, por sobornos a periodistas, por concesiones a dueños de empresas y por intimidación. Era difícil que tantos periódicos y estaciones de radio y televisión pudieran subsistir sin otros ingresos que los de la venta de anuncios, circulación y programas. En la ciudad de La Habana, con un millón de habitantes entonces, había más de 20 periódicos importantes, más de 30 radioemisoras y 5 empresas de televisión, cantidad muy superior a otras capitales del mundo.

Con la caída de Batista, el 1 de enero de 1959, dejó de existir un buen número de periódicos que pertenecían a figuras del gobierno o habían estado estrechamente vinculados a ellas. Cuando algunos empezaron a disentir, el gobierno de Fidel Castro recurrió a la denuncia pública, intimidando a los comerciantes e industriales, para que dejaran de favorecerlos y, desde luego, suprimiendo todos los anuncios oficiales. Otro procedimiento fue el de crear perturbaciones internas por medio de empleados y obreros, y de las asociaciones de periodistas que ya controlaba el gobierno.

Los primeros meses de Castro en el poder se caracterizaron por la ambigüedad. El principal motor de esa confusión fue el propio Fidel Castro. En una entrevista por televisión, el 2 de abril de 1959, declaró: "Perseguir al católico porque es católico, perseguir al protestante porque es protestante, perseguir al masón porque es masón, perseguir al rotario porque es rotario, perseguir a La Marina porque sea un periódico de tendencia derechista, o perseguir a otro porque es de tendencia izquierdista, a uno porque es radical y de extrema derecha y a otro porque es de extrema izquierda, yo no lo concibo, no lo hará la revolución. Lo democrático es lo que estamos haciendo nosotros: respetar todas las ideas. Cuando se comienza por cerrar un periódico, ningún periódico puede sentirse con seguridad; cuando se comienza a perseguir a un hombre por sus ideas políticas, nadie puede sentirse seguro".

Pero a pesar de estas palabras, ya se habían clausurado o estaban amenazados algunos periódicos independientes. Aprovechando la influencia que tenían las autoridades en el Colegio Provincial de Periodistas de La Habana, el 26 de diciembre de 1959, los miembros de ese organismo acordaron imponer sobre todas las publicaciones periódicas la obligación de incluir en ellas, en forma de aclaraciones o apostillas, críticas a los editoriales y a las noticias que no estaban de acuerdo con el gobierno.

Los periódicos Información y Diario de la Marina recurrieron al Tribunal Supremo por aquella violación de la ley, pero por una cuestión de forma, no se aceptó el recurso. Uno de los magistrados, Miguel Márquez y de la Cerra, emitió un voto particular en que decía: "Entiendo que la medida recurrida, sobre todo en cuanto que, apart’andose de las informaciones cablegráficas, acota los criterios editoriales de los periódicos, representa un daño moral que, en todo caso sería irreparable resarcimiento, desde el momento que representa o pudiera representar una limitación de la libre emisión del pensamiento".

Un mes más tarde, cuando el periódico Avance se negó a publicar aquellas aclaraciones o  "coletillas" (así fueron denominadas), alegando la libertad de expresión e información estipulada en la Ley Fundamental, fue tomado violentamente por un grupo de empleados simpatizantes del régimen sin que la fuerza pública tratara de impedirlo. Fidel Castro aprobó aquel hecho y en un discurso atacó al director de ese periódico y a dos de sus principales redactores, los que se vieron obligados a abandonar el país.

Similar destino al del periódico Avance tuvieron algunas estaciones de radio y de televisión. El circuito CMQ, el más poderoso, cayó en manos del gobierno cuando se intervino, aduciendo un conflicto laboral. Con el fin de "consolidar la revolución y orientar al pueblo", se creó un organismo llamado Frente Independiente de Emisoras Libres (FIDEL eran las siglas), que logró someter por diversos medios las empresas de radio y televisión.

Por esos ataques a la prensa radial y escrita, la Sociedad Interamericana de Prensa, desde Montego Bay, Jamaica, donde estaba reunida, el 19 de marzo de 1960 declaró: "En Cuba, donde hace un año hubo regocijo por que la prensa una vez más había recuperado la libertad después de la fuga del dictador Batista, esa misma prensa se ve ahora frente a decomisos, confiscaciones y colectivización. La campaña también ha producido un estado de intimidación y posibles daños para la seguridad personal de los directores, que son públicamente denunciados por voceros del gobierno como contrarrevolucionarios, porque expresan opiniones disidentes que no son del agrado de los que gobiernan hoy en Cuba".

Las más grandes campañas contra la libertad de expresión las hicieron los periódicos Hoy, del Partido Socialista Popular (comunista), y Revolución, órgano del Movimiento 26 de Julio. Entre los pocos periódicos independientes que seguían circulando se encontraban Prensa Libre y el Diario de la Marina. Una somera lectura de los ataques de Revolución, en los días que precedieron y sucedieron a la desaparición de esos periódicos, pone en evidencia el propósito del gobierno de acabar con la libertad de expresión. En marzo de 1960, empleando la fórmula simplista de lo ‘revolucionario y lo contrarrevolucionario’ el periódico Revolución decía:

"Los periódicos y los voceros que últimamente han colocado el fantasma del comunismo en el centro de su preocupación editorial e informativa, no hacen más que cumplir dentro de Cuba el rol asignado a los cómplices de la intervención extranjera. La contienda planteada en Cuba es entre los humildes, los desheredados y sus explotadores, entre los ladrones y los hombres honestos; entre patriotas y traidores, entre los que aman a su patria y los que se alían a sus enemigos para cerrarla y embrutecerla. Que cada cual escoja. Pero que cada cual asuma la responsabilidad de su decisión".

A pesar de las denuncias y amenazas, el Diario de la Mariana siguió expresando sus opiniones, cada vez más discordantes con la línea oficial del gobierno. Basta revisar los titulares de los días que precedieron su clausura para comprender el estado a que habían llegado las cosas, y los motivos que impulsaron al gobierno a clausurarlo. El 1 de mayo de 1960 aparece un editorial (El artista en un estado comunista), donde se critica la sumisión de la cultura en los países tras la cortina de hierro. Y como ese día se celebraba el Día Internacional del Trabajo, aparece otro titulado "El primero de mayo también es cristiano". Al día siguiente, un artículo se titula "La verdad anda en prisiones" y el editorial habla de los "Riesgos de las negociaciones con Rusia". En una página interior se da esta noticia: "Guardan prisión actualmente en La Cabaña 576 personas. La gran mayoría de ellas aún está pendiente de la celebración del juicio".

El 5 de mayo, el editorial lleva por título "Trabajo libre y trabajo esclavo. El retraso de los países socialistas". En otra columna dan esta noticia: "Afirman la AFL y la CIO que el actual régimen cubano pone en peligro la paz hemisférica". En otra, comenta desfavorablemente "La situación de los obreros en Rusia" y más adelante aparece un trabajo sobre "Lo que de verdad ocurriría si triunfara la revolución comunista". En los números de esos días aparecen caricaturas anticomunistas y se lleva la cuenta de las "coletillas" que tienen que imprimir los periódicos. El 1 de mayo se cuentan las siguientes: 5 en Información, 6 en Prensa Libre, 5 en El Crisol, 6 en el Diario de la Marina, y cero en Revolución, Hoy, La Calle, El Mundo y Avance.

No pudiendo soportar aquellos ataques, el gobierno utilizó todos los organismos apropiados para provocar el cierre del Diario de la Marina. El 11 de mayo los obreros que estaban con Castro hicieron publicar en primera página esta declaración A la Opinión Pública: "Como es de todos sabido, el señor José Ignacio Rivero, director de esta periódico, está en franca actitud conspirativa y contrarrevolucionaria. El plan del señor Rivero consiste en provocar al pueblo y de ese modo buscar un falso argumento que haga aparecer que este periódico ha caído agredido por la revolución. En la prosecución de ese plan, el señor Rivero preparó un documento en el que recogió firmas de determinados trabajadores del Diario y le hizo cambios al texto después de estar firmado, para hacer aparecer a los obreros, empleados y periodistas del Diario como enemigos de la revolución. Con ese motivo, gran cantidad de hombres que trabajan aquí y no comparten el criterio del seño Rivero, sino que todo lo contrario, están de acuerdo con la revolución, hicieron un manifiesto en que mantenían sus puntos de vista. Ayer el señor Rivero se negó a sacar el Diario, motivo por el cual los obreros hemos decidido imprimirlo bajo nuestra responsabilidad, aunque sin cambiarle al periódico su status habitual".

Complacido con esta víctima de sus ataques, el 12 de mayo el periódico Revolución decía a sus lectores: "A partir de hoy ha dejado de existir como vocero de las peores causas el ‘único mal que duró más de cien años’. Y en ese mismo número centran los ataques contra Prensa Libre. El editorial del día siguiente preparaba la caída de Prensa Libre con estos comentarios: "En Cuba no hay hoy más que dos caminos. El de la revolución y el de la contrarrevolución. Son dos caminos irreconciliables. Hoy se está con Cuba o se está contra Cuba. Quien defienda la Marina ofende la memoria de Martí. Quien defiende la Marina, defiende a Hitler, a Mussolini y a Franco. Prensa Libre hace bastante rato que está recorriendo el mismo camino. El camino de combatir a la revolución".

Humberto Medrano, subdirector de Prensa Libre, contestó desde su columna editorial a Revolución, aludiendo al entierro simbólico que elementos castristas y comunistas habían hecho del Diario de la Marina en la Universidad de La Habana: "Es doloroso ver enterrar la libertad del pensamiento en un centro de cultura. Es como ver enterrar un código en un tribunal de justicia. Porque lo que se enterró anoche en la Colina Universitaria no fue un periódico determinado. Se enterró simbólicamente la libertad de pensar y de decir lo que se piensa".

Otro artículo desafiante pudo salir en Prensa Libre antes de que fuera ocupado por un grupo de obreros adictos al régimen y de milicianos armados. Lo escribió Luis Aguilar León y se titulaba La hora de la unanimidad.

Poco después, Revolución pasó a los talleres de Prensa Libre, y los de Revolución les fueron cedidos al periódico Hoy. El 21 de julio de 1960 se dio la noticia de que la revista Bohemia también había caído en manos del gobierno. En su primera página, Revolución publicó: "Mañana, viernes, como de costumbre, la revista Bohemia estará en la calle como un pregón de entusiasmo y lucha. Editada ahora por el personal de ese centro de trabajo, periodistas y gráficos, y bajo la dirección de Enrique de la Osa, Bohemia inicia con este número una nueva y fecunda etapa. Y habrá de poner mayor énfasis editorial e informativo en la defensa de los intereses nacionales vinculados indisolublemente al acontecer revolucionario".

Así terminó la libertad de expresión en Cuba. La Escuela de Periodismo cambió su nombre y su personal. Su propósito era cambiar el pensamiento del cubano, convertir a la prensa en un instrumento del Partido. Se había logrado lo que Agustín Tamargo contestó a Castro, meses antes, cuando lo atacó por la televisión, acusándolo de reaccionario, le dijo: "Comandante Castro, no seguiré siendo periodista porque usted no quiere periodistas, usted lo que quiere son discos fonográficos". Había llegado "la hora de la unanimidad".
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30 medidas que impactarán la vida de los cubanos.

Tras la publicación este lunes de los documentos finales aprobados en el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) comenzarán a entrar en vigor en el país una serie de medidas que impactarán la vida de los
cubanos en los próximos cinco o 10 años.

Documentos del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba.

A partir de la opinión de colaboradores y expertos, CaféFuerte ha elaborado esta relación de 30 propuestas, incluidas en la lista de 313 puntos aprobados en el cónclave partidista, y que consideramos resumen los efectos inmediatos que tendrán en la población y la economía nacional los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, aprobados el pasado 18 de abril.

Esta es una selección conformada a partir de consultas a personas dentro y fuera de Cuba, y de criterios editoriales, pero usted puede también discrepar y conformar la suya a partir de los documentos originales
publicados.

Las 30 medidas de más impacto para los cubanos,

1- Eliminar las gratuidades indebidas y los subsidios excesivos, bajo el principio de compensar a las personas necesitadas y no subsidiar productos de manera general.

2- Implementar la eliminación ordenada y gradual de la libreta de abastecimiento como forma de distribución normada, igualitaria y a precios subsidiados.

3- Mantener los comedores obreros donde resulten imprescindibles, asegurando el cobro de sus servicios a precios sin subsidios.

4- Incrementar los salarios de manera gradual, dirigidos inicialmente a las actividades con resultados más eficientes y a la labor de aquellos trabajadores que aportan beneficios de particular impacto económico y
social.

5- Avanzar hacia la unificación monetaria, teniendo en cuenta la productividad del trabajo y la efectividad de los mecanismos de distribución.

6- Impulsar el desarrollo del turismo nacional mediante la creación de ofertas que posibiliten el mayor aprovechamiento de la infraestructura creada en hoteles y otros atractivos turísticos recreativos e históricos del país.

7- Estudiar una política que facilite a los cubanos residentes en el país viajar al exterior como turistas.

8- Diversificar los surtidos, calidad y precios de los productos y servicios que se ofertan para satisfacer las demandas de los distintos segmentos de la población.

9- Se priorizará y ampliará el programa de rehabilitación de redes, acueductos y alcantarillados hasta la vivienda, con el objetivo de elevar la calidad del agua, disminuir las pérdidas, incrementar su reciclaje y reducir consecuentemente el consumo energético.

10- Los materiales de la construcción con destino a la conservación, rehabilitación y construcción de viviendas se venderán a precios no subsidiados.

11- Establecer la compraventa de viviendas y flexibilizar otras formas de transmisión de la propiedad (permuta, donación y otras) entre personas naturales.

12- Incrementar el fondo habitacional a partir de la recuperación de viviendas que hoy se emplean en funciones administrativas o estatales.

13- En las formas de gestión no estatales no se permitirá la concentración de la propiedad en personas jurídicas o naturales.

14- Establecer la compraventa de medios automotores entre particulares.

15- Implementar nuevas formas de cobro en el transporte urbano de pasajeros en función de minimizar la evasión del pago y el desvío de la recaudación.

16- Desarrollar una estrategia que permita la progresiva modernización de la flota aérea nacional de corto alcance y su eficiente utilización, con vistas a poder asumir el ritmo de crecimiento del turismo y la demanda nacional.

17- Considerar la creación de empresas especializadas de alcance nacional en las funciones de proyectos y de construcción para programas como: campos de golf, delfinarios, marinas, Spa´s, parques temáticos y acuáticos, que están estrechamente vinculados a la infraestructura del turismo.

18- Estudiar la venta liberada de combustible doméstico y de otras tecnologías avanzadas de cocción, como opción adicional y a precios no subsidiados.

19- Se priorizará alcanzar el potencial de ahorro de electricidad identificado en el sector estatal y se trabajará hasta lograr la captación de las reservas de eficiencia del sector residencial; incluye la revisión de las tarifas eléctricas vigentes para que cumpla su papel de regulador de la demanda.

20- En las modalidades no estatales de producción y servicios –sean por cuenta propia o en cooperativa– se aplicará una tarifa eléctrica sin subsidios.

21- Se desarrollarán mercados de aprovisionamiento que vendan a precios mayoristas y brinden los servicios de alquiler de medios y equipos, sin subsidio, al sistema empresarial, al presupuestado y a las formas de gestión no estatal.

22- Incrementar y diversificar la oferta de créditos a la población para la compra de productos y servicios.

23- Desarrollar una estrategia integral en la exportación de servicios, en particular los profesionales, que priorice la venta de proyectos o soluciones tecnológicas, y contemple el análisis flexible de la contratación de la fuerza de trabajo individual.

24- Reordenar gradualmente la red escolar. Mantener en la enseñanza media y media superior el mínimo indispensable de estudiantes internos y disminuir los gastos por conceptos de transporte, alimentación y base material de vida.

25- Continuar propiciando los espacios de educación para evitar la automedicación de la población e implementar otras medidas que coadyuven al uso racional de los medicamentos.

26- Transformar el sistema de acopio y comercialización de las producciones agropecuarias mediante mecanismos de gestión más ágiles que contribuyan a reducir las pérdidas, al simplificar los vínculos entre la producción primaria y el consumidor final, incluyendo la posibilidad de que el productor concurra al mercado con sus propios medios.

27- Mantener el papel regulador del Estado en la formación del precio de acopio de productos agropecuarios que sustituyen importaciones o generan exportaciones, para estimular a los productores primarios.

28- Asegurar el cumplimiento de los programas de producción de arroz, frijol, maíz, soya y otros granos que garanticen el incremento productivo, para contribuir a la reducción gradual de las importaciones de estos productos.

29- Incrementar la inversión extranjera en aquellas actividades que sean de interés del país.

30- Establecer un límite de tiempo para las modalidades de la inversión extranjera constituidas que no logren materializar su inicio en el plazo previsto, y decidir sobre su destino, evitando que sigan consumiendo recursos indefinidamente y aumentando su ineficiencia.
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El azúcar que Castro se llevó.

Por Roberto Álvarez Quiñones.

De superar hoy una producción azucarera similar a la de 1894, Cuba podría obtener casi 4.000 millones de dólares anuales.

Si Fidel Castro no hubiese ordenado el desmantelamiento del 61% de la industria azucarera y Cuba produjese los seis millones de toneladas (TM) que obtenía como promedio hace medio siglo, la isla podría recibir hoy cerca de $4.000 millones sólo con la exportación de azúcar.

¿Por qué tanto dinero?, porque según la Organización Internacional del Azúcar (OIA) el precio mundial promedio del azúcar en 2010 fue de 31.08 centavos la libra -el más alto en 31 años- en Nueva York, principal mercado de azúcar crudo, y siguió subiendo hasta marzo de 2011 para luego disminuir y oscilar ahora entre 24 y 26 centavos la libra.

Sin embargo, el 22 de abril pasado el Ministerio de la Industria Azucarera informó que el volumen de la actual zafra será similar al de 2010, unos 1.1 millones de TM, aproximadamente la misma producción de 1894, cuando éramos aún colonia de España, y cinco veces más baja que los 5.1 millones de TM de 1925.

Si a los seis millones de TM les restásemos las 600.000 TM del consumo nacional -según cifras oficiales-, Cuba habría podido exportar 5.4 millones de TM (cada tonelada es igual a 2.204 libras), que a 31 centavos la libra le habrían reportado $3.700 millones.

El azúcar ha subido de precio por problemas climáticos en Brasil, India, Australia, Tailandia y otros exportadores, porque se dedica más caña a producir etanol, y porque ha crecido el consumo. Luego de décadas de excedentes, desde 1994 la OIA comenzó a reportar escasez de azúcar, y pronostica que en 2011 la producción mundial será de 159.9 millones de TM y el consumo de 167.1 millones, para un déficit de 7.2 millones de TM. Con Cuba produciendo 6 millones de TM, la escasez mundial no sería tan severa, pero habría déficit igualmente y el precio seguiría alto.

Suponiendo un costo de producción promedio de 15 centavos la libra y un componente importado de un 45% (bien alto) dentro de ese costo, producir y exportar 5.4 millones de toneladas habría significado un gasto en divisas de $803 millones, que restados al ingreso bruto por las exportaciones azucareras habrían reportado al país $2.897 millones, cuatro veces lo que aporta el turismo en forma neta.

Y en el turismo hay que detenerse. La Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) informó en enero pasado que Cuba recibió 2.5 millones de turistas en 2010, que dejaron $2.221 millones de ingresos brutos. Lo que no dijo la ONE fue que entre un 65% y un 70% de ese dinero regresó al extranjero. El gobierno miente cuando dice que más del 60% de los suministros al turismo son de producción nacional, porque para poder generar tales insumos tiene que importar materias primas, tecnología, y casi todo lo que consumen los turistas, incluyendo frutas y verduras frescas desde República Dominicana, pues el país es incapaz de producirlas. Y vuela del país el dinero que se paga a los operadores extranjeros.

Asumiendo un componente importado de un 67% para ofrecer turismo, salieron de Cuba $1.488 millones. O sea, el ingreso neto en 2010 fue de $733 millones. En 1958 Cuba tenía la mayor industria turística del Caribe y República Dominicana apenas recibía visitantes. En 2010 el país vecino recibió 4.1 millones de turistas que gastaron $4.065 millones y dejaron ingresos netos de $2.212 millones -según el gobierno-, más del triple de lo captado por la mayor de las Antillas.

Exportador de etanol.

Cuba también podría ser un importante exportador de biocombustibles. Con la mitad de los dos millones de hectáreas de caña que había en 2002 destinada a producir sólo etanol, con un rendimiento como el de Brasil, de 7.500 litros por hectárea, la Isla podría producir 7.500 millones de litros de etanol, que a $0.90 el litro (precio en 2010) le habrían reportado $6.750 millones.

Brasil, el mayor productor azucarero (30 millones de toneladas anuales), dedicó en 2010 sólo el 39% de la caña a producir azúcar, y el otro 61% al etanol, ahora segunda fuente de energía del país por encima de la hidroeléctrica. Pero en 2004 Castro calificó de "monstruosidad" producir etanol en lugar de azúcar.

Además, en asociación con capital extranjero, Cuba podría disponer de una gran industria de derivados de la caña para producir y exportar papel, madera de bagazo para la construcción y muebles, electricidad, fertilizantes, medicamentos y alimento animal. Una sólida "industria de la caña" podría generar más de $13.000 millones anuales.

Pero eso es imposible. En una "rabieta" por rendimientos de sólo 31 toneladas de caña por hectárea, comparadas con 90 toneladas en Brasil, en 2002 Castro levantó el teléfono (no convocó ni al Buró Político) y ordenó al general Ulises Rosales, ministro de esa industria, desmantelar 95 de las 156 fábricas azucareras del país en dos etapas (2002 y 2004) y reducir la superficie cañera de 2 millones de hectáreas a 750.000.

Los peores rendimientos del mundo.

Vale aclarar que los rendimientos cañeros cubanos, que antes de 1960 eran los más altos de Latinoamérica, ahora son los más bajos del mundo. Según la ONE, el rendimiento promedio entre 2003 y 2009 fue de unas 31-32 TM por hectárea, y en 2010 cayó a 27 toneladas. Australia y Colombia logran 120 toneladas, Perú de 110 a 120 TM, Brasil y Guatemala 78-90 TM, y México 75-78 TM, de acuerdo con informes de la Unión Nacional de Cañeros AC-CNPR de México, y el diario El Comercio de Lima.

El epitafio de la "masacre" azucarera lo pronunció por TV el dictador: "El azúcar es la ruina del país", dijo, precisamente cuando los precios aumentaban a una tasa del 8.8% anual desde 2000, debido a la escasez. Castro pulverizó así dos tercios de la industria que fue azucarera del planeta desde la revolución haitiana a fines del siglo XVIII hasta la segunda mitad del siglo pasado.

Hoy en día el otrora mayor exportador mundial de azúcar de caña tiene que importarla de Brasil, República Dominicana, Colombia, y hasta del "imperio" para cubrir el consumo nacional y su compromiso de exportar 400.000 TM a China. Sólo cuatro centrales dominicanos, La Romana y los tres del Grupo Vicini, pueden producir más azúcar que toda Cuba.

Ello evidencia que "el futuro pertenece por entero al socialismo", como acaba de reiterar el VI Congreso del Partido Comunista.
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martes, 10 de mayo de 2011

"Siempre fui consciente de que podría haber sido acusado."

"Mi error, quizás, fue pagar un sobresueldo a mis trabajadores". Las palabras de Max Marambio salen con total soltura de su boca. Según el empresario chileno, eso fue lo único que hizo con su empresa en Cuba y que, siempre supo, le podría generar problemas.

"Yo siempre fui consciente de que podría haber sido acusado algún día", dice en la mesa del programa Tolerancia Cero. Sin embargo, también asegura que no había ninguna ley que impidera el hecho de que le pagara una especie de bono a sus empleados.

"Lo que sí hay es una prohibición para que los trabajadores reciban más salario", explica.

"Nostros creíamos que necesitábamos una buena fuerza de trabajo. Y yo establecí un salario para los trabajadores que lo sacábamos de nuestras utilidades (...) Le pagamos un salario extra a mis trabajadores", reconoce.

"Me siento un poquito hijo de Cuba"

Max Marambio estudió la Universidad de la Habana y, tras el Golpe de Estado que en 1973 perpetraron las Fuerzas Armadas en Chile, se transformó en parte del círculo de confianza de Fidel Castro.

"Yo fui a Cuba porque me siento un poquito hijo de Cuba", dice y ocupa el mismo principio para explicar el porqué quiso hacer negocios en la isla comunista.

"Por tratarse de Cuba, por ser un aporte, por crear riquezas fuera del sistema típico socialista y restribuirlo de la forma socialista", indica.

Sin embargo, a diferencia de la relación que tenía con Fidel, su diálogo con Raúl Castro -hoy jefe de Estado de Cuba- nunca fue buena. Según él, la llegada del hermano menor del líder la Revolución es la razón fundamental de su actual culpabilidad por los delitos de "cohecho, estafa y falisifícación de documentos bancarios o de comercio".

"Las reglas del juego cambiaron en los último años. Yo diría que la mirada ética cambió, han usado todas las armas para desacreditarme".

"Siempre fui consciente de que podría haber sido acusado algún día (...) (Pero) No hay un solo cargo que se pueda probar", dice.

"En Cuba no existe estado de derecho. Con Fidel tampoco existía", remata.
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lunes, 9 de mayo de 2011

Expertos oficialistas dicen ahora que el modelo económico se agotó hace 20 años.

De www.diariodecuba.com

El modelo económico cubano, que el general Raúl Castro pretende "actualizar" con un plan de reformas, se agotó hace 20 años, cuando comenzó la crisis del Período Especial tras la desaparición del bloque soviético, afirmaron este jueves expertos locales, según AFP.

"Fueron nuestra concepción del desarrollo y nuestro estilo de crecimiento los que entraron" en crisis y "todavía hoy estamos en ese llamado Período especial", opinó el economista Juan Triana en un debate organizado y publicado en la revista oficial Temas.

"La caída del campo socialista fue el detonante", no su origen, subrayó el especialista, de la Universidad de La Habana.

Triana y otros participantes del foro advirtieron, en coincidencia con Raúl Castro, que aún Cuba está en el Periodo Especial y no se han resuelto las causas del agotamiento del modelo porque aún esa concepción de desarrollo sigue estando en crisis.

La socióloga Mayra Espina estimó que "sin los factores externos el estallido se hubiera demorado más, pero no había otra alternativa", pues en la segunda mitad de los años 80 "ya estaba en crisis nuestro modelo de sociedad, sostenido por un ideal de igualación u homogeneización un poco artificial".

Por el contrario, José Luis Rodríguez, ministro de Economía en el Período Especial y a quien Raúl Castro reemplazó en 2009 por Marino Murillo —aparente artífice de su reforma—, consideró que "el detonante fundamental fue un elemento exógeno a la economía del país, que no tenía agotada sus posibilidades del desarrollo".

"No podemos (...) volver a apagones de ocho horas, u otras medidas que se tuvieron que tomar hace dieciocho o veinte años; por lo tanto, hay que hacer determinadas concesiones", dijo el ex ministro de Economía.

Rodríguez advirtió que si el mecanismo se deja suelto ("las concesiones"), "a la larga tiene serias consecuencias, acaba con el sistema, como pasó en los países socialistas europeos".

El ex funcionario, que llevó a cabo las tímidas reformas de los años 90, se mostró como el más conservador entre los participantes en el debate.

"(Las) deficiencias, por otra parte, no quieren decir que el sistema per se sea malo, o que deba ser sustituido por otro. La única salida que tiene este país es el socialismo; por tanto, hay que trabajar en dirección a perfeccionar el modelo, aunque estemos rodeados de capitalismo por todas partes", señaló.

La economía cubana registró a inicios de los años 90 una caída del 38% tras la desaparición de la Unión Soviética, sostén económico, financiero y militar de Cuba durante tres décadas.

Para encarar la crisis, Fidel Castro, quien cedió el mando a su hermano en 2006, abrió la economía al capital extranjero, permitió perqueños negocios privados, fomentó el turismo internacional y autorizó la circulación del dólar.

Sin embargo, después de 2001, tras cierta recuperación económica, comenzó un proceso de recentralización, sacó de circulación el dólar y congeló los permisos de trabajo privado.

Raúl Castro sostiene que sus reformas, que incluyen apertura al sector privado e inversión extranjera, descentralización económica y recorte de miles de empleos estatales, son irreversibles y urgentes para "salvar la revolución".
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Los cambios no avanzan,

Por Oscar Espinosa Chepe.

Los cambios propuestos por el general Raúl Castro no progresan en la medida necesaria. El motivo de que no hayan podido desarrollarse satisfactoriamente radica en la deficiente preparación, limitados alcances y la falta de visión integral para acometerlos, a lo que se agregan las contradicciones en la concepción y la falta de priorización de los objetivos principales a lograr.

La decisión de reorganizar la fuerza de trabajo empleada por el Estado resulta básica. Sin esa medida sería imposible el incremento de los niveles tan bajos de productividad, así como restablecer el orden y la disciplina en los centros laborales; pasos indispensables para aumentar el salario real, que no alcanza ni el 30.0% del existente en 1989, y mejorar las condiciones laborales, factores, a su vez, esenciales para restituir el interés por el trabajo en fase de deterioro acelerado, sin lo cual resulta imposible salir de la crisis.

La reorganización laboral requiere el despido masivo en centros de trabajo con planillas infladas, pero habría que crear puestos que absorbieran los desempleados. Para ello, debía priorizarse el desarrollo del trabajo por cuenta propia, teniendo en cuenta que el plan de despido abarca 1.3 millón de personas, aproximadamente el 25.0% de la fuerza de trabajo ocupada. Pero solo se autorizaron 178 actividades, muchas sin incidencia económica importante, tales como forradores de botones y cuidadores de baños.

Los Decretos-Leyes correspondientes han estado cargados de restricciones y considerables impuestos, especialmente los referidos a la contratación de fuerza de trabajo, sin existir las condiciones mínimas para el desarrollo de las actividades, como un mercado de venta mayorista de los insumos necesarios. El sistema impositivo y las restricciones están diseñados para impedir el progreso de los negocios, por lo que no han permitido al trabajo por cuenta propia convertirse en una opción real en la magnitud requerida para las personas despedidas en el proceso de reordenamiento laboral.

El gobierno ha tenido que modificar el cronograma que preveía el despido de medio millón de cubanos hasta abril, lo cual está relacionado con el pobre desarrollo del trabajo por cuenta propia y otros factores como la deficiente preparación y desavenencias sobre la declaración de "personas disponibles" en los centros de trabajo. Así, queda sin poder avanzar adecuadamente el reordenamiento laboral.

Otro incumplimiento está en la entrega de tierras en usufructo. A casi tres años de la emisión del Decreto-Ley 259 y haberse otorgado más de un millón de hectáreas de tierras ociosas, o sea un 63.0%, su principal objetivo, el incremento de la producción agropecuaria, sigue sin alcanzarse. En 2010, cayó en un 2.8%, sin considerar la cañera, que se conoce fue catastrófica. En el transcurso de 2011, aunque todavía no se han publicado las cifras, pueden haber existido algunos aumentos en determinados cultivos, pero con niveles muy distantes de los requeridos con urgencia, cuando los precios de los alimentos alcanzan niveles estratosféricos en el mercado mundial. La necesidad de destinar enormes sumas a la compra de comestibles en el exterior, ahora incrementadas por la citada coyuntura comercial, seguirá ahogando la pobre capacidad de compra e impidiendo el despegue económico de Cuba.

Otro ejemplo de propósitos fallidos está en la implantación del sistema de pago por los resultados productivos, adoptado en febrero de 2008. Esta medida se realiza en un ambiente hostil y burocratizado, sin reorganización de la fuerza laboral en los centros de trabajo y falta de aseguramiento de los abastecimientos para garantizar el flujo productivo, lo cual hizo que esta medida -en principio justa- haya sido casi impracticable.

Esos temas, hasta donde se conoce, estuvieron ausentes en el VI Congreso del Partido Comunista. En modo alguno se habló de los excesivos impuestos y prohibiciones que impiden el desarrollo del trabajo por cuenta propia, y la resultante imposibilidad de crear puestos de trabajo que coadyuven a la ubicación de la fuerza de trabajo excedente. En cuanto al proceso de entrega de tierras solamente se habló, sin suficientes aclaraciones, de entregar tierras adicionales a quienes hayan mostrado progresos productivos en áreas recibidas, dejándose de lado cuestiones tan importantes como la ampliación de los plazos de usufructo -hoy solo 10 años-, facilitar que los campesinos puedan construir viviendas y otras instalaciones en los terrenos recibidos, y cláusulas claras sobre un pago adecuado para sus bienes en caso de que el Estado le retire la tierra concedida. También fueron soslayados problemas graves como la falta de libertad a los agricultores para comercializar sus productos y adquirir los insumos.

En el congreso nuevamente se abordaron los problemas de manera general, y con los tradicionales prejuicios sobre la ampliación de la propiedad. Se sigue manteniendo una visión distorsionada y contradictoria, lesiva hasta para el desarrollo de las iniciativas oficiales.
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The cleanup continues: corruption in Cuba.

Cuba'S recent crackdown on corruption has just claimed its most prominent victim. On May 5th Granma, the state newspaper, announced that a court had given a 20-year sentence in absentia to Max Marambio, a Chilean businessman and sometime close friend of Fidel Castro. Mr Marambio made a fortune through a stake in Rio Zaza, which has long held a near-monopoly selling fruit juice and long-life milk on the island. The report did not spell out the specifics of the conviction, but said said that Mr Marambio and Alejandro Roca Iglesias, the former food minister, had caused "considerable damage to the nation's economy" and "impaired the ethical behaviour of various officials and subordinate workers".

Mr Marambio was once the chief bodyguard for Salvador Allende, Chile's socialist president. He accepted Fidel Castro's invitation to take refuge in Cuba after Allende was toppled and died in a 1973 coup. The two men got on. In the 1990s he reinvented himself as a businessman, and was one of the first individuals allowed to form a joint enterprise with the Cuban government.

In 2006 Mr Castro fell ill and handed the country's day-to-day leadership to his brother Raúl. Two years later Raúl formally became president, and promptly began attacking Cuba's endemic corruption. In 2009 he started sending officials to inspect the books at the country's state companies. Soon several executives-all of whom supposedly earn a state salary of around $20 a month-were jailed or placed under house arrest. Rogelio Acevedo, who fought alongside the Castro brothers in the 1959 revolution and was thought to be incorruptible, was sacked as head of the aviation regulator following allegations that he had leased the state airline's planes off the books, and that millions of dollars in cash were found at his home. Pedro Álvarez, who for many years headed the government agency that buys food from the United States, fled the island before an investigation against him was completed, and is currently believed to be living in Florida. The former CEO of the national cigar producer and several of its senior executives are in prison.

Despite Mr Marambio's ties to the elder Mr Castro, his turn was bound to come. The government accused Rio Zaza of bribing staff and ministry officials, taking a lax attitude towards theft and overcharging the Cuban government for payments to its suppliers-some owned by Mr Marambio. He has not been seen on the island since 2009, and refused to comply with the government's order for him to return last year, telling a Chilean radio station that "there's a new government in power made up of people with few ethics and scruples" and that he was "being persecuted by a bunch of thugs". He did not send a lawyer to represent him at the trial. The Cuban authorities instead provided him with one of their own, making the verdict a foregone conclusion.

For the president, an even harder task than rooting out corruption may be replacing the crooked officials he ousts. So far, Mr Castro has mainly drawn on his former colleagues in the Cuban army. GAE.SA, a holding company that functions as the military's business arm, has been a prime beneficiary, and is now thought to control around 40% of the country's economy. Its president, Luis Alberto Rodríguez López-Calleja-who is also Raúl Castro's son-in-law-was appointed to the Communist Party's Central Committee at the recent party congress. Whereas Fidel Castro would occasionally trust somewhat maverick businessmen, General Raúl Castro is sticking to what he knows.
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Las recetas que necesita la economía cubana.

Por Elias Amor Bravo.

El debate sobre los cambios económicos que necesita Cuba para salir del atraso al que ha sido condenada por una opción de política estalinista durante medio siglo está tomando derroteros peligrosos.

Tan pronto, nos acercamos a una mesa redonda en la revista oficial Temas, en la que un grupo de estudiosos y ex políticos del régimen entonan un mea culpa sobre las consecuencias del período especial, sin pronunciar en ningún momento cuál es la única salida para tanto desastre, como nos encontramos a Eusebio Leal, historiador de la Habana, convertido en moderno hotelero defendiendo las ventajas de esta actividad como apoyo a la cultura cubana.

Tanto ejercicio de travestismo mental no puede ser positivo para la economía, que no está para este tipo de juegos. Los que ahora parecen querer rasgarse las vestiduras, tras la mirada complacida del menor de los Castro, heredero de todo el poder procedente de su hermano, están jugando a un juego peligroso cuyas consecuencias pueden ser, si cabe, mucho más peligrosas para la economía cubana que las resultantes de la aplicación descontrolada de las medidas contenidas en los "Lineamientos".

Vengo señalando desde hace algún tiempo, que las autoridades no tienen un cronograma para fijar las prioridades de las reformas económicas. Me alegro al observar que economistas de la categoría de Oscar Espinosa Chepe, vienen a coincidir con este planteamiento en un artículo reciente en El Nuevo Herald. Creo que no existe voluntad política de transformar nada, ni conocimientos básicos para llevar adelante las reformas que necesita la economía cubana, y mientras tanto, los que se declaran "responsables" se dedican a un juego peligroso que no sabemos muy bien a qué obedece. Lanzando argumentos que carecen de cualquier sentido, y escondiendo en todo momento cuál es la receta fundamental que necesita la economía cubana para superar su atraso de medio siglo, no se llega a ningún sitio.

¿Cómo si no interpretar la referencia en Granma a la recuperación de la cosecha de azúcar, con 1,1 millones de toneladas, cuando sabemos que este sector, por obra y gracia del comandante en jefe, fue reestructurado completamente a comienzos del siglo? Por mucho que se esfuercen en poner en marcha la obsoleta maquinaria heredada de décadas de ausencia de inversiones con inteligencia empresarial, no van a conseguir estimular el sector. Este necesita mucho más que inversiones, en su estado actual. Me atrevo a afirmar que la entrada de capital y tecnología extranjera, mano de obra procedente de otros países, diseño de nuevos productos y mejores canales de comercialización, no serían suficientes para salvar a la industria azucarera cubana.

Entonces, ¿a qué viene que Leal quiera abrir un hotel en el Malecón, o que un grupo de expertos debatan en Temas sobre las consecuencias del período especial sin abordar la cuestión esencial de los cambios?

La economía cubana no está para este tipo de juegos. Hay que entender cuanto antes que la única salida de su atraso e ineficiencia es el retorno inmediato a un sistema estable y respetuoso de derechos de propiedad, compatible con el ejercicio por cuenta propia de actividades económicas empresariales, orientadas por el criterio del beneficio y la acumulación. Sin empresarios reales, dueños de sus activos, de su propio destino, con capacidad para asumir riesgos y fracasar para volver a levantarse, la capacidad de desarrollo de la economía cubana quedará muy reducida. La demostración más clara es que el modelo estalinista
implantado por Fidel Castro dejó de funcionar en 1967 cuando se confiscó la totalidad de la riqueza existente en el país, y los cubanos perdieron sus propiedades. Desde entonces, la economía ha ido de mal en peor.

Hay que devolver a los cubanos la riqueza que puedan construir con su trabajo, con su esfuerzo, dedicación y compromiso. Y esto se tiene que realizar cuanto antes, no admite dilación. Esto no quiere decir que se esté defendiendo la existencia de desigualdades sociales. Ya existen y son bien conocidas, y no tienen su razón de ser en el esfuerzo, el trabajo, la creatividad o la imaginación. Cualquier proceso de desarrollo basado en la acumulación de capital debe conducir a una cierta desigualdad, pero los sistemas tributarios se diseñan para moderar esas diferencias y obtener ingresos con los que financiar la
actividad estatal.

A continuación, se necesita abandonar cualquier criterio intervencionista en la economía. Se acabó la edad de oro de los burócratas planificadores del partido que se creen que todo lo saben, y que no cometen más que errores y equivocaciones en las previsiones. El mercado como instrumento de asignación y los precios como signos de información deben aparecer en la práctica totalidad de las actividades económicas de la Isla. Se deben suprimir todos los monopolios estatales, y en su caso, obtener ingresos de la venta de empresas estatales, si es que alguien las desea adquirir, reduciendo el tamaño del sector público
a una medida compatible con las dimensiones reales de la economía cubana.

Derechos de propiedad y mercado son la única solución. Quiénes ahora se dedican a reflexionar sobre el sexo de los ángeles están haciendo un flaco favor al futuro de Cuba y de los cubanos. No hay alternativa. Podremos discutir sobre el tamaño del sector público o qué servicios deben quedar bajo condición es de gratuidad y el alcance del sistema tributario, pero no existe otro modelo que la empresa y el mercado para que una economía funcione. Hasta que no se asuma esta realidad, se estará perdiendo un tiempo muy valioso.
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Alta Fidel-idad.

Por Martin hutchinson.

Las modestas reformas anunciadas en el Congreso del Partido Comunista de Cuba celebrado esta semana siguen dejando a la economía de Cuba lejos de ser libre. Los cambios no parecen suficientes para un despegue al estilo chino, y es más probable que generen una economía aletargada y corrupta como la de Ucrania.

Sin un liderazgo reformista que diluya atascos, cualquier mejora se verá obstaculizada por las normativas y la corrupción como en los años noventa. En sistemas así, los únicos capitalistas que prosperan son los amiguetes.

Incluso con la planificación central, Cuba, que cuenta con la ventaja de su situación geográfica, de unos abundantes recursos naturales y del turismo, no es tan pobre. Su PIB per cápita, en paridad del poder adquisitivo, es actualmente superior al de China o Ucrania. Aun así, la experiencia en la antigua Unión Soviética en los años noventa indica que los cálculos del PIB suelen caer abruptamente cuando se introduce un mecanismo de precios, ya que dejan de producirse grandes cantidades de artículos poco rentables.

La experiencia de China cuando se suprimieron los controles de los precios agrícolas en 1978 demostró que con el firme empujón de Deng Xiaoping desde arriba, crear un mercado libre de productos agrícolas podía propiciar una enorme mejora de la calidad de vida incluso sin una plena liberalización económica. Por el contrario, la experiencia de Ucrania y otros ex Estados soviéticos a partir de 1991 demostró que la liberalización parcial también podía desembocar en un capitalismo de amigotes y en una caída en picado del nivel de vida para la gente corriente.

Parece probable que la experiencia de Cuba siga el modelo ucranio en vez del chino. El liderazgo está decidido a "garantizar la continuidad e irreversibilidad del socialismo" y el nombramiento del octogenario José Machado Ventura como segundo de Raúl Castro denota que no se alentarán la flexibilidad y el reformismo en la aplicación de las nuevas reglas.

Un campo más amplio para la empresa privada y una reducción del sector estatal serán beneficiosos, al igual que cualquier incremento en las importaciones, que en la actualidad suponen un 6% del PIB. No obstante, cabe la posibilidad de que los despidos a gran escala en el sector público, junto con la abolición gradual de la ración alimentaria universal que se reparte cada mes, reduzcan la calidad de vida de los pobres, y es probable que los chanchullos aumenten gracias a la mayor libertad de la que gozarán las empresas de propiedad estatal.

En un sistema así de mercados libres combinados con una planificación central y la manipulación de las normas, las cosas les van bien a los que están bien relacionados, pero la gente de a pie sigue siendo pobre. Y esos no son ni mucho menos los objetivos de ninguna revolución.
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Jorge Luis Borges: Don Quijote.

Conferencia pronunciada en la Universidad de Austin en 1968.

Puede parecer una tarea estéril e ingrata discutir una vez más el tema de Don Quijote, ya que se han escrito sobre él tantos libros, bibliotecas enteras, bibliotecas aún más abundantes que la que fue incendiada por el piadoso celo del sacristán y el barbero. Sin embargo, siempre hay placer, siempre hay una suerte de felicidad cuando se habla de un amigo. Y creo que todos podemos considerar a Don Quijote como un amigo. Esto no ocurre con todos los personajes de ficción. Supongo que Agamenón y Beowulf resultan más bien distantes. Y me pregunto si el príncipe Hamlet no nos hubiera menospreciado si le hubiéramos hablado como amigos, del mismo modo en que desairó a Rosencrantz y Guildenstern. Porque hay ciertos personajes, y esos son, creo, los más altos de la ficción, a los que con seguridad y humildemente podemos llamar amigos. Pienso en Huckleberry Finn, en Mr. Pickwick, en Peer Gynt y en no muchos más.

Pero ahora hablaremos de nuestro amigo Don Quijote. Primero digamos que el libro ha tenido un extraño destino. Pues de algún modo, apenas si podemos entender por qué los gramáticos y académicos le han tomado tanto aprecio a Don Quijote. Y en el siglo XIX fue alabado y elogiado, diría yo, por las razones equivocadas. Por ejemplo, si consideramos un libro como el ejercicio de Montalvo, Capítulos que se le olvidaron a Cervantes, descubrimos que Cervantes fue admirado por la gran cantidad de proverbios que conocía. Y el hecho es que, como todos sabemos, Cervantes se burló de los proverbios haciendo que su rechoncho Sancho los repitiera profusamente. Entonces, la gente consideraba a Cervantes un escritor ornamental. Y debo decir que a Cervantes no le interesaba para nada la escritura ornamental; la escritura refinada no le agradaba demasiado, y leí en alguna parte que la famosa dedicatoria de su libro al Conde de Lemos fue escrita por un amigo de Cervantes o copiada de algún libro, ya que él mismo no estaba especialmente interesado en escribir esa clase de cosas. Cervantes fue admirado por su "buen estilo", y por supuesto las palabras "buen estilo" significan muchas cosas. Si pensamos que Cervantes nos transmitió el personaje y el destino del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, tenemos que admitir su buen estilo, o, más bien, algo más que un buen estilo, porque cuando hablamos de buen estilo pensamos en algo meramente verbal.

Me pregunto cómo hizo Cervantes para lograr ese milagro, pero de algún modo lo logró. Y recuerdo ahora una de las cosas más notables que he leído, algo que me produjo tristeza. Stevenson dijo: "¿Qué es el personaje de un libro?". Y respondió: "Después de todo, un personaje es tan sólo una ristra de palabras".

Es cierto, y sin embargo, lo consideramos una blasfemia. Porque cuando pensamos, digamos, en Don Quijote o en Huckleberry Finn o en Peer Gynt o en Lord Jim, sin duda no pensamos en ristras de palabras. También podríamos decir que nuestros amigos están hechos de ristras de palabras y, por supuesto, de percepciones visuales. Cuando en la ficción nos encontramos con un verdadero personaje, sabemos que ese personaje existe más allá del mundo que lo creó. Sabemos que hay cientos de cosas que no conocemos, y que sin embargo existen. De hecho, hay personajes de ficción que cobran vida en una sola frase. Y tal vez no sepamos demasiadas cosas sobre ellos, pero, especialmente, lo sabemos todo. Por ejemplo, ese personaje creado por el gran contemporáneo de Cervantes. Shakespeare: Yorick; el pobre Yorick, es creado, diría, en unas pocas líneas. Cobra vida. No volvemos a saber nada de él, y sin embargo sentimos que lo conocemos. Y tal vez, después de leer Ulises, conocemos cientos de cosas, cientos de hechos, cientos de circunstancias acerca de Stephen Dedalus y de Leopold Bloom. Pero no los conocemos como a Don Quijote, de quien sabemos mucho menos.

Ahora voy al libro mismo. Podemos decir que es un conflicto entre los sueños y la realidad. Esta afirmación es, por supuesto, errónea, ya que no hay causa para que consideremos que un sueño es menos real que el contenido del diario de hoy o que las cosas registradas en el diario de hoy. No obstante, como debemos hablar de sueños y realidad, porque también podríamos, pensando en Goethe, hablar de Wahrheit und Dichtung, de verdad y poesía. Pero cuando Cervantes pensó escribir este libro, supongo que consideró la idea del conflicto entre los sueños y la realidad, entre las proezas consignadas en los romances que Don Quijote leyó y que fueron tomadas del Matière de Bretagne, del Matière France y demás y la monótona realidad de la vida española a principios del siglo XVII. Y encontramos este conflicto en el título mismo del libro. Creo que, tal vez, algunos traductores ingleses se han equivocado al traducir El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha como The ingenious knight: Don Quijote de la Mancha, porque las palabras "Knight" y "Don" son lo mismo. Yo diría tal vez "the ingenious country gentleman", y allí está el conflicto.

Pero, por supuesto, durante todo el libro, especialmente en la primera parte, el conflicto es muy brutal y obvio. Vemos a un caballero que vaga en sus empresas filantrópicas a través de los polvorientos caminos de España, siempre apelado y en apuros. Además de eso, encontramos muchos indicios de la misma idea. Porque por supuesto, Cervantes era un hombre demasiado sabio como para no saber que, aun cuando opusiera los sueños y la realidad, la realidad no era, digamos, la verdadera realidad, o la monótona realidad común. Era una realidad creada por él; es decir, la gente que representa la realidad en Don Quijote forma parte del sueño de Cervantes tanto como Don Quijote y sus infladas ideas de la caballerosidad, de defender a los inocentes y demás. Y a lo largo de todo el libro hay una suerte de mezcla de los sueños y la realidad.
Por ejemplo, se puede señalar un hecho, y me atrevo a decir que ha sido señalado con mucha frecuencia, ya que se han escrito tantas cosas sobre Don Quijote. Es el hecho de que, tal como la gente habla todo el tiempo del teatro en Hamlet, la gente habla todo el tiempo de libros en Don Quijote. Cuando el párroco y el barbero revisan la biblioteca de Don Quijote, descubrimos, para nuestro asombro, que uno de los libros ha sido escrito por Cervantes, y sentimos que en cualquier momento el barbero y el párroco pueden encontrarse con un volumen del mismo libro que estamos leyendo. En realidad eso es lo que pasa, tal vez lo recuerden, en ese otro espléndido sueño de la humanidad, el libro de Las mil y una noches. Pues en medio de la noche Scherezade empieza a contar distraídamente una historia y esa historia es la historia de Scherezade. Y podríamos seguir hasta el infinito. Por supuesto, esto se debe a, bueno, a un simple error del copista que vacila ante ese hecho, si Scherezade contando la historia de Scherezade es tan maravilloso como cualquier otro de los maravillosos cuentos de las Noches.

Además, también tenemos en Don Quijote el hecho de que muchas historias están entrelazadas. Al principio podemos pensar que se debe a que Cervantes puede haber pensado que sus lectores podrían cansarse de la compañía de Don Quijote y de Sancho y entonces trató de entretenerlos entrelazando otras historias. Pero yo creo que lo hizo por otra razón. Y esa otra razón sería que esas historias, la Novela del curioso impertinente, el cuento del cautivo y demás, son otras historias. Y por eso está esa relación de sueños y realidad, que es la esencia del libro. Por ejemplo, cuando el cautivo nos cuenta su cautiverio, habla de un compañero. Y ese compañero, se nos hace sentir, es finalmente nada menos que Miguel de Cervantes Saavedra, que escribió el libro. Así hay un personaje que es un sueño de Cervantes y que, a su vez, sueña con Cervantes y lo convierte en un sueño. Después, en la segunda parte del libro, descubrimos, para nuestro asombro, que los personajes han leído la primera parte y que también han leído la imitación del libro que ha escrito un rival. Y no escatiman juicios literarios y se ponen del lado de Cervantes. Así que es como si Cervantes estuviera todo el tiempo entrando y saliendo fugazmente de su propio libro y, por supuesto, debe haber disfrutado mucho de su juego.

Por supuesto, desde entonces otros escritores han jugado ese juego (permítanme que recuerde a Pirandello) y también una vez lo ha jugado uno de mis escritores favoritos, Henrik Ibsen. No sé si recordarán que al final del tercer acto de Peer Gynt hay un naufragio. Peer Gynt está a punto de ahogarse. Está por caer el telón. Y entonces Peer Gynt dice: "Después de todo, nada puede ocurrirme, porque, ¿cómo puedo morir al final del tercer acto?". Y encontramos un chiste similar en uno de los prólogos de Bernard Shaw. Dice que de nada le serviría a un novelista escribir "se le llenaron los ojos de lágrimas, pues vio que a su hijo sólo le quedaban unos pocos capítulos de vida". Y yo diría que fue Cervantes quien inventó este juego. Salvo que, por supuesto, nadie inventa nada, porque siempre hay algunos malditos antecesores que han inventado muchísimas cosas antes que nosotros.

Entonces tenemos en Don Quijote un doble carácter. Realidad y sueño. Pero al mismo tiempo Cervantes sabía que la realidad estaba hecha de la misma materia que los sueños. Es lo que debe haber sentido. Todos los hombres lo sienten en algún momento de su vida. Pero él se divirtió recordándonos que aquello que tomamos como pura realidad era también un sueño. Y así todo el libro es una suerte de sueño. Y al final sentimos que, después de todo también nosotros podemos ser un sueño.

Y hay otro hecho que me gustaría recordarles: cuando Cervantes habló de La Mancha, cuando habló de los caminos polvorientos, de las posadas de España a principios del siglo XVII, pensaba en ellas como cosas aburridas, como cosas muy ordinarias. Algo muy semejante sentía Sinclair Lewis al hablar de Main Street, y cosas así. Y sin embargo ahora palabras como La Mancha tienen una significación romántica porque Cervantes se burló de ellas.

Y hay otro hecho que me gustaría recordarles. Cervantes, como él mismo dijo dos o tres veces, quería que el mundo olvidara los romances de caballería que él acostumbraba leer. Y sin embargo si hoy se recuerdan nombres tales como Palmerín de Inglaterra, Tirant lo Blanc, Amadís de Gaula y otros, es porque Cervantes se burló de ellos. Y de algún modo esos nombres ahora son inmortales. Entonces uno no debe quejarse si la gente se ríe de nosotros, porque por lo que sabemos, esa gente puede inmortalizarnos con su risa.

Por supuesto, no creo que tengamos la suerte de que se ría de nosotros un hombre como Cervantes. Pero seamos optimistas y pensemos que podría ocurrir.

Y ahora llegamos a otra cosa. Algo que es tal vez tan importante como otros hechos que ya les he recordado. Bernard Shaw dijo que un escritor sólo podía tener tanto tiempo como el que le diera su poder de convicción. Y, en el caso de Don Quijote, creo que todos estamos seguros de conocerlo. Creo que no hay duda posible de nuestra convicción en cuanto a su realidad. Por supuesto, Coleridge escribió sobre una voluntaria suspensión del descreimiento. Ahora me gustaría entrar en detalles acerca de mi afirmación.

Creo que todos nosotros creemos en Alonso Quijano. Y, por raro que parezca, creemos en él desde el primer momento en que nos es presentado. Es decir, desde la primera página del primer capítulo. Y sin embargo, cuando Cervantes lo presentó ante nosotros, supongo que sabía muy poco de él. Cervantes debe haber sabido tan poco como nosotros. Debe haber pensado en él como héroe, o como el eje de una novela de humor, pero no se ve ningún intento de entrar en lo que podríamos llamar su psicología. Por ejemplo, si otro escritor hubiera tomado el tema de Alonso Quijano, o de cómo Alonso Quijano se volvió loco por leer demasiado, hubiera entrado en detalles acerca de su locura. Nos hubiera mostrado el lento oscurecimiento de su razón. Nos hubiera mostrado cómo todo empezó con una alucinación, cómo al principio jugó con la idea de ser un caballero errante, cómo por fin se lo tomó en serio, y tal vez todo eso no le hubiera servido de nada a ese escritor. Pero Cervantes meramente nos dice que se volvió loco. Y nosotros le creemos.

Ahora bien, ¿qué significa creer en Don Quijote? Supongo que significa creer en la realidad de su personaje, de su mente. Porque una cosa es creer en un personaje, y otra muy diferente es creer en la realidad de las cosas que le ocurrieron. En el caso de Shakespeare es muy claro. Supongo que todos creemos en el príncipe Hamlet, que todos creemos en Macbeth. Pero no estoy seguro de que las cosas ocurrieran tal como Shakespeare nos cuenta en la corte de Dinamarca, ni tampoco que creemos en las tres brujas de Macbeth.

En el caso de Don Quijote, estoy seguro de que creemos en su realidad. No estoy seguro -tal vez sea una blasfemia, pero después de todo, estamos hablando entre amigos, les estoy hablando a todos ustedes; es algo diferente, ¿no?, estoy hablando en confianza-, no estoy del todo seguro de que creo en Sancho como creo en Don Quijote. Pues a veces siento que pienso en Sancho como un mero contraste de Don Quijote. Y después están los otros personajes. Me parece que creo en Sansón Carrasco, creo en el cura, en el barbero, tal vez en el duque, pero después de todo no tengo que pensar mucho en ellos, y cuando leo Don Quijote tengo una sensación extraña. Me pregunto si compartirán esta sensación conmigo. Cuando leo Don Quijote, siento que esas aventuras no están allí por sí mismas. Coleridge comentó que cuando leemos Don Quijote nunca nos preguntamos "¿y ahora qué sigue?", sino que nos preguntamos qué ocurrió antes, y que estamos más dispuestos a releer un capítulo que a continuar con uno nuevo.

¿Cuál es la causa? La causa, supongo, es que sentimos, al menos yo siento, que las aventuras de Don Quijote son meros adjetivos de Don Quijote. Es una argucia del autor para que conozcamos profundamente al personaje. Es por eso que libros como La ruta de Don Quijote, de Azorín, o la Vida de Don Quijote y Sancho de Unamuno, nos parecen de algún modo innecesarios. Porque toman las aventuras o la geografía de las historias demasiado en serio. Mientras que nosotros realmente creemos en Don Quijote y sabemos que el autor inventó las aventuras para que nosotros pudiéramos conocerlo mejor.

Y no sé si esto no es cierto con respecto a toda la literatura. No sé si podemos encontrar un solo libro, un buen libro, del que aceptemos el argumento aunque no aceptemos a los personajes. Creo que eso no ocurre nunca, creo que para aceptar un libro tenemos que aceptar a su personaje central. Y podemos pensar que estamos interesados en las aventuras, pero en realidad estamos más interesados en el héroe. Por ejemplo, aun en el caso de otro gran amigo nuestro -y le pido disculpas a él y ustedes por no haberlo mencionado-, Mr. Sherlock Holmes, no sé si creemos verdaderamente en El perro de los Baskerville. No lo creo, al menos yo creo en Sherlock Holmes, creo en el Dr. Watson, creo en esa amistad.

Y lo mismo ocurre con Don Quijote. Por ejemplo, cuando cuenta las extrañas cosas que vio en la cueva de Montesinos. Y sin embargo, yo siento que él es un personaje muy real. Las historias no tienen nada especial, no se ve ninguna ansiedad especial en la urdimbre que las une, pero son, en cierto sentido, como espejos, como espejos en los que podemos ver a Don Quijote. Y sin embargo, al final, cuando él vuelve, cuando vuelve a su pueblo natal para morir, sentimos lástima de él porque tenemos que creer en esa aventura. El siempre había sido un hombre valiente. Fue un hombre valiente cuando le dijo estas palabras al caballero enmascarado que lo derribó: "Dulcinea del Toboso es la dama más bella del mundo, y yo el más miserable de los caballeros". Y sin embargo, al final, descubrió que toda su vida había sido una ilusión, una necedad, y murió de la manera más triste del mundo, sabiendo que había estado equivocado.

Ahora llegamos a lo que tal vez sea la escena más grande de ese gran libro: la verdadera muerte de Alonso Quijano. Tal vez sea una lástima que sepamos tan poco de Alonso Quijano. Sólo nos es mostrado en una o dos páginas antes de que se vuelva loco. Y sin embargo, tal vez no sea una lástima, porque sentimos que sus amigos lo abandonaron. Y entonces también podemos amarlo. Y al final, cuando Alonso Quijano descubre que nunca ha sido Don Quijote, que Don Quijote es una mera ilusión, y que está por morirse, la tristeza nos arrasa, y también a Cervantes.
Cualquier otro escritor hubiera cedido a la tentación de escribir un "pasaje florido". Después de todo, debemos pensar que Don Quijote había acompañado a Cervantes muchos años. Y, cuando le llega el momento de morir, Cervantes debe haber sentido que se estaba despidiendo de un viejo y querido amigo. Y, si hubiera sido peor escritor, o tal vez si hubiera sentido menos pena por lo que estaba pasando, se hubiera lanzado a una "escritura florida".

Ahora estoy al borde de la blasfemia, pero creo que cuando Hamlet está por morir, creo que tendría que haber dicho algo mejor que "el resto es silencio". Porque eso me impresiona como escritura florida y bastante falsa. Amo a Shakespeare, lo amo tanto que puedo decir estas cosas de él y esperar que me perdone. Pero bien, también diré: Hamlet, "el resto es silencio"... no hay otro que pueda decir eso antes de morir. Después de todo, era un dandy y le encantaba lucirse.

Pero en el caso de Don Quijote, Cervantes se sintió tan sobrecogido por lo que estaba ocurriendo que escribió: "El cual entre suspiros y lágrimas de quienes lo rodeaban", y no recuerdo exactamente las palabras, pero el sentido es "dio el espíritu, quiero decir que se murió". Ahora bien, supongo que cuando Cervantes releyó esa oración debe haber sentido que no estaba a la altura de lo que se esperaba de él. Y sin embargo, también debe haber sentido que se había producido un gran milagro. De algún modo sentimos que Cervantes lo lamenta mucho, que Cervantes está tan triste como nosotros. Y por eso se le puede perdonar una oración imperfecta, una oración tentativa, una oración que en realidad no es imperfecta ni tentativa sino un resquicio a través del cual podemos ver lo que él sentía.

Ahora, si me hacen algunas preguntas trataré de responderlas. Siento que no he hecho justicia al tema, pero después de todo, estoy un poco conmovido. He vuelto a Austin después de seis años. Y tal vez ese sentimiento ha superado lo que siento por Cervantes y por Don Quijote. Creo que los hombres seguirán pensando en Don Quijote porque después de todo hay una cosa que no queremos olvidar: una cosa que nos da vida de tanto en tanto, y que tal vez nos la quita, y esa cosa es la felicidad. Y, a pesar de los muchos infortunios de Don Quijote, el libro nos da como sentimiento final la felicidad. Y sé que seguirá dándoles felicidad a los hombres. Y para repetir una frase trillada y famosa, pero por supuesto todas las expresiones famosas se vuelven trilladas: "Algo bello es una dicha eterna". Y de algún modo Don Quijote -más allá del hecho de que nos hemos puesto un poco mórbidos, de que todos hemos sido sentimentales con respecto a él-  es esencialmente una causa de dicha. Siempre pienso que una de las cosas felices que me han ocurrido en la vida es haber conocido a Don Quijote.
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