jueves, 29 de octubre de 2009

Cuba pierde millones por robo de electricidad.

Los fraudes relacionados con el robo de energía eléctrica en Cuba aumentaron en los primeros cinco meses de este año con respecto a similar periodo del año pasado, informaron el lunes las autoridades al diario oficial Granma.

El director comercial de la empresa estatal Unión Eléctrica, Ramón López Ramos, indicó al diario que en este periodo se registraron 1,791 casos más que en ese periodo del 2007 y que los fraudes implicaron un gasto "millonario" para el estado que no ha sido reembolsado.

Granma, medio de prensa oficial del Partido Comunista de Cuba, afirma que "todavía existe una minoría de ciudadanos que roba electricidad'' y señala que "tan ingeniosos'' como ‘‘insolentes'' los "pillos'' emplean los métodos "más truhanescos'' para evitar que sus fraudes sean detectados por los inspectores de tales ilegalidades.

Las principales violaciones están relacionadas con la manipulación de contadores de electricidad y la toma de corriente antes de que llegue al equipo para registrar un consumo más bajo y pagar menos por el servicio.

Las autoridades prevén sanciones que van de multas de 500 pesos (unos $23) y el retiro del servicio por 72 horas, que en caso de reincidir llega a 15 días de corte y una multa de 1,000 pesos cubanos (unos $46).

La ley contempla penas de hasta ocho años de privación de libertad y el retiro del servicio por un mes o de forma definitiva.

"Es inmoral que en una minoría de hogares todavía haya quienes se dediquen al robo de electricidad, un hecho repudiable que adquiere visos de indisciplina social, corroe la conciencia de las personas y lastra el esfuerzo del Estado", señala el diario.

A partir del año 2006 las autoridades del sector intensificaron las inspecciones y sanciones para combatir el fraude en el consumo eléctrico con la realización de operaciones contra la evasión del pago del servicio y las indisciplinas, como parte de la llamada "revolución energética''.

Esa estrategia de ahorro de energía incluye la mejora del sistema de distribución, el incremento de las fuentes de producción de energía y el fomento del ahorro.

En el año 2005, el gobierno decretó un aumento de las tarifas subsidiadas con el propósito de penalizar el alto consumo en base a una tabla de porcentajes que iban desde incrementos del 50 hasta el 330 por ciento y pagos de 1.30 pesos cubanos por kilowatio/hora para quienes consumen más de 300.

En Cuba el salario medio ronda los 408 pesos cubanos (unos $17).

A principios de año se habilitó un "cuerpo especial'', bajo el nombre de Supervisores Estatales al Consumo y Control de los Portadores Energéticos, dedicado a perseguir el despilfarro de energía y controlar la utilización de la electricidad.
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