sábado, 18 de febrero de 2023

El día que se derrumbó el Teatro Alhambra.

Tomado de Cubanet.org

El Teatro Alhambra, uno de los más prestigiosos de la escena cubana durante las primeras tres décadas del siglo XX, quedó en el olvido entrados los años 30, con el auge del cine sonoro, el retiro de sus principales figuras, la crisis económica y la represión de Gerardo Machado, para quien no era de agrado lo que allí se representaba.

En la noche del 18 de febrero de 1935, invadido por comején, se desplomó el vestíbulo del Alhambra tras culminar las funciones de ese día, poniendo así fin a una parte importante de la historia del teatro en la Isla. La instalación fue demolida un poco después.

El Alhambra había sido inaugurado el 13 de septiembre de 1890, en la intersección de las calles Consulado y Virtudes, en Centro Habana. El poco éxito de sus primeros años, en el que acogió teatro lírico y obras de temas criollos fundamentalmente, estuvo muy alejado de toda la gloria que lo acompañó después.

Tras la intervención norteamericana cambió el nombre por el de Café Americano y se presentaban allí espectáculos de Music-Hall.

El momento decisivo para la instalación llegó a finales de 1900, cuando fue alquilado por el reconocido libretista Federico Villoch, el escenógrafo Miguel Arias y el actor José López Falco.

Además de Villoch, otros muchos libretistas escribieron para el Alhambra, como Francisco y Gustavo Robreño, Ramón Morales, Ignacio Sarachaga, Manolo Saladrigas, Félix Soloni, Gustavo Sánchez Galarraga, entre otros.

En el Alhambra se presentaban tres funciones por noche, cinco los domingos y varios estrenos semanales, ante un público complacido con la realidad que representaba desde la sátira. Durante sus años de esplendor se estrenaron más de dos mil piezas teatrales, muchas de las cuales se han perdido.

En su escena se volvieron antológicos los personajes del negrito, el gallego y la mulata; y la combinación de la excelente escenografía, música y cuerpo de baile hicieron que el lugar mantuviera su éxito durante más de 30 años.

La historia del teatro quedó inmortalizada en el cine cubano con el popular filme La Bella del Alhambra, dirigido por Enrique Pineda Barnet y protagonizado por Beatriz Valdés, César Évora, Verónica Lynn y Ramoncito Veloz. 

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