Por Roberto Álvarez Quiñones.
"Gallego, esto pinta mal", así le decía el popular Chicharito a Sopeira en un programa humorístico de la radio cubana en los años 50. La diferencia es que aquella era una frase jocosa entre esos dos inolvidables comediantes, y ahora lo que pinta mal es el único sueldo lícito que tiene hoy la devastada Cuba castrista, la exportación de bienes y de servicios no delictivos: el turismo.
Durante unos 170 años el sueldo de Cuba, con mucho, fue la exportación de azúcar. Era la mayor fuente de divisas de un país insular de economía abierta que necesitaba, y necesita, de importaciones para su desenvolvimiento económico normal.
Pero hoy las dos principales fuentes de divisas de la Isla no son autóctonas, pues no son "sudadas" en la Isla. La principal es la explotación de médicos en el extranjero como esclavos modernos, que es un delito internacional de trata de personas.
Los galenos cubanos son coaccionados psicológicamente por el Gobierno para que presten servicio en más de 60 países y así expropiarles cuatro de cada cinco dólares del salario que devengan. Y no hay sanción alguna a la dictadura. Ni de la ONU, ni de nadie.
La segunda fuente son las remesas. Esta vía no es delictiva, pero no es dinero generado en Cuba. Son obsequios de la diáspora cubana a sus familiares en la Isla, en cash o en paquetes de mercancías. En 2019 las remesas en cash alcanzaron 3.717 millones de dólares, que sumados al valor de los paquetes arrojó una inyección de divisas a Cuba de unos 6.000 millones de dólares, cifra superior a la que fue robada a los médicos en ultramar.
Pero, ojo, el monto de las remesas ha caído al mismo ritmo en que emigran, masivamente, los cubanos. Hay en la Isla cada vez menos familias a las que enviarles remesas y paquetes. Incluso, un reciente informe de Cuba Siglo XXI revela que los cubanos prefieren "emigrar antes que invertir en una MIPYME". Solo a EEUU han llegado más de 433.000 cubanos desde fines de 2021.
Eso explica, entre otros factores, por qué las remesas a Cuba en 2022 cayeron a 2.040 millones de dólares, un resbalón de -45,2% con respecto a 2019.
La única fuente potencial capaz de generar divisas made in Cuba.
Así llegamos a la tercera fuente de ingresos de divisas de Cuba, la dupla de exportaciones de bienes y el turismo internacional. Pero como el país produce cada vez menos y obviamente exporta cada vez menos bienes, eso convierte al turismo en la única industria rentable potencialmente capaz de generar divisas made in Cuba.
El turismo es la venta de servicios a extranjeros en el territorio nacional. El saqueo de salarios a los médicos en ultramar es una actividad delincuencial, y no exportación de servicios como afirma la mafia raulista. Lo irónico es que la combinación de exportaciones de bienes y turismo es la que menos divisas aporta, cuando debiera ser la principal, como ocurre en los países normales (capitalistas).
Por ejemplo, República Dominicana en 2022 exportó bienes y servicios por valor de 21.638 millones de dólares, 12.391 millones en bienes y los 9.247 millones que gastaron allí los 8,5 millones de turistas que lo visitaron.
Cuba, con el doble de tamaño, más playas, y "liberada del imperialismo", exportó bienes y servicios por 3.090 millones, apenas el 14% del total logrado por su vecino dominicano, repartidos en 2.170 millones en exportación de bienes y 920 millones captados de los 2,2 millones de turistas visitantes.
Sin embargo, en 1958, el último año como país capitalista, Cuba exportó bienes y servicios por 732 millones de dólares, equivalentes a 7.773 millones de dólares de hoy (el dólar de 1958 equivale a 10,62 dólares de 2023), es decir, cinco veces más que su vecina dominicana, que exportó ese año bienes y servicios por 136 millones de dólares, según la CEPAL.
Hay otra fuente de ingresos de divisas importante, pero eso hoy en Cuba prácticamente no significa nada: las inversiones extranjeras directas (IED). Veamos, República Dominicana en 2022 recibió 4.010 millones de dólares en IED, según la CEPAL. ¿Y en Cuba? El régimen firmó "acuerdos de intención" de IED por menos de 400 millones de dólares, de los cuales solo se desembolsó en vivo y en directo menos del 10% del capital prometido. En tanto, el resto de América Latina recibió, de verdad, 224.579 millones de dólares en IED.
Se desploman las visitas desde Canadá, EEUU y Europa.
Pero enfoquémonos en el turismo, que es verdad la única gran fuente de divisas generadas en la Isla, porque Cuba ya no exporta ni azúcar, la tiene que importar. Y el colmo, ya hasta perdió su bicentenario título de productora del "mejor tabaco del mundo". Ahora ese reinado lo tiene, precisamente, República Dominicana.
El Ministerio de Economía castrista anunció a principios de este año que en 2023 Cuba recibiría 3,5 millones de turistas. Pero resulta que en los primeros nueve meses solo visitaron la Isla 1,8 millones de turistas, según cifras oficiales. En septiembre solo vacacionaron en Cuba 151.380 turistas, la cifra más baja en lo que va de año.
Lo peor es que este desplome turístico no es coyuntural. Es causado por la crisis multisistémica y final del castrismo. Eso se advierte con el creciente desgano por viajar a Cuba, que no afecta solo a algunos países, sino a todos los emisores de turistas a la Isla, con excepción de Rusia, que, por cierto, es el que menos divisas aporta per cápita.
Comparemos el periodo enero-agosto de 2019 con el de 2023. En los primeros ocho meses de 2019 desde Canadá, el principal "cliente" cubano, viajaron a la Isla 828.119 vacacionistas, y en igual período de 2023 la visitaron 675.975 canadienses. El mayor emisor se contrajo bruscamente.
Lo mismo ocurrió con la diáspora cubana, el segundo proveedor de turistas a la Isla. En enero-agosto de 2019 viajaron al suelo natal 424.936 cubanos, y en 2023 solo 241.065. Hubo un bajón de -58%. Y son precisamente los cubanos quienes más dinero dejan en el país durante su estancia. A mi modo de ver este declive de turismo de emigrados cubanos es sumamente difícil que pueda ser revertido mientras haya castrismo, pues cada día que pasa hay menos familias en Cuba a las cuales visitar, y el servicio turístico en la Isla ya es desastroso. Cada vez más cubanos vacacionan en República Dominicana.
El tercer emisor de turistas a Cuba, los estadounidenses no cubanos (¿y el "bloqueo"?) aportó 423.670 visitantes en enero-agosto de 2019 y solo 111.062 este año 2023, un descenso impactante de -74%.
En cuanto a Europa el desplome ha sido también enorme. De enero a agosto de 2023 viajaron a la Isla solo 45.318 alemanes, comparados con los 100.656 en 2019. Y de España viajaron 40.000 turistas menos. Y son esos los dos mayores emisores europeos de turistas a Cuba. Varias aerolíneas internacionales han dejado de volar a Cuba, o han reducido drásticamente sus viajes a la Isla.
Es decir, la más importante industria cubana de hoy se está desinflando. Hasta el mismísimo Gobierno de Canadá emitió recientemente un comunicado en el que de hecho sugirió no viajar a Cuba. Exhortó a "extremar las precauciones" si viajan a Cuba, "debido al aumento de delitos y la crisis de desabastecimiento de alimentos y medicinas".
Y no es para menos. Hoy la inseguridad ciudadana en las calles cubanas es la peor que se recuerde nunca. Se han disparado los crímenes hasta de niños, robos, asaltos a mano armada, y los feminicidios salvajes. Empeora por día la escasez de alimentos y de bienes de consumo, los apagones, la falta de combustible y la asfixiante inflación, una de las más altas del mundo según los expertos.
Conclusión: al castrismo se le reduce cada vez más el único sueldo lícito (léase decente) que tiene: las exportaciones de bienes y de servicios no delictivos. Ello muestra claramente su catadura mafiosa, de vulgar proxeneta internacional que le "chulea" divisas al mundo entero, o se las roba con esclavismo decimonónico adaptado al siglo XXI.