La reforma migratoria anunciada por el Gobierno de Raúl Castro otorga residencia a los propietarios o arrendatarios extranjeros de bienes en la isla. Buscan impulsar el sector
La nueva norma crea la categoría “Residentes de inmobiliarias”. Según el artículo 92, “se clasifican como residentes de inmobiliarias las personas naturales extranjeras propietarias o arrendatarias de viviendas en complejos inmobiliarios en el territorio nacional y sus familiares extranjeros residentes en esos inmuebles”.
Con ese requisito cumplido, el Gobierno de Raúl Castro otorga el permiso de residencia por períodos específicos. De acuerdo con el artículo 93, “los extranjeros clasificados como residentes de inmobiliarias, podrán ser admitidos en Cuba por un año, prorrogable sucesivamente por igual término”.
Este articulado busca incentivar la venta o alquiler de viviendas en las paradisíacas playas cubanas. Una atracción turística que, también, podría impulsar la industria de la construcción.
La ley que se conoció el martes 16 de octubre permite que los cubanos que quieran dejar la isla en forma temporal ya no tengan que pedir permiso al Gobierno, un trámite que suele causar muchas quejas y ocasionar críticas entre la población. Un nota en el periódico oficial Granma indicó que, además, quedará sin efecto la necesidad de entregar también una carta de invitación, otro de los pasos que los cubanos debían vencer para viajar al exterior de manera temporal y regresar sin problemas a la isla.
La medida estará vigente a partir del 14 de enero, fecha a partir de la cual "sólo se exigirá la presentación del pasaporte corriente actualizado y la visa del país de destino", explicó el despacho del rotativo. Los pasaportes actualizados podrán ser obtenidos por los ciudadanos cubanos que cumplan "los requisitos establecidos en la Ley de Migración, la cual ha sido también actualizada de acuerdo con las medidas adoptadas", señaló Granma.
Sin embargo, lo que parece una prometedora apertura tiene sus trampas. Los límites de la norma en su reglamentación son tan vagos que permiten la discrecionalidad absoluta a la hora de otorgar el pasaporte o permitir la entrada. Así, el anuncio grandilocuente, presentado como una apertura del régimen, es una modificación en los procedimientos restrictivos. Cuba se abre a las inversiones inmobiliarias.
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