Por José María Rotellar.
Se han celebrado las elecciones presidenciales en Estados Unidos y, tras la victoria de Trump, se ha extendido la opinión generalizada de que ello perjudicará a Europa. Es cierto que no es una buena noticia que exista el proteccionismo, pero, en primer lugar, no será mayor que con Obama, Biden o Harris; en segundo lugar, ése sólo será un problema, pero los verdaderos problemas de Europa son otros.
Europa se encuentra anquilosada, sumida en una parálisis motivada por lo políticamente correcto en muchos casos, que ha hecho que perdiese competitividad, viese cómo sus empresas no podían competir en los mercados, se hiciese dependiente energéticamente, militarmente no tuviese ningún peso y que también se abandonase la disciplina presupuestaria, aprovechada especialmente por los gobiernos menos responsables en el cumplimiento de la estabilidad, como es el caso del gobierno español del presidente Sánchez.
Europa tiene que apostar sin dudarlo por una política energética que no la ahogue, donde la energía nuclear tiene que jugar un papel importantísimo, porque es la que puede garantizar una mayor independencia energética europea. Alemania y España, dos países fundamentalistas contra la energía nuclear, deben abandonar esos dogmas.
Desde el punto de vista de la inmigración, la UE necesita inmigrantes para poder aumentar su mano de obra y su producción, y, con ello, su riqueza, pero debe seleccionar qué tipo de inmigración necesita, que acepte la cultura occidental y esté dispuesta a trabajar y prosperar, que son la mayoría de inmigrantes, pero Europa debe velar por ello.
Debe abandonar toda tentación proteccionista, haga lo que haga Estados Unidos, al tiempo que no puede seguir asfixiando a los agricultores europeos con normativa absurda que no exige en las importaciones. No debe haber proteccionismo, que nunca es la solución, sino que, simplemente, no debe estrangular a los agricultores europeos y, a partir de ahí, que puedan competir entre todos, europeos y de fuera de la UE.
Debe recuperar con firmeza la estabilidad presupuestaria y ser rigurosa con los incumplimientos, y no permitir un gasto sin límite, Debe ponerse fin a la deuda creciente y establecer medidas coercitivas a quienes incumplan su reducción.
Y en España, además de apostar por todo eso, que es lo contrario de lo que defiende el PSOE, especialmente su candidata a comisaria, Ribera, que aborrece las nucleares.
Tanto que ha presumido Pedro Sánchez de la marcha económica y todo ello es falso, no aguanta un análisis en profundidad. Es cierto que no es fácil combatir la propaganda oficial, ya que el barniz de los datos sostenidos por el ingente gasto público les permite presumir en el corto plazo, pero, en primer lugar, estructuralmente, el daño que ha infligido como a la economía es terrible, expulsando a la actividad productiva privada, endeudando a la economía y anquilosando su estructura sin ninguna reforma.
En segundo lugar, su política económica se ha demostrado inadecuada y nociva para la economía española, pues nos aleja de Europa, tal y como muestran los siguientes datos, algunos de ellos ya comentados anteriormente:
- Así, en porcentaje de PIB per cápita en paridad del poder de compra sobre la media de la UE España ha pasado de estar en el 92,8% en 2017 -último año completo sin Sánchez en el Gobierno-, en una senda creciente, al 88,6%.
- Es decir, España ha perdido 4,2 puntos en su convergencia con la UE y ha vuelto a instalarse entre los países pobres de la UE, que son aquellos con un PIB per cápita en paridad del poder de compra inferior a ese 90% de la media de la UE.
- Es más, debido a ello, ustedes podrían haber solicitado fondos de convergencia y han podido renunciar a alrededor de 6.000 millones de euros para no reconocer ese empobrecimiento.
- Por otra parte, en los últimos cuatro años completos, entre 2019 y 2023, es decir, casi todo el mandato de Sánchez, contra la propaganda gubernamental que afirma que somos quienes más crecemos en la UE, la realidad es bien distinta: mientras que la UE creció en ese período un 4,35% y la eurozona lo hizo un 3,86%, España creció un 3,58%, pese a las revisiones profundas y extraordinarias del INE, con elevación de casi dos puntos el crecimiento de 2021, 35.000 millones más de revisión en un único año y todo el efecto arrastre que conlleva, todo ello en PIB en términos constantes, tal y como se puede calcular a partir de los datos de los índices de volumen publicados por Eurostat.
Sánchez nos aleja de la UE, y la UE, a su vez, se aleja del mundo. Puede intentar escudarse en que Trump va a imponer el proteccionismo -que es un error, insisto- y que ello va a hacer entrar en recesión a Europa, pero eso sólo será un componente más que afectará negativamente a una economía que se está quedando atrás por las políticas económicas suicidas aplicadas por la UE e impulsadas por su motor económico, Alemania, firmemente secundadas por el Gobierno de Sánchez, que hace que si la UE se rezaga, todavía se rezaga más España, por mucho que traten de vender otra cosa. Que no busquen fantasmas fuera; el problema está en las medidas económicas, energéticas y regulatorias de la UE, delirantes, que empobrecen a la economía europea.
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