Por Esteban Fernández.
Gracias a Dios NUESTROS HIJOS EN EL EXILIO no se han integrado al desastre castrista. ¿Son mis hijas, o la hija de Zoé Valdés, capitanas del ejército castrista? ¿Son los herederos de Aldo Rosado, de Luis Posada Carriles, de Guillermo Novo, de Horacio Minguillón, de Orlando Bosch, de Luis Crespo, de los Díaz Balart, ni los hijos de ninguno de los dirigentes del exilio desertores de las filas del decoro? Esa batalla la hemos ganado.
Nuestros hijos se han graduado de médicos, de abogados, y algunos han llegado HASTA EL SENADO y a la Cámara de Representantes. Jamás me he encontrado con un solo desterrado que me diga: “Mi hijo se fue para Cuba y ya es Capitán de la Policía de La Habana”.
Sí, es posible que a algunos, estudiando en universidades y colegios, los profesores izquierdistas les hayan inculcado ideas diferentes a las nuestras como a la hija del Senador Bob Menéndez. Pero ninguno ha llegado al extremo de estar integrado a las Milicias Territoriales cubanas. Algunos han visitado la Isla, pero ninguno se ha quedado allá y hoy es Coronel de la Seguridad del Estado. Es una misión imposible encontrar que nuestros hijos sean traidores a sus padres en el exilio.
Ah, pero la gran incógnita ( no sé si es una victoria o una derrota del castro-comunismo) es que Miami, y el exilio en pleno, desde hace mucho rato está lleno de los retoños, (hijos, nietos y bisnietos) de las viejas chivatas del Comité de Defensa, de los hijos de aquel miliciano que nos hacía la vida imposible en Güines. Sólo hay que entablar una conversación con un joven recién llegado de Cuba, y a los 10 minutos suelta que “su abuelo es un Coronel retirado del MININT”. Y les estoy hablando del montón, de los miles y miles de descendientes de fidelistas de cuarta o quinta categoría, porque últimamente llegan los privilegiados, los que en Cuba les llaman “los hijos de papá” y Tito Rodríguez Oltmans los llama “Los hijitos de Papito Paredón y Mamita Cederista”.
Y aquí están: Alina la hija de Fidel, los hijos de José Abrantes, el hijo de Almeida llamado Juan Juan, y una nieta de “Caballo Blanco” que también está del lado de acá. Los hijos del General Andollo y del General Antonio Enrique Lussón brincaron el charco, un nieto del Che Guevara, y un nieto del Jesús Montané Oropesa están aquí. La hija del general Arnaldo Ochoa, la hija de Tony de la Guardia, el hijo del fundador de Prensa Latina, el argentino Jorge Masseti , las hijas del Comandante René Vallejo, la hija del Comandante Papito Serguera, una hija del General William Gálvez, un hijo de Amadito Padrón quien fuera fusilado junto a Ochoa, el hijo del Comandante Belarmino Castilla, un sobrino de Efigenio Ameijeira (creo que es hijo de “Machaco”) y la lista no tiene para cuando acabar. Hace unas semanas llegó la hijita del vicepresidente Mariano Murillo, y acto seguido, arribó la jefa de edición del Granma que no sé "de quién será hija "
Y estos son los supuestos herederos del botín, los que vivían bien allí, iban a colegios y hospitales de lujo, no se codeaban con los “cubanos de a pie”. El otro día me encontré con uno que me dijo que “iba a la misma escuela que Tony Castro”...
Y como lo principal para la inmensa mayoría de los seres humanos son sus hijos y nietos, entonces yo pregunto: ¿Quiénes están ganando la batalla ideológica, ellos o nosotros?
A simple vista parece que somos nosotros los victoriosos, pero como soy un desconfiado tengo la tendencia a creer que toda esta gente llega en un gigantesco CABALLO DE TROYA con la mala intención de socavarnos por dentro.
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