Por Fabián Flores.
La Cuevita es hoy por hoy el mercado informal más frecuentado por los comerciantes de La Habana y otros territorios cercanos.
El mercado toma el nombre del barrio del municipio San Miguel del Padrón y se ha convertido en la opción primaria para cientos de cuentapropistas, negociantes, revendedores y compradores habaneros que llegan allí buscando opciones que no hallan en las tiendas estatales.
Varias son las rondas de inspectores y patrullas de policías durante todo el día, algo que pone en vilo a todos los vendedores y dueños de puestos de venta. Las presiones sobre el lugar han ido en ascenso en la medida que La Cuevita experimenta crecimiento y popularidad.
Son más de 12 cuadras en línea recta, alrededor de un kilómetro de largo, donde se amontonan cientos de puestos de venta de una variedad de artículos jamás vista en el archipiélago. Miles de personas transitan cada día por el improvisado mercado.
"Aquí puedes encontrar desde un lápiz labial, bisutería, hasta materiales de la construcción, todo a muy bajos precios", comentó María de los Ángeles Rosales, una ama de casa que asiste frecuentemente a La Cuevita.
El mercado ha funcionado por más de una década, pero antes sólo se expendían productos plásticos de fabricación casera, y hace unos siete años amplió su espectro de ofertas.
"En ningún lugar verás un ventilador a 10 y 15 CUC menos de lo que cuestan en la tienda del estado, y así es con todo, casi 50 por ciento por debajo de los precios normales", comentó la mujer.
La procedencia de los productos es disímil, según los propios comerciantes. "En varios puestos se venden cosas de plástico como trapeadores, juguetes, pozuelos, escobas, palillos de tender y más, pero en otras mesas puedes encontrar ropas, zapatos y accesorios de gran calidad y de marcas, que vienen de Ecuador, México, Venezuela o Estados Unidos", dijo uno de los vendedores, quien no quiso hacer público su nombre.
Los zapatos cuestan aproximadamente 5 CUC menos que en las tiendas, en dependencia del modelo. Además se encuentran conectores para TV, discos duros de computadoras y numerosas mercancías que no se venden en las tiendas en divisas.
Olorosos frascos se encuentran por doquier, aunque son de misterioso origen. Por ejemplo, se vende un perfume llamado “Antonio Banderas”, que parece ser la versión cubana de algunas de las fragancias comercializadas por el actor.
Según varios comerciantes, la voz de "Agua" (contraseña utilizada para avisar que la policía está cerca) se escucha cada vez más en el lugar.
"Me parece que les molesta que haya facilidades para la gente y por eso ponen presión, para que no se les vaya de la mano", aseveró Marlon Montes, uno de los vendedores de perfumería.
Otros consideran que las autoridades temen a la distribución de materiales críticos al gobierno, que circulan en el lugar.
A tenor con declaraciones de un funcionario del Poder Popular de San Miguel del Padrón, que rehusó ser identificado "los días están contados" para ese mercado informal, pues se ha convertido en un acicate para al flujo de dinero paralelo al Banco Central de Cuba.
Hasta el momento, los vendedores están "en ascuas" a diario y el flujo de venta es más intenso en horas de la tarde, pues en las mañanas domina la cautela. A pesar de eso, varios compradores provenientes del interior del país, siguen llegando para comprar productos que luego revenden en sus localidades.
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