Por Pablo Alfonso.
Por estos días hace un ya un año que Fidel Castro anunció un descubrimiento extraordinario: Un árbol que daría carne, leche, y huevos en abundancia. Todo lo que no ha podido conseguir el castrismo en medio siglo y cuatro años de propina.
Fue justo el 17 de junio de 2012 cuando, desde su poltrona de retiro, escribió un mensaje publicado en su sitio privado, Cubadebate. En un solo párrafo de cuatro líneas informaba que en el país “ya están las condiciones creadas” para el cultivo masivo de moringa, árbol milagroso, que es “fuente inagotable de carne, huevo y leche”.
Después de provocar el asombro, la risa y la compasión, Fidel develó el nombre del árbol prodigioso: la moringa y también la morera, otro árbol con “fibras de seda que se hilan artesanalmente y son capaces de suministrar trabajo a la sombra y bien remunerado, con independencia de edad o sexo”.
En el imaginario popular cubano, la morera tuvo menos repercusión que la moringa, porque la sonoridad idiomática de su nombre se aviene más al choteo propio de la idiosincrasia cubana.
Imaginar cómo Fidel se encontró con la moringa al final de sus tiempos no es muy difícil. Es casi seguro que en sus largas incursiones por Internet, en sus horas de insomnio, se topó con las investigaciones de laboratorio y de campo que algunos científicos han realizado sobre la moringa. El resto brotó como un manantial inagotable de esos desvelos.
La moringa no es una invención de Fidel. Ni mucho menos un descubrimiento prodigioso de su genio creativo, aunque la propaganda oficial pretenda “venderla” como tal.
La moringa es un árbol originario del norte de la India, que actualmente abunda en todo el trópico y que ha sido utilizado como cerca viva o cortina rompevientos para evitar la erosión del suelo en zonas con períodos de grandes sequías y vientos fuertes, de buena adaptación y buena producción de leña y madera, que proporciona sombra poco densa, y es útil para sistemas de intercultivos.
En 1996 durante un seminario en Naoribi un grupo de científicos destacó sus cualidades, como posible fuente de nutrición. El artículo fue publicado por la revista Agroforestry Today , y se encuntra alojado la página web de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Todo lo demás es puro delirio. Divagaciones seniles que hace un año acogió la prensa oficial y alentaron algunos fieles seguidores del castrato ante el silencio indiferente del nuevo gobernante, Raúl Castro.
Copiando tiempos idos, algunas las empresas agrícolas estatales se dedicaron a sembrar moringa, convirtiendo en costosos programas agrícolas los delirios seniles del Comandante en Jefe.
De esos planes dieron cuenta, por ejemplo, las siguientes publicaciones:
“De la moringa, todo”. Periódico Victoria de Isla de Pinos, 20 de junio de 2012.
“Agricultores amancieros apuestan por los beneficios de la moringa oleifera”. Radio Maboas. Municipio Amancio Rodríguez, Las Tunas, 21 de junio de 2012.
“La Moringa: reseña de un árbol maravilloso”. Periódico Escambray, Sancti Spiritus, 21 de junio de 2012.
“Plantadas en Camagüey más de 200 hectáreas de moringa”. Periódico Adelante, 26 de junio de 2012.
“La moringa”. Periódico Granma, 26 de junio de 2012.
Ha pasado un año desde aquél anuncio. Hoy nadie habla en voz alta ni en medios públicos de la moringa de Fidel. Quizá la prensa oficial se atreva a abordar el asunto ahora que, según dicen, estamos en tiempos de “actualización” del viejo modelo. Ya veremos.
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