domingo, 7 de febrero de 2010

El eléctrico Ramiro Valdés,

Por Frank Rodríguez.

A los que piensan que Ramiro Valdés no tiene experiencia como para asesorar al régimen comunista de Chávez, les informo que están equivocados. Antes de que se dedicara a matar cubanos, primero en el Moncada, luego en la Sierra y luego a indefensos en el paredón, Ramiro era ayudante de liniero en su natal Artemisa. Le sujetaba el cable a los que se encaraman en los postes de la luz.

Y es más, ya de Jefe del G-2 del Ejército Rebelde se ocupó de torturar en la boca con electricidad al Capitán del Ejército Rebelde Alfredo Fernández Gámez, hoy residente de Miami con quien hablé por teléfono ayer. Éste pasó 19 años en el presidio político en Cuba. Hoy, tres décadas más tarde, no puede ingerir ni comer nada muy frío ni caliente.

Después del G-2, donde g-2 a todo el que pudo, fue Ministro del Interior, ministerio encargado de mantener en el interior de celdas a los patriotas luego que pasó la ola de fusilamientos cuando ya tenía pacificada a la oposición. Estaba a cargo de ordenar las cargas eléctricas que se aplicaban, por igual electro-shock a un demente que a uno con mente equivocada, obvio loco por no estar a favor del sistema que le da de todo a los cubanos.

Después pasó de la electricidad a la electrónica cuando cayó en desgracia y le dieron la empresa COPEXTEL, que le sirvió para llegar a ser el Censor Inquisidor del Ministerio de Informática y Tecnología que se encarga de mantener a Yoani Sánchez sin Internet.

Últimamente le ha dado por criar pichones que no precisan de Papá Estado para alimentarse por la libre, pues el Minin, como se le dice al Ministerio del Interior quiere dar el Mínin-o de comida además del Mínin-o de libertad.

No me cabe la menor duda de que Valdés, en su nuevo cargo de asesor eléctrico, logrará no acabar con el racionamiento sino con el razonamiento. Y como entre los logros de la Revolución está terminar con el “potro salvaje de las nuevas tecnologías” estoy seguro de que este vaquero logrará domar la Internet en Venezuela, tal como Chávez acabó con la radio y la televisión por aire o por cable.

Ramiro pondrá a los venezolanos a comerse un cable y por consiguiente no habrá ni comida ni cable. Ramiro no llevará la luz a Venezuela, ciertamente la llevará a las tinieblas, al oscurantismo que caracteriza a los regímenes comunistas. No será el farolero, será el lazarillo que lleve a tientas al pueblo venezolano que en la oscuridad, tanto barrio adentro como en los rascacielos de Caracas hundirá a un pueblo que una vez estaba en la modernidad en la ignorancia censurada del Internet.

Será en balde todo esfuerzo de Valdés. Le echará la culpa al Niño o a la Niña por la falta de agua. Los embalses secos serán culpa del Imperio. Valdés logrará elevar a potencia cúbica el suministro de agua en Venezuela, con la gente cargando cubos de agua por los rascacielos caraqueños por falta de corriente y será corriente que hayan más que apagones alumbrones.
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