Por Oscar Espinosa Chepe.
El problema habitacional, entre los muchos que asfixian a los cubanos, es uno de los más graves y a todas luces uno de los más difíciles de solucionar. El Instituto Nacional de la Vivienda presentó en junio del 2005, un informe sobre la situación del fondo habitacional del país donde se señala un déficit de más de medio millón de viviendas, que necesitaría un programa de construcción con un costo estimado de 4 mil millones de dólares de inversión para resolver un problema acumulado por muchos años de insuficiente edificación de moradas y falta mantenimiento a las existentes. Asimismo, el Informe reflejó que el 43,0% de las viviendas registradas en aquel momento se encontraban en un estado entre regular y malo.
Esos datos fueron considerados conservadores por algunos especialistas, que situaban el déficit real cercano al millón de viviendas, mientras estimaban las viviendas en estado entre regular y malo en más del 50,0% del total. El gobierno ante la creciente crisis habitacional, a mediados de 2005 anunció un programa de construcción de 150 000 nuevas viviendas para edificarlas entre finales de ese año y 2006. Además, se planteó elevar el ritmo de terminaciones a no menos de 100 000 por año a partir de 2006; programándose realizar 380 000 labores de conservación y rehabilitación entre finales de 2005 y 2006.
El problema habitacional, entre los muchos que asfixian a los cubanos, es uno de los más graves y a todas luces uno de los más difíciles de solucionar. El Instituto Nacional de la Vivienda presentó en junio del 2005, un informe sobre la situación del fondo habitacional del país donde se señala un déficit de más de medio millón de viviendas, que necesitaría un programa de construcción con un costo estimado de 4 mil millones de dólares de inversión para resolver un problema acumulado por muchos años de insuficiente edificación de moradas y falta mantenimiento a las existentes. Asimismo, el Informe reflejó que el 43,0% de las viviendas registradas en aquel momento se encontraban en un estado entre regular y malo.
Esos datos fueron considerados conservadores por algunos especialistas, que situaban el déficit real cercano al millón de viviendas, mientras estimaban las viviendas en estado entre regular y malo en más del 50,0% del total. El gobierno ante la creciente crisis habitacional, a mediados de 2005 anunció un programa de construcción de 150 000 nuevas viviendas para edificarlas entre finales de ese año y 2006. Además, se planteó elevar el ritmo de terminaciones a no menos de 100 000 por año a partir de 2006; programándose realizar 380 000 labores de conservación y rehabilitación entre finales de 2005 y 2006.