Por Iván García.
El 28 de septiembre de 1960, entre bombas caseras y petardos que detonaban sus opositores políticos, un enojado Fidel Castro creó los Comités de Defensa de la Revolución (CDR). En el balcón del ala norte del Palacio Presidencial, el comandante guerrillero, recién llegado de una gira por Nueva York, argumentó la necesidad de vigilar en todas las cuadras del país a "los gusanos y desafectos" al proceso revolucionario.
Fue un paso más dentro del rumbo autocrático por el que ya navegaba la naciente revolución. Otra estocada a fondo hacia la creación de un Estado totalitario.
El 28 de septiembre de 1960, entre bombas caseras y petardos que detonaban sus opositores políticos, un enojado Fidel Castro creó los Comités de Defensa de la Revolución (CDR). En el balcón del ala norte del Palacio Presidencial, el comandante guerrillero, recién llegado de una gira por Nueva York, argumentó la necesidad de vigilar en todas las cuadras del país a "los gusanos y desafectos" al proceso revolucionario.
Fue un paso más dentro del rumbo autocrático por el que ya navegaba la naciente revolución. Otra estocada a fondo hacia la creación de un Estado totalitario.