Por Frank Escobar.
Gerardo Machado Morales ha sido quizás el presidente más vilipendiado de nuestra historia. Hasta un político fallido como el egotista intelectual Alfredo Zayas Alfonso que en vida se erigió una estatua y llevó a la bancarrota a la Primera República Cubana con el saqueo del dinero público y la incompetencia administrativa ha sido tratado con más compasión. A pesar del hecho que Zayas era conocido por la valentía y el heroísmo no propios sino de su hermano el General y Jefe del Estado Mayor de Antonio Maceo: el Dr. Juan Bruno Zayas y por el contrario el Coronel Gerardo Machado había peleado con valentía en la Guerra de Independencia y había llegado por méritos propios a Jefe del Estado Mayor del Mayor General José Miguel Gómez y ya en la República a General de Brigada. Pero Machado como César poseía grandeza y esa condición crea muchos enemigos que envilecen su carácter con el gusano de la envidia.
A Machado le vino encima tanto la ideología revolucionaria socialista que venía importada de Europa como la ideología mundialista del “Nuevo Orden Mundial” que desde entonces conspiraba para destruir el capitalismo y que a Cuba llegó temprano de la mano del factótum de House y Vicepresidente fundador del Council of Foreign Relations: el homosexual Benjamín Summer Welles, enviado especial del presidente recién electo Franklin Delano Roosevelt. Aquellos molinos trajeron las aguas putrefactas que estamos recibiendo hoy.