viernes, 15 de junio de 2018

Ravsberg y el "parteaguas" de Silvio Rodríguez.

Por Luis Cino Álvarez.

Resultado de imagen de silvio rodriguezNi los fusilamientos, los miles de presos políticos, las UMAP, el caso Padilla, el decenio gris, el hundimiento del remolcador, la primavera negra de 2003, la represión a las Damas de Blanco ni todo lo demás hecho por Fidel y Raúl le parecieron tan malos a Silvio: fue preciso que se metieran con Ravsberg.

Silvio Rodríguez (a la derecha de Castro) salió en defensa del periodista uruguayo afincado en Cuba Fernando Ravsberg, quien ha sido privado de su credencial de corresponsal extranjero.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba ha retirado su acreditación al periodista uruguayo Fernando Ravsberg. Por ende, Ravsberg, que lleva más de 28 años de corresponsal en La Habana, donde vive con su esposa y sus hijos cubanos, pierde el estatus de residente temporal. Pudiera solicitar la residencia permanente, pero en el poco probable caso de que se la concedieran, no podría ejercer como periodista.

Según Ravsberg, funcionarios del MINREX le dijeron que no critican su trabajo como corresponsal, pero constantemente reciben quejas de los posts que publica en su blog Cartas desde Cuba y reproches de los blogs extremistas por no actuar en su contra. La más reciente de estas quejas habría sido por el post donde reclamaba una investigación a fondo sobre la negociación entre Cubana de Aviación y Global Air.

El 13 de junio, en su blog, Ravsberg publicó el post “Se cierra el cerco sobre Cartas desde Cuba” donde recuerda que en los últimos diez años, “han intentado domesticarme con consejos amables, veladas amenazas, con romperme los dientes, exigir que me expulsen del país, guerra sucia y advertencias contra mis hijos”.

En dicho post, asegura Ravsberg que los extremistas “… aún son poderosos porque conocen bien los mecanismos para generar presión dentro del aparato político y de gobierno”.

Evidentemente, en el caso de Ravsberg vuelven a aflorar los forcejeos y las pugnas en curso dentro del régimen, y desafortunadamente se comprueba que una vez más, logran imponerse los sectores más retrógrados e inmovilistas.

En el marco de este forcejeo se inscribe el revuelo en pro de Ravsberg en el blog Segunda Cita del cantautor Silvio Rodríguez, que promete ir in crescendo -si antes los mandamases no lo mandan a parar- y al que se ha sumado nada menos que Roberto Fernández Retamar, el director de la Casa de las Américas.

Retamar comentó que “es increíble lo que le han hecho” a Ravsberg, quien considera que “defiende lúcida y corajudamente nuestra revolución” y dijo que “hay que dirigirse a quien sea para que se rectifique la monstruosa medida”.

Por su parte, Silvio escribió: “…Parece que al fin los Cazabrujas de Dores se sienten lo suficientemente fuertes y desatados, tanto, que parecen capaces de hacer lo que no hicieron Fidel ni Raúl… Si esto se concreta, si se le retira la credencial de prensa en Cuba y empujan a Ravsberg a emigrar con su familia cubana de 30 años, puede significar un parteaguas en esta Revolución que tantos hemos amado, defendido y construido”.

¡Sorprendente el parteaguas de Silvio! No halló ese parteaguas en los fusilamientos, los miles de presos políticos, las UMAP, el caso Padilla, el decenio gris, la causa número uno de junio de 1989, el hundimiento del remolcador 13 de marzo, la ola represiva de la primavera de 2003, el juicio sumarísimo y la ejecución de los tres secuestradores de la lanchita de Regla, la represión a las Damas de Blanco, nada de eso ni todo lo demás hecho por Fidel y Raúl le pareció suficientemente malo: fue preciso que se metieran con Ravsberg.

¿Silvio sueña con aviones o con serpientes? Si es que habla de extremistas, ¿no acaba de adaptarse al hecho de que a ese tipo de serpientes la matan y aparece una mayor?

También siento indignación por la canallada que están cometiendo contra Fernando Ravsberg, con quien he solido discrepar por su indulgencia con el régimen en contraste con su visión demasiado crítica de la oposición, pero a quien tengo que reconocer sus dotes de buen periodista. Pero pregunto, ¿cuándo Silvio o Retamar han salido en defensa de los periodistas independientes y blogueros disidentes contra quienes han cometido represalias, canalladas y bajezas peores que las que enfrenta Ravsberg?

¿No sería buen momento para que Silvio, que dice estar por un periodismo inteligente y desafiante, invite a escribir en Segunda Cita, como hizo con Ravsberg, también a los periodistas independientes?
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