domingo, 22 de enero de 2012

Raúl Castro congela expectativas sobre una reforma migratoria.

Por Wilfredo Cancio Isla.

Raúl Castro pronuncia el discurso de clausura de  sesión plenaria del Parlamento.

"Reafirmo la invariable voluntad de introducir,  paulatinamente,  los cambios requeridos en esta compleja temática, sin dejar de valorar en toda su integralidad los efectos favorables y desfavorables  de cada paso que demos", afirmó Castro en su discurso de clausura del octavo período de sesiones del Parlamento cubano.

Pero más allá de la ratificación no hubo información concreta sobre las normativas que serían implementadas ni una fecha para su aplicación.

El mandatario recordó que el pasado agosto había abordado públicamente el tema e informó de los avances para actualizar una política migratoria "en correspondencia con las condiciones del presente y futuro previsible".

Relató que desde entonces no han faltado las "exhortaciones bien y mal intencionadas" para que el gobierno apresure el paso de los cambios emprendidos en la economía y la sociedad cubanas, pero advirtió que se actuará sin apresuramientos ni improvisaciones, porque está en juego "el destino de la revolución y la patria".

"No pocos consideran urgente la aplicación de una nueva política migratoria olvidándose de las circunstancias excepcionales en que vive Cuba bajo el cerco que entraña la política  injerencista y subversiva  del gobierno de Estados Unidos,  siempre a la caza de cualquier oportunidad para conseguir sus propósitos", argumentó Castro, cerrándole la puerta a una inmediata flexibilización de los requisitos migratorios.

El discurso de Castro así como otras intervenciones ante el plenario de ministros del gobierno  y diputados fueron transmitidas, con carácter diferido, por el espacio Mesa Redonda de la Televisión Cubana.

La postergación del tema hasta un futuro indeterminado echó un cubo de agua fría a las múltiples especulaciones que circularon en los últimos días, dentro y fuera de la isla, sobre la posibilidad de una inminente eliminación de las restricciones que condicionan el movimiento de los cubanos desde hace cinco décadas.

Modificaciones paulatinas.

Lo que parece quedar claro después de las palabras de Castro es que cualquier modificación de la política migratoria será paulatina y vinculada a las circunstancias políticas que gravitan sobre la isla.

Además de millones de cubanos, cerca de 95 mil balseros radicados en Estados Unidos -imposibilidados de regresar por haber abandonado ilegalmente la isla- vieron frustradas sus esperanzas. Algunos de ellos han sido víctimas de los llamados "retornos forzados" tras recibir visado para visitar a sus familiares en Cuba.

No obstante, algunos de las reformas que se espera incluyan las prometidas normativas migratorias están ya en ensayo, como la petición de repatriación.

En las oficinas de Inmigración y Extranjería del Ministerio del Interior pueden verse avisos para orientar a las personas que quieran avalar la solicitud de repatriación de un familiar. La petición debe realizarse en el extranjero y tramitarse luego en Cuba.

Para la repatriación -que sería aceptada por una única vez- los familiares que residen en Cuba deben presentar una aval de la solicitud, haciéndose responsable por el repatriado y presentando el título de propiedad de la vivienda donde sería acogido.
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