viernes, 16 de abril de 2021

Opolopo Owó o sin “mucho dinero” no hay progreso.

Por Jorge Luis González Suárez.

Hombre contando dólares en La Habana.

La famosa etnóloga cubana Natalia Bolívar Aróstegui tiene un libro titulado Opolopo Owó, sentencia cuyo significado es “mucho dinero”. La frase la emplean los santeros para decirle al creyente que deben ofrecer simbólicamente “mucho dinero” para el santo y al babalawo como pago por la consulta realizada en la ceremonia.

Hoy parece que los cubanos debemos usar esta idea, pero no con el simbolismo religioso, sino de forma literal, ante todas las medidas aplicadas en el ordenamiento económico y monetario que se lleva a cabo desde enero del año en curso.

El  VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), que se inicia el 16 de abril,  tiene en su agenda de trabajo “la discusión y análisis del perfeccionamiento de la economía de Cuba”. ¿Habrá algo nuevo  que decir para “perfeccionar más” el disparate?

La queja más escuchada de la población es que los salarios no alcanzan para la subsistencia y que  los precios de los escasos artículos que se venden suben como la espuma.

Ante quejas  generalizadas, los gobernantes imponen su criterio de la necesidad de elevar la producción, eliminar las importaciones innecesarias, ampliar las oportunidades para la inversión extranjera y ahorrar más. ¿Cómo obrar ese milagro?

Un equilibrio entre costo de producción y precio de venta minorista requiere estímulos que con la fórmula socialista no se obtienen. Para sustituir todo lo que se pueda producir dentro del país hacen falta, primero, recursos que hoy son insuficientes; luego una capacidad industrial que en Cuba no solo es limitada y defectuosa, sino también mal aprovechada. Por tanto,  conseguir la sustitución de importaciones es bien difícil.

En cuanto al ahorro, el pueblo no se puede limitar más, ni llevar una vida más frugal.  Lo poco que hay no alcanza y la escasez es tal que no existe nada de nada. Así que es imposible ahorrar más.

Que logren atraer la inversión extranjera es sumamente dudoso. Nadie en su sano juicio coloca su dinero en un país que no paga sus deudas y cuya destrucción económica está a la vista. En tal situación, los riesgos de perder el capital invertido son enormes.

Lejos de avanzar, el retroceso es innegable. Nada nuevo sobre el aspecto económico aportan los gobernantes. Entonces, en el congreso comunista  se repetirá lo mismo con lo mismo. Tal vez esperen que Harry Potter con su varita mágica resuelva la situación.

A todo lo anterior se agrega la pandemia, que ha dañado tanto la salud como  la economía mundial, y que para el pueblo cubano resulta una debacle más, y de las peores.

La reiterativa justificación de la situación como siempre será “el bloqueo norteamericano”, pero todos sabemos que son mayores los impactos del bloqueo interno (el que impone el régimen a sus ciudadanos) que el de los Estados Unidos.

Las reuniones diarias de las máximas autoridades del gobierno con sus planteamientos no brindan soluciones reales:  todo lo resuelven con implementación de mayores medidas represivas, multas y encarcelamiento a los que se manifiestan en contra de estas políticas obtusas.

Parece que hasta los santos de origen africano comprenden el problema y reclaman beneficios, pues las mejoras no la ven ni los propios dioses. La frase Opolopo Owó cobra sentido de actualidad en el contexto nacional, pues sin “mucho dinero” no hay progreso.

Share:

0 comments:

Publicar un comentario