miércoles, 8 de diciembre de 2021

Lenguaje y neocastrismo: el cuento del socialismo “próspero y sostenible.”

Por Jorge Luis González Suárez.

En las peroratas de la alta dirigencia neocastrista son frecuentes tres palabras: vulnerable, próspero y sostenible. Las acepciones de esas palabras son bastante amplias y prestas a numerosas interpretaciones, según el contexto en que se empleen.

Vulnerable, según el diccionario de la Academia de la Lengua Española, significa: “que puede ser herido o dañado física o moralmente”. Sus sinónimos son “débil, endeble delicado, frágil, inerme, indefenso, desvalido”.

El número de personas a las cuales atribuirle la condición de vulnerables en Cuba hoy es alto: niños, ancianos, familias numerosas con bajos recursos económicos, pobladores de los barrios marginales. Pero se puede añadir también las grandes masas de población trabajadora a la cual sus salarios, debido a la gran inflación originada por la Tarea Ordenamiento, no les alcanzan para cubrir sus más elementales necesidades.

Ante esta amplia gama de personas cabe preguntarse cómo clasifica el gobierno a todos estos grupos para discernir quienes son verdaderamente vulnerables o no, pues, según la retórica socialista, todos tienen derecho a recibir ayuda del Estado.

Según información fidedigna que obtuve de personas vinculadas al asilo San Rafael, en el municipio de Marianao, uno de los mejores del país, a los ancianos ingresados allí, al no haber leche, cada mañana les dan como desayuno un vaso de cocimiento y un pan con aceite. ¿No son vulnerables esos ancianos? ¿Qué hace el Estado por ellos?

Luego de las protestas del 11 de julio, el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel y otros altos dirigentes del gobierno y el Partido Comunista recorrieron -y aún lo hacen- numerosos barrios marginales, fundamentalmente en La Habana. Allí han prometido que mejorarán las condiciones de vida de sus pobladores. En esa localidades, muchas personas moran en viviendas indecorosas o inhabitables. Pero también hay quienes viven en casas que están en buen estado. Por tanto, no son todos los residentes de esos barrios quienes requieren una atención priorizada.

Si  tenemos en cuenta el mal estado de las viviendas y otras condiciones, como la insalubridad, un gran por ciento de la capital y de otras ciudades y pueblos del país  caerían dentro de la clasificación de vulnerabilidad. Por todo esto, la definición de vulnerabilidad para los gobernantes cubanos es harto dudosa.

Las palabras “próspero” y “sostenible” para calificar el socialismo al que dice aspirar el régimen (actualización del modelo económico mediante) también merecen un análisis. Según el  Diccionario de la Lengua Española, próspero significa: “progresivo, desarrollado, favorable, feliz, floreciente, rico, fértil, opulento, boyante, pujante, propicio, triunfante, afortunado, venturoso”. En total, trece acepciones. Y ninguna de ellas parece corresponder a las características del socialismo cubano.

Los gobernantes neocastristas insisten en que solo mediante el socialismo Cuba llegará a la prosperidad. Sin embargo, en más de 62 años de “siembra” socialista, solo se ha recogido destrucción y empobrecimiento.

“Sostenible” es la otra palabra en cuestión. El Diccionario de la Lengua Española la define como “que se puede sostener, mantener firme”. ¿Qué es lo que se puede sostener o mantener firme: el régimen o los hambreados  habitantes del país?

Los gobernantes neocastristas, viendo amenazada su permanencia en el poder, han arreciado aún más la represión y las restricciones. ¿Esta es la manera que consideran mejor para hacer sostenible el socialismo en Cuba?

Para que exista prosperidad y una economía sostenible, los gobernantes del neocastrismo tendrían que renunciar al socialismo al estilo soviético y recurrir a una fórmula que se niegan a aplicar: democracia y libertad económica. No hay otra. Pero no quieren aceptarlo, y siguen con su palabrería, sus promesas vanas y culpando al “bloqueo yanqui” de los fracasos.

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