domingo, 31 de octubre de 2010

Muerte de Camilo.

Por Tte.coronal Reynaldo Sánchez.

El enigma sobre  la muerte de Camilo Cienfuegos está presente en la historia cubana como muchos otros hechos acontecidos después de enero de 1959, sin embargo hay fuertes indicios que nos ayudan a deducir que fuera eliminado por los Castro. Un hecho relevante lo constituye que el Gobierno jamás ha presentado una cinta con las grabaciones de las conversaciones del piloto de la avioneta de Camilo con las torres de control donde estarían la informaciones de cualquier desperfecto en la aeronave. Estas comunicaciones son obligadas y periódicamente se efectúan para seguir los vuelos de las naves aéreas; con más razón si tenemos en cuenta que Camilo Cienfuegos era en el momento de su fallecimiento el Jefe del Ejército Rebelde, de manera que por alguna razón desconocida estas cintas nunca se mostraron.

Otro indicio importante es que la aceptación popular de la persona de Camilo, tanto nacional como internacionalmente, despertó celos en Fidel y Raúl Castro. Camilo era un hombre carismático, alegre y sencillo que día a día ganaba más espacio entre la preferencia popular; su desaparición dejaba el camino libre para el ascenso de Raúl Castro como único jefe de todas las fuerzas armadas y Ministro de este ramo.

La frase muchas veces repetida de "¿Voy bien Camilo?" demuestra que esa interrogante respondía a críticas que de forma personal el insigne comandante rebelde le hacía a Castro, de otra forma no habría motivos para que Fidel Castro se asegurara de la aceptación de Camilo.

Al eliminar a Camilo y otros Comandantes y dirigentes anticomunistas los Castro aseguraban la incorporación al gobierno de viejos comunistas como Blas Roca Calderío , Carlos Rafael Rodríguez, Lázaro Peña y Fabio Grobart.

A pesar de toda la propaganda castrista jamás han podido mostrar a Camilo como un comunista; y es que jamás lo fue, la historia de Cuba tendrá, cuando llegue el momento, que reescribirse nuevamente y poner a cada quien en su lugar.
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sábado, 30 de octubre de 2010

¿Quiénes son los deudores?

Por Miriam Celaya.

Una fuente que no estoy autorizada a citar me asegura que el 30 de octubre de 2010 se retirará a la agencia SEPSA el privilegio en virtud del cual los custodios "azules" -así llamados por el color de su uniforme- venían cobrando un "estímulo" de 48 CUC mensuales (1152 pesos en la mal llamada "moneda nacional"), cantidad que han venido percibiendo desde que les suprimieran  hace unos años otras prerrogativas, como la entrega periódica de efectos de aseo y de alimentos. Como consecuencia de este nuevo recorte que eliminará el único elemento atractivo de la ocupación, muchos de esos uniformados, que trabajan como custodios en los Bancos y en las Casas de Cambio (CADECA), han comenzado a buscar otros horizontes como destino laboral, en un momento en que acceder a un puesto de trabajo en Cuba es igual o más difícil que comerse un pedazo de carne de res (que ya es mucho decir).

A pesar de que la ola de despidos no ha alcanzado la categoría de tsunami que tendrá entre el primer trimestre del año próximo y el 2012 -cuando se completaría el total de aproximadamente 1 millón 200 mil desempleados que, se dice, habrá en toda la Isla-, el descontento social es palpable. Incertidumbre, irritación  y un discreto, pero sostenido aumento del índice delictivo, son las notas que marcan la Cuba de hoy. Por otra parte, parece existir una especie de consenso popular en cuanto a no solicitar licencias para el ejercicio de trabajos por cuenta propia (paliativo que pretende aplicar el gobierno como alternativa a una crisis de la oferta laboral inédita para el proceso revolucionario) debido a lo excesivo de los impuestos, a la inexistencia de un mercado mayorista proveedor, a la inestabilidad crónica de los abastecimientos y los altos precios del mercado minorista, a la incertidumbre sobre el futuro económico y -de manera particular- a la ausencia de un marco legal de garantías para los inversores, entre otras causas. La experiencia de aquellos que en los años 90 sufrieron infinidad de presiones oficiales y sistemáticas extorsiones por parte del cuerpo de inspectores estatales encargados de "controlar" la calidad de los servicios y la "legalidad y pureza" de los trabajadores por cuenta propia, desestimula el interés de la gente en arriesgar sus fondos -generalmente exiguos o muy limitados- en un lance tan incierto y donde el que invierte el capital es el elemento más indefenso del sistema: el cubano común.

La empleada de una oficina pública se quejaba en días pasados por la reciente pérdida del trabajo de su esposo y aseguraba que, por esa causa, dejaría de pagar el refrigerador chino que les habían entregado a cambio del viejo equipo ruso que tenían en casa, cuando poco más de tres o cuatro años atrás en el sultanato tropical se tomó la excéntrica decisión de imitar aquella vieja historia de Las mil y una noches árabes en la que se cambiaban lámparas viejas por nuevas, aunque con un sentido más práctico en el caso árabe. "No puedo darme el lujo de descontar ni un centavo de mi salario" -se lamentaba  la mujer- ; y añadió: "Si me lo empiezan a descontar a mí, dejo yo también de trabajar y ese mismo refrigerador me servirá para la venta de durofrío".

Lo que trae a colación otro pequeño detalle, olvidado por todos en medio del oleaje de esta tempestad: hasta hace relativamente poco tiempo la prensa cubana publicaba con cierta periodicidad articulillos acerca de la enorme deuda de la población con el Estado debido a los atrasos en los pagos de los artículos electrodomésticos -principalmente refrigeradores chinos de bajo costo, en sustitución de los viejos equipos norteamericanos de antes de 1959, y de los soviéticos de los años 70 y 80- que fueron distribuidos masivamente al calor de la llamada "revolución energética"  por idea de… Bueno, todos sabemos a quién se le podría ocurrir tamaña idea. En fin, que los periódicos divulgaban gráficos que reflejaban la marcha de dichos pagos, por provincias y por municipios, e incluso, la evolución en el cumplimiento de tales débitos se erigió en uno de los indicadores a tener en cuenta a la hora de otorgar a las provincias la condición de "vanguardia" o "destacada" en la emulación por la sede del acto central por el 26 de julio.

Por algunos meses el tema de los impagos fue recurrente en la TV y en la prensa plana, que exhortaban a la población a amortizar aquello que "con tanto esfuerzo y sacrificio había adquirido el Estado en aras del ahorro energético y de elevar el nivel de vida del pueblo". A fin de presionar a los deudores, las bodegas donde se adquieren los productos de la cartilla de racionamiento exhibían las listas de los "consumidores morosos" que aún no habían comenzado los pagos, se difundía que en los centros de trabajo se descontarían de los salarios de los trabajadores los correspondientes plazos y hasta se sancionaría a los militantes del partido comunista que no hubiesen cumplido regularmente sus pagos.

Ahora, sumergidos en la mayor crisis socioeconómica que recordamos los cubanos, ya no se habla de dicha deuda ni se menciona a los morosos, como si de repente todos los deudores hubiesen liquidado la cuenta pendiente.  ¿O será que, con medio siglo de retraso, los hacendados han descubierto súbitamente que en realidad somos nosotros los acreedores?
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Pasillos vacíos.

Por Generación Y

Diez de la mañana. Por aquellos pasillos, donde hace una semana la gente se amontonaba y conversaba en horario laboral, hoy no transita ni un alma. ¿Qué ha ocurrido en los 17 pisos del Ministerio de la Agricultura para que nadie deambule fuera de las oficinas? La respuesta es sencilla: muchos temen estar en la lista del próximo recorte, de manera que evitan mostrarse fuera de su puesto de trabajo y así parecer prescindibles. Si antes merodeaban por todos lados con los brazos cruzados, la estrategia del momento es parecer ocupados, aunque para ello tengan que quedarse tras el buró durante ocho horas.

La escena no es exagerada. Me la ha contado una amiga que trabaja en una de esas dependencias estatales donde el exceso de personal es un mal crónico. Me explica que tampoco frente al bebedero se ve la larga cola de antaño, pero que ni siquiera eso  los va a salvar del desempleo. La institución les ha anunciado que sólo quedarán los indispensables y ya algunos han sido notificados de su cesantía. Mi amiga entorna los ojos y se ríe. "De seguro no botarán al director, ni al secretario del núcleo del Partido Comunista y mucho menos a la mujer que dirige el sindicato", concluye con sorna.

Me sorprende la mezcla de temor y de desdén con que los cubanos han tomado la drástica reducción de personal que ya se está implementando. Por un lado, nadie quiere perder su puesto de trabajo, pero por otro hay una sensación de que el paro no puede ser peor que trabajar para el Estado. Cuando le recomiendo a mi amiga que saque una licencia de cuentapropista para forrar botones o hacer percheros, salta de la silla negando con las dos manos. "Si mi nombre está en la próxima lista -afirma- voy a dar un escándalo que se va a oír en la oficina del ministro y en todos los pasillos". Pero no le creo, como tantos otros prefiere esconderse que reclamar.
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jueves, 28 de octubre de 2010

Trini y la obsesión castrista del PSOE.

De mirandoacuba.blogspot.com

A Trinidad Jiménez y al Gobierno del PSOE no les interesan las libertades en Cuba. Serían felices si los Castro accedieran a imponer un modelito a lo chino o a lo vietnamita. Los cubanos demócratas no lo olvidaremos.

Trinidad Jiménez, flamante canciller española, se ha estrenado en los tejemanejes diplomáticos europeos con una defensa encendida de las supuestas buenas intenciones de la dictadura militar-comunista de Cuba. Sustituta abrupta del olvidable Moratinos, lo ha hecho poniendo su mejor sonrisa a la avinagrada imagen de aquel. Nada más. Y es que la Trini, igual que Moratinos, igual que el jefe admirado de ambos, Zapatero, e incluso igual que el anterior mandamás del PSOE, González, no son otra cosa que representantes ideológicos de esa izquierda que, dado el paso democrático, guarda tal vez en su antiguo e irredento corazoncito el irrenunciable amor por sus cercanos parientes en las ideas y las mañas políticas. Tal vez el viejo sueño juvenil, inconfesado, escondido y negado, permanezca agazapado en las conmovidas conciencias de quienes todavía hoy entonan, de vez en cuando, con sus siniestros puños en alto, la Internacional.

Más grave aún, porque ahora le bailan el agua a la longeva y sangrienta dictadura desde los intereses del poder y bajo la retórica democrática y buenista. Esa obsesión del PSOE, digan lo que digan, por "tirarle un cable" a los Castro en sus horas más bajas no puede ser explicada ni por la realidad de lo que acontece en Cuba ahora mismo, ni siquiera por la defensa de los intereses españole en Cuba. La explicación es ideológica. La ríspida y obscena obsesión de Moratinos –ahora más amable pero igualmente apasionada– por ayudar a sus amigos cubanos (no los disidentes, no el exilio, no el pueblo) es ideología pura y dura.

¿Cómo se puede defender, como ha proclamado Trinidad Jiménez, que "Cuba ha hecho innegables progresos" que merecen "una señal, un cambio" en las relaciones de la Unión Europea con el régimen? ¿Deportar a decenas de presos políticos significa un progreso? ¿Permitir que los cubanos puedan vender mangos, pasear perros o ejercer de peluqueros muestra interés por respetar los derechos humanos y las libertades de los ciudadanos?

Lo cierto es que el régimen cubano está hundido en un verdadero desastre político, económico y social. Le urge ayuda económica y financiera. Necesita créditos e inversiones, así como cobertura política, para poder ganar tiempo y continuar explotando y reprimiendo a sus ciudadanos. Por ello, en complicidad con el Gobierno del PSOE y con un extraño contubernio eclesial, buscan desesperadamente el auxilio europeo que pasa en primer lugar por suprimir la Posición Común. Y así, después, conseguir que la Administración Obama levante las restricciones a los viajes de los norteamericanos y facilite el acceso a los créditos de Estados Unidos. Alcanzado estos objetivos, a olvidarse de libertades y derechos.

A Trinidad Jiménez y al Gobierno del PSOE no les interesan las libertades en Cuba. Serían felices si los Castro accedieran a imponer un modelito a lo chino o a lo vietnamita.
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Internet no está al alcance de todos los cubanos.

De Lartiza Diversent.

En Cuba, el acceso a internet es restringido y altamente costoso para los ciudadanos, pero también está controlado por instituciones estatales. Esas limitaciones violentan el derecho de información que debe disfrutar todo ser humano. Sin embargo, están respaldadas por  normas jurídicas impuestas por el gobierno.

El 14 de junio de 1996, el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, mediante el Decreto 209 de "Acceso desde la República de Cuba a Redes Informáticas de Alcance Globa"”, estableció su estrategia con relación a Internet. En ese mismo año, Cuba se conectó oficialmente a la red de redes.

La disposición legal afirma que la política con respecto a internet se trazó en función de los intereses nacionales. Reconoce que el fin es garantizar el acceso al pleno a los servicios desde Cuba, pero decreta su carácter selectivo. Según el gobierno, las restricciones a los particulares, se deben  a que las medidas del embargo de Estados Unidos limitan las condiciones y calidad de la conexión.

Sin embargo, la norma emitida por el Consejo de Ministro, asegura que estas restricciones son para asegurar que la información que se difunda sea fidedigna, y la que se obtenga esté en correspondencia con los principios éticos, y no afecte los intereses ni la seguridad del país.

Para hacer efectiva la política, el Decreto 209 creó una comisión interministerial encargada de autorizar el acceso directo a Internet. Igualmente, prioriza la conexión a las personas jurídicas y las instituciones de mayor relevancia para la vida y el desarrollo del país.

El organismo también regula el uso de la información procedente de la red global  y tiene la responsabilidad de proponer las decisiones que el gobierno debe adoptar en relación con la seguridad informática, y la conexión a los servicios que brinda.

Desde hace varios años el gobierno prioriza el acceso a un  proyecto de interconexión interna (intranet). A ella  acceden, fundamentalmente, centros académicos, de la salud y otros sectores profesionales. Con esta red nacional garantiza el control absoluto de la información y minimiza el  uso directo a la red de alcance global.

La comisión interministerial está presidida por el ministro de la Informática y las Comunicaciones, e integrada por los  titulares  de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, de Justicia, del Interior y de las Fuerzas Amadas Revolucionarias. Estos dos últimos  regulan el acceso a Internet para conciliarlo con la defensa y la seguridad nacional.

En marzo de 2008, el presidente Raúl Castro autorizó la venta libre de computadoras. Sin embargo, el acceso libre a internet continúa fuera del alcance de los ciudadanos. Estas restricciones se justifican con las limitaciones económicas, tecnológicas y de comunicación. Sin embargo, el Decreto 209 deja claro que las redes informáticas de alcance global son vistas por el gobierno como  un peligro a la seguridad del Estado.
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Los cambios que Zapatero ve en Cuba.

Por Tte. Coronel Reynaldo Sánchez.

Según declaraciones de la nueva Ministro de Relaciones Exteriores de España, Trinidad Jiménez, el gobierno de los Castro está haciendo apertura y cambios sensiblemente positivos.

Los cambios que el gobierno de Zapatero ve en La Habana no son más que medidas arbitrarias y desesperadas del régimen para tratar de mantener engañado y sometido al pueblo cubano. La apreciación sobre los llamados cambios viene desde una sola perspectiva, la gubernamental, el actual gobierno español no ha tenido en cuenta, para nada, las opiniones de la disidencia cubana, ni las declaraciones del sufrimiento de los cubanos obligados al exilio. Cualquier apreciación unilateral carece de objetividad.

Los cambios a que se refiere la canciller española no son otros que la excarcelación de presos opositores como un destierro obligado, lo que le permite al régimen castrista abrir la llave de la presión interna y colorear con viejos y falsos matices la opinión pública internacional.

Otra medida en contra del pueblo de Cuba es el despido de 500 mil trabajadores que tendrán que buscar el pan de cada día a como de lugar, el engaño del "cuentapropismo" ya es historia antigua; ahora no será diferente pues la economía socialista implantada en la Isla no tiene ni los mecanismos, ni los medios, ni los recursos para garantizar que esta actividad económica pueda desarrollarse y ser exitosa.

La canciller española y Zapatero no quieren ver las necesidades y penurias del pueblo cubano; no se han dado cuenta de la reducción de los artículos de consumo de la canasta básica del cubano, estos artículos se han eliminado de la llamada libreta de racionamiento lo que hace que el cubano de a pie tenga que gastar más dinero del que tienen.

¿Dónde están esos cambios sensibles a que hacen referencia; dónde están los representantes de la oposición en el Parlamento; dónde está la libertad de expresión; dónde está la prensa independiente no controlada por el Estado; dónde está la diversidad de Partidos Políticos, expresión genuina de una verdadera democracia; dónde está la posibilidad de que los cubanos puedan invertir en hoteles, fábricas y otras empresas e industrias de la Isla?

El gobierno español en lugar de congraciarse con los Castro para garantizar sus inversiones en la Isla debería exigir en la Unión Europea que continúe con la posición común hasta que se haga un Referéndum Popular con supervisión internacional donde le den la posibilidad a todos los cubanos de escoger entre el régimen socialista o un régimen democrático. Eso sería loable y daría prestigio al Gobierno de Zapatero. Aunque parece imposible, porque Zapatero y Fidel Castro calzan el mismo zapato.
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domingo, 17 de octubre de 2010

El miedo a estar equivocado.

Por Leandro Feal.

Es difícil entablar un diálogo en estos días sin caer en el tema de "La lista de los 178". A mí personalmente me parece un resumen de las actividades más populares del s.XVI, pero sé que soy de las pesimistas. Bueno, dicen mis interlocutores que soy de las "pesimistas", para mí soy de las "obviamente realistas" porque ¿hasta cuándo vamos a "empezar a mejorar el sistema"? Ellos dicen socialismo, pero yo de facto me niego a llamarle socialista a un gobierno que en menos de dos años pretende despedir a un millón de trabajadores, eso después de haber elevado la edad de jubilación, haber disminuido los productos eufemísticamente llamados "subvencionados" y no pensar ni remotamente en subir los salarios, para no hablar de la espada de Damocles que representa para nuestra economía hoy la doble circulación de moneda. No voy a hablar de libertades económicas, sociales o políticas ya que, evidentemente, para esos que consideran el modelo cubano un modelo socialista, esas libertades vienen siendo algo así como un lujo capitalista ¿o me equivoco?

Gracias a dios no me he vuelto una "talibana" -así llamamos aquí a los extremistas de ambos bandos, sobre todo a los del PCC que son los que más abundan en esta zona de la geografía- y mantengo excelentes relaciones con algunos comunistas (ellos dicen que son comunistas, yo no estoy tan segura). El caso es que una de estas amigas tiene un diminuto negocio privado: hace pasteles por encargo. Desde hace varios años logra sobrevivir, sin lujos y sin robar, de la venta de sus pastelitos de guayaba y de coco. Con lo que gana puede darle un dinerito extra a sus hijos, arreglar alguna bobería en la casa y comer. Cuando conversa conmigo siempre está a la defensiva, por eso nunca me ha confesado que la mayoría de la materia prima la compra en el mercado negro, eso a pesar de que la he visto con mis propios ojos despachando con "la de los huevos" y con "el tipo de la harina". Pero nada, citando "American Beauty", el poder de la negación es grande.

Mi amiga se siente culpable, sabe que con su trabajito está incluido entre las actividades de la lista medieval y no quiere militar en la ilegalidad, al menos no tanto. Cuando conversamos me soltó una frase histórica: si todos ponemos de nuestra parte a lo mejor esta vez podemos salir adelante. No soy una persona cruel así que contuve las carcajadas. Sin embargo omitió un detalle que después su esposo me reveló: cuando sacó la cuenta de su ganancia mensual después de sacar la licencia obtuvo un numerín redondo: 2CUC.
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Fidel Castro nos engañó.

Por Jesús Juan Aznárez.

Buena parte de los empresarios de origen español afincados en Cuba a finales de los cincuenta financiaron al guerrillero Fidel Castro sin sospechar que el barbudo de Sierra Maestra habría de imponer en la isla un sistema comunista que expropiaría sus propiedades. La contribución empresarial al sostenimiento de la milicia sublevada contra Fulgencio Batista es una realidad apenas divulgada, de la que fue testigo y parte José Félix Llopis, de 83 años, nacido en Madrid, exiliado en París al estallar la guerra civil española, correo en Francia del activismo antinazi, mecenas y delegado de Christian Dior en América Latina.

Inevitablemente, la novelesca vida de este republicano católico, mensajero del glamour y del champán francés en naciones acogotadas por la violencia y el hambre, embajador de Panamá ante la Unesco, debía recogerse en unas memorias, que ha escrito el periodista Manuel R. Mora en el libro Violencia, perfume y humo (Turner). Pocos pueden emular a Llopis, domiciliado en la panameña isla de Contadora, enemistado con el dictador Manuel Antonio Noriega, interlocutor del Che Guevara y Castro, y anfitrión de gobernantes intelectuales y artistas, desde los ex presidentes francés y estadounidense Georges Pompidou y James Carter hasta el científico Luc Montagnier y Pablo Picasso.

El hombre de confianza de Dior, que fue dueño de una fábrica de puros, llegó a Cuba en las vísperas revolucionarias de 1958 para establecer en Matanzas un centro regional de distribución de la empresa. Su primer contacto fue Ramón Zapico, director financiero de la principal cadena de comercios de la mayor de las Antillas, El Encanto, algo parecido a El Corte Inglés en España, fundado en 1888 por dos asturianos, José y Bernardo Solís,

"En una reunión me sorprendió ver que Solís, al final, pasaba su sombrero panamá a quien tenía más próximo: este dejó unos billetes y así siguió la ronda, cada uno echando dinero en el sombrero. Yo, claro, también puse dinero, pero sin saber para qué", recuerda Llopis. "Cuando pude se lo pregunté a Zapico, quien me informó de que aquel dinero era una contribución para los grupos guerrilleros de Fidel Castro. Hasta ese punto los tenía engañados Castro a todos. A mí el engaño me duró hasta que, un año después de que los castristas tomaran La Habana, pude hablar con el Che Guevara". El Encanto fue expropiado a finales de 1960.

La entrevista con el argentino-cubano se desarrolló en abril de ese año, en una sala amplia y desangelada, sin adornos. El Che vestía el uniforme verde oliva de campaña y fumaba un puro cuando saludó al español, que no imaginaba un escenario de partido único y economía centralizada en uno de los mercados más potentes de Dior, con una burguesía de gran poder adquisitivo. Quienes avizoraban el comunismo, viajaban semanalmente a Miami con el equipaje repleto de dólares, joyas y cuadros, temiendo las medidas radicales del directorio revolucionario.

José Félix Llopis planteó al Che Guevara su proyecto de abrir una zona franca en el puerto de Matanzas en la que Parfums Dior operaría como una sociedad limitada legalmente establecida, pagando los correspondientes impuestos. "Lo de constituir una sociedad limitada era lo que les interesaba a ellos, pero para eso nosotros teníamos que garantizar que podríamos sacar libremente de Cuba los beneficios. Y ahí fue donde el Che empezó a no ser nada claro. Cuando terminó la entrevista, que duró una media hora y en la que, en verdad, estuvo muy simpático, yo estaba convencido de que no teníamos nada que hacer en Cuba". Al llegar a la Embajada francesa, le comentó al embajador: "El Gobierno cubano no nos va a dejar sacar ni un dólar".

Años después, en la década de los noventa, Llopis regresó a Cuba en varias ocasiones y fue invitado al Palacio de la Revolución, donde se vio con Castro, pero nunca pudo levantar en Matanzas el almacén regional. La biografía del español, a quien la violencia persigue desde niño, en España, en la Francia de la II Guerra Mundial y en la América Latina incapaz de gobernarse, siempre de golpe en golpe militar, recorre el siglo XX y se adentra en peripecias extraordinarias. Llopis aún recuerda el traslado, con otros dos, de una vieja gramola a una dirección de Montmartre, en el París ocupado. En cada esquina se topaban con una patrulla alemana. Cuatro o cinco kilómetros sin saber que transportaban una emisora clandestina de la resistencia francesa.

Amigo de Eddy Barclay y Zino Daviddoff, dueño de una colección de arte constituida en fundación desde 2003, Llopis recuerda su relación con las hermanas María y Araceli Zambrano, la intervención de su hermano Álvaro para salvar la vida de Victoria Kent, o la petición de crear un periódico clandestino en España que le hizo el escritor católico François Mauriac, Nobel de literatura. Contrario a la cercanía de la jerarquía católica española con la dictadura franquista, el autor francés estaba convencido de que esa complicidad con un régimen tan represivo habría de pasar factura. No se equivocó.
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sábado, 16 de octubre de 2010

Retos del nuevo escenario cubano.

Publicado en www.cubanalisis.com

El agotamiento del "modelo", unido a la interacción de un conjunto de factores externos e internos, ha conformado un cuadro que parafraseando a Lenin se resume en que los de abajo no quieren y de los de arriba no pueden seguir como hasta entonces. En ese contexto, la muerte del prisionero político Orlando Zapata Tamayo, las represiones contra las Damas de Blanco, la huelga de hambre de Guillermo Fariñas y la mediación de la Iglesia Católica, entre otros, agudizaron la crisis cubana y pusieron a la orden del día los límites del inmovilismo.

La naturaleza y la sociedad cambian constantemente; la diferencia entre una y otra forma de cambio consiste en que los naturales responden a leyes objetivas mientras los sociales los realizan los hombres, quienes, aunque pueden acelerar o retardar la historia, no pueden detenerla. El Gobierno cubano, basado en el absurdo de que Cuba cambió en 1959 -verdad que se convirtió en falsa al tratar de convertir un acontecimiento temporal en eterno- optó por conservar un modelo agotado, obsoleto e inviable y logró aplazar las transformaciones durante décadas. El escenario resultante de esa acción retardataria comenzó a ceder con el traspaso de poder efectuado en julio de 2006 y la elección de un nuevo Consejo de Estado en febrero de 2008, hasta el punto de admitir el fracaso del inmovilismo; realidad que explica las reformas recientemente anunciadas.

La decisión del Gobierno de emprender reformas no significa que exista la voluntad política suficiente para la democratización de Cuba, pero la democratización pasa por el camino de las reformas, lo que crea una cierta plataforma táctica común por el cambio en un nuevo escenario con mayores posibilidades que el anterior.

El totalitarismo, punto de partida.

Los revolucionarios que asumieron el poder en 1959, desconociendo la diversidad,  impusieron una organización centralizada bajo la tutela de Papá Estado, que condujo gradualmente a la pérdida del consenso y fue desbordada por la complejidad social. La situación actual demuestra que cuando los cambios temporales se fijan en una forma de organización social concreta y se declara esa forma como definitiva, se está en la senda del totalitarismo, de la pérdida de los espacios públicos y de la conversión del Estado en único referente.

Acerca del totalitarismo, José Martí, en La futura esclavitud, dijo más o menos lo siguiente: si los pobres se habitúan a pedirlo todo al Estado, dejarán de hacer esfuerzo por su subsistencia y que como las necesidades públicas vendrían a ser satisfechas por el Estado, los funcionarios adquirirían una influencia enorme y de ser esclavo de los capitalistas iría a ser esclavo de los funcionarios. Y sentenciaba: Esclavo es todo aquel que trabaja para otro que tiene dominio sobre él; y en ese sistema socialista dominaría la comunidad al hombre, que a la comunidad entregaría todo su trabajo1.

Para Ortega y Gasset, los mayores peligros que hoy amenazan a la civilización son "la estatificación de la vida, el Intervencionismo del Estado, la absorción de toda espontaneidad social por el Estado; es decir, la anulación de la espontaneidad histórica, que en definitiva sostiene, nutre y empuja los destinos humanos…"2, lo que se resume en la tesis de Benito Mussolini: "Todo por el Estado; nada contra el Estado"3

Por suerte, por férreo que sea el control establecido por el Estado, como expresara Hanna Arendt, la facultad de los ciudadanos para actuar políticamente no desaparece por completo. Y agregaba: "Una revolución que se proponga liberar a los hombres sin plantear, paralelamente, la necesidad de generar un espacio público que permita el ejercicio de la libertad, sólo puede llevar a la liberación de los individuos de una dependencia para conducirlos a otra, quizás más férrea que la anterior"4

Entrando al nuevo escenario, el reto consiste en convertir al cubano en sujeto activo para que participe efectivamente en todos los asuntos de su interés, incluyendo las definiciones nacionales. En ese sentido cabe la interrogante ¿por qué los cambios anteriores condujeron a la profunda crisis estructural en que estamos inmersos? Desde mi punto de vista, la principal causa radica en la debilidad primero y la desaparición después, de la sociedad civil, entendiendo por ella un sistema interrelacionado de asociaciones, espacios públicos, derechos y libertades, que constituyen la base del intercambio de opiniones, de concertación de conductas y de toma de decisiones, sin más autorización que la que emana de las leyes. Lo anterior nos conduce al proceso que barrió la sociedad civil cubana, cuyos gérmenes se remontan a los reclamos de la oligarquía criolla habanera de la primera mitad del siglo XVIII, acerca del lugar que su clase ocupaba dentro de la sociedad colonial, aunque la existencia legal de la sociedad civil tomó cuerpo con los acuerdos del Pacto del Zanjón, en 1878.

Aquella sociedad civil desempeñó una encomiable labor en nuestra historia y existió hasta su liquidación por el poder revolucionario, que desde 1959, junto a las primeras medidas de carácter democrático y popular, inició un proceso de concentración de la propiedad en manos del Estado y del poder en manos de una élite encabezada por el Jefe de la revolución, que barrió las asociaciones existentes y las sustituyó por otras creadas, desde, por y al servicio del Estado revolucionario hasta liquidar, con la Ofensiva Revolucionaria de 1968, los últimos vestigios de independencia económica de los cubanos.
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Ese proceso de desmantelamiento tuvo como telón de fondo la Guerra Fría entre las grandes potencias de la época, en cuyo marco las contradicciones con Estados Unidos condujeron primero al deterioro de las relaciones entre ambos gobiernos y después al enfrentamiento. El efecto fue lógico, pues los conflictos entre Estados tienden a debilitar los conflictos entre éstos y sus ciudadanos y si uno de ellos intenta asumir un papel protagónico en el otro, afecta la legitimidad de los promotores de cambio al interior, lo que se agrava si el país que intenta asumir esa función tiene un abultado expediente de intenciones sobre el otro, como es el caso de Estados Unidos respecto a Cuba, lo que le brindó a los enemigos del cambio un inestimable argumento histórico en su defensa.
Por esa razón, entre otras, el embargo comercial de Estados Unidos, en lugar de contribuir al fortalecimiento de nuestros espacios, los enrareció; en vez de protegernos frente a la arbitrariedad del Estado, colaboró con ella; en vez de promover climas de confianza para el avance de los derechos humanos, los hizo retroceder. Al diferendo con Estados Unidos se unieron las contradicciones con cualquier institución, personalidad o país que intentara insertar a Cuba en acuerdos vinculantes que implicaran la restauración de la sociedad civil. Así ocurrió en 2003 con el posible ingreso de Cuba a los acuerdos de Cotonú, en 2009 con el rechazo al acuerdo de la OEA -que condicionó el reingreso de Cuba a la aceptación de la Carta Democrática Interamericana de 2001, la cual exige el respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; y más reciente en 2008, con la firma de los pactos de derechos humanos que aún no han sido ratificados. El conflicto exterior sirvió de argumento al Gobierno para justificar la ausencia de derechos y libertades cívicas de los ciudadanos. Tan importante es este hecho que Cuba, un país occidental que había avanzado en materia de derechos cívicos y políticos hasta conformar y poner en vigor la Carta Magna de 1940, la que sirvió de sustento a todas las luchas cívicas y políticas posteriores -incluyendo la de los revolucionarios que tomaron el poder en 1959- setenta años después carece de tan vital institución.

La actualización del modelo y la democratización.

Como la actualización del modelo requiere de fuentes externas de financiamiento, el acceso a las mismas pasa por los reclamos de democratización de los poseedores de esas fuentes, lo que explica, en parte, el actual proceso de excarcelamiento. El reto en esta dirección consiste en convertir la liberación de los prisioneros políticos de la Primavera Negra de 2003 en un primer momento, que debe ser complementado con la liberación del resto de los prisioneros políticos y con otras medidas encaminadas al rescate de las libertades fundamentales de los ciudadanos. Se trata de un proceso difícil, pero no imposible, pues el nuevo escenario se diferencia de épocas anteriores en que el cambio se alzó no sólo como reclamo de la oposición o de alguna fuerza exterior, sino también de la necesidad del propio gobierno para conservar el poder, lo que hace mucho más difícil dar marcha atrás, como ocurrió en otras oportunidades, ya que el propósito de actualizar el modelo surge en un contexto internacional desfavorable, en el cual la comunidad internacional está mostrando cada vez mayor atención al estado de las libertades cívicas en Cuba, lo que contribuirá en el difícil camino hacia la democracia.

Entre las primeras medidas anunciadas están la reforma laboral que dejará sin empleos a más de 1 millón de trabajadores y la ampliación de las variantes del Trabajo por Cuenta Propia, incluyendo la contratación de mano de obra en algunas de las actividades. Sin embargo, dichas medidas demuestran que no se ha renunciado al vicio totalitario de decidirlo todo desde el Estado.

Las exclusiones de sectores o grupos sociales en las decisiones ha sido una constante de nuestra historia. Desde los reclamos enarbolados por Félix de Arrate a mediados del siglo XVIII, hasta el proceso revolucionario que asumió el poder en 1959 -con excepción del padre Félix Varela y después de José Martí, quien concibió la república moderna con todos y para el bien de todos-, los movimientos y figuras protagonizaron diferentes episodios con el fin de lograr, bien la equiparación entre peninsulares y criollos, bien la condición de provincia española, bien la autonomía, bien la independencia; pero siempre desde y para la clase social que representaban, en detrimento de otras clases o sectores de la Isla. La diferencia radica en que en el modelo totalitario, lejos de resolver esa injusticia, terminó reproduciendo el mal en su forma más desarrollada: la exclusión de toda la sociedad por el Estado.

La reforma laboral es una consecuencia de la errada política de "pleno empleo", que se impuso contra toda lógica económica para exhibir artificialmente ante el mundo la superioridad del sistema cubano, mientras la extensión del trabajo por cuenta propia responde al intento de disminuir el impacto de los actuales despidos masivos y al fracaso de la propiedad estatal absoluta. Ambas medidas, antes y ahora, se implantaron por el Estado desconociendo la participación ciudadana y ambas están preñadas de insuficiencias y limitaciones.

La prensa oficial ha publicado un listado con 178 actividades del trabajo por cuenta propia, de las cuales sólo 83 podrán contratar fuerza de trabajo; 29 ya existían pero no se otorgaban autorizaciones; otras 9 se mantendrán limitadas y sólo 7 parecen ser nuevas, lo que demuestra que la anunciada ampliación se reduce a darle forma legal a lo que ya existía. A ello se une que el mercado mayorista que esa actividad requiere, no podrá crearse en los próximos años y que los préstamos bancarios para echar a andar las actividades seleccionadas están en fase de análisis, es decir, se comienza una vez más sin la preparación previa de las condiciones mínimas, olvidando la experiencia negativa del  Decreto Ley 259 de julio de 2008, el cual  nació condenado al fracaso por limitarse a la entrega de tierras ociosas en usufructo, sin créditos bancarios y sin comercio mayorista, lo que ha determinado que más de la mitad de las tierras entregadas permanecen sin explotación. En el caso del cuentapropismo, lo que queda bien definido es que tendrán que pagar impuestos "sobre los ingresos personales, sobre las ventas, los servicios públicos, y por la utilización de la fuerza de trabajo, además de contribuir a la Seguridad Social". Sin embargo, nada se dice del derecho de asociación de estos trabajadores, que entran a un escenario sin organizaciones independientes del Estado que los representen y mucho menos de fomentar pequeñas y medianas empresas.

¿Qué permite al Estado seguir decidiendo el destino de la nación por sí solo? En primer lugar, que es casi el único dueño de los medios de producción, lo que le permite introducir reformas apenas sin oposición de intereses particulares y sin depender de fuerzas externas; en segundo lugar, como expresé en Hacia un nuevo 24 de febrero5, los cambios sociales generalmente se producen bajo la dirección de nuevas fuerzas que asumen el poder, mientras en Cuba, el sujeto inicial es la misma fuerza que detentó el poder durante más de medio siglo, lo que les facilita, en ausencia de una sociedad civil independiente, determinar el punto de inicio, la velocidad, la profundidad y la dirección de los cambios; en tercer lugar, como no existió la lógica alternancia en el poder, la fuerza que ha gobernado durante el último medio siglo es responsable de todo lo bueno y de todo lo malo ocurrido; en cuarto lugar, porque esa fuerza ha contraído determinados intereses personales o de grupo que influyen en su conducta.

Lo anterior explica que no se reconozcan los errores cometidos con la Ofensiva Revolucionaria de marzo de 1968, la cual eliminó de un solo golpe decenas de miles de pequeños propietarios, muchos de los cuales empleaban mano de obra contratada y ofertaban servicios y producciones que el Estado nunca logró suplir. Al eliminar la pequeña propiedad, además de la ineficiencia aparecida, las empresas estatales devinieron estaticulares6, provocando el surgimiento de una red de producciones y servicios al margen de la Ley, las que, al no contar con suministros de materias primas, herramientas y piezas de repuestos, dieron lugar al hurto generalizado, bautizado con los verbos escapar, luchar y resolver, que designan las acciones para sobrevivir. Aquella medida fue producto del afán de controlarlo todo e impedir la formación de una clase media, ignorando que en Cuba, desde el Obispo Juan José Díaz de Espada a principios del siglo XIX, hasta Julio Sanguily en el siglo XX, pasando por José Antonio Saco, Francisco de Frías, Enrique José Varona y José Martí, innumerables pensadores argumentaron la necesidad de fomentar, tanto una economía diversificada de pequeños productores agrícolas, como una clase media nacional.

De todo lo anterior se deduce la necesidad de una estructura social que garantice la participación de todos los ciudadanos con derechos legales y una concepción de la propiedad en la que convivan y cohabiten sus variadas formas, pues la propiedad, sea individual, familiar, cooperativa, privada o estatal, tiene la función social de movilizar las potencialidades e iniciativas de las personas para producir; por lo tanto, cualquiera de sus formas tiene todo el derecho a existir y coexistir siempre que cumplan esa función.

Los derechos humanos: garantía de éxito.

La garantía de que los cambios proyectados por el Gobierno tengan un efecto positivo radica en la implementación de los derechos humanos, base de la dignidad de la persona. Sin embargo, debido a la inexistencia de una sociedad civil independiente y refrendada jurídicamente, el avance desde la liberación de los prisioneros hasta el restablecimiento de la sociedad civil tendrá que depender en cierta medida del apoyo de la comunidad internacional, la que debería incluir en su agenda de diálogo con el gobierno cubano la ratificación de los pactos de derechos humanos, firmados desde el año 2008, y poner las leyes internas en consonancia con esos documentos. Precisamente nuestra historia política constituye una viva demostración de que los cambios, en ausencia de la participación cívica de los ciudadanos, conducen nuevamente al punto de partida, lo que explica que en materia de libertades cívicas hayamos retrocedido hasta el estado en que Cuba se encontraba en la segunda mitad del siglo XIX. Esa historia nos dice que tan ineludibles son los cambios en la economía como en materia de derechos humanos.

Para ese fin Cuba cuenta con una larga y rica historia en materia de derechos, que van desde el Proyecto de Gobierno Autonómico para Cuba7, elaborado en 1811 por el padre José Agustín Caballero, hasta la Constitución de 1940. El Proyecto de Constitución para la Isla de Cuba, elaborado en 1812 por el abogado bayamés Joaquín Infante, ya recogía la división entre los poderes Legislativo, Ejecutivo, Judicial y Militar, así como la observancia de los derechos y deberes sociales dirigidos a la igualdad, a la libertad, a la propiedad y a la seguridad. El Proyecto de Instrucción para el Gobierno Autonómico Económico y Político de las provincias de Ultramar, elaborado por el presbítero Félix Varela en 1823, consideraba perjudicial la puesta en vigor de libertades y derechos políticos exclusivamente para los blancos criollos8. La Constitución de Guaimaro, de 1869, refrendó la división clásica de poderes y aprobó que la Cámara no pudiera atacar las libertades de culto, imprenta, reunión pacífica, enseñanza y petición, ni derecho alguno inalienable del pueblo. La Constitución de La Yaya, de 1897, incluyó por primera vez una parte dogmática -dedicada a los derechos individuales y políticos- donde reza que todos los habitantes del país quedan amparados en sus opiniones religiosas y en el ejercicio de sus respectivos cultos y tienen derecho a emitir con libertad sus ideas y a reunirse y asociarse para los fines lícitos de la vida.

En la República, la Constitución de 1901 reconoció las libertades de expresión, de palabra o escrita, por medio de la imprenta o por cualquier otro procedimiento; también los derechos de reunión y de asociación "para todos los fines lícitos", la libertad de movimiento para entrar y salir del país. La Constitución de 1940 mantuvo los derechos reconocidos en la de 1901 y los amplió con otros, como: el derecho a desfilar y formar organizaciones políticas contrarias al régimen, la autonomía de la Universidad de la Habana, la declaración de punible a todo acto de prohibición o limitación del ciudadano a participar en la vida política de la nación, así como el reconocimiento de la legitimidad de oponer resistencia para la protección de los derechos individuales, y en cuanto a la propiedad, reconoció de forma directa la existencia y legitimidad de la propiedad privada en su más alto concepto de función social.

La Constitución de 1976, la primera después de la revolución de 1959, reconoce la libertad de palabra, de prensa, de reunión, de asociación y de manifestación. Su diferencia con las precedentes radica en que todos esos derechos están subordinados al contenido del artículo cinco, el cual reconoce al Partido Comunista como la fuerza superior dirigente, tanto de la sociedad como del Estado, para construir el socialismo y avanzar hacia el comunismo. En 2002 esta Constitución sufrió una nueva modificación, en ese año la mayoría de los cubanos "aprobaron" su carácter "irrevocable" para que el sistema vigente, obsoleto e inviable, no pudiera ser reformado, negando así la necesaria adaptación de la Ley fundamental a los cambios que ocurren en toda sociedad. Con esta última reforma el gobierno logró convertir la Carta Magna en mecanismo de freno social, precisamente en la época de la globalización y la información, lo que significó anclar al país en el pasado.

El reto consiste en poder convertir las actuales reformas gubernamentales en un paso hacia la democracia, lo que coloca en primer plano la implementación de los derechos humanos y las libertades fundamentales, garantía de participación de todos los cubanos en los destinos de la nación. Y sobre todo para que desaparezca de nuestro escenario la subordinación del individuo al Estado, propósito éste que acaba de reiterar el diario Granma del viernes 24 de septiembre, al decir que el trabajo por cuenta propia: "es una alternativa más, bajo el ojo atento del Estado", es decir, bajo el ojo de la misma institución responsable del estancamiento en que nos encontramos.


1 Martí, José. Obras Completas. T 15, pp.388-392.
2 José Ortega y Gasset. La rebelión de las masas. El País. Clásicos del siglo XX. Madrid. 2002, p 164
3 José Ortega y Gasset. La rebelión de las masas. El País. Clásicos del siglo XX. Madrid. 2002, p 166
4 Schmitt, Carl y Hannah Arendt. Consenso y conflicto; la definición de lo político. Colombia, Editorial de la Universidad de Antioquia, 2002, p. 147
5 Hacia un nuevo 24 de febrero, publicado en el diario digital Encuentro en la Red, el 22 de febrero de 2008
6 Estaticular (propiedad del Estado y ganancias del particular), La moral del cubano de hoy, publicado en el diario digital Encuentro en la Red, en marzo de 2001
7 H. Pichardo. Documentos para la Historia de Cuba. Tomo I, p.210
8 J. Ibarra Cuesta. Varela el precursor, un estudio de época. La Habana, Editorial de Ciencias, p.72 Sociales, 2004.
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Remesas familiares, el rubro más seguro.

En Sin evasión.

Resulta una verdadera ironía que después de 50 años de revolución socialista en Cuba, el ingreso en divisas más seguro con el que cuenta hoy el gobierno es el que percibe por concepto de remesas familiares del exterior. Tales remesas, es una verdad monolítica, tienen como principales emisores a los cubanos que viven ni más ni menos que en las entrañas del entrañable monstruo, habida cuenta que allí radica la gran mayoría de los emigrados de esta ínsula, lo que convierte al trabajo capitalista, al terrible imperialismo y a la moneda demoníaca, en las fuentes de sostén permanentes para el régimen que -¡oh, paradoja!- ha provocado la mayor emigración de nacionales desde que Cristóbal Colón desembarcara, casi por puro accidente, en la tierra más fermosa.

Seguramente los sagaces lectores habrán comprendido que con el título de este post me estoy refiriendo a la incertidumbre que surge para la cúpula verde olivo a partir de los resultados de las recientes elecciones parlamentarias en Venezuela. Al parecer, con el nuevo despertar de la oposición en el país suramericano después del lamentable error político que supuso su retirada de los pasados comicios presidenciales -dejando la vía libre al caudillo populista y propiciando así que se ratificara en el poder-, los adversarios del chavismo han ganado espacios en la opinión ciudadana y hoy existe una fuerza efectiva contra las ínfulas dictatoriales en Venezuela, lo que significa que las cosas se van a poner incómodas para el vocinglero señor Chávez, quien -al no lograr cubrir con sus ventrílocuos de siempre todos los curules que ambicionaba- deberá comenzar a someter a aprobación sus hasta ahora unilaterales decisiones que le permitían disponer libérrimamente de los recursos venezolanos. Ergo, el horizonte de la casta militar antillana se ensombrece por momentos ante la posibilidad real del fin o de la drástica disminución de los subsidios bolivarianos a mediano-corto plazo.

Por su parte, pese a las nuevas disposiciones legales que ofrecen atractivas oportunidades a aquellos que quieran comprar un pedazo de terreno cubano con fines turísticos -siempre que cumplan el requisito indispensable de no ser nativos de acá-, los potenciales inversores extranjeros se están mostrando un tanto remisos a una aventura financiera en esta especie de Isla Tortuga de la posmodernidad, regida por los filibusteros más tramposos y voraces de todos los tiempos, donde no se respetan para nada acuerdos, contratos ni arcas ajenas y se ha dispuesto a capricho del capital de los incautos inversionistas que antaño cayeron en el jamo. Han sido muchas las ovejas que, trasquiladas por los insaciables piratas, todavía andan por ahí balando su desencanto y mostrando sus peladuras. Ahora los bucaneros pretenden engatusar ni más ni menos que a los pragmáticos y calculadores gringos, que no parecen tener la urgencia de los ancianos militares decadentes. Es un secreto a voces que, pese a que los medios oficiales -tal como una amante despechada- se la pasan denostando del "eterno enemigo de los pueblos", todas las esperanzas de la élite cubana se cifran en el Imperio: te odio, mi amor.

Y como, entre tanto, hay que seguir robando, las víctimas a perpetuidad siguen siendo los cubanos, en este caso los emigrados y sus familiares al interior de Cuba. A falta de un recurso honrado y en ausencia de cualquier otra capacidad, la vileza oficial utiliza los lazos familiares como chantaje sentimental para recaudar divisas. Una enorme cantidad de emigrados -más conocedores de la realidad cubana que cualquier inversionista foráneo, e implicados sensiblemente con el destino de su familia en Cuba- destinan una parte de sus ingresos a las salvadoras remesas que ayudan a paliar el hambre y la miseria de los suyos, sujetos a la esclavitud de esta ruinosa plantación. No bien entran a la Isla, las remesas son inmediata y onerosamente gravadas por la gula de los hacendados y convertidas en fichas de central (CUC, las llaman), con las que los esclavos adquieren, a precios astronómicos, los productos que ofrecen las tiendas del batey, propiedad de los propios hacendados. No hay salida; es un ciclo de latrocinio perfecto, "legal" y seguro, porque la dictadura sabe que la mayoría de los cubanos emigrados evitarán por todos los medios que sus padres, hijos o hermanos sufran privaciones y se van a esforzar por destinar siquiera un puñado de dólares o euros a garantizar la seguridad mínima de sus familias.

Y no vaya nadie a pensar que lanzo una crítica a quienes envían sus remesas o a los familiares que las reciben. Yo tampoco podría disfrutar de alimentos, ropas, calzado y medicinas que le faltaran a mi familia ni privaría a mis hijos de ciertos beneficios que, lamentablemente, en Cuba solo están al alcance de unos pocos. Solo quiero recordar a los lectores cuán sujetos seguimos estando todos -o casi todos, de adentro o de afuera- a la diabólica maquinaria de la dictadura. Los de "allá", forzados a trabajar más para cubrir las necesidades de su familia cubana y garantizar la jugosa tajada gratuita del gobierno; los de "acá", rehenes permanentes de la extorsión oficial y cómplices involuntarios de la explotación de sus familiares exiliados, con los que no saben cuándo o cómo se reunirán porque incluso el encuentro depende del humillante permiso de entrada o salida que expiden los amos. ¡Y encima estos parásitos verde olivo, con altanero desprecio, se atreven a llamarnos "subsidiados"! Triste en verdad la condición del cubano de hoy. ¡A cuánta miseria material y espiritual nos condena un régimen que, sin embargo, depende tanto de nosotros!
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Un cargumento caduco.

Por Miguel Iturria Savón.

El desempleo es tema de conversación en miles de hogares cubanos, pues el despido planea como ave de mal agüero en la mente de medio millón de personas que irán a las calles antes de finalizar el 2010, lo cual sumerge en la incertidumbre hasta a los ancianos jubilados, a quienes les preocupa la suerte del hijo o el yerno que colgará los guantes y  olvidará  el salario.

No es para menos porque el total de parados anunciados por el gobierno asciende a un millón trescientos mil, aunque será de forma gradual, en tres etapas, con el sindicato a favor del Estado Patrón y sin derechos a huelgas, prohibidas desde 1959.

Si bien se anunció como paliativo la concesión de permisos para ejercer por cuenta propia decenas de oficios urbanos y rurales, las incertidumbres de los parientes siguen en pie. Algunos preguntan ¿quién pone la inversión inicial en un país donde casi todos dependen del deprimido salario estatal?

Muchos dudan de las intenciones de la burocracia al autorizar de nuevo los oficios. Recuerdan que trescientos mil cubanos accedieron a pequeños negocios propios a partir de 1994 y tuvieron que abandonarlos por la ofensiva estatal contra los cuentapropistas, asediados por ejércitos de inspectores y por la imposibilidad de adquirir los insumos, destinados a la red de centros estatales.

Los más suspicaces piensan que el gobierno trata de "soltar la rosca para salir del atolladero y evitar desórdenes públicos”. ¿Cómo confiar si hace dos años en cada centro laboral hubo que analizar el discurso del general Castro que denigraba a los cuentapropistas y arremetía contra ellos por el desvío de recursos?

Hay respuestas de todo tipo, algunas realmente infantiles, como algunos ancianos incapaces de reciclarse y comprender la realidad. Estas personas ponen fin a las charlas hogareñas al decir que "fue necesaria la Ofensiva Revolucionaria de 1968”, que "la propiedad privada es causa de la explotación” o que "el colectivismo falla por el egoísmo de un puñado de descarados”

El colmo lo escuché ayer en casa de un amigo que ejercía como electricista en la empresa metalúrgica Antillana de Acero, al sudeste de La Habana, donde el despido ascenderá a 500 obreros al finalizar el 2010, aunque ese monstruo de metal disminuyó su empleomanía en mas de 4 mil entre fines de los ochenta y el 2006.

Resulta que el amigo y su suegro hablaban apaciblemente sobre el tema, cuando el viejo le recordó que él fue dirigente sindical de la Antillana de Acero y sabe que detrás de los problemas de esa empresa está la mano de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA). Ante una mano tan larga mi amigo sonrió.

Tal vez tenga razón, con la elocuencia del avestruz no se puede. Sin embargo, los ancianos que esgrimen argumentos infantiles para justificar lo injustificable, nada tienen que aportar a los cambios que se imponen en el horizonte de Cuba.
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domingo, 10 de octubre de 2010

El polémico huracán de 1910.

Por Orfilio Peláez.

Mucho menos activo en el transcurso de los últimos cincuenta años con respecto a etapas históricas anteriores, correspondientes al siglo XIX y la primera mitad de la pasada centuria, el mes de octubre registra la mayor cantidad de huracanes intensos que han azotado a Cuba.

Según la cronología elaborada sobre el tema por especialistas del Centro del Clima del Instituto de Meteorología, la lista de los "grandes" es encabezada por la célebre Tormenta de San Francisco de Borja, la cual castigó con particular furia a La Habana los días 10 y 11 de octubre de 1846.

A su paso se registró un valor mínimo de presión atmosférica de 916 hectopascal (hPa), el más bajo reportado en nuestro país hasta la actualidad.

Tomando en cuenta la magnitud de los daños causados en las edificaciones de piedra, consideradas muy sólidas, los numerosos derrumbes y otras evidencias, los expertos opinan que la velocidad de sus vientos máximos sostenidos debió superar los 250 kilómetros por hora.

Eso permite clasificarlo dentro de los contados huracanes categoría 5 en la escala Saffir-Simpson (implantada en 1969 por el ingeniero Herbert Saffir y el meteorólogo Bob Simpson), que cruzaron sobre suelo cubano en las últimas dos centurias. Se calcula que el 60% de los árboles existentes en las áreas por donde pasó fueron derribados.

Sin ubicarlos en un orden específico, la relación de los grandes huracanes del décimo mes del año (todos con categoría 3, 4, o 5) incluye, además, a la llamada Tormenta de San Francisco de Asís, el 4 y el 5 de octubre de 1844; el llamado huracán de San Marcos (7-8 de octubre de 1870, que provocó más de 700 muertos en Matanzas); el huracán de Pinar del Río, del 7 al 9 de octubre de 1882; el del 19 de octubre de 1924, también en Pinar del Río; y los famosos ciclones del 20 de octubre de 1926, y el 18 de octubre de 1944, cuyos mayores efectos se sintieron en la entonces Isla de Pinos, y La Habana.

Por ser la segunda mayor catástrofe natural sucedida en el país no puede dejar de mencionarse el Flora, que azotó con torrenciales lluvias a las hoy provincias orientales, del 4 al 8 de octubre de 1963. Murieron alrededor de 1 200 personas.

Desastre en Vueltabajo.

Uno de los eventos naturales más notables ocurrido en la mayor de las Antillas lo constituye sin duda el denominado huracán de los Cinco Días, en octubre de 1910, es decir, hace justamente cien años.

El profesor Luis Enrique Ramos Guadalupe, reconocida autoridad en el campo de la historia de la meteorología en Cuba, explica que este organismo tropical surgió en un área de bajas presiones situada al norte de Panamá.

Del 8 al 12 de octubre se desplazó en un rumbo próximo al norte noroeste, y el 14 cruzó sobre o muy cerca de la porción oeste de la Isla de la Juventud, azotándola con fuerza.

En la tarde de ese propio día penetró por un punto cercano a La Coloma en la costa sur de Pinar del Río, probablemente como huracán categoría 4 (vientos máximos sostenidos de 210 a 250 kilómetros por hora).

Registros de la época muestran la ocurrencia de valores mínimos de presión atmosférica de 938 hPa y hasta de 924 hPa, reportado al parecer por una embarcación, mientras en la capitalina estación meteorológica de Casablanca hay medida una racha de viento máximo de 209 kilómetros por hora.

Próximo a salir al mar por la costa septentrional de Pinar del Río, relata el profesor Luis Enrique, un anticiclón situado al norte lo bloquea y obliga a describir una trayectoria en forma de lazo primero al oeste, luego al sur, sureste, y de nuevo retoma el nordeste, lo cual lo hace pasar dos veces por una misma zona, aparentemente en las inmediaciones de Cayo Jutía.

Tan insólito rumbo dio lugar a que sus intensas lluvias se prolongaran por espacio de cinco a seis días sobre la geografía de la parte más occidental de Cuba, provocando extraordinarias inundaciones.

Es probable que los acumulados sobrepasaran los 500 milímetros en algunos puntos, en particular en las zonas montañosas. Sus fortísimos vientos abarcaron también a lo que son hoy las dos provincias habaneras y Matanzas. Con menor intensidad se extendieron hasta Cienfuegos y Villa Clara.

La carencia de datos demográficos exactos, y de un estudio referido al impacto provocado por este notable huracán, impide hacer un conteo real del número de víctimas fatales, pero opinamos que pudo llegar a un millar, de ahí que sea considerado entre los desastres más significativos en la historia de Cuba, apuntó el especialista.

Sí pudo comprobarse que todas las cosechas, particularmente la tabacalera, fueron destruidas, al igual que la mayor parte de las viviendas rurales. Asimismo, la masa ganadera quedó diezmada en alto grado.

Como refiere Luis Enrique, el fenómeno sembró gran desconcierto en los meteorólogos de la época. Por ejemplo, el padre Lorenzo Gangoiti, del Observatorio del Colegio de Belén, planteó que lo ocurrido se debía al paso de dos ciclones tropicales consecutivos que azotaron a Pinar del Río, La Habana y Matanzas, criterio no compartido por el Observatorio Nacional.

Ello generó una polémica "ciclónica" entre ambas instituciones, la cual es considerada uno de los mayores debates científicos sucedidos en Cuba en los inicios del siglo XX.

Todavía en 1933, el padre Mariano Gutiérrez Lanza, del Observatorio del Colegio de Belén, decía que fueron dos organismos tropicales intensos los que azotaron a Pinar del Río entre el 14 y el 18 de octubre de 1910.

Investigaciones hechas por el meteorólogo cubano José Carlos Millás, demostraron que los prolongados efectos de aquel ciclón se debieron a la denominada por él recurva en lazo, es decir una peculiar trayectoria que suelen describir ciertos huracanes cuando reciben la influencia de determinados sistemas atmosféricos.
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viernes, 8 de octubre de 2010

Cuba pide detención de Marambio tras ser notificada de demanda en su contra.


A principios de la semana pasada, el empresario Max Marambio decidió concretar una ofensiva jurídica para enfrentar las acusaciones que la Fiscalía General de Cuba mantiene en su contra: presentó una demanda ante la Cámara Internacional de Comercio (ICC, por su sigla en inglés), con sede en París.

El viernes, el organismo internacional acogió a tramitación la demanda, la que fue notificada ayer al gobierno cubano. El empresario chileno es investigado por supuestas irregularidades en la firma alimenticia Río Zaza, de propiedad compartida entre Marambio y el Estado cubano.

Al mismo tiempo, el gobierno cubano dictó ayer una orden de captura internacional en contra del empresario. La instrucción fue despachada a la Interpol.

"Esto no se había hecho nunca", dijo anoche a TVN el abogado de Marambio, Juan Pablo Hermosilla, aludiendo a la inédita orden de detención. Además, afirmó que este tipo de medida se adopta "en los casos en que no se puede encontrar a la persona que se investiga", lo que no ocurre con Marambio, pues él tiene domicilio conocido.

Demanda en París.

La decisión de recurrir al tribunal de París fue anunciada ayer por el empresario a través de un comunicado público. "El objetivo central de esta acción legal es la defensa irrestricta de mi honor, el de mis colaboradores, y el de todas las personas que han colaborado y confiado en el proyecto empresarial Río Zaza", dijo el empresario, quien además sostuvo que la investigación cubana obedece a una persecución.

"Algunas autoridades cubanas que, sobrepasando su propia legalidad, iniciaron hace casi un año una persecución implacable en mi contra", dijo, junto con agregar que se sustenta en motivos que no tienen que ver con los ámbitos legales o comerciales por los que se le acusa.

Marambio era considerado uno de los extranjeros más influyentes en Cuba, por su cercanía a Fidel Castro. Pero su relación con Raúl Castro siempre fue distante.

La demanda fue presentada en Francia, debido a que las partes de la empresa Río Zaza estipularon en sus estatutos que ante una divergencia se debía recurrir a la Cámara Internacional de Comercio.

Este organismo es una instancia de resolución de conflictos empresariales creada en 1919 y que tiene prestigio internacional.

"Es un tribunal imparcial", dijo anoche Hermosilla. El abogado afirmó que esa corte deberá investigar si las acciones que se le imputan a Marambio dañaron los intereses de la empresa Río Zaza, tal como plantea Cuba.

De acuerdo con la investigación, a Marambio se le indaga por supuestos sobornos a funcionarios públicos cubanos. Pero cercanos a la defensa de Marambio explicaron que la corte de París no tiene competencia para indagar delitos penales, sino que sólo actos administrativos de la empresa. Por tanto, la estrategia apuntará a demostrar que la gestión de Marambio no fue contraria a los intereses de la firma.

Los próximos pasos del proceso son la contestación de Cuba a la demanda. En París, en tanto, se deberá conformar un grupo de árbitros, que se pronunciará sobre el caso, el que podría durar cerca de un año.

En julio pasado, la justicia cubana había enviado un exhorto a la fiscalía chilena, con el objetivo de interrogar a Marambio. Sin embargo, el oficio cubano fue devuelto, porque no precisaba la calidad en la que era requerido Marambio. Tampoco ofreció reciprocidad para que Chile pudiera interrogar a personas que se encuentren en Cuba.
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jueves, 7 de octubre de 2010

Pornografía en los en teléfonos celulares.

De www.cubanet.org

Las rebajas en la activación de línea de los teléfonos móviles a $ 40 cuc y el pago mensual mínimo a $ 5 cuc posibilitaron la ampliación del mercado de los celulares entre la población joven cubana.

Como un nuevo fenómeno surgido a raíz de la reciente relativa masificación de la telefonía celular, ha florecido la circulación de videos y fotos pornográficas, importados y hechos en el país, mayormente entre los jóvenes, que los guardan en las memorias de sus móviles y los hacen circular.

La pornografía es fuertemente condenada por las leyes cubanas y parte de la población en Cuba rechaza este fenómeno, hasta hace poco prácticamente desconocido en la Isla. No obstante, se hace pornografía clandestina en el país.De www.cubanet.org

Las rebajas en la activación de línea de los teléfonos móviles a $ 40 cuc y el pago mensual mínimo a $ 5 cuc posibilitaron la ampliación del mercado de los celulares entre la población joven cubana.

Como un nuevo fenómeno surgido a raíz de la reciente relativa masificación de la telefonía celular, ha florecido la circulación de videos y fotos pornográficas, importados y hechos en el país, mayormente entre los jóvenes, que los guardan en las memorias de sus móviles y los hacen circular.

La pornografía es fuertemente condenada por las leyes cubanas y parte de la población en Cuba rechaza este fenómeno, hasta hace poco prácticamente desconocido en la Isla. No obstante, se hace pornografía clandestina en el país.
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La cena de los idiotas.

Por Miguel Iturria Savón.

Dos carteles de 70 centímetros de ancho por dos metros de largo fueron desplegados por funcionarios estatales en numerosas oficinas y centros comerciales de La Habana y otras ciudades de Cuba. Ambos tienen el logotipo de los CDR. "Cuidamos el barrio, vigilantes y solidarios", dice uno; "Combativos y unidos con la patria", reclama el otro.

Dichos carteles están dedicados a las "festividades oficiales" por el cincuentenario de los Comités de Defensa de la Revolución, fundados por Fidel Castro el 28 de septiembre de 1962, para perseguir, delatar y controlar a los enemigos de su gobierno, entendidos entonces como los colaboradores del régimen anterior, ampliado después a cualquier persona sospechosa de alzar la voz contra las decisiones del Máximo Líder.

Desde el principio los CDR devino una especie de Inquisición de Barrio, con una estructura de dirección a nivel nacional, provincial y municipal, subdividida a su vez en Zonas, cuadras urbanas y caseríos rurales; todos prestos a delatar al vecino, vociferar las consignas y tareas orientadas y cumplir cuantas directivas y órdenes se les ocurriera a los mandamases del gobierno y el Partido único.

Durante medio siglo la historia de esta organización de masas tiene record de vilezas imposibles de calcular. A través de ella se generalizó la coacción a domicilio, la chivatearía colectiva, el "trabajo operativo secreto de la policía", la vigilancia sobre los vecinos, la desconfianza familiar y la movilización del pueblo -convertido en masa- hacia las concentraciones políticas, agrícolas, campañas sanitarias, los actos de repudio y el apoyo a las denominadas elecciones del Poder Popular.

Con los CDR el castrismo logró una "entidad flexible" de incuestionable valor auxiliar. Tal vez la intención secreta de su creación en aquellos momentos de desestructuración social haya sido convertir al pueblo en cómplice y rehén de la represión y de las "tareas revolucionarias". Esta organización, diezmada pero visible, marcó la vida de millones de cubanos, quienes aun dependen de un "aval" o de la "buena opinión" del presidente de su cuadra para obtener un puesto de funcionario local, custodio o almacenero.

No pertenecer al CDR es un desafío que inscribe al atrevido en las listas negras de la policía política. Quien dice "No" cuando les tocan la puerta cae en desgracia aunque haya sido "combatiente" o sea una persona virtuosa y humanitaria. No pagar la cotización del CDR y dejar de asistir a sus reuniones inútiles equivale a desatar los hilos de la deslucida fanfarria revolucionaria, cuyos iconos siguen igualitos a pesar del tiempo, los informes policiales y la dependencia de millares de infelices que se sintieron importantes ante el "llamado de la Patria".

Los CDR están tan desacreditados como la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), la Federación de Mujeres Cubanas, la Asociación de Combatientes y otras organizaciones que no mueven a nadie, pero juegan un papel en la estructura burocrática de un régimen que llegó al poder en nombre de la libertad y eliminó los derechos y libertades de los ciudadanos.

Ahora que el gobierno despide a medio millón de personas, a los cederistas les explican la necesidad del "reajuste laboral", como si fueran idiotas invitados a la mesa del poder.  Muchos comerán caldosa y bailarán el 27, esperando el 28, con las manos en el bolsillo y pensando cuando y donde volverán a trabajar. Tal vez los ayude el CDR, que cuida el Barrio, "combativo, vigilante y unidos por la Patria", como en 1962. ¡Felicidades!
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lunes, 4 de octubre de 2010

Jo, joy, ¡qué bueno está esto!

Por Julio Antonio Aleaga Pesant.

José Mujica se convirtió en el primer presidente latinoamericano que recibe a los demócratas cubanos, luego que Carlos Andrés Pérez, entonces Presidente de Venezuela, recibiera a principio de los noventa, al legendario Jorge Mas Canosa. El gesto fue devuelto por el F. Castro, al recibir con rango de jefe de Estado al recién excarcelado golpista, el Teniente coronel Hugo Chávez.

Con la mano en el mentón, el Presidente de Uruguay escuchó amablemente a los exiliados cubanos. Le expusieron las violaciones de los derechos humanos en la isla y cómo la liberación de los presos políticos en los últimos meses se convirtió en destierro. Escuchó de primera mano el trabajo de las Damas de Blanco por la liberación de sus seres queridos y de los proyectos ciudadanos para construir un país democrático. La audiencia, solicitada por la oposición uruguaya, duró apenas treinta minutos. Pero marcó un antes y un después en el reconocimiento internacional a las fuerzas prodemocráticas en la isla, luego del fiasco del maridaje entre la izquierda democrática y presidencial latinoamericana y la dictadura insular.

Ignacio Da Silva (Brasil), Michelle Bachelet (Chile) y los Kichnert (Argentina), son o fueron gobernantes cuyo nivel de relaciones con el dictador los llevó a villanías con el pueblo cubano. Sin lugar a dudas, la más terrible decepción fue el gobernante brasilero, quien entre otras cosas, cazó como negrero a deportistas cubanos en Brasil y comparó a los demócratas cubanos con los bandoleros de su tierra, a la muerte del preso político Orlando Zapata Tamayo.

José Mujica se convirtió así en el primer presidente latinoamericano que recibe a los demócratas cubanos, luego que Carlos Andrés Pérez, entonces Presidente de Venezuela recibiera a principio de los noventa al legendario Jorge Mas Canosa. El gesto fue devuelto por F. Castro al recibir con rango de jefe de Estado al recién excarcelado golpista, el Teniente coronel Hugo Chávez.

La visita de los demócratas exiliados no se circunscribió al escenario político uruguayo. En Perú fueron recibidos por autoridades políticas y en Argentina, un humorístico canciller les habló de los cinco espías cubanos presos en los Estados Unidos. La tendencia a quedar bien con el dictador aun matiza las relaciones con América Latina, aunque se debe reconocer la presión ejercida por la oposición argentina para que el gobierno kichnerista recibiera a los patriotas cubanos.

Mientras, en Europa, de nada vale que el Embajador en España, Alejandro González, llame escoria a los recién desterrados presos políticos de la Primavera Negra. Tanto en el Parlamento Europeo como en la política interna ibérica, hay consenso sobre apoyar a los demócratas cubanos, encabezada por el Partido Popular Español y el Partido Popular Europeo, poderosa fuerza en la Eurocámara y promotora de la visita de los desterrados cubanos a las instituciones comunitarias.

El secretario general del PP Español, Antonio López-Istúriz anunció que su formación enviará cartas a los cancilleres y primeros ministros de su familia política poniéndoles al tanto del "testimonio desgarrador" de los ex-presos. A su vez, Wilfried Martens, Presidente del PP Europeo, tratará el tema con los jefes de Estado y de Gobierno conservadores que viajen a Bruselas. Todo encaminado a la discusión sobre la posible modificación de la postura comunitaria hacia la dictadura insular, que a priori se analizará en la reunión de cancilleres el 25 de octubre.

En ese esfuerzo, el presidente del Parlamento Europeo (PE), el polaco Jerzy Buzek, llamó a las autoridades cubanas a liberar "inmediata e incondicionalmente a todos los presos políticos". Buzek recibió en Bruselas a cuatro de los demócratas desterrados recientemente a España, y consideró que su liberación es "un paso en la buena dirección". Sin embargo, aclaró que "la libertad no se puede dar en pequeñas porciones" y subrayó que "el pueblo cubano debe disfrutar totalmente de los derechos humanos y las libertades", así como de "todas las posibilidades para desarrollar un país libre, no sólo desde el exilio". Y exhortó a la dictadura a liberar a todos los prisioneros políticos.

En ese proyecto mayor, la propuesta del grupo parlamentario popular de proponer a Guillermo Fariñas para recibir el Premio Sajarov a la libertad de conciencia que otorga el Parlamento Europeo es otra acción para mantener la crisis cubana en foco. Fariñas es célebre por realizar una huelga de hambre de casi cinco meses que interrumpió cuando el régimen accedió a excarcelar a un grupo de presos políticos, aunque luego fueran desterrados.

El plazo de presentación de candidaturas para el premio terminó el 22 de septiembre a las seis de la tarde y hasta ese momento, la de Fariñas era la candidatura más relevante. Para ser galardonado, el "Coco" tiene que recibir el apoyo de la conferencia de presidentes de los grupos políticos. La propuesta la patrocina Jaime Mayor Oreja y Jaroslav Walesa, hijo del conocido líder polaco.

Otros pretendientes al premio 2010, son las organizaciones Breaking The Silence y ACCESS, patrocinadas respectivamente por la izquierda y los verdes la primera y los liberales la segunda o la disidente saharahui Aminatu Haidar.

En el exterior, Guillermo Fariñas es uno de los símbolos de la oposición democrática. El ganador del Premio Sajarov será anunciado el 21 de octubre, tras el voto de los presidentes de todos los partidos políticos de la Eurocámara.

Si durante el gobierno norteamericano del Presidente Clinton, la propaganda ideológica de la dictadura iba contra el llamado Carril Dos de la Ley Torricelly, que estimulaba el intercambio entre científicos, académicos artistas y estudiantes de los dos países, la visión del Presidente Obama puso en situación crítica a las autoridades educacionales de la monarquía que se apresuraron a cancelar el convenio de intercambio académico entre las universidades de La Habana y Carolina del Norte que permitía a estudiantes estadounidenses visitar la isla.

El motivo, según la Universidad de La Habana, fue el retiro de dos profesores de inglés y las dificultades para encontrar sustitutos.

Para analistas dentro de las fuerzas democráticas cubanas, la cancelación del programa constituye un portazo a la política de intercambios culturales y académicos que promueve la administración de Barack Obama como parte de una estrategia de contactos pueblo a pueblo.

Las autoridades cubanas le temen a los intercambios académicos y profesionales con los Estados Unidos. Un documento interno del Ministerio de Educación Superior del 2009, alerta ante el "recrudecimiento de la subversión ideológica imperialista dirigida a penetrar el sector académico cubano, particularmente a los jóvenes universitarios". El documento, suscrito por el Ministro Miguel Díaz Canel, identificó a las becas como una acción "para tratar de penetrar ideológicamente a la juventud universitaria".

Según el texto, aspirar a la beca denota, cuando menos, "una inconsistencia ideológica inadmisible". Y agrega: "Todavía más grave es el caso de aquellos estudiantes seleccionados por la SINA que mantuvieron su decisión aún después de la argumentada discusión política que se sostuvo con ellos".

En agosto, el gobierno cubano vetó la salida del país y expulsó de los centros de altos estudios a una treintena de universitarios que obtuvieron becas para participar en dos programas en instituciones académicas norteamericanas, auspiciados por el Departamento de Estado.

Saliendo al mar Caribe, el operativo de inteligencia en el que murió el comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Víctor Suarez, alias Mono Jojoy, es una importante victoria para la democracia latinoamericana y en especial para la colombiana y su clase política.

Como se preveía, la política de seguridad democrática desarrollada por el Presidente Uribe y continuada por el Presidente Juan Manuel Santos da resultados concretos, a favor de la paz en Colombia, la estabilidad regional y la democracia continental. Atrás quedaron los tiempos en que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, se proponía como mediador y pedía el rango de beligerantes para la guerrilla. Atrás quedará también el tiempo en que la dictadura cubana, ejercía como mediadora entre los bandoleros del Ejército de Liberación Nacional de Colombia (ELN) y el gobierno constituido.

La destreza y combatividad de los cuerpos de seguridad colombianos, demostraron una vez más su eficacia y le recuerdan al vecino bolivariano las dificultades que enfrentaría si intentara una guerra contra el vecino.

Libre de la presencia de los bandoleros, es probable que Colombia pueda jugar un papel importante en la construcción democrática y el equilibrio regional.
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Hacia la perfección.

Por José Antonio Fornaris.

Desde que existen los obreros; o mejor dicho, desde que el hombre recibe alguna remuneración a cambio de los servicios que presta o de los valores que crea, conoce que quedarse sin la posibilidad de obtener algún bien material como recompensa a su labor para poderse cuidar y cuidar a su familia, es algo grave.

El principal caballo de batalla de los comunistas, fuera del poder, es "luchar" por los derechos de los asalariados, y el principal de esos derechos, por su incidencia en lo personal y en la vida de las naciones, es el empleo.

Pero eso cambió de la noche a la mañana en Cuba de manera radical. Ahora y a tenor con el tema de las plantillas infladas en las empresas presupuestadas, según el comunicado dado a conocer por la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) el 13 de septiembre, quedarse desempleado es bueno para el país y la economía nacional. Además, es óptimo para el perfeccionamiento del modelo económico que quiere lograrse en el país.

Esa posición es obscena. La CTC, por un asunto de pudor (todos sus cuadros profesionales se nutren de la cuota sindical que pagan los sindicalizados) está obligada a defender a los trabajadores.

Si el asunto es que dada la situación calamitosa de la economía, no es posible continuar pagándole a gente improductiva, ¿por qué no comienzan por reducir el Consejo de Estado, que tiene 31 miembros, y a tenor con la situación general que afronta el país, ninguno realiza su trabajo?

El aparato del Partido Comunista, todo el andamiaje de propaganda gubernamental, y los cuerpos de represión política, son entidades presupuestadas y no crean bienes. ¿Por qué no los reducen al máximo?

Además, se puede apostar cien mil a uno, sin temor a perder, que ninguno de los hijos o allegado de los jerarcas del régimen está entre el anunciado próximo medio millón de desempleados. Ninguno va a perder su puesto directivo –no existe uno que sea un simple empleado- y sus prebendas.

( Edificio de la CTC en las calles San Carlos y Peñalver en la ciudad de La Habana. Este edificio de se lo regaló Fulgencio Batista a la Central de Trabajadores de Cuba cuando el líder obrero y comunista Lázaro Peña la dirigía. Nota y foto añadidas por el bloguista de baracutey Cubano)

A todo esto hay un artículo, el 45, de la Constitución de 1976, la que pusieron en vigencia los comunistas, los mismos que tienen en sus planes dejar fuera, en dos o tres etapas, a más de la cuarta parte de la fuerza laboral activa de la nación, que deja establecido la imposibilidad del desempleo:

"El trabajo en la sociedad socialista es un derecho, un deber y un motivo de honor para cada ciudadano. El trabajo es remunerado conforme a su calidad y cantidad, al proporcionarlo se atienden las exigencias de la economía y la sociedad, la elección del trabajador y su aptitud y calificación, lo garantiza el sistema económico socialista que propicia el desarrollo económico y social, sin crisis, y que con ello ha eliminado el desempleo y borrado para siempre el paro estacional llamado ‘tiempo muerto’".

No es la primera vez que el régimen viola su propia Carta Magna, de una u otra forma lo ha hecho siempre, pero en esta ocasión su carácter insolente y violador está más en la superficie, porque siempre se ha presentado como representante y garante de los derechos de los trabadores.

¿Qué han hecho por su parte los denominados líderes oposicionistas ante un panorama que anuncia más dificultades para una buena cantidad de familias cubanas? Hasta el momento, ni pompitas de jabón. Al parecer, ni siquiera se han percatado de que todas esas personas pueden ser, en un futuro no muy lejano, votantes para los partidos o grupos de los que dicen ser sus representantes.

¿Hacia qué perfeccionamiento económico se quiere avanzar? A juzgar por todo lo que el régimen ha puesto en práctica en más de medio siglo, aunque ahora mucha gente quedará liberada de la tutela dañina del Estado, se puede augurar que hacia un mar de miseria con mayor calado.
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Puertas para el traspatio.

Por Raúl Rivero.

Las autorizaciones -a partir de este mes- para desempeñar unos 178 oficios que estaban prohibidos por las leyes cubanas vienen a resolverle dos problemas al gobierno. Uno, sacar del clandestinaje a millares de hombres y mujeres que sobrevivían desde hace años de esos trabajos, y comenzar a cobrarle impuestos. Dos, transferir para el ámbito privado la responsabilidad de la miseria que acorrala a la ciudadanía.

Por una parte, han copiado el patrón de la Real Academia de la Lengua. Desde sus asientos marcados por las letras del abecedario sus señorías aprueban, con el trámite de una firma, el uso de las palabras que la gente ya casi ha comenzado a desechar.

En el otro punto, tratan de pasarle a los individuos la responsabilidad de los ayunos y las penurias diarias que ha instalado en Cuba la ineficacia de la gestión estatal. La pobreza generada por el control de los funcionarios empeñados en administrar desde el agua de coco hasta la recogida de leña y el destino de las frutas silvestres.

Así es que, si de octubre en adelante sigue la escasez y faltan los alimentos en las casas se deberá a las pocas habilidades de los cabezas de familia que no han sabido aprovechar la posibilidad de forrar botones, cuidar y vender animales afectivos, enseñar mecanografía y taquigrafía o cuidar enfermos. Porque todos esos oficios están liberados, como lo está también la alternativa de afilar tijeras, limpiar zapatos, reparar colchones y afinar instrumentos musicales.

Con esas medidas, un verdadero alarde de ingenio en la búsqueda de resquicios laborales, los gobernantes de la Isla ponen un calmante de San Antonio a Maisí. El control de los medios de prensa les permite evadir las preguntas sobre infraestructuras y respaldos para esos planes fantásticos de mini empresas. Al mismo tiempo, le dibujan una salida de papel al medio millón de empleados estatales que se van a la calle. Y a los que se anuncian para los años venideros.

Las licencias para rentar casas y ampliar de 12 a 20 sillas los llamados paladares que asfixiaron a pura multa hace poco tiempo, son la mayor ilusión de los amigos de allende el mar. Enseguida, aquí en España, en la cabeza de algunos personajes, esos restaurantes crecen y prosperan y los alquileres de casas y poder conducir un coche de caballos, les permite hablar de cambios sustanciales, nobles propósitos y vocación de aperturas.

Con esa realidad soñada desde lejos y la deportación de 36 presos políticos, ellos tienen suficiente para pedir que se cambie la Posición Común Europa con Cuba y solicitar ayudas y comprensión para los señores que se han especializado en jugadas difíciles de creer porque sólo se realizan en tiempos difíciles.

Los presos políticos negados a irse de su país y los que no han sido consultados por nadie, las Damas de Blanco, la oposición interna, el periodismo independiente y un enorme sector de personas alertas, no asimilan los somníferos repartidos con la ayuda de los Comités de Defensa.

l contrario, un amigo de La Habana, ha rescatado un viejo chiste con juego de palabras. Me envía un mensaje para decirme que a partir de las nuevas autorizaciones va a poner en la puerta de su casa este letrero: Se botan forrones.
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sábado, 2 de octubre de 2010

Castro: carisma y cuantofrenia.

Por Vicente Rodríguez.

Gabriel García Márquez contó que, "un domingo sin frenos, después de un almuerzo en forma (Fidel Castro) se tomó dieciocho bolas de helado". Castro tachó esta revelación de Gabo como una "de sus deslumbrantes exageraciones". Sin embargo, el pasaje se torna plausible por conexión con la infancia de Castro, que suele dar claves de su personalidad. En Biografía a dos voces (2006) Castro narra que emigró de su finca natal (Birán) a casa de la familia Hibbert-Feliú, de origen haitiano, en el barrio El Tívoli (Santiago de Cuba). Allí  quedó colgado con la cantina de "la prima Cosita" (página 71) y pasó tanta hambre que, al rebasar el sarampión y visitarlo su madre, fue con sus hermanos Angelita y Mongo a la cafetería La Nuviola y "creo que todo el helado que había allí nos lo comimos" (página 73).

Otra peripecia de Castro en aquella casa podría explicar su proclividad a disparar cifras y más cifras. Dice Castro que allí pasó más de dos años sin que la maestra Eufrasia Feliú le enseñara mucho, pero él se puso con ahínco a "estudiar las tablas [aritméticas] del fondo de una libreta [con] carátula roja" (página 70). Parece lógico que, ya en el poder, esa pasión se conjugara con su autoridad carismática para desfogarse en arrebatos de cuantofrenia.

Esta noción fue acuñada por Pitirim Sorokin para designar "la rabiosa epidemia" de investigación sociológica por encuestas, que dan impresión de objetividad científica por simple despliegue "de tablas, fórmulas, índices y otras evidencias [estadísticas]" (Achaques y manías de la sociología moderna y ciencias afines, 1957, páginas 257 s). Aquí subyace la ilusión pitagórica de comprender y dominar la realidad en términos numéricos, que Castro atiza haciendo la cuenta que le da la gana para justificar sus asertos.

Gabo mismo aludió a la deuda externa de América Latina como ejemplo de que "las reiteraciones son uno de sus [de Castro] modos de trabajar", pero guarda silencio sobre el abuso de poder que implica bombardear a los demás con las vueltas obsesivas alrededor del mismo tema. Otro amigo de Castro, Tomás Borge, oyó la reflexión acaso más ilustrativa de Castro en trance cuantofrénico: "Fíjate que nuestro país es uno de los países que exporta más alimento per cápita en el mundo; ningún país del mundo exporta tanto alimento per cápita como Cuba con tan poca superficie de tierra (…) Nosotros, por cada ciudadano, hemos estado exportando alimento para cuatro". Aquí la jugada aritmética de Castro estriba en multiplicar las exportaciones cubanas de azúcar (en aquel entonces y medidas en libras) por 1 700 u otra equivalencia aceptable de calorías por libra de azúcar. Así obtiene fácil la cantidad pantagruélica que cubre la demanda calórica de 40 millones de personas, sin importarle que los azúcares comestibles son ya sólo carbohidratos en más del 95% de su composición ni mucho menos que, además de casi 3 mil calorías diarias, la norma básica de alimentación (ONU) exige 99 gramos de proteínas y micro-cantidades precisas de vitaminas y minerales.

Justamente el azúcar dio pie al quizás peor desafuero cuantofrénico de Castro, por transfigurar una prueba crucial del castrismo (producir 10 millones de toneladas de azúcar) en compromiso de honor nacional y prueba de carácter del pueblo cubano.

Entretanto la intelligentsia cubiche acompaña cada trance cuantrofrénico de Castro con bembés científicos o humanísticos que justifican lo mismo un crecimiento económico de 11.8% (2005) que 751 mil 360 millones de dólares en daños económicos directos por causa del bloqueo o embargo de los EE. UU. y, desde luego, 638 planes de atentado contra Castro mismo. La ironía histórica reside acaso en que, además de las estadísticas de la zafra de 1970, otras muchas cifras pueden retorcerse contra Castro para fijar los límites de su carisma.
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Cuenta propia, control ajeno.

Por Miguel Iturria Savón.

Casi medio siglo después de la demoledora Ofensiva Revolucionaria de marzo de 1968, las mismas autoridades gubernamentales que acabaron con la pequeña y mediana propiedad privada, aprobaron el Listado de 120 actividades a ejercer por cuenta propia. ¡Que bien! La medida deviene una puerta en el muro de la intolerancia, aunque resulta insuficiente pues no acaba de liberar los medios de producción en manos del Estado, que conserva el control casi absoluto en detrimento de millones de personas y de la economía nacional.

En estos días muchos cubanos buscan el Listado de oficios, lo fotocopian o hacen anotaciones y lo reparten entre los amigos y parientes que fueron despedidos o quedaran fuera de las plantillas infladas en los meses venideros. El documento es un estímulo para el millón de parados que el gobierno enviará a sus casas con el fin de acabar el jueguito de empleos para todos, aunque no halla materias primas, transporte para distribuir la producción ni salarios que dignifiquen a quienes trabajan.

Al revisar el Listado me percato que de los 120 oficios a ejercer por cuenta propia, previa obtención de licencia y pago de impuestos, 22  corresponden a actividades esencialmente rurales y 98 a labores urbanas. Trece benefician el transporte, seis al comercio, seis la construcción, quince la cultura, cinco la enseñanza, dos a la salud pública y varios a las faenas agrícolas, sector prioritario pues liberará a los arrieros, carretoneros, vendedores de animales, desmochador de palmas, herreros, poceros, yerberos y trasquiladores de las ojerizas del ejercito de inspectores agrícolas y de los funcionarios de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), cuyo presidente habla la neolengua del poder.

El pequeño boquete en el muro del control no excluirá la vigilancia estatal, pero abre un caminito personal en la selva totalitaria. Así, por ejemplo, el comercio tendrá mensajeros, sastres, peluqueras, relojeros, vendedores de flores y piñatas, barberos y otros cuentapropistas que dependerán de si mismos y aportarán al fisco; mientras los empleados de bodegas, tiendas, cafeterías, restaurantes y garajes estatales seguirán en la modorra colectivista, sin competir con nadie, buscar las mercancías ni pagar impuestos por el local y las ventas.

Por su parte, el sector constructivo dispondrá de empleados a domicilio, de manera que quienes ya ejercen por la libre como albañiles, carpinteros, masilleros, pintores de inmuebles, plomeros, electricistas y tapiceros, dentro de unos meses tendrán licencia e impuestos. La carpintería estará limitada por la no comercialización de la madera y el altísimo costo de instrumentos y puntillas, en manos de empresas gubernamentales.

Hasta la cultura se libera un poquito con el Listado de actividades aprobadas para ejercer por cuenta propia. Entre los artífices autorizados figuran afinadores de instrumentos musicales, artesanos inscriptos y no inscriptos en el Registro de la Asociación Cubana de Artistas Artesanos (ACAA), compradores-vendedores de discos viejos, encuadernador de libros, grabador cifrador de objetos, fotógrafos, restaurador de obras de arte y traductores e interpretes de idiomas.

Del lobo un pelo, pues siguen en manos del gobierno los cines, casas de cultura, escuelas de enseñanza artística, galerías de arte, librerías, teatros y la red de centros y empresas que dirigen y programan la música, las agrupaciones danzarías y, por supuesto, la radio, la televisión y la prensa escrita. Casi nada, ¿verdad?

Decenas de oficios liberados legitiman a miles de chóferes de alquiler, parqueadores de automóviles, bici taxistas, boteros y lancheros, cocheros, limpiabotas, manicuristas, maquillistas, mecanógrafos, profesores de idiomas y de instrumentos musicales, repasadores escolares, quiropedistas y otros que laboraban por cuenta y riesgo, según las demandas recibidas.

Al hablar de la dichosa Lista resulta apresurado asociarla a cambios profundos en el modelo de dominación del Estado sobre las personas. Las actividades por cuentan propia desatan la esperanza de independencia y mejoría propia; pero ¡cuidado!, quienes impusieron el caos y se apropiaron de todo en nombre de ideales igualitarios siguen con las riendas en las manos. Si abren una puerta en el muro es para conservar el poder.
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