martes, 11 de enero de 2011

Nada de subvenciones y gratuidades, en el renovado socialismo cubano.

Por Lartiza Diversent.

El reciente discurso del Presidente del Consejo de Estado, Raúl Castro, lejos de aclarar dudas, creo más confusión y preocupación en la población. Los cubanos temen que quiten la libreta de abastecimiento, que según el también Primer Ministro, es confundida "con un logro social que no debiera suprimirse".

La cuota subsidida, que en el último año se vio notablemente reducida, contribuye con la alimentación de la mayoría de la ciudadanía, una parte del mes. Desde principios de este año, el Estado liberó parte de los productos normados, con el objetivo de gradualmente extinguir la libreta de abastecimiento. Así sucedió con la papa, los chicharos y los cigarros.

Lo temores no son infundo. La medida afecta principalmente a las personas de la tercera edad, en una población notablemente envejecida. En los portales y esquinas de la ciudad, los jubilados venden algunos productos de la cuota subvencionada, como la pasta de dientes, los cigarros y el café, los fósforos, jabón de baño y de lavar y las pastas alimenticias

La mayoría pregunta si Papá Estado, será capaz de mantener abastecidos los mercados según la demanda. Otras de las inquietudes es el precio de los productos liberalizados, que coinciden con los que tiene el mercado negro. ¿Podrá un pueblo de trabajadores adquirirlos con los sueldos actuales o tendrán que robar el doble?

Las preocupaciones aumentan según el número de miembros del núcleo familiar. Josefa, mi vecina, tiene 48 años de edad y es ama de casa. Nación con la revolución y su sistema de racionamiento. Su esposo es custodio, y su sueldo, es el único que entra en la casa para mantener a sus tres hijas menores. No se imagina como va alimentarlas, sin la ayudad de la los productos de la libreta de abastecimiento.

Joaquín, un anciano de 73, en pleno debate sobre el asunto en la carnicería, mientras espera su turno para comprar el picadillo de soya, pregunta: ¿Con los 200 pesos mensuales que me pagan de pensión, después de pagar la electricidad y el crédito de los equipos de la revolución energética, cuantas libras de pollo podré comprar a 23 pesos la libra?

En fin, la liberalización de los productos normados deja feliz a pocos. No creen que se acaben la escasez, que acompaña a la revolución desde sus inicios, y las medidas gubernamentales para combatirla. Como sea, ya está dicho, el renovado socialismo cubano nada tiene que ver con subvenciones y gratuidades.
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