domingo, 13 de diciembre de 2015

Mercado negro se adueña de las ventas estatales.

Por Anddy Sierra Álvarez.

Aumentan las falsificaciones en los locales estatales de venta en pesos convertibles. La población siente desconfianza por no saber si está comprando un producto original.

En varias Tiendas de Recaudación de Divisas (TRD) suele haber productos que, por muy bien empaquetado que estén, tienen origen desconocido. Productos falsificados de marcas nacionales como Suchel Camacho, Ciego montero, o de otras internacionales como Nestlé son ejemplos de la falsificación y el engaño en la capital cubana.

Refrescos, perfumes, desodorantes, cervezas y alimentos se venden en las Tiendas de Recaudación de Divisas (TRD). Pero para que estos productos puedan llegar al mostrador de la TRD solo existe una única persona, el administrador del local.

Alina, vecina de la TRD “Casa Sánchez”, ubicada en la calzada de Bejucal, se ha quejado en reiteradas ocasiones en la zona y ha hablado personalmente con el delegado (representante de una comunidad que lleva las quejas al gobierno). “¿Cómo es posible que en una tienda estatal puedan vender productos falsos? He tenido la mala suerte de comprar desodorantes y hasta perfumes que cuando lo comienzas a usar te das cuenta de que es pura chatarra”, explicó.

Es un secreto a voces que en años anteriores, productos como el refresco en envases de litro y medio, los desodorantes y perfumes fueron falsificados y son fáciles de descubrir, pero hoy la falsificación vas más allá. El picadillo de res es sustituido por picadillo de soya, el pollo del racionamiento es vendido en las tiendas y el helado es envasado en casas particulares.

Yamilé Reynoso es una de las perjudicadas por las estafas. Al llegar la hora de hacer la comida se percató de que estaba haciendo picadillo de soya y no de res. “!Increíble!, nunca imaginé que podía encontrarme picadillo de soya en una envoltura de picadillo de res en una TRD”, confesó con asombro Reynoso.

“Todo un negocio, le ganan el doble de lo que cuesta el picadillo de soya”, expresó.

Lo dice porque una libra de picadillo de soya cuesta 10 pesos cubanos en la carnicería. El picadillo de res, la libra tiene un valor de 1.30 pesos convertibles (CUC, equivalentes a dólares), que representan 32.50 pesos.

El helado Nestlé no se escapa de la falsificación, llenados en casas particulares por familiares de trabajadores de la heladería capitalina Coppelia, que posee varias plantas de procesamiento distribuidas por la ciudad.

“Yo conozco de una vecina que trabaja en Coppelia y todas las tarde baja helado sin su envase plástico para no llamar la atención”, dijo Lucía, residente en Arroyo Naranjo.

Las tinas de helado de 10 litros tienen un precio de 10 CUC, en el Coppelia “por la izquierda” de 5 CUC, y los que venden desde su casa sin intermediarios el costo va desde los 6 a 8 CUC.

“Da dinero, envasando el helado en potes con un precio de 20 pesos cubanos se gana, pero si entra en la TRD la ganancia supera los 30 pesos”, comentó Luis un dependiente en una cafetería particular.

Pero el pollo también es víctima de la falsificación. El que es distribuido por las carnicerías estatales una vez al mes, llega a las tiendas con precios superiores al costo real estatal para la población, a 70 centavos. Algunos ciudadanos se dieron cuenta que este mismo pollo se vende en las TRD a un precio de 2,40 CUC, unos 60 pesos cubanos.

“No sé cómo lo hacen pero de que el pollo ‘de población’ (racionado) está en la tienda, está”, dijo Ángel, quien afirma además ser amigo de un administrador y por ende saber algunos secretos. “Todo es cuestión de contactos y dinero. Todo lo que entra a la TRD de origen desconocido y desviado es entre administrador y fabricante, o hasta el carnicero de la zona”, contó con seguridad.

El paquete de muslo, el más cotizado por la población por su costo más barato, desapareció de las TRD desde hace ya 4 meses. En la actualidad todavía sigue sin entrar en las tiendas.

“Bueno yo no sé lo que provocó la crisis, lo que sí sé es que el pollo se perdió y luego apareció el cuarto de pollo. Igualito al que nos dan en la carnicería estatal”, habló Lázaro, un anciano retirado.

Una testigo que prefirió el anonimato, vecina de la TRD “La Perla”, ubicada en el capitalino municipio Arroyo naranjo, ve a diario el negocio oscuro que ocurre en el local estatal. “Los camiones estatales, es normal que lleguen con mercancía”, señaló la mujer.

La estafa, el robo, la falsificación, el engaño y otros son comportamientos que el gobierno permite a sus pobladores como válvula de escape para evitar tensiones sociales. “La falsificación sigue y seguirá siendo un mal en Cuba”, expresó Lázaro, un comprador habitual en la Casa Sánchez.
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