miércoles, 23 de diciembre de 2015

Perspectivas de la economía cubana para 2016.

Por René Gómez Manzano.

Vendedor ambulante en Cuba (foto tomada de internet)Este lunes, el diario cubano Granma publicó una información oficial bastante extensa sobre “la más reciente reunión del Consejo de Ministros”. La noticia aparece reflejada en primera plana y en una página completa del periodiquito. Una frase sugiere que el importante encuentro, que estuvo consagrado a los temas económicos, se celebró el 18 de diciembre.

Los honores de la portada están reservados para Raúl Castro. El general-presidente estimó oportuno rememorar las palabras de fe total en la victoria pronunciadas por su hermano mayor hace 59 años en Cinco Palmas, al comprobar que, tras el naufragio del yate que dio nombre al diario y después de sufrir una importante derrota en Alegría de Pío, se habían salvado siete fusiles.

Ese texto refleja las características proverbiales del actual Jefe Máximo, que es conocido por su vocación a hablar corto y claro; a no andarse tanto por las ramas como solía hacerlo el “Comandante en Jefe” en sus peroraciones de horas. Ese talante lo refleja el titular, que consta de una cita textual del actual Presidente: “Donde haya un problema hay que enfrentársele, sin dejar terreno al derrotismo”.

Sorprende que el diario del oficialismo castrista, que se caracteriza por cualquier cosa menos por decir toda la verdad, se haya proyectado en esos términos. Pero no nos entusiasmemos: Pese a que una misma colega —Leticia Martínez Hernández— es la autora de ambos textos, el publicado en la página 3 posee características bien diferentes.

Allí, el General de Ejército es recordado sólo en tres pequeños párrafos. El resto del material lo ocupan las versiones extractadas de lo expresado por varios tecnócratas del referido sector: Marino Murillo Jorge, zar de la Economía; Lina Pedraza Rodríguez, “titular de Finanzas y Precios”; Margarita González Fernández, ministra de Trabajo y Seguridad Social; e Inés María Chapman Waugh, presidenta del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos.

En esa página interior, los mencionados burócratas de alto nivel dan una visión más edulcorada de la realidad nacional. Esto aparece plasmado en el titular: “Economía cubana creció un 4%”. Ya se sabe que nuestros ciudadanos de a pie no suelen sentir en carne propia los supuestos logros productivos que el régimen anuncia de tiempo en tiempo, pero los de este año parecen particularmente optimistas, si los comparamos con las penurias de todo género que sufre nuestra gente de pueblo y con la creciente carestía que se aprecia hasta en las tiendas en divisas.

La colega Martínez afirma: “A pesar de los efectos del bloqueo norteamericano y las restricciones financieras”, “todos los sectores productivos crecen respecto al año anterior”. Se afirma que la agricultura lo hizo en “un 3,1%”; la industria azucarera, “16,9”; y la construcción, “11,9”. Por su parte, la productividad del trabajo aumentó “en un 30% respecto a lo planificado”; y el salario mensual por trabajador, el 12%, para llegar a “696 pesos”.

Aparte de algunas cifras como ésas, no faltan promesas, frases elogiosas, ni algunos eufemismos de signo positivo: “se garantizarán los servicios sociales básicos”, “se priorizará la sostenibilidad de la generación eléctrica”, “la recaudación tributaria tuvo una respuesta positiva”, “las empresas con pérdidas se reducen”, “la producción material… incrementa su participación porcentual en el PIB”.

Junto a la cal ponen la arena: Entre los aspectos negativos, se mencionan “deficiencias organizativas”, incumplimientos de lo planificado en varios sectores, “las indisciplinas fiscales”, “deficiencias en la elaboración del plan”, “incumplimiento de los indicadores directivos”, “ineficiencia de la distribución del agua”. No podían faltar las anomalías naturales: se menciona “el fuerte impacto de la sequía, fenómeno que desde 1960 se ha hecho más frecuente y extenso”. ¿Por qué será que la Madre Naturaleza siempre se muestra tan hostil hacia la agricultura marxista-leninista?

¿Las soluciones a esa situación nada boyante? “El Plan de la Economía para el año próximo, en el que se ha previsto potenciar al máximo las reservas internas de la economía; dirigir los recursos hacia aquellas actividades que garantizan exportaciones y sustitución de importaciones; priorizar las inversiones de continuidad y crecer en las del sector productivo que generen ingresos externos, las de infraestructura y de sectores estratégicos”.

¿Pero no hace medio siglo que vienen diciendo lo mismo? ¿No son esos los principios plasmados en los famosos “Lineamientos”? Pese a su proclamado “ateísmo científico”, los comunistas renuevan esas frases cada diciembre, cual si se tratase de fórmulas mágicas, como si su repetición fuera a arrojar resultados diferentes a los del año anterior, o a los del otro, o el otro…

Decididamente, al pensar en lo que puede esperar el cubano para 2016, me parece más acertado el vocabulario austero empleado por Raúl Castro.

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