sábado, 7 de enero de 2017

‘Aguacate caliente’.

Las imágenes de un operativo policial contra vendedores informales de aguacate conforman el vídeo viral que causa furor en Cuba. Aunque el suceso ocurrió a mediados de agosto de 2016 en La Habana Vieja, y algunas personas lo subieron a Facebook, solo en diciembre pasado la grabación se filtró a las redes alternativas, donde por estos días pasa de mano en mano.

El material audiovisual muestra el momento más álgido de una trifulca ocurrida en la esquina de las calles Aguacate y O’Reilly del casco histórico habanero. Un carretillero es detenido por la policía que le confisca la mercancía, mientras los curiosos se agolpan en los alrededores para no perderse la escena.

Los minutos, captados por el teléfono móvil de uno de los efectivos vestidos de civil que participaron en la detención, muestran parte de la indignación popular ante un hecho que algunos de los presentes llegan a catalogar como “abuso”. Los golpes que le propina al vendedor un agente no uniformado, también quedan plasmados con crudeza en el video.

Según testimonios recogidos esta semana en el lugar de los hechos, el incidente se inició cuando un policía detuvo a un vendedor de aguacates sin licencia para comercializar productos agrícolas. La resistencia que opuso el vendedor y la posterior acción para reducirlo, ocasionaron reacciones de protesta y solidaridad entre quienes transitaban por la céntrica esquina.

“A cada rato por aquí ocurre algo así”, confiesa Luisín, un bicitaxista que hace la ruta entre el Parque de la Fraternidad y el centro histórico. El hombre recuerda la aparatosa detención de agosto pasado y asegura que “durante días el barrio no hablaba de otra cosa, porque esto se puso caliente”.

En la misma esquina se ubica un local de atención a combatientes que sirvió como punto de reunión para los policías que protagonizaron el operativo. “Hay que poner mano dura contra las ilegalidades, porque no puede ser que haya gente haciéndose rica con la venta de los alimentos a la población”, explicó a este diario Verónica, una jubilada que visita el lugar.

La filmación no solo documenta los momentos de mayor violencia, sino que parece tener el propósito pericial de registrar los rostros de quienes reaccionaban con mayor inconformidad ante el operativo policial.

La arremetida oficial contra los carretilleros comenzó en enero del pasado año tras una pronunciada subida de los precios de los productos agrícolas. El Gobierno impuso precios topados en algunos puntos de venta de la capital, procedió a cerrar el mercado mayorista El Trigal y desató un intensa razia contra los vendedores ambulantes de frutas, vegetales y viandas.

Sin embargo, doce meses después de comenzada la ofensiva, los precios de los alimentos no han bajado todo lo que las autoridades esperaban y a todo lo largo de la calle Aguacate han vuelto a proliferar los vendedores informales.

Ante los problemas de abastecimiento y la baja productividad el Gobierno prevé importar para este 2017 una cantidad de alimentos por valor de 1.750 millones,  unos 82 millones más que en 2016.

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