viernes, 31 de enero de 2020

“No hay carro fúnebre para trasladar los cadáveres en Cuba.”

Por CubaNet.

Cuba carros fúnebres

Un video publicado en redes sociales denuncia que la falta de carros fúnebres en Cuba dificulta el traslado de los cadáveres en la Isla.

Las imágenes, subidas a Facebook en la página Wifiteros Cuba, muestran a una mujer esperando en las afueras de una casa, con una carretilla improvisada, a tres hombres que llegaron cargando el cadáver de una persona envuelto en una sábana blanca.



“Indignante no hay carro fúnebre para trasladar los cadáveres en Cuba…… Descansa en paz Jimagua”, es la publicación que acompaña el video.

Las trágicas imágenes muestran a los que parecen ser familiares del fallecido acomodándolo en la carretilla para llevarlo hasta la funeraria.

Los vecinos que filmaban el suceso aseguraron que la persona había fallecido la noche anterior alrededor de las 8 de la noche, y ante la falta de carros para transportarlo tuvieron que rentar la carretilla.

Hasta el momento de publicada esta nota no se conoce ningún otro detalle de este caso, ni ha trascendido en algún otro medio.

En varias ocasiones los cubanos han denunciado la crisis en el sistema funerario en la Isla, que incluso se extiende a los cementerios.

La prensa oficial reconoció la crisis el pasado año, y, en ese entonces, de acuerdo a las declaraciones del director de la Unidad Presupuestada de Servicios Necrológicos de La Habana, Jorge Luis González Haidar, esta entidad cuenta solo con 53 vehículos “altamente sobreexplotados”, de los cuales 45 trabajan cada día, cuando en realidad “se necesitan unos 80”, además, reconoció que “los medios de transporte acumulan más de 14 años de explotación y sufren roturas diarias”
Share:

Régimen ofrece indemnización de 15 dólares a familias de niñas muertas.

Por CubaNet.

derrumbe

Para el régimen cubano la vida de las tres niñas muertas este lunes por el derrumbe de un balcón en La Habana Vieja merece una indemnización de 350 pesos cubanos, o 15 dólares, por familia.

Según un informe del periodista de Univisión 23, Javier Díaz, los allegados a las pequeñas fallecidas se mostraron indignados con la cifra, porque además estos solo piden reparar las viviendas o demolerlas definitivamente para evitar la pérdida de más vidas humanas.



En su informe, el periodista asegura los familiares y amigos de las familias de las niñas muertas están indignados con las “mentiras” que publicó el diario oficialista Granma, que otros datos, aseguró que las personas irresponsables fueron las que cortaron la cinta amarilla que rodeaba el edificio.

Los familiares aseguran además que la tragedia no fue negligencia de las madres, y que Granma debía haber indagado más antes de escribir su columna, en la que incluso colocaron las edades de las niñas erróneamente. “No había ninguna cinta, no fue negligencia de las madres”.

“Dijeron que tenía 12 años y la niña tenía 11. Es una cartera de mentiras lo que pusieron en el periódico Granma, por favor, tuvieron que haber venido, haber indagado para después sacar la columna en el periódico, si no, no hablen”.

Leonardo Guevara, primo de una de las niñas fallecidas dijo a Univisión 23 que está indignado porque el castrismo continuó con su agenda política como si nada hubiese pasado. “Yo te aseguro que si se muere Raúl Castro suspenden todo. ¿A quién le importa? A ellos no le importan tres niñas, le importan es al pueblo”.
Share:

El fracaso del Hombre Nuevo.

Por Luis Cino.

cuba estados unidos
Hombre con camiseta de Estados Unidos en La Habana, 2019

Los que nos reprochan a los cubanos haber soportado estos 61 años de dictadura deberían reconocernos el haber conseguido, de un modo u otro, resistir, ignorar y burlar la mayoría de las imposiciones castristas. De no ser así, hoy seríamos algo parecido a Corea del Norte, lo cual hubiera satisfecho las mayores expectativas de Fidel Castro.

Aquel proverbial choteo del que se quejaba Jorge Mañach, nos ayudó a tirar más que a chacota, a mierda, tanta solemnidad y prosopopeya pseudoépica y patriotera con que nos quisieron deslumbrar.

Se les fue el tiro por la culata. Obligándonos siempre a obedecer, nos hicieron, aunque sufriera nuestra moral, expertos en simular acatamientos. Pero jamás consiguieron domarnos del todo.

No pudieron ponernos a hablar en su jerigonza. El agobiante y ridículo metalenguaje castrista ha quedado reservado solo para los burócratas, la policía, los chivatos, ciertos intelectualoides estreñidos, el NTV, las páginas del periódico Granma y algunos humoristas (hasta que los prohíben). Los demás, que somos mayoría, rechazamos esa jerga  y preferimos hablar en cualquier otra, aunque sea la de los aseres.

Quisieron, con el materialismo dialéctico y el ateísmo de estado, alejarnos de Dios, pero bastó la pirueta del Máximo Líder con Frei Betto y que apretara la miseria en el Periodo Especial, para que en busca de ayuda del más allá, se llenaran las iglesias (de todas las denominaciones), salieran los elegguás de los closets y los babalaos no tuvieran que esconderse para sus consultas. Ahora se bautizan los niños, se exhiben sin recato los ildés, la mano de Orula y los collares de los santos, los iyabós inundan las calles, y la gente no se cohíbe, ni siquiera en la TV, para decir “gracias a Dios” y “si Dios quiere”.

No pudieron hacer que aceptáramos los nuevos nombres de la mayoría de los lugares.  Seguimos diciendo, en vez de Hospital Salvador Allende, la Quinta Covadonga. Tampoco aceptamos sustituir el nombre de la calle Carlos III por el de Allende.  Y nos negamos a llamar Camilo Cienfuegos y seguimos identificando como Dolores del lado de Lawton y Lacret del otro, a esa avenida que divide la Calzada de Diez de Octubre.

Quisieron hacernos anticapitalistas, pero bastó que autorizaran,  con innumerables trabas y limitaciones, el trabajo por cuenta propia, y  asombró, causó pasmo, la inventiva y diligencia de los cubanos para los negocios.

Tanto que quisieron hacernos humildes, frugales, conformes y resignados con lo poco y malo que hay, y cada vez la gente es más consumista, presumida y ostentosa.

De tanto que nos quisieron hacer que odiáramos y rechazáramos todo lo que viniera de los Estados Unidos, hoy los cubanos son el pueblo más pronorteamericano de Latinoamérica.

Irse para “la Yuma”, a pesar de todos los obstáculos, como sea, es la máxima aspiración de muchos, muchísimos cubanos, especialmente de los jóvenes, que idealizan el american way of life, a pesar de todo el adoctrinamiento antiyanqui que recibieron en la escuela, donde pioneros por el comunismo, casi siempre sin desayunar con leche, los hicieron jurar que serían como el Ché.

Los mandamases, con su maña para convertir los reveses en victoria y su mentalidad de chulos, luego de fracasar en hacer que viéramos como enemigos a los familiares y amigos que se fueron de Cuba, consiguieron convertirnos en rehenes, para que fueran a parar a sus arcas los dólares de las remesas que envían, a costa de innumerables sacrificios, para que no muramos de hambre, esos mismos que fueron despreciados e insultados y con los que nos prohibían comunicarnos.

No pudieron impedir, pese a todas las prohibiciones, nuestro gusto por lo yanqui. A la larga, a los mandamases comunistas no les quedó más remedio que a regañadientes, aceptar el béisbol de las Grandes Ligas y el baloncesto de la NBA, y advirtiendo siempre del diversionismo ideológico y la guerra cultural,  la música y las películas y series televisivas norteamericanas. Porque jamás consiguieron, existiendo la WQAM y las emisoras de FM del sur de la Florida,  imponernos la Nueva Trova y la  tristeza de quenas y charangos de la música andina, ni las películas de guerra de Mosfilm.

Por mucho que se esforzaron, no consiguieron que dijéramos oká como los policías y los dirigentes, sino okey, con acento bien yanqui, cual si estuviéramos mascando chicle. Amén de  brother, man, no problem, business, baby, I love you,  y hasta algún que otro disparate con tal de que suene “americano”.

No consiguieron implantar costumbres rusas, propias del Ejército Rojo, como aquella —necrológicos que son los ñángaras— de colocar los ramos de flores de las bodas en los monumentos y las tumbas de los muertos de la revolución. En vez de eso, hoy cada vez más cubanos celebran Halloween. Y los baby showers vienen en camino.

Tampoco lograron acabar con las Navidades. Pese a lo que opinara el Máximo Líder, siempre las celebramos como pudimos, y con lo que teníamos, que era bien poco, casi nada. Y lo que festejamos el primero de enero es el año nuevo, no la victoria de las huestes fidelistas en 1959.

No pudieron evitar, pese a la censura, que los que leemos, los pocos que quedamos con el hábito de la lectura, nos agenciáramos para conseguir y pasarnos de mano en mano, los libros prohibidos de Cabrera Infante, Zoé Valdés, Reinaldo Arenas  y Milan Kundera.

Con toda la represión de la Seguridad del Estado y el maniobrar de sus chivatos, no han podido impedir que bajo un régimen policial y de Partido único, haya más partidos políticos y movimientos opositores que si estuviéramos en democracia. Y una sociedad civil, que da tumbos, pero verdadera, no la pandilla servil que intenta presentar el régimen como tal.

No pudieron fabricar el hombre nuevo. Todo funcionó mal en las retortas y probetas del perversamente suprahumano laboratorio castrista. Resultó el asere cubensis, amoral, chusma, disparatado y cínico, que ya va por su tercera generación, y que si no es capaz de rebelarse abiertamente, tampoco sirve para obedecer ciegamente y cumplir, al pie de la letra, los deseos de sus amos.

Al final, más tarde o más temprano, en dependencia de cuán lejos llegue el desastre, esos aseres y sus “jevitas”, cansados de aguantar privaciones, entre palabrotas, escupitajos y a ritmo de reguetón, serán los sepultureros de un sistema inicuo que ha durado demasiado tiempo y nos ha hecho demasiado daño.
Share:

jueves, 30 de enero de 2020

A ver si me entienden.

Por Zoé Valdés.

Es obvio que una parte del pueblo cubano -la que más vale, a mi juicio- tras más de 60 años de tiranía, ya es un pueblo abúlico, cansado, estropeado, y diezmado mediante asesinatos y encarcelamientos. La otra parte es solamente una parte vencida moralmente. No existe de ese lado ninguna resistencia moral a nada, harán lo que haya que hacer para evadirse, lo mismo extraviarse en la nada, que extinguirse de a poco como masa recholatera y gozona, que delatar y asesinar, como tantas veces lo han hecho.

Por tanto, pienso que pedirle a ese pueblo que se inmole, incluso deseándolo o no, y sabiendo que sería el único recurso, no sólo es absurdo, es también inmoral. Conociendo, para colmo, que el pueblo cubano no posee los medios reales para enfrentar de forma armada y ni siquiera enérgica a una tiranía violenta y criminal, advertimos que no existen las fuerzas y mucho menos las ganas. No tienen fuerzas ni ganas porque no tienen fe. La fe se la trituraron con el mortero de la ideología comunista.

Es hora de que la oposición cubana, antes de convertirse en lo mismo que fueron los castristas, en terroristas (aunque de poca monta), o sea en mamertos de terroristas, reclamen unidos (ahí sí me uniría yo la primera) una intervención inmediata y selectiva del gobierno de los Estados Unidos. Con el firme propósito y la convicción de, que acabando con el régimen castrista, se acabaría por fin -como expliqué ayer en el vídeo ´live´- con toda la desgracia y la infamia que ha exportado el castro-comunismo hacia el mundo entero. No se trataría exclusivamente de la libertad de Cuba, sino además de la libertad de varios países a los que Cuba ha arrastrado en su bestial e insensato desmoronamiento.

Antes de que los muertos y las víctimas las siga poniendo el pueblo es preferible que sean ellos los que sean de una vez eliminados de forma quirúrgica. No sigan más embarcando a ese pueblo en ridículos y lamentables ‘showcitos’ y numeritos teatrales que ya sabemos que eso no conduce más que al encarcelamiento de unos y al enriquecimiento de los que no sólo quieren hacer ‘baro’ fácil con la causa cubana, además pretenden hacerse famosos, y continuar vendiéndole espejitos a los tontos últiles (que por cierto, los hay por racimos, a montones).

Bah.


Share:

El Capitolio y una Habana que se cae a pedazos.

Por Ernesto Pérez Chang.

Cuba derrumbe derrumbes habana edificios edificio vivienda niñas capitolio
Vista de la entrada posterior con las arcadas tapiadas. Anteriormente se podía observar el interior desde la calle Industria.

El espectacular Capitolio de La Habana, en cuya reparación total el gobierno cubano ha invertido alrededor de 6 millones de dólares, pareciera mostrar desprecio por una ciudad que se cae a pedazos.

Es el mensaje que cualquiera percibe al observar lo que ha sucedido con la triple arcada de la entrada posterior, la que da a la calle Industria, y tras la cual transcurren los recibimientos oficiales a las delegaciones y personalidades extranjeras que visitan la nueva sede de la Asamblea Nacional.

El hecho es que el majestuoso zaguán ha sido tapiado con tabiques de yeso que bloquean la visión desde el exterior.

Lo que siempre estuvo a la vista de todos, y que debió continuar así por tratarse de un edificio que (al menos teóricamente) cumple funciones públicas, ahora se ha puesto a resguardo de las “molestas” miradas de esa inmensa mayoría de cubanos a la que el Partido Comunista no considera “la vanguardia de Cuba”, de acuerdo con las mismas categorizaciones impuestas por el régimen, basadas en el grado de “lealtad” a las principales figuras en el poder.

Lo que parecía un recurso circunstancial mientras duraron las labores de restauración, ahora ha pasado a ser una decisión permanente, con la cual quizás pretenden resolver esa “incomodidad” de tener que soportar la presencia de esa “chusma” que se resiste a abandonar los únicos cuatro edificios de vivienda que quedan en ese tramo de calle, a pesar de estar todos en peligro de derrumbe.

Pero el gobierno recién en septiembre de 2019 eliminó los subsidios a la vivienda y no piensa ofrecer opciones justas a quienes han quedado fuera de la planificación del presupuesto estatal.

Hay dinero para acomodar a los diputados y divertir al turista pero el pueblo debe arreglárselas como pueda.

“Están esperando a que se caigan para hacer parqueos y oficinas”, es lo que en resumen opinan algunos de los habitantes del lugar, renuentes a trocar sus casas de toda la vida por albergues de tránsito o apartamentos mal terminados alejados del centro de la ciudad, una estrategia que, para beneficio propio, le ha funcionado al gobierno en otras ocasiones, sobre todo en la Habana Vieja, tanto así que algunos consideran que se trata de una “habilitación” para el turismo más que una “restauración”, teniendo en cuenta la política de desplazamientos aplicada en los sitios y edificaciones más significativos.

cuba vivienda derrumbes habana
Edificio en la calle Industria que está situado frente al zaguán del Capitolio.

De hecho, el centro de la ciudad, más allá de la zona más antigua, hace ya tiempo fue divido en parcelas con el objetivo de ofertarlas al mejor postor, según se advierte en la propia Cartera de Oportunidades publicada y ampliada todos los años por el Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera de Cuba.

Los tabiques en el zaguán del Capitolio no solo son una expresión o extensión materializada de ese secretismo y voluntad de ocultamiento que practica el gobierno cubano en casi todos los ámbitos de la realidad cubana sino, además, del desdén con que asume aquellos asuntos relacionados con el bienestar de los ciudadanos, donde el déficit y la precariedad de la vivienda parecieran ocupar el lugar más importante pero que, en la práctica, se constata que no existe una voluntad real, creíble, para encontrar soluciones.

Hace días, en una de las tantas reuniones de Miguel Díaz-Canel con funcionarios de la vivienda, se escuchó de manera excepcional la crítica de uno de ellos a los planes de reparación de inmuebles.

Señalaba esta persona que el presupuesto asignado a las localidades para la rehabilitación de edificios multifamiliares era insuficiente, y favorecía apenas el 0,5 por ciento de las necesidades reales.

Hacía referencia a situaciones absurdas como la de planificar la reparación anual de uno o dos edificios en repartos y barriadas que cuentan con más de doscientos bloques residenciales, de modo que el cumplimiento (y hasta sobrecumplimiento) de planes jamás pudiera constituir una noticia para regocijarse sino más bien para crear la ilusión de que las cosas marchan bien cuando en realidad la situación empeora y las soluciones se limitan al ajuste por defecto de las cantidades planificadas.

No hay que hacer muchos cálculos para comprender que, a ese ritmo, al gobierno le tomaría más de un siglo reparar los edificios de una comunidad como Alamar donde existe más de un centenar.

No obstante la prensa oficialista habla de “cumplimiento” en los titulares y hasta los organismos ejecutores se alzan con la distinción de “Proeza Laboral”. Una verdadera tomadura de pelo que se torna más burlesca cuando descubrimos que por “reparación” en la mayoría de los casos se entiende apenas la renovación de la pintura exterior de los inmuebles, algo que contrasta con el derroche de recursos empleados en acondicionar ese gran elefante blanco de la economía cubana llamado Capitolio.

cuba vivienda habana derrumbes derrumbe capitolio
Los cuatro edificios de vivienda ubicados en el tramo de calle, al fondo del Capitolio. En primer plano, edificio de la fábrica Partagás, restaurado.

Un ejemplar que ni es único ni excepcional sino que es tan solo un ejemplo de cuáles son las verdaderas prioridades en estos tiempos de sálvese el que pueda.

Pero volviendo a la queja del funcionario de vivienda a la que me refería, lejos de suscitar una refriega de Díaz-Canel contra los responsables de tanto “ilusionismo económico”, fue respondida por este con el usual desplazamiento “simulado” de la culpa hacia quienes sufren las consecuencias de ese maremoto de falta de compasión y bandidaje (más que ineptitudes) que ha destrozado Cuba durante más de seis décadas.

Según el presidente cubano serían los vecinos de esos edificios multifamiliares quien deberían ellos mismos asumir las reparaciones acudiendo a colectas entre los propios inquilinos para adquirir los materiales y pagar a las brigadas de albañiles, plomeros y pintores puesto que es necesario despojarse de esa “vieja mentalidad” para la cual el Estado debe ser el encargado de tales asuntos.

No es necesario llamar la atención sobre lo sarcástico de tal respuesta.

Quien conozca nuestra realidad de bajos salarios y carestías perpetuas, de voluntarismos, obstaculización y criminalización de las iniciativas individuales, no necesitará de explicaciones sobre por qué, en nuestra circunstancia, le corresponde al gobierno asumir esos gastos.

Y por carambola también intuirá lo que significan esos tabiques en las arcadas del zaguán del Capitolio: son algo mucho más terrible que cortinas para cubrir la suciedad.

El paseante no tendrá modo de saber qué sucede en ese lugar del edificio, así tampoco los invitados extranjeros que sean recibidos allí podrán detenerse a apreciar el fuerte contraste entre la fastuosidad del “Parlamento comunista de Cuba” y las ruinosas ciudadelas que, en las inmediaciones, milagrosamente resisten la indiferencia de los diputados más que el paso del tiempo.
Share:

Santiago de Cuba: Sin comida, sin pasta dental y hasta sin condones.

Por Yadira Serrano Díaz.


El año 2020 que apenas comenzó no pinta nada bien para los vecinos del municipio Songo la Maya, en Santiago de Cuba, quienes acusan la escasez de varios productos de primera necesidad.

Al parecer, “la creencia de que los años bisiestos -como este- han de ser malos en todos los sentidos” tiene algo de fundamento.

No hay puré de tomate, no hay pasta dental ni jabón, faltan las almohadillas sanitarias y ni siquiera hay condones en las farmacias. También escasea el pollo, los frijoles y la carne de cerdo en los establecimientos estatales. Las opciones que van quedando son las de los particulares a precios elevados.

Hasta el momento, los cuentapropistas están ofertando la libra de carne de cerdo a 30 pesos, cuando aparece. La misma cantidad de tomates y de frijoles a 20 pesos. El pollo ahora oscila entre los 25 y hasta 28 pesos la libra.

Yolanda es una maestra de primaria jubilada que asegura a CubaNet estar viviendo la antesala de un nuevo “Periodo Especial”.

“Esto se me está pareciendo mucho al horror que ya vivimos y no sé si tendré la fuerza para soportarlo. Yo, entonces, estaba joven y fuerte, pero ahora apenas puedo caminar”, dice.

Recientemente, el Gobierno anunció que habría serios problemas con el abastecimiento y distribución de gas licuado a la población, debido a la sanción de Estados Unidos a la empresa estatal Corporación Panamericana S.A. Este municipio ya está sufriendo las consecuencias.

Los ciclos de llegada del gas que hace unos meses habían sido fijados en una vez cada 45 días, ahora serán cada dos meses.

“Lo que nos informaron fue que los municipios cabecera de las provincias tendrían el gas cada 45 días y que en los otros poblados sería cada 60 días, como mínimo. De todas formas, hay que ver cómo se van desarrollando las cosas”, puntualizó un trabajador del Punto de Venta de Gas en la Maya.

Siendo esta localidad una zona rural, aunque gasificada, el Estado debe vender cierta cantidad de Kerosén a la población por la norma. A fecha de hoy, solo algunos han podido obtener el combustible después de haber tenido que madrugar para poder alcanzarlo.

Las calles permanecen llenas de personas que buscan “resolver” algún alimento para llevar a casa, pero la mayoría se regresa sin nada o con muy poco.

Ahora es cuando los revendedores se están aprovechando para ofertar sus productos a precios realmente abusivos.

Por ejemplo, un tubo de pasta dental que cuesta ocho pesos en las tiendas estatales, aparece en la calle a 20 y 25 pesos, los que son más caros en las redes minoristas, se consiguen a dos, tres y hasta cuatro CUC, dependiendo de la marca. Por fuera también se encuentran las cajas de puré de tomate de 1,25 CUC hasta en 75 y 80 pesos.

Vale destacar que estos productos son de elaboración nacional y, por ende, solo pueden ser encontrados y extraídos de tiendas y almacenes estatales. Los que son importados de otros países casi nunca son del mismo tipo.

Por otro lado, la escasez de almohadillas sanitarias, toallas húmedas y pañales desechables en Santiago de Cuba contradice lo que aseveró el Gobierno a finales del pasado año, cuando se inauguró en la Zona de Desarrollo Mariel una nueva fábrica (empresa mixta entre Cuba y Vietnam) para la elaboración de estos productos.

Según los medios oficialistas, dicha fábrica supliría -de forma permanente- el déficit que existía por la falta de materias primas y por la poca disponibilidad de distribución de los de producción nacional.

Sin dudas, estaba en lo cierto el  Ministro cubano de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, cuando dijo el pasado día 10 en la Mesa Redonda que “este será un año duro y tenso”, justo como fue el anterior y todos los otros desde 1959 hasta la fecha.
Share:

El laberinto de los precios topados.

Por Orlando Freire Santana.

cuba pasaje taxis transporte precios precio

La fijación de precios máximos o topados a los bienes y servicios, esa medida gubernamental con el supuesto fin de proteger a las personas de menores ingresos, casi siempre ha encontrado obstáculos para su aplicación de manera efectiva.

En primer término, esa política enfrenta el rechazo de los productores o prestadores de servicios, quienes ven disminuidas sus ganancias, y por tanto al menor descuido de los órganos de control intentarán retomar los precios que indique la relación entre la oferta y la demanda. Tal sentimiento se hace más fuerte entre los actores económicos del sector no estatal, en particular los trabajadores por cuenta propia, a los que siempre se les dijo que no habría interferencia gubernamental en la comercialización de sus bienes y servicios.

Pero, sorpresa, pues el tope de precios ha sido ignorado últimamente por muchos de los que en teoría serían sus beneficiarios. Un trabajo periodístico aparecido en el periódico Juventud Rebelde recogió las declaraciones de un consumidor en un mercado agropecuario de la sureña provincia de Cienfuegos donde rigen los precios topados, pero cuyos vendedores burlan con frecuencia esa directiva estatal: “Estoy consciente de que la malanga es más barata, pero la pago a diez pesos la libra por necesidad y siempre a la misma persona, Si me fajo con él, quién me la va a vender”.

En efecto, ese consumidor debe de haber experimentado en carne propia el desabastecimiento que generalmente provoca el tope de precios, con el perjuicio adicional de tener que acudir a la siempre riesgosa “bolsa negra”, y en consecuencia opta por pagar el precio que espontáneamente le fija el  mercado a la malanga.

Y no podíamos dejar de mencionar el que clasificaría como el escollo principal que afronta cualquier política encaminada a topar los precios a la población. Un escollo que seguramente se pondrá de manifiesto en la anunciada estrategia de topar las tarifas que aplican los taxistas privados. Porque, ¿podrá el gobierno colocar un inspector en cada vehículo para controlar las tarifas que les cobran a los pasajeros?

Por supuesto que no. Mas, en este caso las autoridades no han vacilado en recurrir a una opción siempre presente en su arsenal: echar a pelear a unos ciudadanos con otros. Para ello el periódico Tribuna de La Habana, en su edición del domingo 19 de enero, publica dos números telefónicos y tres correos electrónicos para que las personas denuncien las “violaciones” cometidas por los taxistas en materia de precios. Deberán especificar el número de la matrícula del taxi, la fecha, la hora y el lugar del hecho.

En resumidas cuentas, los mítines de repudio organizados contra las personas que penetraron en la embajada del Perú, y también contra los que se iban por el puerto de Mariel en 1980, así como las acciones de las brigadas de respuesta rápida en años más recientes contra las Damas de Blanco o cualquier otro grupo opositor, no son más que antecedentes de lo que ahora podrán enfrentar los taxistas privados.[12:10, 30/11/2019] Pepe: El policía del tiempo
Share:

miércoles, 29 de enero de 2020

¿Se puede vivir con 30 euros al mes en Cuba?

Por María Fernanda Muñoz.

El hambre, la forma de “neoesclavitud” para los cubanos. Foto captura de vídeo

Luego de que la comunista española Arantxa Tirado afirmara que en Cuba se puede vivir con 30 euros, la indignación se apoderó de los cubanos que deben hacer “magia” con dicho sueldo para poder “sobrevivir”.

El portal Diario de Cuba visitó a varias familias en Guantánamo para saber si su sueldo les cubre todas las necesidades del mes.
“Duraría como diríamos los cubanos ‘la puerta de un colegio’, un par de zapatos no te cuesta 30 euros”, afirmó uno de los entrevistados.
Otra de las consultadas, expresó que de ese salario mensual se deben sacar para los gastos de casa, servicios y comida.

“Yo diría que no suficiente, tengo el peso de la casa, el gasto de corriente, comida y todo lo demás, por eso hay personas que tienen que hacer otras cosas, aunque sepa que es contra la ley hacer otras cosas y lo hacen para ‘ayudar a la chequera”.
Los consultados afirman que los precios en la Isla van en aumento y que pese al incremento salarial decretado por el régimen, el sueldo no alcanza.
“Fui a comprar un paquetico de verduras y valía un peso y ahora vale dos por cinco pesos, un diente de ajo chiquito dos pesos, eso no lo aguanta nadie”.
Pero la alimentación es una de las tantas preocupaciones que tienen los cubanos, los medicamentos deben ser considerados también.
“Se que es doloroso y triste, porque un solo medicamento cuesta 27 pesos, eso sin contar el de la presión o si te agarra un catarro”.
Pero ¿Qué hacen los cubanos cuándo se les acaba el salario? “Hacer ilegalidades, porque ¿dónde más lo vamos a buscar?”, afirma uno de los entrevistados.

En conclusión, la teoría expuesta por la comunista española está muy alejada de la realidad que viven los cubanos de a pie, quienes se las ingenian para “estirar” el salario.
Share:

El culpable se lava las manos: detalles sobre el trágico derrumbe en La Habana.

Por Camila Acosta.


“Tuvo que pasar esto para que apuntalaran el edificio”, dijo Pedro, mientras observaba a las grúas y a los trabajadores asegurando el local cuyo derrumbe este lunes provocara un fatal accidente.

Lisnavy Valdés, María Carla Fuentes y Rocío García fallecieron producto del derrumbe de un balcón en las calles Vives y Revillagigedo, frente al parque y la Iglesia de Jesús María, en La Habana Vieja.

Las niñas, de entre 10 y 11 años de edad, estaban ensayando para una actividad a realizar hoy, con motivo del natalicio de José Martí. Carmen, compañera de estudios de las tres, narra que cruzaron la acera y, “de momento, se cae el balcón”.

Manuel relata que, en cuanto sintió el estruendo del derrumbe, corrió a ayudar: “Sacamos primero a una que estaba vestida de uniforme. La madre se le echó a llorar encima, se la quitamos y la montamos en un carro, para el hospital. Cuando fui a cargar a la segunda se le cayó el cerebro para el piso, y también la montamos en un carro. A la tercera ya no pude aguantar más, porque empecé a sentirme mal y a vomitar”, cuenta, y apenas puede sostener el recuerdo del suceso.

Dos de las niñas fallecieron en el lugar. La tercera lo haría en el hospital.

El edificio estaba deshabitado y en proceso de demolición desde hacía más de un año. Los vecinos denuncian la negligencia de las autoridades municipales, pues el accidente era evitable. Otros declaran que la tardanza en la demolición se debía a que los trabajadores vendían los ladrillos.

Este constituye el segundo derrumbe fatal que ocurre en La Habana en lo que va de año. Solamente en 2019 hubo más de 750, gran parte de ellos producto del tornado del pasado 27 de enero de 2019.

Pareciera un mal augurio que justo este lunes se conmemorara un año de aquel tornado, el cual también había afectado la edificación cuyo derrumbe parcial provocó las muertes de las tres menores de edad.

En La Habana Vieja, mientras el régimen invierte en lujosos hoteles, los edificios familiares se derrumban, muchas veces provocando muertes y cientos de familias permanecen en albergues en condiciones deplorables.

Los vecinos explican que las autoridades municipales se personaron inmediatamente y enseguida acordonaron el lugar, mandaron a recoger los escombros y a asegurar las ruinas. Pero ya era demasiado tarde, lo peor había sucedido.

Hoy Lisnavy, María Carla y Rocío serán sepultadas. En el barrio apenas se escuchaba el ruido de los trabajadores apuntalando las ruinas del edificio. Muchos debían estar en la Funeraria Nacional, apoyando a los familiares. Ni siquiera la escuela Quintín Banderas, a donde iban las niñas, dio hoy sus clases y lo más probable es que la actividad por el natalicio de José Martí se suspendiera.

Ante la triste noticia todos se preguntan ¿Hasta cuándo? Hasta cuando seguiremos lamentando estos trágicos sucesos sin que pague el culpable: un régimen que roba el dinero del pueblo y no invierte en mejorar su calidad de vida.
Share:

martes, 28 de enero de 2020

La visión de un norteamericano que fue adoctrinado en Cuba.

Por Jorge Luis González Suárez.


“Estar allí entonces, recuerdos de Cuba 1969-1983”, de Gregory Randall. Ediciones Trilce.

Un interesante libro se venderá en la próxima Feria del Libro de La Habana: “Estar allí entonces, recuerdos de Cuba 1969-1983”, del norteamericano Gregory Randall, hijo de la escritora y militante comunista Margaret Randall.

El libro, publicado por Ediciones Aldabón, de Matanzas, recoge las memorias de los 14 años que Gregory Randall vivió en Cuba, adonde llegó con ocho años, junto a su familia, procedente de México.

En Cuba estudió hasta graduarse de ingeniero en telecomunicaciones, además de recibir un adoctrinamiento político y militar por guerrilleros latinoamericanos refugiados que visitaban o pernoctaban durante largas temporadas en el lujoso apartamento de su madre en El Vedado, y a los cuales quiso integrarse.

El edificio del Vedado donde vivió Randall.

Portada.

El libro es polémico. Resulta significativo que lo publicaran en Cuba.

Randall expresa estar “orgulloso de ser un hijo de la Revolución Cubana”, a la que considera “excepcional”, pero la crítica fuertemente al cuestionar varios aspectos, incluso algunos que son considerados “logros de la revolución”.

Uno de los aspectos que cuestiona es el sistema de educación cubano.

Sobre las becas explica que eran “un espacio colectivo donde se pretendía  formar al hombre nuevo sin el cual no parecía tener futuro la revolución”,  y que  permitían que “los padres hicieran la revolución” mientras el estado se ocupaba de los niños.

Se quejaba de que en la escuela  no le permitían tener el pelo largo. Acerca de la persecución contra los melenudos,  considera “una contradicción de la revolución”  el temor a que los jóvenes cubanos usaran los símbolos de la rebeldía hippie.

Lo que cuenta de su estancia en la Escuela Lenin es revelador. Refiere: “Funcionaba como una escuela de élite que formaba a la futura clase dirigente del país… La concentración de autos durante las reuniones de padres indicaba la cantidad de hijos de jerarcas y profesionales… Seguramente algunos entraban por palanca, es decir, con el favor de alguien con poder”. Y señala: “Entre los alumnos había dos hijos de Fidel, a quienes protegían un par de guardaespaldas.”

Randall abandonó la Escuela Lenin por considerarla elitista, debido al “sadismo de los chicos y la impunidad de estos por ser privilegiados”.

El Destacamento Pedagógico, que fue un medio para paliar la falta de profesores, significó un choque entre sus ilusiones románticas y la realidad. Recuerda que había allí muchos repitentes de grado que no alcanzarían carreras universitarias, y abundaban los que describía como “lumpen” y “pequeños delincuentes”.  No se explicaba “cómo de esta materia humana iban a salir profesores de secundaria”.

Clasifica a los que estudiaban para profesores de inglés como “admiradores de la cultura norteamericana”, algunos de los cuales hablaban abiertamente de “irse para la Yuma”, y a los futuros profesores de historia como “el grupo de los guapos”, que  “peleaban por cualquier estupidez… apreciaban sobre todo el coraje…sus códigos eran los mismos que los existentes en una cárcel o en una banda de delincuentes comunes”.

Otro tema son las asambleas. Dice que el sistema político daba participación a la gente, pero “mantenía la obsesión del control”. Alude a la relación sin equidad entre el Partido Comunista y el Poder Popular al señalar “la extrema vulnerabilidad de los delegados”, la limitación de su independencia y como la elección indirecta facilitaba el dominio del partido”.

Sobre los CDR comenta: “Podían ser una bendición o un horror, todo dependía de la gente que lo formaba”, porque eran personas que tenían poder, pequeño, pero “capaz de hacer daño”.

Sobe el periódico Granma afirma que “se dedicaba al teque”, controlando la información por “la técnica del todo o nada”, al magnificar, minimizar u ocultar hechos, siempre de acuerdo con el discurso oficial, dando una imagen distorsionada de la realidad.

Randall lamenta que existieron limitaciones no solo a la libertad de prensa, sino también a la organización de partidos políticos.

Al reflexionar sobre el juicio y fusilamiento del general Ochoa y varios oficiales del MININT acusados de narcotráfico, expresa: “Pasarán muchos años antes que se sepa la verdad precisa sobre el tema, pero no puedo aceptar las explicaciones que hasta hoy nos han dado”.

En el capítulo final, Gregory  Randall cuenta sus impresiones al regresar a Cuba de visita, en 2003, después de 20 años de vivir en Francia y Uruguay. Trata de ser objetivo. Se refiere a la depauperación de muchos edificios, las ventanas rotas, los balcones desvencijados, las rejas por doquier producto del aumento del robo y la criminalidad a partir del Periodo Especial y la gran cantidad de prostitutas, lo que atribuye al turismo. Comenta que hay gente molesta con “los gestos internacionalistas”, que juzgan “exagerados en las condiciones de penuria en que viven”.

Recoge opiniones, entre ellas la de un antiguo amigo, militante del PCC y director de una empresa, que cayó preso por aceptar soborno. La esposa del amigo le explica: “Esto ha cambiado mucho, hoy no es posible vivir sin hacer alguna ilegalidad”. El hijo, al que describe como “un típico joven de hoy”, mostraba su “desilusión con todo lo que oliera a revolución” y “quería libertad”. Su amigo, en una corta nota desde la cárcel, le dijo: “No te dejes engañar, aquello que tú y yo quisimos pintar de un lindo color en los 70 lo han hecho imposible, nos lo han pintado de gris…”

Confiesa Randall: “En algún momento, siento que no podría vivir acá, que sería incapaz de soportar que alguien pretendiera controlar mi vida, limitarme la información, decidir por mí… Un rato después me doy cuenta de que soy uno más, me siento como antes, soportando con naturalidad las cosas que al yo de afuera le parecen absurdas y disfrutando intensamente de las que al yo de afuera le parecen utopías imposibles…”

Uno se pregunta cómo es posible que Gregory Randall se declare partidario de un sistema de gobierno al que atribuye tantos errores y defectos. Al menos, Randall, a diferencia de otros izquierdistas que las ocultan, es honesto en sus opiniones, aunque a veces sean contradictorias.
Share:

La Candonga de Carlos III, sitio de encuentro entre marginales.

Por Augusto César San Martín.

Candonga de Carlos III
Vendedores del purguero de Carlos III.

Rigoberto (Rigor) Campo, técnico en soldadura, de 47 años, sueña con tener su propio negocio, volverse a casar y tener dinero para comprar la ropa que le exige su hijo de 12 años. Afirmado en el propósito de materializar sus deseos, aceptó la invitación de un amigo de tragos para vender en la calle “todo lo que nos caiga en las manos”, dice el soldador a CubaNet.

En dos días, Rigor y su amigo recolectaron de la basura dos pares de zapatos, prendas de vestir, cables para celulares, tapas de cazuelas, luces de navidad fundidas y diez cajas de fósforos que el bodeguero del barrio les fio para que vendieran.

El primer día de venta en la calle lograron recaudar 5 CUC, motivo sobrado para festejar.

“Compramos un ‘sábado corto’ (media botella de ron), y alcanzó para irnos con 2 CUC cada uno”, recuerda Rigoberto, quien desde hace dos años vende en la Candonga de Carlos III lo que “bucea” en la basura, o llega a sus manos.

El soldador asegura que nunca tuvo dudas en seleccionar el lugar donde realizarían las ventas. “Nos dijeron que en Carlos III se vendía todo, y es verdad, pero también se te puede ir el dinero tomando”, confesó.

El purguero de los marginales.

Desde el 2015, todos los días, más de medio centenar de marginales invaden de forma progresiva los portales de un trozo de la céntrica avenida Carlos III, comprendido entre las calles Márquez González y Oquendo.

El grupo heterogéneo conforma el purguero ilegal más concurrido de la ciudad de los portales. Cien metros de dominio marginal donde se esparcen telas, y encima de ellas artículos recolectados del basurero, desgastados por el uso o nuevos, estos últimos proveídos por el mercado negro.

La acera de la avenida, alineada en la zona comercial de la ciudad, es el paso de la población flotante más numerosa de la capital. Junto al ir y venir de personas que no encuentran lo que buscan en el mercado estatal, saltan a la vista los artículos en venta del pulguero. Llaman la atención por su rareza, diversidad o la ausencia prolongada en el mercado oficial en la actualidad, como el café o el puré de tomate.

El paso obligado de los transeúntes por los portales que ocupa la candonga de Carlos III, los bajos precios de algunos artículos usados, y la necesidad, son el suficiente marketing para atraer a comprar en el pulguero a policías, funcionarios locales y caminantes.

Candonga de Carlos III
Los vendedores se ocupan los portales para la venta y ocultarse en el caso de arrestos masivos.

Cuando la noche oscurece la avenida, débilmente alumbrada, se hace difícil distinguir los artículos en venta. Este es el momento de transición hacia el caos que provoca el consumo de alcohol.

La mayoría de los residentes se esconden ante el desenfreno antisocial que describen como un clima de inseguridad. Los vecinos más decididos llaman a la policía, que responde a la urgencia, pero no se atreve a detener la anarquía en el espacio de los marginales. Los autos patrulleros siguen de largo hacia cualquier zona apacible de la ciudad.

Así es como una de las principales arterias de la capital se convierte en la crónica que devela la idea del cuentapropismo y la sociedad ideal para el régimen.

Donde se encuentran los excluidos.

Cada año resulta más difícil para las autoridades desalojar a los vendedores del pulguero de Carlos III. Cuando el régimen quiere presumir de una ciudad sin indigentes se realizan arrestos masivos, que no actúan sobre las causas del fenómeno social en aumento: la marginalidad.

En la Candonga de Carlos III se reúnen los cubanos excluidos por la economía en beneficio de los gobernantes, la raza, preferencias, adicciones y la indigencia que, según la prensa oficial, “muestran al mundo un perfil que no se corresponde con lo que defendemos y profesamos”.

Los cien metros de avenida en el centro de La Habana, más que un sitio de venta ilegal es la respuesta de la sociedad en crisis, visualizada en un punto donde se encuentran las formas de exclusiones establecidas en la Isla. Los marginales se imponen con sentido de pertenencia en este espacio de la ciudad, negándose a respetar las normas de quienes los mantienen en el desconcierto económico.

Candonga de Carlos III
La Candonga de Carlos III abarca cien metros de venta.

En el 2018 un grupo de vecinos acudió a la delegada del Poder Popular de la zona para quejarse de las molestias que ocasiona el pulguero, la respuesta fue sorprendente. La representante de la comunidad les confesó que las reuniones del Poder Popular habían cambiado el lugar de la cita por la presencia de los marginales.

Uno de los residentes en la zona de conflicto ofreció su testimonio anónimo sobre la incompetencia de las autoridades. La fuente alegó temor de ser identificada por los vendedores o la policía local.

“Llevo años denunciando lo que se forma aquí todas las noches, a veces viene un carro patrullero, mira lo que están vendiendo y se van (…) Ya dejé de llamar al 106 (Policía), la ultima vez me preguntaron si tenían armas blancas, como para restarle importancia (…) Ahí se vende de todo, y lo sabe la policía. El gobierno reconoce que tratan el tema en las reuniones, pero no pasa nada porque nadie quiere problemas con esa gente (…) Entre ellos lo mismo te encuentras enfermos de VIH, pordioseros, curdas (alcohólicos), maleantes del mercado negro, que por lo general organizan parte de la venta (…) Son personas con los que nadie quiere lidiar”.

La Candonga de Carlos III no es una zona de venta, como otras tantas de la capital, que puede eliminarse mediante arrestos policiales. Este punto de encuentro de la marginalidad urbana evidencia la frágil economía de los cubanos, lo que indica que, solo restaurando todas las libertades en la Isla, mejorará el nivel de vida que ayudará a la desaparición de la pobreza generalizada.

Alejado del mejoramiento de las políticas sociales, el régimen lleva décadas talando la marginación para limpiar el rostro del fracaso. La revolución prometió un “perfil” contrario a la realidad actual, y terminó penalizando la marginación surgida de la desigualdad en el socialismo cubano. La Ley del Vago antes, y de Peligrosidad Social en el presente, dejaron de ser efectivas para esconder el deterioro social, la pobreza en aumento, el desempleo y sueños como los de Rigoberto, que no se solucionan escondiéndolos con penalidades y arrestos.
Share:

La falsificación de Martí en Cuba.

Por Carlos Ripoll.

Introducción.

Honrar en el nombre lo que en la esencia se abomina y combate,
es como apretar en amistad un hombre al pecho y clavarle un puñal en el costado.
José Martí.

Hablamos en la conferencia anterior de cómo se falsifica la historia en Cuba, de cómo se presentan los hechos y las figuras del pasado de manera que parecen dar razón al gobierno y a sus abusos del poder. Lo que niega esa continuidad, por supuesto, no se dice, y da la impresión que durante más de un siglo la historia de nuestro país ha estado de alguna manera gestando el marxismo-leninismo. Una parte del pueblo cree esas mentiras, y otra se confunde o desarrolla ante ellas la mayor indiferencia; pero con esos crédulos y esos confusos o indiferentes, siempre con el auxilio de la coacción, del terror y de la propaganda, es más fácil disimular el fracaso y el egoísmo de los gobernantes.(1) Y hablamos también aquí de la necesidad de rescatar la historia no sólo por prurito de patria, y para que nos sirva de guía en la búsqueda del destino nacional, sino porque, como se ha demostrado en los antiguos países socialistas, hay una misteriosa relación entre la verdad histórica y el progreso de la sociedad, y citamos el caso de la Unión Soviética, cuyo primer paso, con la esperanza de salir del caos económico y político en que se encuentra, no fue otro que el de desmentir los infundios que se le habían hecho creer al pueblo: reivindicar la memoria de los mártires que la mentira presentó como traidores, bajar de su pedestal a los verdaderos culpables y acusar a los encargados de la leyenda. Ha sido un proceso doloroso para el país, una vergüenza: tener que decirle a la población que el sacrificio había sido inútil, que el sistema no funciona, que era un castillo de arena cuanto se había fabricado a precio de tantas privaciones y de tanta sangre, que sin el menor esfuerzo el enemigo los había derrotado, y que había que acudir a él con la cabeza baja y la mano extendida por el fracaso y la amenaza del hambre a pedirle limosna.

Ha sido un proceso doloroso: en un documental de televisión, cuando las primeras revelaciones que hizo Gorbachev, se vio a un grupo de moscovitas bebiéndose en la calle las noticias de los periódicos: el reportero y su traductor se acercaron a un grupo, y le preguntaron a una mujer fornida con el pañuelo apretado entre la frente y la barbilla: "¿Qué piensa? ¿Qué piensa usted de todo esto?" La mujer guardó silencio unos segundos, levantó con lentitud la cabeza, y, sin mirar a quienes le preguntaban, como hablando consigo misma y mientras movía su índice rollizo frente a ella, respondió: "Yo los pondría a todos, a todos, ahí, de rodillas, a que me pidieran perdón..". Y un viejo alto, a su lado, de bigote profuso y nariz de águila, metido en las palabras de la mujer, repitió casi con un grito la frase de la otra: "Da, da", exclamó, "Sí, sí, a todos, a todos ahí, de rodillas, para que nos pidan perdón.."., y enseguida añadió apuntando con una ametralladora imaginaria al grupo de hinojos: "...a que nos pidan perdón, sí, pero sólo un minuto antes de fusilarlos...", y le temblaban las manos y el bigote por la ira y los tiros del arma. (Cuánto debe haber sufrido un pueblo para generar deseos de tanta venganza! (Cuántas penas debieron sufrir por la mentira aquellos infelices: las aventuras militares, las privaciones, los esfuerzos baldíos, las falsas promesas, la juventud perdida!

En Cuba se ha mentido mucho. La historia fue la primera víctima, pero también será el último juez. No es de extrañar que los mayores esfuerzos por sumarse el pasado los dediquen allá a Martí, sin duda la personalidad más peligrosa para ellos, no sólo porque sus palabras y su vida niegan las ideas y las prácticas del marxismo-leninismo, sino por lo dentro que está en la conciencia cubana. Al tiempo que es una suerte el que tengamos en la misma persona el patriota más alto, la inteligencia mayor y la pluma de más brillo, esa coincidencia de méritos singulares en un solo hombre, tiene también sus visos de infortunio. Otros países han recibido el regalo del valor, de la virtud y del talento en varias figuras que fueron una vez, y hasta varias veces, grandes, pero Martí lo fue muchas, y en tierra donde nunca escaseó el arrojo, la honradez y la poesía. Es una desgracia porque, de esa manera, el país ha sido más vulnerable a la ambición de quienes han logrado controlar a Martí. Todo lo noble anterior a él, por uno u otro camino, en él se resume, y lo poco bueno que le sucedió, en no escasa medida, a él se lo debemos; así llegó a ser la aspiración de todo pícaro el apoyo de Martí, el presentarlo como ejemplo y guía de conducta. No fue extraño tampoco el manejo de Martí en tiempos de la república: parodiando a la joven patriota de Francia, como ella de la libertad, también podemos decir de Martí; "(Cuántos crímenes se cometen en tu nombre!" Pero al igual que sucedió con otros males que teníamos a escala menor, el actual gobierno de Cuba le ha dado ahora proporciones gigantes a la falsificación de Martí.

"Martí y Lenin".

Para estudiar el proceso, que es lo que va a ocuparnos esta noche, parece conveniente empezar recordando la manera en que los comunistas criollos trataron a Martí antes e inmediatamente después de 1959. La figura más notable del marxismo cubano era Juan Marinello, y el más capacitado para hablar de Martí. En 1935, siendo profesor titular de literatura en la Escuela Normal para Maestros, en La Habana, escribió en el Repertorio Americano, que se publicaba en Costa Rica, un artículo titulado "Martí y Lenin", en el que dijo, y éstas son sus palabras, que Martí había sido "un gran fracasado", y un "abogado de los poderosos", por lo que era conveniente "dar la espalda de una vez a sus doctrinas"; pero concluía su escrito, sin embargo, con una gran verdad, y es que las ideas de Martí, ante el marxismo-leninismo, y vuelvo a sus palabras, no podían "servir más que como trampolín de oportunistas..." (2) El tiempo probó que los "oportunistas" iban a ser ellos mismos, veinticinco años después, los marxistas criollos, usarían a Martí como "trampolín" para subir en la escala del poder junto a Fidel Castro. Poco después de ese trabajo, y también con el propósito de desacreditar el pensamiento martiano, como miembro de la Asamblea Constituyente de 1940, dijo Marinello en una carta que publicó Antonio Martínez Bello, quien trataba por su parte de acercar a Martí al marxismo: "...Estamos frente a un poeta que da [rienda] suelta a su elán por el camino político, no frente a un investigador exigente de los que hacen diario ejercicio de la razón. En verdad que sólo en nuestro tiempo, con Lenin, nace el guiador político injertado en el hombre científico..."(3)

Pero, por supuesto, esas opiniones de Marinello hoy las ocultan en Cuba, y no están siempre en la relación de sus obras, ni en las recopilaciones de sus trabajos sobre Martí. Ninguno de los escritos aquí citados se recogieron en sus Obras martianas, donde hubieran podido incluirse en la sección dedicada a "El pensamiento de Martí y nuestra revolución socialista"; en el prólogo detallado que preparó para esta edición Ramón Losada Aldana, se pasa como por sobre ascuas al mencionar esos trabajos de Marinello, y se echa mano a las disculpas de Salvador Morales en su libro Ideología y luchas revolucionarias de José Martí, donde afirma que se debieron esas omisiones a "los vaivenes pequeños burgueses y la inmadurez de las filas marxistas... Sus criterios procedían", sigue diciendo, "de un análisis aún poco concreto y esencial a causa de las deficiencias de la historiografía cubana"; y concluye con estas palabras: "Es significativo que cuando Marinello recogió en un volumen sus Ensayos Martianos partió de lo hecho de 1941 en adelante. Hombre de meditación, seleccionó lo que creyó más vigoroso, en todos los aspectos que puede considerar un marxista, de sentido martiano..."(4) Y es natural que oculten aquellas opiniones de Marinello, pues, ¿cómo se podría explicar el tránsito de ese Martí antileninista, como en verdad fue, a un Martí preleninista, como jamás hubiera podido ser y ahora lo presentan? Nunca Marinello, ni su partido, se retractaron de haber opinado así, pero, cuando ya formaban parte del gobierno de Castro se dispusieron a adaptarlo para que fuera heraldo del marxismo: entonces escribió Marinello en la presentación de las Obras Completas de Martí, publicadas entre 1963 y 1973 por la Editorial Nacional de Cuba: "La postura martiana... es un antecedente poderoso y legítimo de nuestra etapa socialista... la patria martiana construida por la revolución encabezada por Fidel Castro es la que lleva a todos los cubanos la obra del libertador del 95..."(5) Y nadie, por supuesto, le pudo recordar a Marinello lo que había dicho antes, que Martí era "un gran fracasado", un "abogado de los poderosos", y que lo correcto era "dar la espalda de una vez a sus doctrinas". Y ese Martí apócrifo, precursor de Castro, es el que se ha impuesto en la mente de gran parte del pueblo cubano, porque, protegida por el silencio a que obliga la censura, ha prosperado la mentira.

El mito de Carlos Baliño.

Uno de los recursos más usados, de las mentiras más escandalosas para hacer a Martí cómplice del marxismo-leninismo es afirmar que el líder estudiantil Julio Antonio Mella decía que Carlos Baliño, de la emigración de Cayo Hueso y más tarde fundador del partido comunista en Cuba, le había dicho, que Martí, a su vez, le había asegurado que la revolución que estaba haciendo para lograr la independencia no era, en verdad, su revolución, que su revolución era la que iba a hacer después en la República.

Tantas veces se ha repetido ese chisme, pues no se trata de otra cosa que de un chisme, que casi todos allá lo creen, y nadie se ha puesto a indagar si es verdad que Martí dijo eso, o lo que hay de mentira en las palabras de Baliño y Mella; lo cierto es que no existe la menor prueba de que Martí dijera tal cosa, sino todo lo contrario, hay pruebas abundantes de que Martí jamás pensó, ni quiso para Cuba, una revolución social, y es de todo punto imposible que dijera lo que negaba su prédica en favor del establecimiento en el país de un gobierno democrático, justo, republicano y libre. Y también es más que improbable que, para una confesión de esa naturaleza, hubiera escogido a Carlos Baliño, uno de los tantos emigrados que apoyaban a Martí, y no a otros más allegados a él y con un historial de revolucionario mucho más rico que el de Baliño. O mintió si hubiera sido eso lo que dijo, o mintió Mella por haber inventado la patraña, y así mintieron quienes dicen que se lo oyeron a Mella. Pero esa mentira ha hecho su efecto, porque se le hace razonar al pueblo de la siguiente manera: si Martí iba a hacer una revolución social en Cuba, y su muerte se lo impidió, y en 1959 se hizo una revolución que tuvo a Martí de "autor intelectual", la revolución de Castro es la revolución de Martí y, por lo tanto, hay que someterse a ella y no cuestionar la capacidad del líder ni sus órdenes: Martí habla por la boca de Fidel Castro, y el que niega a Castro, niega a Martí, y eso sí que no puede hacerse en Cuba: se puede negar a Martí con actos, con la más reprobable conducta, pero con palabras, no, y ésa fue la primera lección que les dio Castro a los comunistas criollos: con todo su saber mentir cuando era conveniente, puesto que "el fin justifica los medios", tuvo que venir Fidel Castro para mostrarles que, desde el poder, y con el control totalitario, Cristo y Judas caben en la misma silla: José Martí y Carlos Marx.

La trayectoria sobre las supuestas palabras que le dijo Martí a Baliño es la siguiente: en un artículo de éste, publicado en La Voz Obrera, órgano del Partido Obrero Socialista, en agosto de 1906, en La Habana, afirmó: "...Aquel paladín [Martí] que a algunos no gustaba porque tenía ideas «socialistas», solía decirnos a los obreros, sus amigos de siempre: «Todo hay que hacerlo después de la independencia. Pero a mí no me dejarán vivir. A vosotros os [sic] tocará, como clase popular, como clase trabajadora, defender tenazmente las conquistas de la revolución»"(6).

Esta supuesta recomendación de Martí, como se ve, nada dice de hacer una revolución en la República. Por su parte, las Glosas de Mella, publicadas originalmente en América Libre, en abril de 1927, no son más que un trabajo breve y ligero, como lo prueban sus numerosas inexactitudes cuando cita a Martí, y al recoger el recuerdo de Baliño lo altera al decir: "...Martí comprendió cuando dijo a uno de sus camaradas de lucha -Baliño- que era entonces socialista [?] y que murió militando magníficamente en el Partido Comunista: «¿La revolución? La revolución no es la que vamos a iniciar en las maniguas sino la que vamos a desarrollar en la República»"(7). Pero ni aun con este cambio de las palabras de Baliño hay motivo para afirmar que la "revolución" que hubiera querido Martí era una revolución social, y una prueba concluyente es que el propio Marinello, en el "Prólogo" de ese mismo escrito afirma de manera categórica: "Sostener hoy que José Martí dejó trazadas las líneas de la acción revolucionaria en Cuba es obra de la ignorancia o de la mala fe..."(8). Y, ciertamente, han sido "la ignorancia" y "la mala fe" las que dieron origen y mueven el chisme, por la falsedad de la conclusión y de la premisa mayor en este torpe silogismo: Baliño, comunista; Martí, amigo de Baliño; por lo tanto, Martí comunista.

Es ya tiempo también de descubrir el falso razonamiento por el que se pretende acercar a Martí al marxismo tomando como base sus relaciones con Carlos Baliño. Sí, éste fundó el Partido Comunista de Cuba en 1925, pero, cuando con tantos otros emigrados estuvo junto a Martí, si era algo concreto, era anarquista. Como tal, y no como marxista, lo conoció y estimó Martí, quien con gran habilidad supo aprovechar su apoyo toda vez que el anarquismo cubano le negaba ayuda a la lucha por la independencia. Para entender esas relaciones basta recordar el único discurso de Baliño que le publicó Martí en Patria, el del 10 de Octubre de 1892, en el que para lograr el apoyo del anarquismo cubano citaba a Dyer Lum, el anarquista amigo y confidente de Robert Parson, ajusticiado en Chicago; al anarquista español Pedro Estévez y al alemán Justus H. Schwab, quien había fundado en Nueva York un Club Revolucionario semejante al de August Spies en Chicago; a Fanelli, el anarquista italiano que había fundado en España la Alianza Internacional de Trabajadores; a Mijail Bakunin, el ruso fundador del anarquismo como movimiento revolucionario internacional, enemigo de Marx, y el primero que predijo que la dictadura del proletariado terminaría como dictadura sobre el proletariado. Y Martí, en Patria, subraya estas palabras en el discurso de Baliño: ". ..los anarquistas como tales deben ver en toda rebelión contra el tirano un acto de protesta que les toca alentar..." Y los clubs que funda o preside Baliño en apoyo del Partido Revolucionario Cubano llevan los nombres de notables anarquistas: "Fermín Salvoechea", el activo revolucionario de Cádiz que en los días en que se fundaba en Cayo Hueso el partido de Martí tomaba la ciudad de Jerez con los grupos de  anarquistas de Andalucía; y "Enrique Roig", el propietario del periódico El Productor, el más prestigioso anarquista de Cuba.

Una revisión breve de las actividades de Baliño desde 1882, cuando estaba en Cayo Hueso, hasta el inicio de la guerra del 95, demuestra que él era una persona sin ideas claras, con cierta inclinación al anarquismo, jamás marxista.(9) En 1886 Baliño pertenecía a la logia masónica Los Caballeros de la Luz, y se le encomendó para que organizara dos otras logias en Tampa: Porvenir número 7 y Unión y Fraternidad. En ese mismo año se inscribió en los Caballeros del Trabajo, el movimiento reformista que pretendía poner de acuerdo a los obreros con los capitalistas. En 1889 fundó en Cayo Hueso el periódico La Tribuna del Trabajo, que mereció la aprobación entusiasta de Enrique Roig, quien lo calificó en su periódico de "querido camarada", y proclamaba: «Los trabajadores no deben ocuparse de otra cosa que de sí propios, sin preocuparles poco ni mucho la república o la monarquía, la democracia o el absolutismo".(10) En 1890 Baliño ayudó a fundar en Tampa la Liga Patriótica, sociedad burguesa dedicada a promover los ideales democráticos de la Guerra de los Diez Años y de la Guerra Chiquita. También en 1890 fue director del club Francisco Vicente Aguilera, con el nombre del rico terrateniente de Bayamo, quien había sido vicepresidente de la República en Armas y murió en el exilio, en Nueva York, en 1877. En 1893 el club Enrique Roig, por el anarquista cubano, y fue también vicepresidente del club Diez de Abril, nombrado en recuerdo de la Constitución republicana y parlamentaria de Guáimaro. Al año siguiente perteneció a la directiva del club Ramón Pintó, por el rico catalán separatista que había sido ejecutado en La Habana al conspirar contra España, y también fundó el club Fermín Salvoechea, en memoria del atrevido anarquista de Cádiz, y el club Leopoldo Turla que honraba al poeta anexionista, que tanto alabó a Narciso López, y que murió en Nueva Orleans en 1877.

Martí tuvo noticias de Baliño por vez primera cuando Flor Crombet le escribió para presentárselo. La carta completa la imagen del inquieto y voluble revolucionario que jamás fue a la guerra; dice así:

"Key West, 27 de abril de 1888. Sr. José Martí. Mi querido amigo: Tengo el placer de presentar a Ud. mi buen amigo Carlos Baliño, caballero distinguido que hace mucho tiempo viene siendo su admirador. Le incluyo una tarjeta de él, única marca de cariño que hoy puede dar a Ud. Mi presentado comenzará a publicar un periódico de señoras el mes entrante con el nombre de "El Hogar" y desea ardientemente que Ud. le honre con su colaboración. El primer número saldrá el doce de mayo y suplica a Ud lo favorezca con un trabajito; yo a mi vez también lo deseo, pues sé con cuánto placer leemos todos sus escritos. No diga abusa de su bondad su siempre afmo. amigo. F. Crombet".(11)

Sin duda Baliño intentaba imitar una revista con el mismo título que publicaba en La Habana el poeta José E. Triay, en el que aparecían trabajos de escritores cubanos conocidos, y que se publicaba desde enero de 1888.

A pesar de tanta evidencia contraria, en Cuba siguen presentando a Baliño como marxista cuando estuvo cerca de Martí. En la más completa biografía publicada hasta la fecha, hay un capítulo sobre su "adhesión al marxismo" que lo hacen extender desde su llegada a los Estados Unidos como exiliado político, en 1869, hasta su regreso a Cuba en 1902. La autora del libro afirma que durante ese tiempo Baliño asumió "posiciones marxistas", aunque nada se sabe de cuándo tuvo conocimiento del marxismo, si lo tuvo en aquella época, y afirma que cuando entró en contacto con Martí en Tampa y Cayo Hueso, Baliño se consideraba un marxista y que, armado de esa ideología, hacía propaganda de sus ideas en la prensa obrera.(12) Y Fidel Castro, en el colmo de la falsificación llegó a afirmar que Baliño "simboliza la conexión directa entre el Partido Revolucionario Cubano, de Martí, y el primer Partido Comunista de Cuba".(13)

El Centro de Estudios Martianos.

Con esos antecedentes de la transformación de Martí por la magia marxista, veamos ahora el organismo que allá fomenta y coordina su falsificación. Es una dependencia del Ministerio de Cultura: el Centro de Estudios Martianos, especie de tribunal del Santo Oficio, inquisidor de herejías, gendarme del dogma oficial. El Centro de Estudios Martianos se creó con el fin de manipular a Martí para servir al gobierno y, con la ayuda de otras agencias, lo tienen como en un nuevo presidio. No lo dejan hablar con toda su voz de la libertad, de la democracia, de los abusos del poder, de los derechos individuales, de la soberanía, de la justicia, de la espiritualidad, sino que allí, con marcada preferencia, le escogen algunas ideas o palabras, las ponen fuera de contexto, y así hacen ver que Martí tenía unas intenciones y unos proyectos para Cuba que justifican todo lo que se ha hecho. Y, para esconder la trampa, se quejan porque, antes de 1959, se les disimulaba a Martí, o no se le daba la merecida importancia, a su prédica antiimperialista, anticapitalista, anticlerical y antirracista, y ahora le inventan unas intenciones, una postura y unos caminos que jamás tuvo, y la complicidad con un sistema al que en toda circunstancia hubiera rechazado. Con la mayor insistencia aparecen los trabajos sobre Martí amparados en una serie de lugares comunes. Martí ya no es en Cuba el "Apóstol", el "Místico del deber", el "Santo de América" y otros atributos Col que en algunos casos no está mal del todo-; el epíteto obligado allí es "el autor intelectual del Moncada". Por otra parte repiten que la consagración de Martí como revolucionario se produjo con esas "glosas" que publicó en 1927 Julio Antonio Mella, y con La historia me absolverá, de Fidel Castro; y que los parámetros para su estudio se encuentran en la "Plataforma Programática" del Partido Comunista de Cuba y en los discursos del "Comandante en Jefe" y de algunos de sus cortesanos.

Entre los trabajos inocuos de varios literatos y críticos que se prestan a cubrirle la farsa a las autoridades, se prefiere en Cuba cuanto resalta el antiimperialismo de Martí, como si por haber luchado contra el imperialismo yanqui hubiera tolerado la entrega de su patria a otro imperio que se la usó mientras quiso, y que ahora la arroja exprimida y en ruinas porque ya no la necesita, o no le interesa. Y van por el mundo los rusos nuevos burlándose de la tierra de Martí con un desdén que supera al de los "ultraguilistas" de su tiempo, con una arrogancia que les envidiarían James G. Blaine y A. K. Cutting. Ahora mejor que nunca se comprueba la condición de colonia de la Unión Soviética que ha tenido Cuba: como antes la economía estaba a merced de los caprichos y las crisis de Wall Street, hoy Cuba padece por el descalabro del mundo socialista, que ha hecho que se quebrara "la amistad fraternal, la ayuda y la cooperación de la Unión Soviética", como reza servil la Constitución cubana de 1976; y es ahora que el domador, por no darle más comida, suelta su bestia de circo, gastada e inútil, cuando le nace a la bestia del circo una soberbia que hasta ayer no tenía o le domaban, y dice que no baila más al son de la pandereta porque es libre... Es que no se le hizo caso a la advertencia de Martí, de que "cambiar de dueño no es ser libre".(14)

Pero sigamos con el Centro de Estudios Martianos. El decreto que le dio vida, en 1977, decía: "Por cuanto, José Martí, autor intelectual del ataque al Cuartel Moncada, fue inspirador y guía de nuestro pueblo en su lucha por la definitiva liberación nacional... la tarea de esclarecer los vínculos profundos entre el ideario martiano y la revolución contemporánea lo han venido realizando muchos estudiosos del pensamiento martiano y del pensamiento marxista-leninista... El Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros [decreta] crear un Centro de Estudios Martianos adscrito al Ministerio de Cultura [el cual tendrá a su cargo] auspiciar el estudio de la vida, la obra y el pensamiento de José Martí, desde el punto de vista de los principios del materialismo dialéctico e histórico..."(15) Y el día que se inauguró ese Centro dijo en un discurso el Ministro de Educación: "...Orientado por el materialismo histórico, e inspirado en la enseñanza de Fidel en el Moncada, el Centro de Estudios Martianos debe cumplir el compromiso de estudiar las relaciones entre el pensamiento de José Martí y las tareas de la revolución socialista. Grande y valioso aporte hará el Centro de Estudios Martianos si con el pensamiento de José Martí y con el instrumento científico del materialismo histórico logra exponer, con información y datos concretos, los lazos que unen el movimiento democrático revolucionario del Maestro con el ideario socialista de Marx, Engels y Lenin. Bastaría con este empeño para justificar la existencia de la institución.."(16) Es decir, que ese Centro rector de los estudios sobre Martí no se creó para buscar la verdad, para exponer lo que cada investigador o estudioso encontrara en la figura, que es la única noble misión del intelectual, sino para "esclarecer los vínculos profundos", dicen, "entre el ideario martiano" y el marxismo-leninismo, para estudiar "las relaciones entre el pensamiento de José Martí y las tareas de la revolución socialista", para "exponer... los lazos que unen" a Martí "con el ideario" de Marx, Engels y Lenin... Y obsérvese que se da por sentado que la relación existe, y que de ahí hay que partir, y siempre el estudio "orientado por el materialismo histórico, e inspirado en la enseñanza de Fidel..."

"El autor intelectual del Moncada".

Otro ejemplo nos puede servir para ilustrar cómo se fuerza en la mente del pueblo la identificación de Martí y Fidel Castro. Me voy a referir a una de las publicaciones de ese Centro de Estudios Martianos: es una colección de textos en los que Castro por algún motivo menciona a Martí: el libro lleva el título -¿y cuál otro podría llevar?- de El autor intelectual. Se publicó en 1983 y, como en Cuba la práctica estalinista que impone el gobierno alienta hasta el ridículo el culto de la personalidad, es oportuno leer algunos pasajes del prólogo que escribió, en representación del Centro, Luis Toledo, quien luego fue director de la institución; verán cuánto los adjetivos y los adverbios, la adulación y el servilismo, recuerdan aquellas crónicas sociales que en el pasado de Cuba usaban algunos periodistas cursis para ganarse el favor de los encumbrados y de los políticos -me perdonarán la cita algo extensa, pero en un texto semejante es difícil detenerse- dice así:

"La radicalidad inagotable que definió al Héroe de Dos Ríos, así como el consiguiente legado cuya prolongación nos permitiría alcanzar martianamente, lo que la Segunda Declaración de La Habana replanteó para toda nuestra América como "única, verdadera e irrenunciable independencia", se abrazan en sustancial fusión histórica, donde una interpretación acertada y creadora ha dado entre sus imperecederos resultados las páginas que siguen. Ellas son el fruto del más eficaz modo de análisis científico: aquél donde la sabiduría y la devoción devienen unidad indivisible. El hecho contribuye a dar carácter incompleto al libro: la presencia de Martí alcanza en el autor jerarquía tal que el examen explícito, la valoración tácita, la glosa y la mención constituyen expresiones de un aprendizaje que fluye en el pensamiento y en la sangre, y difícilmente podría fragmentarse o escogerse con rigurosa precisión textual... La investigación profunda y extensa reclamada por el tema permitirá en su momento esclarecer ese itinerario, el cual hace pensar en orígenes que se remontan a tempranas vivencias... La luminosa prolongación de Martí en el pensamiento y los actos de Fidel Castro, alcanza en la transformación socialista protagonizada por nuestro pueblo con la invulnerable orientación del materialismo dialéctico e histórico, su más adecuado monumento, y de ello dan constancia las páginas de José Martí, autor intelectual..."

Hasta ahí la sin par introducción del nunca bien ponderado libro: una serie de textos en los que aparecen menciones de Martí las más de las veces accidentales e intrascendentes.

En el local del Centro de Estudios Martianos, en un acto al que asistieron dirigentes del Partido y del gobierno, al presentar el libro, habló Roberto Fernández Retamar, quien entonces era director de la institución; dijo que en sus días universitarios Castro leía a Martí, y éstas son sus palabras, de "manera ávida y torrencial", a tal extremo, afirmó, que podía pensarse en el Apocalipsis, el cual recomienda "comerse el libro", y así Fidel, y repito sus palabras, "estaba haciendo a Martí carne de su carne y sangre de su sangre"; y por aquella extraña comunión, aseguró, el Partido Comunista de Cuba "había heredado" al Partido Revolucionario Cubano. Y después de afirmar que Fidel Castro era "el discípulo señero, el descendiente orgánico por excelencia de Martí", Fernández Retamar contó la siguiente anécdota: "El poeta ucraniano Dimitri Pavlichco, traductor y gran amador del magno cubano, nos deslumbró en una ocasión cuando -dando rienda suelta a su fantasía de poeta- nos decía que al leer Ismaelillo, le parecía ver sentado en el hombro de Martí, como un hijo pequeño suele estarlo en el padre, a Fidel..."(18) -claro, recordaba aquel verso del poemario que, recordando al hijo, empieza diciendo: "Ved: sentado lo llevo/ sobre mi hombro"(19)C (Imagínense ustedes la mole de Fidel Castro sobre el frágil hombro de Martí! Aunque, pensándolo bien, quizás el traductor al ruso, poeta, vate, adivino, quiso decir con esa imagen surrealista lo que, en su deslumbre, no advirtió Fernández Retamar: siguiendo sus alusiones religiosas, quizás la visión del ucraniano representa que, como Cristo con el madero, Martí allá tiene que cargar a Fidel Castro en el hombro como una pesada cruz...

En Cuba la bibliografía sobre Martí ha aumentado de manera considerable, y hay una actividad martiana sorprendente: hay cátedras José Martí, grupos juveniles de estudios, encuentros, concursos y premios, y en 1981 las Fuerzas Armadas crearon las salas "Lenin-Martí", por ese orden, para la instrucción militar y dar conferencias al pueblo, y hay, además, numerosos investigadores: orientados por el interés oficial, muchos de éstos se dedican a urgar con mayor o menor cinismo, de acuerdo con su capacidad y su falta de honradez intelectual, en la obra de Martí, y uno encuentra en la estructura del Partido Revolucionario Cubano el anuncio del "centralismo democrático" del Partido Comunista; otro, entre los amigos y colaboradores de Martí, una voluntad de clase; otro, en la revisión que hacía de la historia, un acercamiento a la ciencia marxista; otro, en su crítica de los monopolios, el anuncio del socialismo científico; otro, en sus denuncias del imperialismo yanqui, anticipaciones de la teoría leninista sobre "la fase superior del capitalismo" y el acercamiento a la revolución proletaria; otro, en su preocupación americanista, el germen del internacionalismo; y otro, en fin, en una sola palabra de Martí niño, una absurda teoría del odio, (en Martí que quería desarrollar en los pueblos una "campaña de ternura"! Y para completar la nómina de sacrilegios han creado una "Orden José Martí" que en su mayoría, ha sido concedida a notables estalinistas: (La "Orden José Martí"! De Cuba, a Fabio Grobart, el enviado de Stalin para organizar el comunismo criollo; a Nicolás Guillén, el de la poesía a "Stalin, capitán"; y a Blas Roca, el más fiel estalinista de este continente. Y entre otros campeones del totalitarismo, al déspota de Corea del Norte, Kim Il Sung; a Mikoyan, Gromiko y Tijinov, de la Unión Soviética; a Pham Van Dom y Le Duan, de Vietnam; a Ali Nasser Mohamed, de Yemen del norte; a Willi Stoph, de Alemania del Este; y a Mengistu Halle Moriam, de Etiopía...

/CONTINUARÁ)
Share:

La verdad del mal inicio castrista.

Por Tania Díaz Castro.

Fidel Castro; Cuba

En un gobierno que comienza suprimiendo la libertad de prensa y adueñándose de todos los medios de comunicación, las malas consecuencias son muchas. La población se ve obligada a pensar por la cabeza del Estado, y los periodistas tienen que aceptar los criterios del régimen o abandonar el país. Eso ha ocurrido en Cuba con la dictadura de Fidel Castro, y ejemplos hay muchos.

Recientemente he podido ver dos. Uno, el de una joven estudiante de periodismo que escribió sobre el ojo de Abel, afirmando que fue la Policía de Batista quien se lo sacó y que se lo mostró a Haydee Santamaría para que hablara, leyenda de la que ya no se habla, por falsa.

El otro ejemplo es el de Jorge Wejebe Cobo, nacido en 1952, graduado de periodismo en 1978, y quien sin consultar las pocas cronologías que existen en Cuba, se arriesgó a decir en una de sus recientes crónicas que “desde los primeros meses de 1959, la Casa Blanca inició una política agresiva contra el gobierno de Fidel y Raúl Castro”.

Un breve repaso a esas relaciones entre Washington y La Habana hacen ver cuán erróneo está este comunicador, con relación a un pasado tan tergiversado en la prensa castrista.

Comencemos con José Martí, quien no se equivocó, como si se refiera a hoy: “Estamos firmemente resueltos a merecer, solicitar y obtener la simpatía de Estados Unidos, sin el cual la independencia sería muy difícil de obtener”.

Pudiéramos agregarle: Sin el que sería imposible la prosperidad económica, arruinada por la mala administración de los Castro.

Veamos pues lo que ocurrió:

13 de marzo de 1958 Estados Unidos suspendió el envío de armas a Batista, y este le reprochó a E.T. Smith, embajador norteamericano que, “una neutralidad de ese país favorecería a los rebeldes”. 9 de diciembre de 1958: William Pawley, enviado especial de EE.UU., instó a Batista a marcharse y el 17 Smith le recomendó a Batista que se fuera.

Septiembre de 1959: Fidel Castro declaró en la ONU: “A Cuba la han calificado de peligro rojo, antes de que tuviera oportunidad de intercambiar mensajes con la Unión Soviética”.

Ese día, Castro olvidó que un año antes, el 5 de junio de 1958, escribió a Celia Sánchez que su próxima guerra sería contra Estados Unidos, y que unos días después, el 10 de agosto, hizo un pacto en la Sierra Maestra con los líderes comunistas Carlos Rafael Rodríguez y Luis Más Martín sobre el curso de la Revolución.

Sin embargo, el 7 de enero 1959 Estados Unidos reconoció al nuevo gobierno cubano. Días después, el 22 de marzo, en un mitin con los miembros de la CTC, Castro pronunció un discurso antinorteamericano. Aún así, en mayo, Philip Bonsal, embajador de EE.UU. en Cuba, acudió al aeropuerto para recibir a Fidel. Pero en julio, funcionarios de la CIA declararon que Castro era comunista; este lo negó en repetidas ocasiones, pero en diciembre llegó a La Habana el agente soviético Aleksandr I. Alexeiev, bajo la cobertura corresponsal de la Agencia TASS.

El año 1960 marcó el inicio de la embestida cubana contra Estados Unidos: Fidel atacó verbalmente al Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea norteamericana cuando se negó a venderle aviones y armas, puso en marcha planes de expropiación de tierras propiedad de United Fruit Company, nacionalizó los bancos estadounidenses, y declaró que siempre fue comunista, que Los Andes serían la Sierra Maestra del continente y que promovería revoluciones anticapitalistas en América Latina.

Antes de que terminara ese año ya habían desaparecido los principales periódicos, las emisoras radiales y de televisión, y se habían expropiado las empresas norteamericanas sin compensación alguna.

El 3 de enero de 1961 EE.UU. rompió relaciones diplomáticas con Cuba, y el 3 de febrero de 1962, Kennedy anunció el embargo comercial.

¿Se puede entonces decir que, desde los primeros meses de 1959, la Casa Blanca inició una política agresiva contra el nuevo poder castrista, como afirma el colega Wejebe Cobo en su crónica?

Lo único cierto que dice este colega es que Eisenhower, el presidente de EE.UU., deseó el rompimiento de relaciones junto a numerosos gobiernos latinoamericanos. Precisamente, este hombre inteligente ya sospechaba que Fidel Castro no era de fiar. Conocía de las declaraciones del “joven alocado” -como lo calificó el poeta Nicolás Guillén por el asalto al cuartel Moncada-, cuando en carta a Celia Sánchez le anunció que su próxima guerra sería contra Estados Unidos, y también, por qué no, el informe de aquel extraño pacto entre Fidel y los comunistas.
Share:

Derrumbe en La Habana Vieja deja varios muertos.

Por Carlos Escorihuela.



Un derrumbe en La Habana Vieja, específicamente en el barrio Jesús María, dejó un lamentable saldo de tres menores de edad fallecidas, según indican algunos reportes en redes sociales.

El hecho se registró en horas de la tarde este lunes en una vivienda que se encontraba en malas condiciones, como están la mayoría de las viviendas de esa zona de la capital cubana.

En un video publicado en YouTube se puede observar que la zona del derrumbe en La Habana Vieja se encontraba acordonada por efectivos de la policía cubana y de la Seguridad del Estado.

Los testigos del hecho afirmaron que los edificios y casas de esa parte de La Habana Vieja “ya no aguantan más” debido a su profundo deterioro. Al tiempo que aseguraron que presuntamente «el puesto a dedo» Miguel Díaz-Canel, se apersonó al lugar de los hechos.
“Dicen que fue hace media hora que un balcón se derrumbó y había tres niñas jugando. Dicen que dos fallecieron al momento y otra, camino al hospital”, aseguró la persona que filmaba el video.
Según los habitantes de Jesús María, ese barrio cubano es uno de los más pobres de Cuba y más olvidado por la dictadura castrista.

Situación de la vivienda en Cuba.

La situación de la vivienda en Cuba es crítica debido a que son estructuras construidas hace muchos años y el régimen de la Isla nunca se preocupó por hacerle mantenimiento.

Esta situación ha ocasionado que los derrumbes se vuelvan en algo cotidiano en la Isla y la dictadura aún no ejecuta un plan que le garantice una vivienda digna a los cubanos.

El pasado mes de noviembre, una niña de 13 años y su mamá fallecieron tras un derrumbe registrado en La Habana.

En esa ocasión, la menor había sido trasladada a un hospital habanero, y allí sucumbió ante las heridas provocadas por los escombros. La madre de la niña, quien estaba siendo buscada por el personal de rescate, fue encontrada muerta.

En ese caso solo sobrevivió la abuela de la niña, quien presentó graves heridas tras el accidente.
Share:

lunes, 27 de enero de 2020

Iván López: “Vendo chicharrones porque cobro 385 pesos.”

Por CubaNet.


El ex comentarista deportivo de la Televisión Cubana Iván López respondió a la polémica generada en redes sociales luego de que se diera a conocer que el veterano analista vende chicharrones para sobrevivir.

En entrevista ofrecida a Cibercuba, López reconoció que los rumores son ciertos y que se ha visto obligado a realizar a montar su propio “negocio” para poder sobrevivir.

“Pues sí, es verdad, vendo chicharrones por encargo a amigos, vecinos ¡en fin! en determinadas ocasiones pero, te pregunto yo ahora Julita: ¿eso es ilegal, algo turbio, algo de lo que yo tenga que avergonzarme?”, dijo el comentarista a la periodista Julia Osendi.

Recordado por su presencia en los terrenos de béisbol como parte de las transmisiones de la Serie Nacional y por sus debates sobre deportes con reconocidos periodistas como los fallecidos Miguel Ángel Masjuán y Bobby Salamanca, López explicó a Cibercuba que el insuficiente retiro que cobra le ha llevado a buscarse la vida de otras maneras.

“Me avergonzaría si acosara al turismo, si pidiera limosna en la calle, si pidiera prestado, pero… ¡yo no hago nada de eso! Y tengo que mantenernos a Carmita y a mí con un pírrico salario de jubilado que no llega a los 400 pesos. Después de tantos, tantísimos años de trabajo, 52 en total, devengar 385 pesos, con el aumento recientemente establecido. ¡385 pesos! ¿Alcanza?”, agregó.

Asimismo, el comentarista deportivo lamentó el trato que ha recibido en medios de comunicación tras su salida de la Televisión Cubana.

“Te retiras y automáticamente te multiplican por cero. Pero, además, me has visto en algunos programas de invitado en la tele, de béisbol en específico, pero jamás me pagan; o sea, es gratis. Y con gratis no se vive. ¿No crees? Ni un contrato ni nada. Así que sí, cuando me encargan los chicharrones, ¡los hago!”
Share:

viernes, 24 de enero de 2020

Socialismo, la ilusión recurrente.

Por Alexis Jardines Chacón.

Agromercado; Cuba; Socialismo;

Explicaré de inmediato las dos falacias que lo sostienen.
  1. El socialismo es una familia en la que sus miembros se niegan el uno al otro con el propósito de controlar el vecindario. Podrán ser todo lo distinto entre sí que quieran, pero todos son socialistas y no hay ni un solo argumento teórico o práctico que pueda legitimar a un descendiente y excluir a los otros. Si ese vicio aún persiste como un ideal para muchos, es gracias a la inescrupulosa práctica del “borrón y cuenta nueva”. Pero, ha de llegar el día en que se tenga que responder ante la ley por la sola tentativa de implementación de esa vileza, pues los experimentos sociales de los soñadores cuestan muy caro a la prosperidad y a la libertad individual. El socialismo ha sido, de todas las teorías, la que más se ha experimentado y al costo más alto que quepa imaginar. Pero, es que incluso no llega a ser teoría, sino que es simplemente una utopía. Siendo así, cabe la pregunta: ¿por qué se sigue aceptando el argumento de que el verdadero socialismo nunca se ha implementado realmente? ¿Quién es el que decide, a fin de cuentas, qué es socialismo y qué no lo es? Nadie está dispuesto a responder a esta última pregunta, porque la ausencia de respuesta es justo la posibilidad misma de seguir intentándolo.
  2. El socialismo es la ilusión del modelo nórdico. Si la gente pierde la fe, tras esas cadenas históricas de fracasos, ellos siempre tienen a mano el “miren a Finlandia, Noruega, etc., ese es el socialismo del que estamos hablando”. Pero la verdad es que el socialismo escandinavo es tan ilusorio como la argumentación anterior. La economía de los países nórdicos es 100% capitalista. Y las políticas que en ellos se implementan no son socialistas. Al contrario, cuando intentaron potenciar la intervención del Estado en el pasado fracasaron de plano. “No hay nada socialista en las naciones nórdicas” -afirma categóricamente Daniel Lacalle, rememorando una conversación con el ministro finlandés de finanzas Petteri Orpo.
En el capitalismo, el escalón más alto de reconocimiento social lo ocupa quien más empleo genera, mientras que en el socialismo es alabado como un santo aquél que con más determinación y efectividad destruye a los creadores de empleo y, con ello, la capacidad de producir riqueza. Como es natural, se vive mejor bajo un sistema creador de riqueza que bajo uno que solo hace repartirla -desigualmente, en la aplastante mayoría de los casos históricamente conocidos- una vez que se la han expropiado o sustraído de alguna manera a los que tienen la capacidad de producirla. Y noten esto último, porque debajo de toda la falacia socialista hay una colosal distorsión, cuando no mentira.

Digámoslo con los términos que corresponden: el empleado no genera riqueza, es el empleador quien lo hace a través de la creación de empleos. Una sociedad sin capitalistas nunca será otra cosa que la distribución desigual de una riqueza, por lo general expropiada, que como tal degenera en miseria. Por eso todas -desde las comunas de R. Owen en el siglo XVIII hasta el Socialismo del Siglo XXI- conducen a la opresión y/o al desabastecimiento.

A contrapelo de esta colosal estafa llamada socialismo, puede afirmarse que todo cuanto el mundo no ha podido alcanzar en términos de libertad y progreso se ha debido a la insuficiencia de capitalismo. Porque es en él -y no en ningún otro andamio- donde va montada la democracia moderna y engastada, por demás, en una pieza que se llama libre mercado. Y si aun después de lo dicho usted sigue pensando que hay un modelo mejor de sociedad, yo le diría: OK. Pero, guárdeselo para usted mismo y no trate de involucrar a los demás en sus delirios (o en sus interpretaciones de los delirios ajenos del iluminado de turno) porque podría terminar imponiéndoselos al resto de la humanidad. O, acaso, ¿es eso lo que usted quiere? Recuerde que el capitalismo es el resultado natural del desarrollo de la sociedad. No trate de revertirlo con un simple dogma que al final solo entretiene, retrasa y generalmente destruye. Y si no entiende esto a los 18, espere llegar a sus 40, porque como bien dicen por ahí: quien no es de izquierda a los 18 no tiene corazón. Pero, quien sigue siendo de izquierda después de los 40 no tiene cerebro.
Share: