martes, 10 de marzo de 2015

¿Aquellos polvos trajeron éstos lodos? El golpe de estado de 1952.

Por Aldo Rosado-Tuero.

Sin ánimo de revivir viejos rencores, ni suscitar añejas polémicas, pero sí con el ánimo de que las nuevas generaciones -desconocedoras de nuestra historia -conozcan los hechos tal y como ocurrieron, sin tergiversaciones, ni versiones maniqueas y partidistas, sino a la luz de los innegables hechos históricos, al conmemorarse hoy el 63 aniversario del golpe de estado del 10 de marzo, traigo algunos retazos de nuestra historia, para que nuestros lectores saquen sus propias conclusiones con respecto a una tesis sostenida por muchos, en la que se afirma que la tragedia del triunfo del Castro comunista en nuestra patria, tiene su génesis en ese Golpe de Estado llevado a cabo a 51 días de una elecciones generales en que se habría de elegir al futuro presidente constitucional de nuestra república, bajo un gobierno democrático que había dado ya muestras innegables de respetar la voluntad popular y en las que Fulgencio Batista como candidato no tenía ninguna oportunidad de triunfar.

Fidel Castro era prácticamente desconocido en la política nacional y solo gracias al rompimiento del ritmo constitucional, producto del Golpe del 10 de marzo, fue que tuvo la oportunidad de hacerse conocer, gracias al asalto al cuartel Moncada, del que no voy a ahondar en este corto artículo (a quién le interese, recomiendo con entusiasmo el libro del profesor Antonio de la Cova “The Moncada Attack”), y el hecho de que se estudie el pasado de Batista, de pactos y colaboraciones con los títeres de Moscú en Cuba  y a la -no todavía esclarecido en todas sus aristas- entrevista de Fidel Castro con Batista días antes del golpe de estado; y a que ya se sabe que Fidel no fue ultimado, como se hizo con otros prisioneros, por la intervención y orden personal del propio Batista, han dado pábulo a conjeturas de todo tipo, que van hasta las de afirmar que el 10 de marzo fue el primer paso dado para lograr la comunización de Cuba.


El periódico y los líderes comunistas atacan a Eduardo Chibás y defienden calurosamente, al que califican de camarada de ideales (Periódico Hoy, edición del miércoles 13 de mayo de 1944).



Es por esto, que hoy traigo datos que parecen avalar esta tesis, debido a las pruebas incontrastables de la pasada colaboración de Batista con los anticubanos del PSP (Partido Socialista Popular), que era el partido comunista cubano afiliado a la Tercera Internacional Comunista, hasta el grado de colocar a muchos de ellos como sus Ministros de Gobierno.

Con la salvedad histórica de que Batista estuvo coqueteando con ser demócrata  y solo instauró una dictablanda,  que se puede considerar un paraíso si se le compara a la tiranía de los Castro, también es cierto que siempre se negó a propiciar una salida electoral, que hubiera desarmado a los alzados y a la oposición armada, pero tampoco se atrevió a seguir las recomendaciones de algunos de sus militares para exterminar al foco guerrillero de la Sierra Maestra,antes de que tomara la fuerza que consiguió después y que le ofreciera a los infiltrados marxistas en el Departamento de Estado de USA la oportunidad de embargar armas, municiones y aviones a su Gobierno para darle la oportunidad, u obligarlo a abandonar el poder, para que Castro y sus barbudos llenaran el vacío, y tener la excusa para reconocer ese gobierno casi de inmediato. Pero en esa misma época seguía consejos y protegía a su compadre el general Arístides Sosa de Quesada (foto a la izquierda), comunista, en cuya finca se guardaban los archivos del Partido  y quien fuera condecorado, años después por la tiranía castrista, por sus servicios al triunfo de la revolución.



Nota del Bloguista de Baracutey Cubano:

Fulgencio Batista sí buscó una salida electoral ante una insurrección armada:  En enero de 1958 Batista había restaurado después de un breve tiempo, las garantías Constitucionales en el país pese a la actividad subversiva existente. Según se lee en el libro oficialista En el último año de aquella República del autor Juan J. Abreu ( un exoficial del MININT y funcionario entonces del Departamento América del Comité Central del Partido Comunista de Cuba en esos años ochenta en que fue publicado dicho libro en Cuba, libro prologado por Carlos Rafael Rodríguez), Batista hizo ciertos cambios en su gabinete, compulsado por ciertas fuerzas políticas nacionales y extranjeras y hasta por el propio Nuncio, Monseñor Centoz, que conllevara a una nueva imagen del régimen y a una solución no violenta a la situación política del país. En ese libro se lee que Batista en marzo de 1958 le propuso al Movimiento 26 de Julio que participara como un partido político en las próximas elecciones del 1 de junio de 1958 junto a los otros partidos. Fidel Castro se negó alegando que esa proposición era una trampa de Batista. Los que hemos padecido la tiranía Castrista este medio siglo, sabemos que la verdadera razón de la negativa de Fidel era que no quería Poder, sino todo el Poder.

Esas elecciones generales eran las siguientes a las elecciones efectuadas el 1 de noviembre de 1954 en las que que triunfó Batista  de manera cómoda pero de manera ilegítima por ir al retraimiento sus rivales políticos, siendo el último en retirarse de la contienda, el último día antes de las elecciones, el ex presidente Ramón Grau San Martín, quien planteó que las autoridades practicaban el acoso y la persecución de sus partidarios; algo por lo que anteriormente habían pasado los batistianos en sus campañas políticas cuando el autenticismo estaba en el poder. Por cierto, algunos partidarios de Batista le habían aconsejado a Batista después del Golpe de Estado del 10 de Marzo de 1952, que para mostrar su espíritu democrático, convocara a elecciones por propia iniciativa; otros consejeros le habían dicho que esperara a que la Oposición le pidiera que hiciera elecciones para que no hubiera retraimiento. Batista se fue por la primera variante tan pronto como el país se normalizó después de la neutralización de las primeras conspiraciones y del asalto al Cuartel Moncada.

Los resultados de esas elecciones de 1954 fueron:

Elecciones presidenciales de Cuba de 1954

Las elecciones presidenciales de Cuba de 1954 se llevaron a cabo el 1 de noviembre de ese año (1). Fulgencio Batista fue elegido presidente de la República para el período 1955-1959.

A lo largo de 1954 hubo algunos intentos de sabotaje al proceso electoral, incluyendo un complot organizado por el ex presidente Carlos Prío Socarrás y su ex Secretario de Educación. Durante la campaña electoral, Ramón Grau mostraba una importante intención de votos, pero no la suficiente para triunfar (2).

Los abstencionistas, que en general apoyaban a Prio, los Ortodoxos y los Comunistas boicoteaban los actos de Grau, irrumpiendo en los mismos con consignas revolucionarias. Los actos de Batista, por el contrario, se desarrollaban sin disturbios (2).

El ex presidente Grau, sospechando que Batista cometería fraude, renunció a su candidatura dos días antes de los comicios. Batista fue entonces elegido presidente sin oposición. La participación se redujo a un 52,6% frente al 79,5% de las elecciones de 1948 (3).

(1)Aquel 30 de septiembre de 1954 Juventud Rebelde, 29 de noviembre de 2009.
(2) Cuba 1952-1959: The True Story of Castro's Rise to Power . Manuel Márquez-Sterling. Páginas 56-57. ISBN 978-0-615-31856-1
(3) Cuba: order and revolution. Jorge I. Domínguez. Página 124. ISBN 0-674-17925-0

En el libro ¡25448, No! Roberto Martín Pérez, de Rafael Cerrato Salas se lee:

"Batista anunció elecciones para noviembre de 1954. Se presentaron a estos comicios Batista y Grau San Martín, quien se retiró en el último momento consciente de su derrota, alegando sus partidarios habían sido aterrorizados. Batista fue elegido presidente con el 45, 1 % de los votos. Grau recibió sólo el 6, 8 %. A partir de este momento quedaba restablecida la constitución de 1940."

Tengo la opinión que fue un gran error de Batista postularse en esas elecciones celebradas el 1 de noviembre de 1954.

Batista tomó posesión, el 24 de febrero de 1955 y restableció la Constitución y otorgó amnistía a todos los prisioneros políticos y en particular a los Moncadistas, pese al voto en contra en la Cámara Baja del excuñado y ex amigo cercano de Fidel Castro, el Dr. Rafael Díaz-Balart y en la Cámara Alta o Senado, del voto en contra del Senador Santiago Rey Pernas.

Pero volvamos a las elecciones del 1 de junio de 1958. Para evitar que esas elecciones se efectuaran, el Movimiento 26 de Julio, incrementó sus sabotajes y asesinatos; el régimen respondió con sus sangrientas represalias; esto trajo como consecuencia la suspensión en marzo de 1958 de las garantías Constitucionales y el aplazamiento de las elecciones. Las indicaciones para ese incremento de las acciones por parte del M-26-7 están dadas por Fidel Castro en su Manifiesto del Movimiento 26 de Julio Al Pueblo, del 12 de marzo de 1958, el cual también está firmado por Faustino Pérez. Por cierto, Fidel en ese manifiesto llama a la huelga de abril y años después le echa la culpa a otros de haber llamado a la misma sin darse las condiciones ...

Fidel Castro en dicho manifiesto plantea que todas las fuerzas obreras y estudiantiles de la isla fueran a una huelga general, que sería apoyada militarmente por el Ejército Rebelde.

Este manifiesto prohibia los viajes de cualquier tipo en la provincia de Oriente desde el 1 de abril, y anunció que los rebeldes abrirían fuego sin advertencia previa a cualquier vehículo que violara esa disposición. Asimismo, decretó que todos los pagos al gobierno debían de cesar, y que quien hiciera los pagos al gobierno, incluido los impuestos o tasas, sería considerado un traidor antipatriota y culpable de un acto contrarrevolucionario. A los que que trabajaran en el gobierno en los puestos administrativos o en los tribunales se les ordenó a renunciar. A los militares se les advirtió que serían juzgados como criminales, a menos que desertaran o se unieran al Ejército Rebelde. El manifiesto terminaba pidiendo que la gente diera su apoyo a la campaña de exterminiar a todos aquellos que sirvieran a la tiranía con las armas, declarando que a partir del 5 de abril comenzaría una guerra total y que tendrían la necesidad de aniquilarlos a donde quiera que estuvieran, como los peores enemigos de la libertad y la felicidad.

La académica Uva de Aragón  escribe en su ensayo Fusilamientos de la reputación: la política republicana. Carlos Márquez Sterling y las elecciones de 1958:

"Carlos Márquez Sterling fue el principal candidato presidencial de la oposición contra el candidato oficialista, Andrés Rivero Agüero. Uno de sus lemas de campaña fue «Ni con botas ni con balas, con votos». Ofreció una amnistía general a los revolucionarios, garantías para que depusieran las armas y se organizaran políticamente, y convocar a elecciones generales en dos años, no cuatro como estaba previsto en la Constitución que durara su mandato de ganar en las urnas. No aspiraría en dichos comicios. Buscaba facilitar un gobierno de transición. Muchos fueron los «mensajes» que recibiera de los revolucionarios y de Castro personalmente durante la campaña política. Me limito a narrar dos. El primero fue el intento de apuñalearlo, el 2 de febrero de 1955, durante la irrupción en los salones de la Artística Gallega de miembros del 26 de Julio cuando se celebraba la Asamblea del Partido de Pueblo Libre y la proclamación de su candidatura a los comicios. El otro ejemplo es el mensaje que Castro envía a Márquez Sterling de que se retire de los comicios, apoye la Revolución y él lo nombrará Presidente cuando triunfe. Márquez Sterling le contesta que así no desea llegar a la Presidencia, y que Castro lo que debe hacer es recomendarle a la ciudadanía que vote en vez de amenazarla.

El argumento esgrimido contra las elecciones es que le «hacían el juego a Batista». O sea, que ayudarían a legitimar la dictadura. Márquez Sterling aseguraba, por el contrario, que un fraude no se produciría con una votación en masa y en caso de haberlo en tales circunstancias, confirmaría la falta de buena voluntad del régimen y surgirían «diez Sierras Maestras». Su fe en que Batista respetaría las urnas no era infundada. Se basaba, en primer lugar, en conversaciones con el entonces primer ministro Jorge García Montes, durante las cuales el alto funcionario se comprometió, en nombre de Batista, a que se acataría el resultado de las urnas, mientras que Márquez Sterling daba su palabra de que el Partido del Pueblo Libre no conspiraría contra el gobierno. Existía también el precedente de que Batista había llevado a cabo unas elecciones honestas en 1944 y transferido la presidencia a Ramón Grau San Martín, del Partido Auténtico. La lógica, además, hacía pensar que Batista comprendería la imposibilidad de mantenerse en el poder a la fuerza, y que aceptar la derrota de su partido en los comicios le ofrecía una salida sin sangre al país.

Sin embargo, como había predicho Márquez Sterling, la participación en los comicios se vio menguada por el acoso violento, lo cual facilitó el fraude electoral y la guerra civil cobró mayor auge tras el fracaso electoral."
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