Por Steve Maikel Pardo Valdes.
Así viven muchas familias cubanas, en medio de la miseria y la decadencia que trae el comunismo y el proyecto del "hombre nuevo".
Esta es la vivienda, por llamarle de alguna manera, de Geima Meriño Hernandez, de 28 años y vecina de calle 204 No. 37010 e/ 403 y 405, reparto El Rancho, Santiago de las Vegas. Boyeros. La Habana.
Madre soltera de 4 hijos, niños de 8, 6, 4 años y un bebe de 6 meses de nacido, debe cuidar además a su madre de 82 años, jubilada.
No recibe ayuda de los servicios sociales, ha pedido en innumerables ocasiones el conocido subsidio para comprar materiales y arreglar su vivienda. Hasta hoy solo ha recibido negativas y, como decimos los cubanos peloteo, solicitudes perdidas en los vericuetos de la burocracia.
Mientras, esa familia continúa con el techo que amenaza caer sobre sus cabezas y en medio de la miseria, esta mujer cubana arrastrando la vergũenza y la impotencia de no poder dar a sus hijos una vida digna ni una vivienda decorosa con las comodidades que toda madre desea para sus hijos.
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