domingo, 18 de noviembre de 2018

Entrevista a Don Fernando Ortiz en La Habana.

Según Don Fernando Ortiz, transculturación es el vocablo más apropiado para denominar el complejo fenómeno del contacto intercultural. Foto tomada de La Jiribilla

La entrevista a continuación ocurre en el éter virtual de la cuarta dimensión, una tajada de tiempo y espacio real. Nos reservamos el modo de transporte por razones obvias. Nuestro corresponsal de tumiamiblog ha viajado en el tiempo con destino a 1946, siglo XX, a la casa de Don Fernando Ortiz en La Habana.

La entrevista cumple con solo una regla temporal e inamovible: el corresponsal no puede mezclar conceptos del siglo XXI con los del presente de Ortiz. El corresponsal ha de compartir el Weltanschauung del entrevistado. Por último, todo lo dicho por Ortiz aquí está tomado de "El engaño de las razas" (1946), excepto cuando la extemporaneidad de la conversación ofrece un color necesario a la entrevista.

Tumiamiblog: Dr. Ortiz, muchísimas gracias por concedernos esta oportunidad de conversar con Ud.

Fernando Ortiz: No hay de qué, el placer es mío.

TMB: Deseamos hacerle algunas preguntas a propósito de la publicación de su último libro El engaño de las razas.

FOr: Con mucho gusto. Pasemos por favor a la biblioteca. Allí estaremos más cómodos.

TMB: Dr. Ortiz, en el prólogo Ud. señala: "Hasta hace pocos lustros no han sido estudiadas las llamadas razas con rigor científico". (p. 30) ¿Qué puede decir al respecto?

FOr: En efecto, este libro de que habla se propone contribuir a esclarecer las ideas y las conciencias acerca de las razas, exponiendo las conclusiones de la ciencia más contemporánea. (Ídem)

TMB: ¿Dónde quedan libros anteriores suyos sobre la raza como Los negros brujos y Los negros esclavos? ¿No fue aquel un trabajo científico?

FOr: Lo era ... pero eran diculpables y hasta cierto punto algunos muy comunes errores de prejuicio. Pero ya  hoy no pueden sostenerse los viejos tratos depresivos, so pretexto de insultantes distinciones raciales. (Ídem). Vea, la voz raza es discriminatoria por sí. No puede hablarse de razas sino para clasificarlas por sus valores. Ya hemos dicho quela raza es esencialmente un criterio de clasificación. (p. 57).

TMB: ¿Y qué hay de problemático en ello? Su disputa presente al argumento racial puede verse como otra forma de clasificación ¿no es así?

FOr: Esto no es un juego retórico, amigo. Si ha leído el capítulo 2 de mi libro habrá visto mi análisis biológico.

TMB: Lo conozco. El capítulo 2 analiza la raza desde lo somático.

FOr: Entonces se da cuenta Ud. que el concepto de raza carece de definición exacta, el término refiere a la subespecie, un mero concepto de clasificación y agrupamiento (p. 61). Así decimos raza humana, especie humana, y género humano, cada uno en un sentido demasiado amplio. (Ídem)

TMB: Dr. Ortiz, si me permite, le recuerdo que el concepto de subespecie tiene sentido, taxonomicamente hablando. El término "subespecie" indicaría variaciones morfológicas dentro de la misma especie humana. La taxonomía no debe, mejor dicho, no puede ser exacta puesto que es inductiva. El método es de "ensayo y error". Por ejemplo, entre los elefantes africanos hay dos subespecies: el de la selva (loxodonta africana cyclotis) y el de la savana (loxodonta africana africana). Se sabe que la taxonomía no es una disciplina nomológica, sino aproximativa, basada en ensayo y error. 

FOr: Todo eso está bien... pero verá Ud., nosotros los antropólogos no nos hemos puesto de acuerdo en cuanto a los caracteres corporales. Hay infinidad de caracteres de diversas índoles más o menos ostensibles, de ahí que sean numerosísimas las clafisicaciones opuestas. Se ha escrito un libro en tres volúmenes para estudiar una clasificación de las clasificaciones de los tipos humanos. (p. 63).

TMB: ¿No cree que debiera establecer una distinción entre clasificación e imprecisión? En honor a su punto, estamos hablando de imprecisión, ¿no? su crítica no debe ser contra la clasificación per se, sino contra lo impreciso de la misma.

FOr: Ejem, verá... no estoy diciendo que los caracteres de los invidivuos humanos dejen de ser comparables... pero habrá que convenir que la división por razas será cuando más un mero problema taxonómico de zoología y que ella será siempre de índole arbitraria. (p. 64)

TMB: ¿Y en qué consiste lo arbitrario de la clasificación?

FOr: Un solo carácter anatómico es fácil, pero debiéndose tener en cuenta los inevitables tipos intermedios, que se confunden y demuestran indefectiblemente la relatividad de una tal clasificación, entonces una división carece de sentido más allá de una simple nomenclatura convencional, impuesta por una caprichosa y más o menos útil metodología. (p. 63).

TMB: ¿Conoce Ud. al filósofo alemán Karl Popper?

FOr: No creo,

TMB: En el año 1934 Popper publicó La lógica de la investigación científica, libro que ha tenido mucho impacto en la filosofía de la ciencia en los últimos años. Popper ha lanzado la idea de "falsabilidad" que ha tenido muy buena rercepción. La ciencia no debe -ni puede- confirmar definitivamente una hipótesis. Si aplicamos la falsabilidad al fenómeno de la raza, tenemos que ni la propuesta de que existen razas, ni su negación, parecieran ser completamente demostrables. No habría un argumento definitivo ni a favor ni en contra. Algo así como decir en lógica: "ausencia de prueba no implica prueba de ausencia".

FOr: Pero bueno, ¿qué punto defiende Ud. al fin y al cabo? No me ha dicho. Andamos discutiendo y no sé que discute Ud.

TMB: Ejem, creo que estoy presentándole un contrargumento a su tesis en El engaño de las razas.

FOr: ¿Y cuál es?

TMB: Que no hay tal engaño.

FOr: Vaya asunto. ¿Le importa que interrumpamos la discusión para fumarme un puro?

TMB: Por supuesto que no. Y le acompaño. Fumar con Ud. es un honor.

FOr: Prosigamos. ¿Leyó el capítulo 3?

TMB: El análisis de las variedades de los caracteres somáticos... muy detallado.

FOr: En efecto. Comienzo por decir que es absurdo aplicar a seres humanos el principio de identidad. En la naturaleza todo es variedad. Nunca hay dos cosas idénticas en la realidad. Todos los individuos son varios. Cada individuo es único porque sus caracteres no son iguales a los de ningún otro sujeto.  No hay identidad de una A contra A en el decursar del tiempo. Estos infinitos "casis" constituyen la casuística natural. Casi es un caso. Es decir la individualidad. (p. 116)

TMB: "Casi es un caso"... ¡bravo! Dr. Ortiz, no sabe cómo he disfrutado ese veredicto. Disfruto mucho sus momentos literarios. 

FOr: Gracias ... entonces parece que lo voy convenciendo.

TMB: Prosiga por favor.

FOr: Trato de analizar la variedad dentro de lo somático. Cuando los antropólogos clasificamos los seres humanos así para reunirlos o separarlos entre sí, lo hacemos considerando un conjunto convencional de caracteres. He citado al notable químico Joseph Needham, diciendo que el universo "no es sino una seriación de complejidades, desde el nivel subatómico hasta el órgano, el organismo y las entidades sociales". Traigo a Theodosius Dobzhansky, quien ha dicho que "los individuos de una misma raza pueden diferir entre sí por más caracteres genéticos que los de razas distintas". (p. 125) Presento a Jean Baptiste Lamarck, quien declara que la naturaleza solo hace individuos que luego se agrupan en razas. (p. 119)

TMB: Muy acertado citar a Dobzhansky desde la biología evolucionaria.

FOr: Gracias,

TMB: Recientemente Ashley Montagu ha debatido mucho este punto que Ud. trae con Dobzhansky. Para Montagu el concepto de raza sigue siendo útil.

FOr: (Sonriendo) Entonces ¿Ud. es Montagu y yo soy Dobzhansky?

TMB: (Sonriendo) Creo que preferiría ser yo mismo. Pero le entiendo, Ud. y Dobzhansky comparten la misma posición que pudiéramos llamar eliminismo, o lo que es lo mismo: NO HAY RAZAS.

FOr: Coincido, soy eliminista profeso. ¿Y usted?

TMB: Si me permite, quisiera volver a la idea de "clasificación" tan importante en su argumento.

Ud. cita Biochemistry and Parthenogenesis (p. 412) de Needham en su bibliografía, pero no sé si ha revisado que Needham usa el término "raza" 15 veces en su libro y en ningún momento la pone en tela de juicio, por el contrario, la utiliza como categoría científica. Por otra parte, Lamarck, quien no tiene acceso aún a la genética de Mendel, busca garantizar la posibilidad de herencia de caracteres adquiridos. Proyecto harto clasificatorio. De ahí el famoso ejemplo de cómo la jirafa desarrolla un cuello largo en su Filosofía zoológica, cuya conclusión estipula "ir de lo general a lo particular". En la construcción de su argumento, Ud. enfatiza lo particular y desecha lo general. Admito que existen individuos, pero comprenda que no hay individuos como tal in vacuo. Si tenemos un individuo, ya tenemos una especie.

FOr: ¡No, amigo, no desecho lo general! Mi punto es que la raza no es lo suficientemente general, o lo que es lo mismo, que se pierde en lo general.

TMB: Pero ahí está el problema. Lo general no tiene que ser "absolutamente" general, pues entonces dejaría de ser general. ¿No dijo Ud. anteriormente que no hay identidad en el decursar del tiempo?

FOr: En efecto,

TMB: Me permito tomarle como ejemplo: Para Ud. decir que no es el mismo Ortiz, debe aceptar que es el mismo Ortiz.

FOr: ¡Santo Dios!

TMB: La identidad no puede ser solo una; le hablo en serio.

FOr: (Se baja los lentes a la punta de la nariz) Prosiga, le escucho.

TMB: Es cierto, hay una parte de la identidad del individuo Ortiz que cambia con el tiempo; el de ahora no es igual que el de, pongamos, hace 20 años. Pero para identificar dicho cambio, debe haber otro aspecto de la identidad que sea independiente del tiempo. Si todo está cambiando todo el tiempo no se puede jamás ser uno mismo. A la identidad que cambie le llamaremos "cualidad", y la que no cambie llamaremos "número".   

FOr: Simplifique este galimatías por favor ... ya me suda la frente.

TMB: Ud. y yo somos distintos sin duda en cuanto a número, no así en cuanto a cualidad. El Ortiz cualitativo es muy similar a mi en muchos respectos: respira, come, bebe, ríe, tiene amigos, gusta de la buena lectura, de la buena comida, del contrapunto del buen tabaco y con el buen ron.

FOr: Jajaja, ¿ha leído mi Contrapunteo?

TMB: Gran libro... mi favorito hasta ahora.

FOr: Bueno, ahora deseo terminar mi punto sin que me interrumpa.

TMB: Disculpe,

FOr: Está claro que como agrupación específica la raza nunca será totalmente homogénea. (p. 122) ¿Está de acuerdo conmigo?

TMB: Sí.

FOr:  El concepto de raza se escapa a medida que se quiere extender en su definición desde el individuo prototípico a todos los demás de su gente. (p. 123) ¿Está de acuerdo?

TMB: Sí.

FOr: Por favor... entonces ¿qué estamos discutiendo amigo?

TMB: Su insistencia en el individuo como definición y -a la vez- como refutación de lo general. Con todo respeto, ¿no ve la tensión lógica y taxonómica? Hablemos de complejidad, que es un tema constante en su libro. ¿Acepta Ud. la complejidad?

FOr: Por supuesto.

TMB: Bien. La complejidad existe como jerarquía, pero también (y esto es importante) como diferencia. No puede haber variedad conceptualmente hablando, sin uniformidad. No hay caos sin orden, o generalidad sin particularidad. El individuo no está jamás en posición de contradecir la especie, ya que todo individuo para serlo deberá pertenecer a una especie primero. No se nace en el vacío.

FOr: Ud. no acaba de comprender mi punto y se pierde en detalles metafísicos. Estamos tratando la raza: un asunto concreto, real, y muy trascendente para el mundo en que vivimos. Insisto como antropólogo --y aquí le pido confianza en mi profesión.

TMB: Por supuesto Dr. Ortiz.

FOr: Escúcheme: Los agrupamientos raciales hechos en relación a tal o cual distinción anatómica nunca corresponden totalmente con ninguno de los demás agrupamientos análogos, derivados de cualquier tipificación somática. La inclusión de un individuo en una llamada raza no significa que aquel tenga todos los caracteres definidores de tal raza y por tanto difiera totalmente de cualquier otro individuo de raza distinta. (p. 125)

TMB: Me parece bien.

FOr: ¿Entonces?

TMB: Dr. Ortiz, ¿se da cuenta que ha usado "totalmente" dos veces? La salvedad, es la propia auto-corrección en su discurso, que es lo suficientemente honesto para atenuar una contradicción básica en su argumento.

FOr: ¿Y cuál es la contradicción?

TMB: Que para establecer la validez o no validez de la hipótesis de la raza no tenemos, ni que hacer corresponder "totalmente" ni hacer diferir "totalmente". Que la raza no sea un concepto antropológicamente exacto, que aún existan imprecisiones taxonómicas, o que extremistas nazis la hayan utilizado como un pretexto para el exterminio, no resulta suficiente para descartar su viabilidad y utilidad teórica. En nombre de la religión han muerto mucha gente y sin embargo aún consideramos la teología como disciplina viable y útil. Dr. Ortiz, he venido de muy lejos y le agradezco mucho su tiempo.

FOr: Está bien, termine su idea de una vez...

TMB: Con todo respeto: Su discurso del engaño de la raza se muerde la cola.

(Ahora Don Ortiz respira profundo y se incorpora un tanto mientras esboza una sonrisa maliciosa, mirando fijamente al corresponsal por encima de los espejuelos).

FOr: ¿Sabe? Necesito un cafecito. Y después un un puro.

TMB: ¡Excelente idea! Le acompaño.

FOr: (Ambos toman asiento en la biblioteca) Dijo Ud. algo sobre mi discurso y me interesa conocer el desenlace. No tenga pena... de ofenderme. Valoro la discusión mientras sea respetuosa.

TMB: Gracias, Dr. Ortiz. En el capítulo 4. Ud. escribe: "Debemos precisar el contepto moderno de la herencia en el sentido de que si la herencia significa transmisión, esta no se hace toda ella de manera ostensible ... a veces se verifica a escondidas, como si la herencia quisiera esconderse debajo de la externidad de algunos de sus caracteres engañosos" (pag. 162) ¿Qué quiere decir con esto?

FOr: El asunto de la raza está en la herencia, ¿comprende? De ahí sale una idea defectuosa. Lo que sucede es que el patrimonio somático es tan rico en variedades que su herencia parece transmitirse como la de un ricacho, cual si sus caudales estuvieran distribuidos en inversiones visibles y ostentosas como las haciendas, los palacios, los esclavos y los blasones, signos del poderío; mientras que otras permanecen ocultas, inactivas, sin empleo, solo en potencia, como tesores enterrados. (pag. 162)

TMB: Pero el trabajo combinatorio de los genes no responde a racismo alguno... ¿qué sentido tiene evaluar los alelos como "ricachos" o "engañosos"?

FOr: Estoy apuntando al problema racial implícito en la herencia, no en la genética. Además el lector debe entender que hablo metafóricamente.

TMB: Pero eso no queda claro, Dr. Ortiz. ¿Qué se gana con normativizar lo genético?

FOr: ¿No es eso precisamente lo que hicieron los racistas nazis?

TMB: Luego, no es el mejor ejemplo a seguir.

FOr: Por favor, no me interrumpa. Decía que no hay seres blancos ni negros ... la herencia no es totalitaria en sus procedimientos. (p. 160) Un individuo puede parecer puro, unirse a otros también aparentemente puros y reproducir su tipo corriente como manifiesta pureza, y sin embargo llevar oculta la impureza en su acervo genético, mediante un cúmulo de genes recesivos, escondidos en acecho. (p. 161)

TMB: Estamos de acuerdo que no hay nada totalitario en la ciencia. Pero debemos explicar el por qué. El concepto de "dominante" y "recesivo" son, desde Mendel, relativos en cuanto a su aparición. ¿Por qué? Por que la combinación genética es probabilística. Y en lo probabilístico no hay nada pre-escrito a no ser la probabilidad misma.

FOr: No tengo nada que objetar.

TMB: Decimos que un alelo "AA", "aa" o "Aa" es dominante en un fenotipo dado si se encuentra, 1º- en dosis doble, habiendo recibido una copia de cada padre (combinación homocigótica) o, 2º- como en dosis simple, en la cual uno solo de los padres aportó el alelo dominante. Aquí no hay nada bueno o malo. Es y ya.

FOr: Es un truismo...

TMB: Entonces no hay alelo dominante "puro" ni recesivo "impuro"...

FOr: De nuevo, me valgo de la metáfora.

TMB: Pero Ud. es antropólogo. La antropología es una ciencia.

FOr: Voy comprendiendo tu estilo de discusión.

TMB: Disculpe si parezco obstinado.

FOr: Nada de disculpas. Repito con Sócrates en el "Critón" que lo único que importa es la verdad. Dígame... ¿qué es la discriminación racial sino precisamente llamar a lo blanco puro y lo negro impuro?

TMB: Y la genética nada tiene que ver con eso. No confundamos el descubrimiento científico con lo que nosotros los humanos hacemos con él. La fisión nuclear nada tiene nada que ver con la bomba atómica.

FOr: (Respirando profundo) Amigo mío... se ve que Ud. no es antropólogo. En países como el nuestro, donde las discriminaciones racio-sociales son a veces harto penosas, este nuevo concepto de la recesividad genética puede agravar el peso de los prejuicios. (pag. 165) La raza se define por la agrupación de individuos con caracteres somáticos similares, fijos y hereditarios. Si no hay herencia no hay raza. (pag. 163)

TMB: ¿Qué quiere decir "íntegramente"?

FOr: Lo que quiero decir es que en toda herencia hay coherencia y disherencia (o diferencia). (pag 164).

TMB: ¡El Ortiz literario!

FOr: (Sonriendo) Vaya, por fin me anoto una. (Ortiz se deja caer en el sillón) Sabe... le voy a pedir que posterguemos nuestro encuentro hasta mañana, tengo un par de cosas que atender. ¿Le parece sobre las 10 de la mañana?

TMB: Por supuesto. Nos vemos mañana a las 10 de la mañana. Muchas gracias.

FOr: He disfrutado nuestra polémica.

TMB: Yo igualmente, Dr. Ortiz.

FOr: Pasemos a la biblioteca por favor.

TMB: Gracias. Quisiera que comenzara Ud. esta vez. Tome el aspecto que desee.

FOr: Creo que comentábamos la genética. Aquí hay puntos encontrados. Por ejemplo, los defensores racialistas desde la biología no le prestan la atención debida al fenómeno de la variabilidad. Y yo creo que este tema es muy importante para desmentir el racismo. (pag. 148)

TMB: Le aclaro que racismo y racialismo son cosas muy distintas.

FOr: Se dice eso, pero no ignore que hay un nexo que los une: ambos creen en las razas.

TMB: ... por razones muy distintas. El racista es asume que su raza es superior; el racialista solo defiende la suya -y por tanto la de los demás. Hay una tercera vía: el "constructivismo racial". Estipula que incluso si no hubiera raza biológica, la clasificaciòn racial aún puede tener sentido como hecho socio-cultural y geográfico.

FOr: Amigo mío, la cultura es mucho más que el color de la piel. Y eso es lo que cuenta para el ignorante.

TMB: En efecto, pero más que color, "raza" todavía refiere a una agrupación de individuos unidos por un grupo de variables sociales, geográficas y culturales.

FOr: Nada de eso es esencial... no sale de adentro... de lo biológico, es meramente externo.

TMB: Todo lo que necesita el constructivista es que dichas propiedades tengan un sentido epistemológico.

FOr: ¿Cuál será el argumento racialista que no acuse racismo alguno? Ir a su raza y defenderla es una manera de darle importancia, ¿no? (Capítulo IX titulado La jerarquía de las razas"). No entiendo como puede defenderse un concepto que no tiene una base biológica. Si lo primero es arbitrario esto lo es mucho más. Por ello tomo la definición de Ernest Hutton que alude a caracteres somáticos distintivos no adaptativos. Lo que busca el racista es que los caracteres no sufran variaciones... pues si fuesen variables una vez heredados... podrían variar y adaptarse a las condiciones ambientales. (p. 137) Y siendo variables...

TMB: ... la raza desaparece.

FOr: Exactamente.

TMB: He consultado a Hutton, en particular Up From the Ape,  libro que Ud. cita en su bibliografía (p. 408). En la parte VI, página 663, Hutton defiende la clasificación hereditaria. Explica: "La mejora de los caracteres hereditarios solo se consigue a través de selección genética". No es precisamente lo que diría un estudioso eliminista como Ud.

FOr: Ejem... Hutton y yo discrepamos precisamente en que él toma caracteres somáticos distintivos no adaptativos. Yo hago lo contrario. Lo he dicho: "Todo varía y por tanto la raza desaparece. La herencia es un fenómeno complejísimo, y nunca es simple repetición. Dos cuerpos conyugados no dan a los descendientes el aporte de sus caracteres". (p. 142)

TMB: Habla Ud. de fenotipo.

FOr: ... y de genotipo.

TMB: Pero el genotipo es por definición heredable, no así el fenotipo. No pueden tratarse ambos de la misma manera. El genotipo es una categoría más básica -científicamente hablando- que el segundo.

FOr: Sí, pero esa herencia, véase como se vea, es complejísima. (p. 143)

TMB: Dr. Ortiz, la complejidad del genotipo no está en tela de juicio. Lo que estamos discutiendo es el significado del aporte de caracteres. ¿Acaso sugiere Ud. que la complejidad disminuye la posibilidad de herencia?

FOr: Que hayan semejanzas en tal o mas cual rasgo dado por genes de la misma índole o disparidad somática entre individuos aunque sean engendrados por los mismos padres no implica que los genes son fideicomisarios de la herencia biológica, es decir que ese depósito tienen que traspasarlo necesariamente a los hijos. Nuestros padres no nos transmiten los caracteres, sino sus determinantes: o sea sus genes. (pag. 154)

TMB: De acuerdo, y esto indicaría que el genotipo es más básico que el fenotipo.

FOr: Ud quiere defender la herencia a toda costa.

TMB: Se equivoca. Defiendo el aporte científico de la genética hereditaria. Es una disciplina que va creciendo. No hay disciplina que exista sin que resuelva problemas específicos.

FOr: Ud. tiene demasiada fe en la ciencia. Me permito ser un poco más escéptico. De nuevo, traigamos el ejemplo nazi.

TMB: Los nazis coartaron la biología y la convirtieron en seudo-ciencia. Pero se paga un precio. Toda ciencia que sea obligada a rendir resultados pre-escritos deja automáticamente de ser ciencia. 

FOr: (Interrumpiendo) ¿Qué le parecen un cafecito y un puro... como se ha dicho: "disfrutemos el placer, que luego termina".

TMB: ¡Una gran idea!

FOr: No es mía es de Epicuro.

TMB: ¿En dónde?

FOR: De rerum natura. Vayamos a otro punto ahora. Hablemos del mestizaje. ¿Se considera Ud. mestizo?

TMB: Sí, muchos ancestros de muchas partes. ¿Y Ud.?

FOr: Por supuesto. Lo dejo en mi libro cuando traigo a H. S. Jennings quien dice: "Cada criatura tiene numerosas herencias posibles y que el ser humano es el que tiene mayor número de ellas". (pág. 150). Cito a Jean Rostand: "Cada individuo tiene una originalidad de nacimiento, su unicidad de fábrica" y su refutación a la repetición cromosómica cuando dice "pobre artesano el azar que ni siquiera puede hacer dos veces la misma persona". (pág. 151) 

TMB: "Cada criatura tiene numerosas herencias posibles"... ¿no le parece que Jennings pone su conclusión sobre la herencia en tela de juicio? Mestizaje y herencia no se contradicen. De acuerdo a Jennings en Prometheus & the Advancement of Man: "La humanidad, tal como la encontramos hoy en día, presenta diferencias entre individuos, y particularmente las grandes diferencias son mucho más frecuentemente el resultado de diferencias originales de constitución germinal". Rostand tampoco rechaza la idea de la herencia. Dr. Ortiz, la mayoría de los estudiosos que Ud. cita defiende la genética hereditaria. Genética es probabilidad y estadística. De la variación que Ud. tanto apoya salen también prototipos.

FOr: Mi posición es que el prototipo estadístico es básicamente un resultado arbitrario. (pág. 131)

TMB: ¿Por qué?

FOr: No hay tipo real, se trata de una abstracción que solo se diferencia de la vulgar tipificación de la raza por su elaboración matemática. (pág. 132) Julius Evola ha dicho que es "una sustancia elástica que puede ser deformada dentro de ciertos límites y más allá de los cuales se rompe". (pág. 133)

TMB: No veo cómo puede citar a Evola como defensor de su tesis.

FOr: Explíquese...

TMB: Evola es un racialista redomado. La diferencia es que su prototipo racial no es biológico en lo absoluto. El destino racial de Evola es la élite aristocrática del espíritu.

FOr: Un camino equivocado... sin embargo Evola ha sido una lectura obligada para mi profesión.

TMB: No lo dudo. Acaso su mejor aliado, Theodosius Dobzhansky, es precisamente un geneticista estadístico. Ud. cita el conocido estudio de Dobhanzky de la drosophila pseudo oscura (pág. 167) como modelo para avanzar su punto de que no hay población genéticamente uniforme.

FOr: Ciertamente...

TMB: Pero como resultado de dicho estudio, Dobzhansky ha elaborado se teoría llamada "selección equilibradora" que destaca la posibilidad de que la selección natural favorezca la presencia de diferentes alelos de manera balanceada a partir del favorecimiento de heterocigotos. La teoría claramente defiende un prototipo estadístico abstracto que Ud., sin embargo, no acepta.

FOr: ¿Se da cuenta que no tengo que aceptar todo lo que dice Dobzhansky? Mi punto es que las diferencias de los genes no son solo cuantitativas, sino cualitativas (Ídem).

TMB: Dr. Ortiz, la genética no favorece lo cuantitativo sobre lo cualitativo. Mucho de lo que hemos discutido hasta ahora concierne parejas de categorías, por ejemplo: uniformidad y variedad, cantidad y cualidad, dominante y recesivo. En su rechazo a la herencia, Ud. por lo general cae en la trampa de favorecer una categoría sobre otra.

FOr: ¿Por qué una trampa?

TMB: Porque ni la genética ni la estadística favorecen -a priori- una categoría sobre otra. En la ciencia no existen favoritos; existen métodos. Y el investigador usa el método que más aplica al caso en cuestión. Tome el principio de eficiencia de Pareto en economía. La fórmula es una abstracción pero corresponde a la realidad. Por ejemplo, en general se observa que hay un número reducido de individuos, aproximadamente el 20% que -necesariamente- son mas exitosos -o productivos- que el 80% restante. Ocurre consistentemente a través de toda la actividad económica. ¿Acaso es esto discriminación numérica?

FOr: Pero dígame, ¿cree Ud. que la raza tiene una raíz biológica?

TMB: Estamos a mediados del siglo XX nuestros estudios genéticos están en la infancia.

FOr: Esa respuesta es maniquea y perdone mi franqueza.

TMB: Es una respuesta pragmática. ¿Ha leído al filósofo de la ciencia Carl Hempel? El libro Estudios sobre la lógica de la confirmación de 1943 tiene mucho que ver con lo que estamos hablando. El potencial epistemológico de una disciplina no puede darse por sentado solo en el presente. En el año 1915 cuando Einstein presenta su teoría de la relatividad general, se pensaba que habíamos llegado al fin de un ciclo que empezara con la mecánica de Newton. Pero quedaban aún problemas insolubles en el horizonte. Diez años después hace su entrada triunfal la física cuántica, que es mejor que la teoría de la relatividad describir los procesos en el micromundo. A lo que voy: para defender la raza no es necesario apelar a la biología.

FOr: ¡Vaya a saber! ¿Es Ud. seguidor de Vasconcelos o Ludwig Clauss?

TMB: Dr. Ortiz, tengos los pies en la tierra. La idea de la raza puede fungir otro propósito muy distinto al que hemos discutido hasta ahora.

FOr: ¿Y cuál es?

TMB: Una combinación de origen común, lenguaje, geografía, costumbres, con vistas a reservas del futuro. ¿Ha leído a W. E. B. Du Bois?

FOr: El sociólogo negro estadounidense, hace años.

TMB: Du Bois defiende la racialidad negra con argumentos persuasivos. Comienza así:
Somos negros, miembros de una vasta raza histórica que desde los albores de la creación ha dormido, pero medio despertando en los oscuros bosques de su patria africana. Somos los primeros frutos de esta nueva nación, el precursor de ese mañana negro.
FOr: Digna prosa. Pásemelo por favor.

TMB: Aquí tiene un ejemplar ... está en inglés.

FOr: Leo el inglés perfectamente, gracias.

TMB: (Después de una pausa) Dr. Ortiz... ahora debo marcharme...

FOr: Así de súbito. ¿Y cuál es la conclusión de nuestra polémica?

TMB: Como en el Protágoras de Platón, no hay vencedores. No he venido aquí de tan lejos para ganar. Mi único deseo era conocer al maestro.

FOr: Generoso de su parte. En lo que me toca ha sido un verdadero placer.

TMB: ¿Un abrazo?

FOr: Por supuesto... (ambos se despiden con un abrazo).
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