martes, 12 de enero de 2010

La falta de divisas en Cuba.

Por Jesús Marzo Fernández.

Las recientes declaraciones del Ministro de Economía de Cuba Marino Murillo Jorge ("el problema más apremiante que tiene la economía cubana es la falta de divisas"), es la forma más engañosa y ladina de reflejar la grave situación que está atravesando la economía cubana.

Se recomienda como solución al desastre, “incrementar las exportaciones y la sustitución de importaciones”; al parecer la  falta de divisas es la causa fundamental de la debacle económica. Lo que no se atreve a decir es que la falta de divisas no es causa, sino efecto del fracaso económico del sistema social de producción, agudizado en estos tres últimos anos (periodo de Raúl).

¿Qué factores han determinado el colapso de la economía cubana? Muy sencillo: un país que no produce no puede generar divisas. Un país agrícola que tiene que importar el 85 % de lo que consume, tiene que destinar a la importación de alimentos casi el 50% de lo que ingresa.  Una política de supervivencia, deteriorándose por día y, lo más peligroso, sin posibilidades de solución.

¿Qué ha pasado con los fondos exportables cubanos? La industria azucarera, totalmente desarticulada, tiene niveles de producción del orden del millón de toneladas; nivel similar al año 1902, cuando en Cuba la población no llegaba a 3 millones de habitantes. La exportación de cítricos se ha afectado en los últimos tres años en un 50%. Las exportaciones de langosta y camarones se han reducido en los últimos 2 años en un 18%. La producción de tabaco en rama, que en el 2006 alcanzó 55 mil t., en el 2009 solo llegó a 34 mil t. Los precios del níquel, entre el 2006 y el 2009 han bajado casi un 50%.

El propio gobierno reconoce que el turismo creció en el 2009 un 3,3% y los ingresos disminuyeron en 150 millones, debido a la oferta de “paquetes más económicos”. El café desapareció como fondo exportable. La producción de bebidas alcohólicas para la exportación (Havana Club) está en vías de desaparición; si no hay zafra, no hay azúcar; si no hay azúcar no hay mieles; si no hay mieles no hay alcohol; si no hay alcohol desaparece el ron. Pasa lo mismo con la ganadería: si no hay caña, no hay cogollos para los animales, tampoco hay mieles, ni levadura torula. El efecto dominó, y como dice el famoso proverbio chino: “Cuando los animales no comen el pueblo tampoco”.

Las famosas exportaciones de jugo de mango a Arabia Saudita de 10 mil t. anuales, se ha reducido en más de un 50%. El mango, igual que la guayaba, ha desaparecido del campo cubano. Este año se dejaron de exportar 600 t. de dulce de guayaba a Islas Canarias. El desastre total.

En relación con las importaciones, solo cabe señalar que de Estados Unidos, en los últimos dos años, casi se han importado 2000 millones de USDs en alimentos. De Australia/Nueva Zelandia se están importando anualmente casi 60 millones de USDs solamente en leche en polvo. ¿Por qué no se sembraron pastos en Cuba para la alimentación animal? Lo mismo pasa con el arroz y los frijoles: 200 millones anualmente. Pero Cuba se abastecía en un 80% de estos productos en 1958.

Para no hacer agobiante este trabajo, Cuba, durante muchos años se acomodó a recibir el gigantesco subsidio del extinto campo socialista, por una tubería maestra sin control ni límites. Hoy Cuba tiene productos ociosos y sin uso de esa área por un valor de 13 mil millones de dólares; pura chatarra. Después continuó la misma política de no producir, esta vez a expensas de Venezuela. Ahora la crisis en Venezuela, que se ha puesto de manifiesto con la devaluación monetaria, repercute con más intensidad en La Habana.

El deterioro de la economía cubana se manifiesta en todos los indicadores económicos y en todos los sectores: el transporte, la construcción la educación, la salud publica, el comercio, etc. Nada escapa de la crisis. De los indicadores globales, ni hablar, la economía decrece, la productividad disminuyó este último año en un 10% (se aduce la falta de materias primas). El incremento de la deuda se manifiesta en la incapacidad de conseguir nuevas líneas de crédito y de financiamiento. Ernesto Medina (presidente del Banco Central) está gestionando desde diciembre del pasado año una moratoria de los pagos, reconociéndose la incapacidad de cumplimentar los servicios de la deuda (intereses).

Señores, ¡hasta cuándo hay que estar tolerando declaraciones en la isla y titulares en el extranjero sobre la situación de Cuba!
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