jueves, 15 de agosto de 2013

¿Generar ingresos?

Por Rogelio Fabio Hurtado.

En la Cuba de hoy, sólo es posible generar ingresos vendiéndole a la población productos alimenticios, transportación, medios de entretenimiento o servicios, renglones que satisfacen necesidades muy puntuales de la población y que, además, están autorizados por el Estado, que extrae de ellos tributos a cambio de nada.

¿No necesitan los cubanos información veraz e independiente acerca de su realidad? Por supuesto que sí, pero eso no significa que estén dispuestos a pagar por ella como mercancía, puesto que la mayoría de la población está totalmente descapitalizada e indefensa frente al Estado totalitario, que considera todo tipo de información independiente como material subversivo que atenta contra sus intereses estratégicos

Quienes nos consagramos a producir y elaborar ese tipo de información, asumimos a cara descubierta el riesgo de ser reprimidos en cualquier momento, pues el estado totalitario no considera esta actividad como simple ejercicio del criterio y de la libertad de expresión, sino una labor de zapa destinada a facilitarle la tarea a su protoenemigo: los Estados Unidos de América.

Gústenos o no, nuestra labor es política y no mercantil ni mucho menos comercial.

Sería magnífico que la sociedad cubana fuese capaz de generar ingresos suficientes, para que le pareciese práctico y razonable divulgar sus actividades de mercado a través de nuestros medios de periodismo independiente. Realmente, no es así, al menos actualmente.

Los burócratas totalitarios aspiran a ser potencialmente financiados por solo tolerar la actividad particular, en tanto ellos perseveran en reafirmarse como señores feudales.

Nuestra actividad como prensa independiente, tiende a beneficiar a largo plazo a los cuentapropistas, pero sería iluso imaginar que estos se saquen un centavo del bolsillo para contribuir con la causa, pues esa solidaridad sería castigada por los totalitarios.

Como sabemos, prácticamente ninguna persona vinculada directa o indirectamente con la disidencia es aprobada para realizar labores por cuenta propia. Esto imposibilita la búsqueda de un financiamiento indirecto.

Excepcionalmente, unos pocos independientes han tenido acceso a premios y otras distinciones dotadas con generoso respaldo monetario. Absolutamente ninguno de ellos ha manifestado disposición a compartir con los menos afortunados estos "tesoros". No existe ni siquiera como proyecto la creación de un fondo común de socorro, a la manera del Socorro Rojo practicado en mejores tiempos por los comunistas de oposición.

En todo caso, esa sería una sugerencia para compartir con los colegas. Ya ustedes verán que se le hará el caso del perro.

Alrededor de 1995, el viejo Néstor Baguer intentó recrear el Colegio de Periodistas Cubanos, institución a la que podrían incorporarse los colegas del exilio, quienes cotizarían mensualmente, de manera que ese ingreso apoyase la gestión de quienes permanecíamos en Cuba. Años más tarde, Baguer sería presentado como un agente de la Seguridad del Estado, pero aquella idea, entonces frustrada, no creo que haya sido muy del agrado de la Jefatura.

La prensa independiente cubana es, en todo caso, una inversión de futuro, que sólo puede ser asumida por gente audaz, a quienes agradecemos el apoyo y la confianza depositada en nosotros; gente que comparte nuestra fe en el apotegma martiano: "Todo cuanto sea incompatible con la dignidad humana, caerá."
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