viernes, 16 de agosto de 2013

Max Marambio: 21 respuestas al gobierno cubano.

Por Wilfredo Cancio Isla.

"No dejaré que mi nombre sea manchado de esta forma, y ejerceré lealmente y con determinación todos los derechos que me asisten para demostrar la falsedad de las imputaciones de que he sido objeto", escribió el empresario chileno Max Marambio en respuesta reclamos de la justicia cubana a mediados del 2010.

La afirmación de Marambio aparece en un documento de 45 páginas, elaborado por el empresario como respuesta a un exhorto con 21 preguntas que fue enviado por la Fiscalía General de Cuba a las autoridades chilenas, en julio del 2010.

En el texto, el empresario niega rotundamente las acusaciones hechas por la justicia cubana, y culpa al régimen de La Habana por los supuestos incumplimientos y violaciones que le impultaron al frente de la firma Alimentos Río Zaza, fundada en el 2001 bajo la sombrilla de la megacorporación Ingelco.

El documento fue obtenido por CaféFuerte y se hace público coincidiendo con el veredicto de la Corte Internacional de Comercio (ICC) en París, la cual ordenó a Cuba compensar a Marambio con $17.5 millones de dólares. El dictamen arbitral fue dictada el pasado 17 de julio y estipula la indemnización por la pérdida de sus propiedades empresariales en la isla.

La orden judicial ordena el pago de la indemnización por parte de la estatal cubana Coralsa a Ingelco, debido a su negativa a colaborar "de buena fe" en la liquidación de Alimentos Río Zaza, de la que ambos compartían propiedad.

Coralsa deberá además pagar a la compañía de Marambio $500,000 dólares por los costos del arbitraje.

La argumentación presentada ante el ICC parte de las aseveraciones sustentadas por Marabio en este documento del 2010.

La petición fue inicialmente devuelta a Cuba por la justicia chilena por considerar que en el interrogatorio enviado faltaba información fundamental para dar curso al proceso, especialmente si Marambio comparecería en calidad de inculpado o testigo.

Las autoridades cubanas nunca reenviaron la solicitud y luego respondieron que no era necesario para encaminar el proceso judicial, que concluyó, en ausencia de Marambio, con una condena de 20 años de cárcel por los delitos de cohecho, estafa y falsificación de documentos bancarios.

De todas formas, Marambio insistió en redactar las respuestas de manera exhaustiva, rechazado tajantemente las imputaciones en su contra.

En su extenso alegato, el empresario defiende sus relaciones con el ex ministro de la Industria Alimenticia, Alejandro Roca, condenado a 15 años de cárcel en la misma causa.

"Las únicas expresiones que tengo hacia él son de admiración por su austeridad, por su entrega, por su profundo sentido de patriotismo con respecto a su país y a la defensa irrestricta a los intereses de Cuba, en cada uno de los negocios que se plantearon con nuestra empresa y con nosotros personalmente", afirma Marambio.

Marambio explica que nunca proporcionó dádivas ni obsequió nada de valor económico significativo a Roca, como se insinúa en la pregunta enviada por la fiscalía cubana.

"Si la acusación es que teníamos una relación de amistad, sí acepto eso y a mucha honra", agrega el empresario chileno, colaborador cercano de Fidel Castro. "Al igual que con muchos otros dirigentes de la revolución, con los cuales también he tenido una relación de amistad, me honro de haber mantenido una relación en base a principios con Alejandro Roca, s in actos impropios ó ilegítimos, sin sobornos ni favores espurios".

En otra parte de sus respuestas, Marambio rechaza la idea de desviación de dinero o pagos indebidos a sus empleados, y reconoce que desde el 2005 pagó una ayuda salarial a los trabajadores de Alimentos Río Zaza "como una forma de paliar el déficit que la gente tenía entre el salario que recibía y las necesidades
que nuestra empresa en términos laborales les imponía".

"Decidimos ayudar a los trabajadores con una lógica que solamente tenía de beneficio a la empresa", apuntó.

También cuestiona la actitud del Estado cubano respecto a las exigencias financieras internacionales que debía cumplir como parte de la empresa mixta.

"Es especialmente dramático, cuando la leche en polvo con la cual nosotros trabajamos pasó de USD $3.200,00 la tonelada/métrica a más de USD $6.000,00 dólares, y no se permitió que la empresa reajustara su precio a esa realidad y sin embargo se permitió la importación de leche fluida en envases Tetrapak de 1 litro que se vendía a USD 4.50 Litro, no permitiéndonos a nosotros pasar de USD 1,50 a USD 3,00 que habría sido el precio correspondiente", relató el empresario, que enumera varios casos donde tuvo que asumir las pérdidas ocasionadas por la falta de liquidez de la parte cubana.

El punto final puesto al litigio entre Marambio y Cuba por la ICC deja la incógnita sobre si el gobierno de Raúl Castro asumia el pago de la indemnización ordenada. En el tribunal figuró como árbitro el cubano Rodolfo Dávalos Fernández.

En julio del 2012, Marambio recibió un fallo favorable de la ICC respecto a la disolución de la sociedad y la liquidación de los bienes compartidos con el Estado cubano. Su reclamación inicial era de $153 millones de dólares como indemnización.

Hasta el momento no se han producido declaraciones de Marambio ni de sus representantes legales.

La disputa entre ambas partes se remonta a febrero del 2010, cuando el gobierno cubano cerró dos plantas de Alimentos Río Zaza, y sometió a embargos preventivos las propiedades y activos de la empresa en medio de una investigación por corrupción.

El empresario alegó entonces la retención de unos $23 millones de dólares y justificó la imposibilidad de mantener produciendo a su empresa.

A Marambio, de 65 años, se le considera un prófugo de la justicia cubana, luego de tener el máximo respaldo del ex gobernante Fidel Castro y la cúpula del poder en Cuba.

En junio del 2011, su hermano Marcel Marambio, vicepresidente de ING y ejecutivo principal de la agencia Sol y Son, fue condenado -también en ausencia- a 15 años de cárcel junto a 15 directivos de la empresa Cubana de Aviación por delitos de corrupción en un caso de ramificaciones internacionales.
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