jueves, 19 de septiembre de 2013

El maleconazo.

Por Jorge Mas Canosa.

A mí me gustaría pasar revista y hacer un análisis de lo que ha acontecido desde la madrugada de hoy, a partir de las 12 de la noche, hasta las horas tempranas de hoy sábado, como resultado de lo que ocurrió en el Malecón en el día de ayer, 5 de agosto.

Podemos decir que se ha producido una reacción muy favorable, por parte, primero, del gobierno de los EEUU, del Departamento de Estado, el cual ha confirmado que al pueblo de Cuba le asiste todo el derecho a manifestarse en contra del gobierno de Cuba. Ha sido la posición del exilio, ha sido la posición de todos los hombres demócratas que respaldan las ansias de libertad del pueblo de Cuba, y la Fundación reiteró ayer que le brindará a los cubanos dentro de la isla, todo el tipo de apoyo, respaldo y ayuda que necesiten para que sus derechos humanos sean respetados y reconocidos, incluso, por el gobierno de Cuba.

En otras palabras, no vamos a permitir que Castro cometa un acto de genocidio, una masacre contra los cubanos. Pasando balance y pasando revista a lo que sucedió ayer, podemos decir que la Secretaría General de la ONU, conjuntamente con un grupo de Embajadores de países amigos, han impuesto a la Secretaría de las Naciones Unidas, de lo que aconteció ayer y del peligro que se está corriendo. Que de repetirse estos incidentes, que tengo la certeza se habrán de repetir en el futuro inmediato, Castro no puede usar la fuerza contra esos cubanos.

Lo que sucedió con el Remolcador 13 de Marzo en alta mar, no puede ocurrir en tierra. Lamentablemente hemos visto una fotografía de la Agencia Francesa, donde se ve un grupo de jóvenes, vestidos de civil, pistola en mano, por lo menos, amenazando a los cubanos que se estaban manifestando en el Malecón. Ellos son los que el día de mañana tendrán que pagar por esa conducta, mientras Castro se ampara, simplemente, en meras condenas y discursos en contra de la población.

Pero yo creo que haciendo un análisis y haciendo un resumen de lo acontecido en el día de ayer, primero, creo que ha sido algo histórico. Por primera vez se lanza el pueblo de Cuba a las calles de La Habana a reclamar sus derechos. Esto muy bien pudiera marcar el inicio del fin de Castro. Después de todo, eso fue lo que aconteció en Rusia, fue lo que aconteció en los países de Europa Oriental y fue lo que derrocó a esos sistemas comunistas.

Por otro lado no se hizo esperar la reacción de todo el exilio cubano, del gobierno de Estados Unidos y de otros gobiernos amigos, en absoluto y total respaldo de los manifestantes que se lanzaron a las calles a pedir justicia, a pedir libertad y pedir el derrocamiento de Castro.

Yo les puedo asegurar a los cubanos que además de la posición favorable del gobierno de Estados Unidos, de las reacciones favorables que hemos obtenido de la Secretaría General de Naciones Unidas, de su alto comisionado para los Derechos Humanos, la mayoría de las Cancillerías y los Jefes de Estado de los países de Occidente han sido notificados por lo que aconteció anoche y de lo que pudiera ocurrir esta noche o en días sucesivos.

Vamos a buscar, y  estamos ganando, el respaldo y reconocimiento de muchos países para esta conducta del pueblo cubano que ha decidido, finalmente, manifestar sus frustraciones contra el gobierno y, además, tratar de tomar una participación activa o para poder devolverle a Cuba su libertad. Quiero terminar diciendo que no le faltará al pueblo de Cuba, en estos momentos tan difíciles, todo el apoyo que necesita del exilio cubano.

Lo que el exilio cubano no va a producir en esta ocasión es otro Mariel, no se va a permitir que el exilio baile a la música que ponga Fidel Castro. El problema de Cuba no se soluciona con la salida de cientos de miles de cubanos de la isla. El problema de Cuba se soluciona con la salida de un solo hombre y el nombre de ese hombre es Fidel Castro.

Por tanto, la repetición de un Mariel no puede ocurrir. Los cubanoamericanos no pueden partir en embarcaciones a Cuba a rescatar a sus parientes, amigos o familiares. Existe, por parte del gobierno de los Estados Unidos, un plan de interdicción, que se llama dentro de un esquema de contingencia, para  impedir que Castro vuelva a repetir otro Mariel. Los Estados Unidos estarán en control de sus fronteras, y nosotros, los cubanos exiliados, vamos a asistir y ayudar al gobierno de los Estados Unidos en ese proyecto. Castro está tratando de convertir esto en un problema migratorio y esto no es un problema migratorio, esto es un problema político, esto es un problema institucional, esto es un problema de la naturaleza del sistema totalitario que tiene Castro en la isla y se soluciona sacando a Castro del poder y cambiando radicalmente las estructuras del actual régimen.

Lo que aconteció ayer es muy grave, y voy a decir por qué es gravísimo para el gobierno de Cuba. Número uno, Castro salió a la calle, Castro tuvo incluso que decir que iba a buscar la cuota de piedras y de disparos que él muy bien, dentro de su propia conciencia, sabe que merece. Pero el hecho de que Castro tuviera que salir a la calle, tuviera que reconocer una situación de hecho que nunca se había reconocido anteriormente en la historia, demuestra lo mucho que Castro sufre cuando los cubanos se lanzan a las calles, porque ahora, en su arrogancia típica, él se considera dueño y señor de Cuba y de todas las calles de Cuba. Ayer las perdió y esto va a continuar.

Pero, más grave aún, no solamente fue Castro. Se vio en el Hospital Ameijeiras, se vio a Jaime Crombet, se vio a José Luis Rodríguez, el Ministro de Economía, y se vio a Ricardo Alarcón, pero hay unos cuantos que no se vieron y ahí es donde está la gravedad del asunto. Ayer, en esa manifestación, surgieron líderes de la oposición, porque ninguna manifestación se conduce como se condujo la de ayer si no hay líderes, aunque los mismos se formaron ayer allí.

Sorprendidos en medio de la manifestación alguien tuvo que tomar el control de esa manifestación, alguien fue quien lanzó a los cubanos contra el Hotel Deauville, alguien fue quien dio el grito de ir contra la diplotienda y esos líderes de ayer por la noche no están presos, están en sus casas y yo quiero hacer ahora el siguiente análisis. Esos líderes pueden contar con el apoyo de la Fundación Nacional Cubano Americana, de todo el exilio cubano y de todos los gobiernos demócratas del mundo. Esos líderes cubanos ayer, que hicieron sacar a Fidel Castro, que han recorrido el mundo entero, porque esta noticia, y es importante que esos líderes y los manifestantes lo sepan, y yo me he pasado hoy todo el día recibiendo llamadas de la prensa mundial, la prensa rusa, la prensa italiana, alemana, francesa, española, hablé con los ingleses, he hablado con los canadienses, he hablado con la prensa de varios países de América Latina, estamos monitoreando aquí en Miami y Radio Martí la reacción de toda la prensa mundial.

Esos líderes ayer provocaron esta reacción favorable a las ansias de libertad del pueblo de Cuba que nunca había sucedido anteriormente. Y ahora yo quiero hacer este análisis también. Esos hombres se sienten con poder, esos que ayer, dentro de la manifestación se convirtieron en esas horas líderes de ese de grupo de descontentos, están en sus casas, y sintieron ayer, por primera vez, el poder; sintieron ayer, por primera vez, que pudieran convertirse como se convirtieron ayer, en factores decisivos en el futuro de Cuba, y yo te aseguro que a estas alturas esos líderes de la rebelión de ayer están hablando con otros manifestantes y están buscando las maneras y modos y lanzarse de nuevo a las calles.

No están presos y no estarán presos porque se convertirán en causa célebre en el futuro y ese es el mensaje que yo quiero enviarle a ellos, que esto de ayer hay que repetirlo y que con la misma sabiduría que condujeron ayer la rebeldía de los manifestantes en el Malecón de La habana, hay que repetirlo, y Castro tiene un enorme problema, porque esos dirigentes que sintieron ayer por primera vez el poder de dirigir muchedumbres y el poder de sacudir a la prensa mundial y el poder de hacer reaccionar a Castro y al gobierno de los Estados Unidos, están en manos de ellos las posibles alternativas para que se produzcan acontecimientos aún más decisivos y más graves.

Estas noticias y toda esa prensa que nosotros tenemos y hoy aquí en la Fundación Nacional Cubano Americano, la prensa de todo el mundo va a ser una compañera inseparable de viaje mío ahora. En cada ocasión en que vaya a ver a un Presidente y me vuelvan a preguntar qué sucede que el pueblo de Cuba no se rebela, voy a sacarle la fotografía de estos cuatro esbirritos con una pistola en mano tirándole al pueblo indefenso de Cuba. Voy a sacar estos reportajes de miles y miles de cubanos en las calles de Cuba gritando libertad, justicia y abajo Fidel Castro. Este es el mensaje que ellos envían a nosotros y a mí personalmente me han dado grandes municiones, tengo una artillería pesada en la mano para seguir por los caminos del mundo promoviendo los mejores intereses de una Cuba libre, democrática y próspera.
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