jueves, 5 de septiembre de 2013

Restaurantes en manos de cooperativistas.

Por Marc Frank.

Más de 20 restaurantes estatales en Cuba están a punto de convertirse en cooperativas en momentos en que el Gobierno Comunista de Raúl Castro está cediendo más espacio al sector no estatal en la isla caribeña. Foto: Desmond Boylan / ReutersImagen de archivo de una mujer preparando comida en un restaurante familiar en La Habana, ene 11, 2011. Más de 20 restaurantes estatales en Cuba están a punto de convertirse en cooperativas en momentos en que el Gobierno Comunista de Raúl Castro está cediendo más espacio al sector no estatal en la isla caribeña.Foto: Desmond Boylan / Reuters

Más de 20 restaurantes estatales en Cuba están a punto de convertirse en cooperativas en momentos en que el Gobierno Comunista de Raúl Castro está cediendo más espacio al sector no estatal en la isla caribeña.

Los restaurantes se convertirán en cooperativas en octubre, con otros cientos más que podrían pasar a esta forma de gestión no estatal en el futuro si el experimento tiene éxito.

Todos los aspectos del negocio, desde la compra de comidas hasta la repartición de las ganancias serán decididos por los empleados, y no como hasta ahora por altos cargos del gobierno. Un proceso similar está en marcha en otros sectores como la construcción, el transporte, mercados agropecuarios y producciones ligeras.

Estos restaurantes serán los primeros en ser cedidos por el Estado desde la masiva nacionalización en 1968.

Hasta hace cinco años, los visitantes extranjeros tenían básicamente la opción de acceder a restaurantes estatales, a menudo con reputación de mala calidad.

Actualmente, existen casi 2.000 restaurantes privados a partir de las reformas de mercado impulsadas por el presidente Raúl Castro, quien reemplazó a su enfermo hermano Fidel en el 2008.

"El Gobierno tiene la esperanza de que los cooperativistas -orgullosos de sus negocios y motivados por las ganancias - ofrecerán un mejor servicio y productos de mayor calidad a los clientes, tanto si son turistas o compatriotas", dijo Richard Feinberg, un experto basado en Brookings Institution, en Washington, y autor de varios estudios sobre las reformas económicas en Cuba.

Algunos restaurantes atienden a una clientela principalmente de cubanos utilizando la moneda local (pesos), mientras otros como La Casona de 17 y La Divina Pastora, ambos en La Habana, tienen como clientes sobre todo a turistas ya que operan en CUC, un efectivo equivalente al dólar que vale al cambio oficial unos 24 pesos.

La Divina Pastora, situado próximo al Castillo del Morro en la emblemática Bahía de La Habana, es una valiosa edificación propiedad de la empresa turística Gaviota, administrada por militares.

La Casona de 17 pertenece al Ministerio de Turismo y está a cargo de la cadena de restaurantes de lujo Palmares.

"Somos un proyecto piloto, pero en el futuro creo que todos los restaurantes en Palmares se convertirán en cooperativas", dijo Marylin Herrera, aludiendo a la empresa estatal que opera restaurantes de lujo en la isla, durante una visita a La Casona, situado en el barrio habanero del Vedado.

"El ministerio tiene mejores cosas que hacer", dijo Herrera, de 25 años, que estudia actualemente la licenciatura en Turismo.

Herrera dijo que será un reto para unos 50 trabajadores que hasta hora eran dirigidos por el Estado, pero admitió que esta forma de gestión les dará "más flexibilidad en la forma de trabajar y de ofrecer los servicios".

En un congreso del Gobernante Partido Comunista en el 2011 que aprobó un plan de 311 reformas para modernizar la economía de la isla, el presidente Castro explicó su interés de crear un sector "no estatal", tanto de negocios privados como cooperativos.

"El incremento del sector no estatal de la economía (...)permitirá al Estado concentrarse en la elevación de la eficiencia de los medios fundamentales de producción, propiedad de todo el pueblo y desprenderse de la administración de actividades no estratégicas para el país", dijo Castro.

Desde entonces, Castro avanzó en la expansión del sector privado al entregar en arriendo miles de pequeños establecimientos de servicios y taxis a sus empleados, y dio en usufructo la tierra ociosa a cubanos interesados en hacerla producir de forma eficiente.

"Es un proceso experimental que nos va a permitir conducir todo este proceso y poder después, transcurrido un tiempo, generalizar esta experiencia", dijo a medios locales la pasada semana Grisell Tristá, miembro de la comisión del Partido Comunista encargada de implementar el plan de las reformas.

Las cooperativas funcionan de manera independiente de las entidades estatales y de las empresas, fijan los precios en función del mercado la mayoría de las veces y reciben un mejor tratamiento fiscal que los emprendimientos privados individuales, según un decreto publicado en diciembre.

La ley les permite tener un número ilimitado de miembros y contratar a otros trabajadores en un período de hasta tres meses.

Si bien es difícil encontrar expertos locales que se opongan a las posiciones del Estado, es relativamente fácil encontrar críticos del proceso.

En el caso de las cooperativas, que en teoría se están constituyendo de forma voluntaria, la mayoría hasta el momento son el resultado de decisiones tomadas al más alto nivel de Gobierno, que está imponiendo a los empleados de las empresas seleccionadas a aceptar la gestión cooperativa o abandonar el trabajo.

"Este no fue un proceso espontáneo de la asociación de base, al menos en la gran mayoría de los casos", dijo un economista cubano, que pidió no ser indentificado por tener restricciones para conversar con periodistas extranjeros.

Las cooperativas, "se enfrentan a un difícil ambiente de negocios con una infraestructura decrépita, equipos y prácticas bancarias obsoletos, altos impuestos y restricciones sobre el comercio que harán difícil el éxito", agregó.

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