Por Paulino Alfonso Estévez.
Mucho se ha escrito sobre los problemas confrontados por el régimen castrista desde siempre en todo lo relacionado con la alimentación de los cubanos.
Uno de los más graves es el de la leche.
Hace un año empezó a funcionar una planta de leche en polvo en Camagüey. Su construcción demoró 27 años. Actualmente el 50% su producción se oferta en divisa.
Comprar leche afecta el ínfimo presupuesto de menos de un dólar diario con que sobrevive un cubano. Si no lo cree, divida 27 dolares, que es el salario promedio mensual en Cuba, entre los 30 días que tiene un mes y lo podrá comprobar.
Recientemente, el régimen anunció triunfalistamente que para fortalecer el valor adquisitivo del peso cubano se procedería a rebajar algunos productos de los que se ofertan en CUC (pesos convertibles) para que la población tuviera más oportunidades de comprar estos en las tiendas en divisa (TRD).
Entre los productos rebajados de precio ahora se ofertan cajas de pollos de 25 kilogramos y sacos de leche en polvo del mismo peso y que cuestan 119 cuc, sin dudas destinadas a los emprendedores del sector privado, que son los únicos que pueden adquirirlos en semejantes cantidades y a esos precios.
No obstante, como otro logro del socialismo fue presentado el hecho de que al precio de la bolsa de leche de un kilogramo se le hizo un descuento de 35 centavos de dólar.
Se impone un análisis. Si según la ficha de costo de la fábrica Coppelia, el costo unitario del producto, incluyendo la bolsa trilaminada, no supera los 60 centavos el kilogramo, ¿en cuánto se rebajó el precio de venta?
Esto de la rebaja de precios,si no es una de las tantas formas de vender al exterior una imagen falsa de mejoría, es una burla al hambreado e inerme pueblo cubano.
En el orden personal, me inclino por la segunda posibilidad.
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