miércoles, 30 de enero de 2019

Comienza "La pisadera de callos" en USA.

Por Esteban Fernandez.

Ya comienzan las quejas de los “tontos útiles”, millonarios imbéciles, “compañeros de viajes”, contra la recién estrenada congresista socialista Alejandra Ocasio Cortez cuando hace una serie de declaraciones disparatadas como quitarles el 70 por ciento en taxes a los billonarios.

Y yo orinado de la risa porque ese es solo el principio que comienza por quitarles todo a los multimillonarios y de ahí para abajo pisándoles los callos dejando solo un pequeño grupito de dueños de todo. Como me divertí con las quejas de la izquierdista Woopie Goldbert contra Alejandra Ocasio.

Porque a nosotros “ya ese perro nos mordió” y los cubanos con dos dedos de frente ya a mediados de 1959 comenzamos a llamar al proceso que vivíamos “La Revolución del Callo”, porque muchos apoyaban a la dictadura hasta que “les pisaban el callo”, hasta que se convertían víctimas del régimen.

Es decir, ¿en qué podía perjudicar a un humilde limpiabotas que le quitaran todas las propiedades a la familia Sarrá? Al contrario, muchos se alegraban. Al igual que ahora ¿Qué le importa a un empleado de fábrica, a un humilde cajero de un banco, a un repartidor de pizzas, que les quiten las propiedades a los Rockefeller o a los Kennedy?

Recuerdo la alegría colectiva ante las incautaciones, ante el robo a los legítimos dueños de las propiedades. Y por doquier escuchábamos la frase de: “¡Ahora todos somos iguales!”

Hasta la mayoría de la clase media cubana observó -y habían comprado muchos bonos del “26 de Julio”- cuando le quitaban todo a la clase pudiente.

¿A quién diablos le importaba cuando le quitaban CMQ a Goar Mestre o la firma Bacardí a Pepín Bosch? A muy poquitos. Igual que hoy somos una minoría los que nos damos cuenta de las malas intenciones de los que dirigen a Alejandra Ocasio Cortez.

Algunos no le dan importancia a esta muchacha por considerarla una ignorante, pero también Ramiro, Efigenio, Tomasevich, eran unos cretinos, unos pelagatos, unos rateros, pero ustedes saben cuánto cooperaron a la destrucción de nuestra nación.

Pero había un conocido y antiguo dicho que durante esos meses iniciales se convirtió en mi “slogan” preferido: “Cuando veas las bardas de tus vecinos arder pon las tuyas en remojo”.

Y así fue, la revolución fue bajando en la escala social y al final acabó con todo el mundo menos a un grupo de oficiales que hoy son General y Ministros y dueños de la nación. Se trata de una casta gobernante mil veces más poderosa, y con muchísimos más privilegios que los que tenían los que ellos llamaban la “burguesía capitalista”.

Todo el que sinceramente se creyó que en Cuba se iba a distribuir la riqueza (como aquí lo viene proponiendo Obama desde hace 10 años) tiene que ser muy bruto a estas alturas para no haberse dado cuenta que lo que se distribuyó fue la pobreza. Y aquí pasaría igual.

Cuando les pisaron los callos a los millonarios y a los periodistas José Ignacio Rivero, a Sergio Carbó, a Humberto Medrano y hasta a Miguel Ángel Quevedo en Bohemia muy poquitos se solidarizaron con ellos. Lo mismo que intentan hacer aquí los comunista eliminando a Fox News.

Y al final de la película es muy difícil encontrar a un solo cubano que en determinados momentos sus juanetes no hayan sido aplastados por las botas opresoras.

Por lo menos nosotros tuvimos donde pedir refugio, pero aquí ¿Dónde se van meter los Clinton, los Obama, los Biden, los Pelosi y todos los quintacolumnistas?

Mi sueño dorado es al revés, yo lo que deseo es eliminar políticamente a todos los socialistas, alertar a los inocentes del peligro que están corriendo y luchar porque en los Estados Unidos siga eternamente reinando el capitalismo y que todos sus ciudadanos tengan el derecho de aspirar a ser billonarios.
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