sábado, 20 de enero de 2024

Economía cubana, 2024: Del fracasado «ordenamiento» a la nueva «resistencia creativa».

Por Katia Monteagudo.

MIPYMES en Cuba.

Este 2024 no comenzó con las mejores noticias para los menguados bolsillos de los cubanos. El gobierno de Miguel Díaz-Canel reconoció en diciembre el evidente fiasco de la Tarea Ordenamiento Monetario (TOM) e informó sobre una nueva estrategia para «impulsar la recuperación económica del país» que incluye aumentos en los precios de combustibles, electricidad, transporte público, así como la eliminación de subvenciones a la canasta básica familiar y la aplicación de algunos impuestos a servicios básicos.

En el Segundo Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional de Poder Popular  (ANPP), el primer ministro cubano, Manuel Marrero Cruz, se encargó de dar a conocer el «paquetazo» con que se pretende paliar la crisis económica; unos días antes la prensa oficialista se había referido al fracaso de la TOM y al inevitable reacomodo en los «Lineamientos de la Política Económica y Social y el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030». Según lo expresado durante el VII Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), el objetivo es, una vez más, «avanzar en la implementación de un programa de estabilización macroeconómica, que establezca un entorno monetario, cambiario, financiero y fiscal para impulsar la recuperación y el crecimiento de la economía, la convertibilidad y funciones de la moneda nacional y la reducción de la inflación».

Tras su intervención ante los parlamentarios cubanos, el primer ministro tuiteó: «Como parte de las proyecciones de trabajo del Gobierno para 2024, aplicaremos un grupo de medidas para dinamizar la economía de nuestro país, las cuales serán explicadas con mayor profundidad a la población en los próximos días, previo a su implementación». 

Medios y redes sociales oficialistas han difundido la nueva propuesta económica luego de que en 2023 -tal como debió admitir el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández- se incumpliera nuevamente el crecimiento anual proyectado (tres por ciento) del Producto Interno Bruto (PIB).

El paquete de medidas presentado por Marrero Cruz plantea para este 2024:  

  • Incrementar precios mayoristas y minoristas de los combustibles, teniendo como referencia el precio en dólares de la región y aplicando la tasa de cambio del mercado cambiario oficial.
  • Habilitación para turistas y visitantes internacionales de una red de servicentros para la captación de divisas frescas, bajo la premisa de evitar efectos negativos en la población.
  • Incrementos en un 25 por ciento de la tarifa eléctrica para los consumidores del sector residencial, a partir de los 500 kilowatt/hora (kWh), como mecanismo de contención de la demanda.
  • Incremento de la tarifa por el consumo de agua no metrada, de siete CUP a 21- 24 CUP, para estimular el ahorro.
  • Descentralizar a los gobiernos territoriales la facultad de los precios mayoristas y minoristas de los productos de la Medicina Natural y Tradicional de elaboración local, dispensarial e industrial.
  • Incremento de los precios de cigarros y tabacos.
  • Modificar los precios del gas licuado, incrementando el precio minorista del cilindro de 10 kg de 100 a 225 CUP, y de 810 a mil 014 CUP el de 45 kg.
  • Aplicar nuevas tarifas en el servicio de transportación de pasajeros.
  • Prorrogar las exenciones arancelarias a la importación de alimentos y aseo por personas naturales.
  • Actualizar los valores de referencia de las viviendas y aplicar impuestos asociados a los componentes de estos bienes en el proceso de compra-venta entre personas naturales.
  • Perfeccionamiento de la gestión de la Administración Tributaria.

Marrero Cruz habló también sobre la eliminación de subvenciones a la canasta básica y sobre cambios en la tarifa oficial de divisas en Cuba, aunque no precisó cifras.

A raíz de las críticas aparecidas en la esfera pública respecto a los probables efectos de este plan sobre la vida de los cubanos, el presidente Díaz-Canel se apresuró a comentar en su cuenta oficial de X: «nada, absolutamente nada de lo que hacemos es para afectar al pueblo. Nuestra principal tarea es la recuperación económica. Las medidas anunciadas […] darán un salto necesario en la economía. Haremos más Revolución y más Socialismo». 

Descarga de arroz importado por el puerto de Cienfuegos

Descarga de arroz importado por el puerto de Cienfuegos / Foto X/ MITRANS

Asimismo, en el discurso de clausura del Segundo Período Ordinario de Sesiones de la ANPP, el gobernante volvió a pedir a los cubanos que resistieran con «trabajo y creatividad».

«Con la solidaridad y la comprensión de una parte significativa de la comunidad internacional, Cuba enfrenta los impactos del bloqueo recrudecido», dijo también el primer secretario del PCC, quien no perdió esta nueva oportunidad para repetir una lista de responsables de la crisis isleña que, por supuesto, no incluye su propia gestión: a saber, el embargo de Estados Unidos, el coronavirus y el influjo de los avatares económicos mundiales… «Hoy nos corresponde enfrentar la concurrencia a estas problemáticas con las secuelas de la pandemia y la crisis global. Lo haremos con decisión y firmeza, con inteligencia e integralidad, con optimismo y confianza, compartiendo esfuerzos y aportes entre todos en medio de un contexto adverso, pero seguro de que vamos a superar los desafíos con trabajo, talento y creatividad, o sea, con resistencia creativa», pontificó ante los legisladores cubanos.

Lo que dejó el 2023.

Alejandro Gil Fernández, ministro de Economía y Planificación, señaló ante la Comisión de Asuntos Económicos de la ANPP que, dadas las limitaciones en la disponibilidad de divisas y de combustibles, no se alcanzaría en 2023 el crecimiento proyectado del PIB a precios constantes (tres por ciento).

De hecho, reconoció que, según el comportamiento mostrado en los últimos trimestres de 2023, la economía cubana iba a cerrar el año con una contracción de entre uno y dos por ciento. Y, bueno, achacó tal decrecimiento al «recrudecimiento del bloqueo, la crisis multidimensional a nivel global, la insuficiente generación de ingresos en divisas y los desequilibrios macroeconómicos».

En su intervención, el funcionario detalló que no se cumplió el plan de exportaciones, que alcanzaron apenas los nueve mil 070 millones de dólares, con un incumplimiento de 770 millones de dólares. Mientras, en el sector turístico, tampoco arribó al país la cantidad de visitantes internacionales prevista (3.5 millones); o sea, se recibieron solo dos millones 450 mil visitantes (31 por ciento de por debajo). Esta cifra representa un incremento del 151 por ciento con respecto a 2022, pero de cualquier manera es 42.8 por ciento inferior a la de 2019, el año previo a la pandemia de COVID-19, según los últimos datos de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI).

De acuerdo con el ministro cubano, la falta de insumos y de combustibles afectó las producciones nacionales para el consumo interno y para la exportación, sobre todo en las empresas estatales, que aún cargan el mayor peso de la economía cubana.

Tampoco se alcanzaron los niveles planificados de producción alimentaria. En renglones como las viandas, el maíz, la carne de cerdo, la leche y los huevos, se decreció en comparación con el año precedente -aunque Gil Fernández no aportó cifras al respecto.

El ministro notificó asimismo que la inflación al cierre de 2023 sería un 30 por ciento más elevada, y admitió lo obvio: que ello sigue afectando la capacidad de compra de aquellos que tienen como principal ingreso sus salarios laborales. 

En cualquier caso, apuntó como causas de la inflación el incremento de los precios internacionales, el déficit de la fuerza de trabajo, la contracción de las ofertas, el déficit de presupuesto, la especulación con los precios -sobre todo, en el sector no estatal-, y la inefectividad de las medidas adoptadas para el control de los precios.

Las proyecciones oficiales del 2024.

Según lo que trascendió de la intervención de Gil Fernández ante la Comisión de Asuntos Económicos de la ANPP, el gobierno cubano sigue apostando, lógicamente, por lograr más ingresos en divisas y, para ello, incentivar la producción nacional de bienes y servicios exportables; por otra parte, debería sustituir importaciones y, en particular, reducir la importación de alimentos.

Para 2024, se prevé un crecimiento del PIB, a precios constantes, en torno a dos por ciento. Por tanto, se proyecta también una recuperación del turismo; de hecho, las autoridades aspiran a que se supere la barrera de los tres millones de visitantes internacionales.

Las autoridades estiman que la participación en el PIB de las formas de gestión no estatales se ubique entre 16 y 18 por ciento, con impacto señalado en la circulación mercantil minorista, el transporte de pasajeros y la actividad constructiva.

Finalmente, de acuerdo con las proyecciones de Gil Fernández, se esperan avances en la implementación del anunciado Programa de Estabilización Macroeconómica, en el desarrollo del sistema empresarial de la isla, y en la integración de todos los actores económicos. Así también, según trascendió, en el perfeccionamiento de los mecanismos de protección social.

Puerto de Santiago de Cuba.

Tras el desfile de los ministros .

A fines de diciembre, el propio Gil Fernández y el ministro de Finanzas y Precios, Vladimir Regueiro Ale, fueron los primeros en presentarse en el programa televisivo Mesa Redonda para desmenuzar «los fundamentos y el carácter específico de las decisiones del Gobierno para corregir las distorsiones principales de la economía cubana y reimpulsarla en 2024». 

El ministro de Economía afirmó que la canasta básica constituía «una distorsión que tenemos que corregir», y arguyó que «esa pretensión de mantener un nivel de aseguramiento de productos a precios muy subsidiados en la actualidad, realmente, cuando usted lo revisa por dentro, no es una distribución equitativa. Sobre todo, por el altísimo costo que tiene para el país mantener la canasta familiar normada, cuya importación cuesta más de mil 600 millones de dólares, 700 millones más que en el 2019, por el incremento de los precios en el mercado internacional».

Alejandro Gil Fernández, viceprimer ministro y ministro cubano de Economía y Planificación Y Foto: Roberto Garaicoa / ‘Cubadebate’

Alejandro Gil Fernández, viceprimer ministro y ministro cubano de Economía y Planificación.

Gil Fernández agregó que se está evaluando hasta qué punto es factible «mantener un nivel de asignación en la entrega de productos con los mismos precios subsidiados […], cuando no todos están en la misma situación de solvencia económica».

Según el titular de Economía, se trabaja «en cálculos, para mover algunos precios y que los subsidios se trasladen a las personas que están en situación de vulnerabilidad y no sean de carácter masivo a todos los productos que se entregan por la canasta familiar normada». 

Por otro lado, dijo que no se subsidiarán los precios del combustible, y justificó el alza de hasta un 500 por ciento, a partir de febrero, aduciendo que no se puede vender «más barato de lo que costó» porque entonces, apuntó, «¿cómo se compra el barco que viene atrás?».

De acuerdo con Gil Fernández, la nueva estrategia económica del país busca «aumentar el papel del Estado como ente regulador en la economía, de intervenir en el mercado cambiario». En tal sentido, insistió: «No estamos hablando de más privatización. Estamos hablando de fortalecer la empresa estatal socialista, establecer mecanismos para la regulación de precios y evitar que la competencia se imponga como mecanismo principal para la asignación de recursos en la economía». 

En tanto, el ministro Regueiro Ale aseguró en televisión que actualmente se revisan todas las exenciones y las bonificaciones fiscales concedidas para todos los actores estatales o no estatales, porque, dijo, «es necesario evaluar cuál ha sido el real efecto que han tenido, y si su comportamiento se corresponde con el objetivo de incentivo, de crecimiento económico, de generar mayores servicios y niveles productivos, según el sector de la economía para el cual opera este tipo de incentivos».

Otro ministro que asistió al programa de la televisión oficial fue el de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, quien centró su comparecencia en el incremento del 25 por ciento en la factura eléctrica de aquellos clientes que consumen más de 500 kWh; una medida que estaría «destinada al ahorro».

La subida del precio de la electricidad para los llamados «grandes consumidores» entrará en vigor el 1 de marzo de 2024 (a pagar en abril) y afectaría a un 2.7 por ciento de los consumidores cubanos, según el funcionario. Un consumidor que gaste 600 kWh al mes, con los precios actuales, tiene que pagar dos mil 451 pesos. Con la nueva tarifa, la factura subiría hasta dos mil 681 pesos. Es decir, el incremento del 25 por ciento del precio se aplica a cada kWh por encima de 500 KWh. 

En otra emisión reciente de la Mesa Redonda, el ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, informó sobre los incrementos de precios que supone el fin de «los subsidios» del Estado al transporte público en la isla.

En ómnibus y aviones, el aumento roza el 300 por ciento, mientras que en el caso de los trenes llega al 700 por ciento. Mientras, los precios del catamarán y el ferry de Batabanó a Nueva Gerona, en Isla de la Juventud, se igualarán en 200 pesos.

Rodríguez Dávila dijo que también habrá aumentos, a partir del 1 de febrero, en los precios del transporte rutero en La Habana, y en el privado en toda la isla.


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