jueves, 26 de septiembre de 2024

El victimismo y los radicales.

Por Luis Cino.

Pobreza en Cuba. (Foto referencial: CubaNet).

Por suerte, aunque bastantes, no son mayoría los cubanos que han adoptado dos actitudes que afectan nuestra autoestima nacional y hablan muy mal de nosotros como pueblo: los que en Cuba exageran con el victimismo por las precarias condiciones en que vivimos, y unos pocos que en el exterior son partidarios de que aumente el martirio de sus compatriotas porque creen que se lo merecen en castigo por no haberse quitado de encima al régimen castrista.

Los primeros son los que en mensajes y llamadas telefónicas exageran sus sufrimientos y carencias, que no son pocas, para recabar la ayuda económica —que siempre les parecerá insuficiente— de sus familiares y amigos en el extranjero. Como si estos fueran ricos y no tuvieran que atender sus propias necesidades, reducir sus gastos y cohibirse de muchas cosas para ahorrar y poder ayudar a las personas que tienen en Cuba. Y aun así no bastará, porque hay que disponer de millones de dólares para poder resolver todas las necesidades de una familia en Cuba.

Vuelvo a aclarar que me refiero a los compatriotas que exageran con sus peticiones, que a veces son lujos y caprichitos, no a los que, debido a sus míseros ingresos monetarios, dependen de las remesas de sus familiares para alimentarse y comprar medicinas.

Conozco no pocos casos de personas que exigen ropas y zapatos de marca, teléfonos sofisticados y dinero para las fotos de quince, una estancia en un hotel, la ceremonia de hacerse iyabó, una boda por todo lo alto u otros lujos que muchas veces no pueden darse sus familiares en Miami o Madrid.

No los culpemos. Es resultado de la situación de indigencia a la que nos ha conducido el régimen. Si a eso se suma la idealización del capitalismo en contraposición al comunismo y la pérdida de valores que ha experimentado la sociedad cubana, se entenderá la facilidad con la que muchos compatriotas se han acomodado a la desconsiderada actitud de mantenidos a tiempo completo y sin limitaciones.

En contraposición están los cubanos en el exterior a los que todas las sanciones contra la dictadura les parecen pocas, aunque terminen perjudicando al pueblo y no a los mandamases.

Son los que dicen que todo lo que estamos pasando en Cuba, aun las mayores penalidades, las merecemos por sumisos y aguantones. Como si el régimen no hubiera vuelto a encontrar resistencia en Cuba luego de que fueran aplastados los últimos alzados del Escambray. Como si no hubieran existido un movimiento de derechos humanos, el Movimiento Cristiano Liberación, Proyecto Varela, la UNPACU, el periodismo independiente, el 11J; como si muchos millares de cubanos no hubiesen pasado por las mazmorras del castrismo (más de mil ahora mismo) y, a pesar de eso, no cesa el activismo opositor ni las protestas en las calles…

Lo triste es que algunas de esas personas ahora tan radicalmente anticastristas, cuando vivían en Cuba, estaban integrados al CDR y a la CTC, no querían saber nada de disidentes y acataban absoluta y disciplinadamente todas las tareas y ordenanzas del régimen.

Pero la mayoría de los que están en contra de los viajes y las remesas son personas que se fueron hace mucho y a quienes no les queda familia en Cuba. A muchos les robaron sus propiedades, estuvieron en prisión, les fusilaron a familiares y amigos… Uno puede entender su dolor, pero no la incomprensión y falta de empatía con sus compatriotas que poco pueden hacer por sí solos para librarse de una dictadura dispuesta a todo por mantenerse aferrada al poder.

Pregúnteles si comparten esa posición radical a los que tienen en Cuba a sus padres ancianos y a sus hijos, si están dispuestos a que pasen hambre y se enfermen con tal de que ni uno solo de los dólares que les envían o gastan en sus viajes vaya a parar a las arcas de la dictadura.  

Hay quienes piensan que todos los que estamos en Cuba nos hacemos cómplices del régimen y por eso merecemos ser castigados. Y si no, que nos vayamos del país. Como si irse de Cuba cambiara e hiciera diferentes y mejores a las personas, incluso a los esbirros comunistas que están desertando últimamente y yéndose a los Estados Unidos.   

No comprenden que con esas actitudes extremas lo que consiguen es dividir al exilio y favorecer el discurso castrista acerca de “los odiadores” y “la intolerancia de la mafia anticubana”. Y también, al final del camino, a los fariseos e infiltrados que desde Miami dicen tender puentes de amor, y que siempre están dispuestos a reunirse con los representantes del régimen, rendirles pleitesía y hacerles carantoñas cada vez que los convoca el MINREX.

Share:

Por qué las mipymes no van a ser “enemigas de la Revolución”.

Por Camila Acosta.

Trabajadores del supuesto sector privado en un desfile por el Primero de Mayo en La Habana (Foto: Cubahora).

No fueron pocos los que confiaron en las reformas económicas implementadas hace tres años a partir de la aprobación de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes). Creyeron que el nuevo “sector privado” resolvería la crisis económica en la Isla y que su fortalecimiento lo llevaría a asumir un poder político que, a su vez, pondría en aprietos a la dictadura. A quienes nos oponíamos o desconfiábamos, nos tildaban de conspiranoicos y/o radicales. Tres años después, la realidad nos ha dado la razón. 

Aún se desconoce la cifra exacta de mipymes aprobadas, pues muchas han cerrado; se supone que estén alrededor de las 10.000, aproximadamente. 

En mayo trascendió la noticia del cierre de casi 500 mipymes en menos de tres meses por no cumplir con la norma que les obliga a ofrecer a los clientes un método de pago electrónico. Apenas un mes más tarde, las autoridades cerraron abruptamente el supermercado Diplomarket, conocido popularmente como el “Costco cubano”. Su presidente, el empresario cubanoamericano Frank Cuspinera Medina, fue presuntamente detenido junto a su esposa tras una intervención de la Seguridad del Estado y auditores de GAESA (Grupo de la Administración Empresarial S.A.); también le expropiaron sus bienes. Según se difundió, estuvo en paradero desconocido, sin embargo, desde entonces no ha trascendido nada más al respecto. 

Para el mes de julio, otra noticia refería el cierre de 15 mipymes por supuesta evasión fiscal y la investigación a otras 117. Además, la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT) retiró la autorización a 323 negocios por cuenta propia (modalidad de gestión no estatal) de forma temporal o definitiva y embargó 2.253 cuentas bancarias de personas naturales, igualmente por supuesta evasión fiscal.

Por esos días también el Consejo de Estado aprobó seis decretos-leyes destinados, según dijeron las autoridades, a actualizar las normativas jurídicas para los actores económicos no estatales. Después anunciaron que estas medidas facilitarían un mayor ordenamiento y regulación de la economía no estatal.

Luego, entre el 12 y el 13 de julio, el régimen recaudó 13 millones de pesos con multas a mipymes. Las sanciones incluyeron también suspensión de actividades, decomisos y ventas forzosas y acaecieron tras el tope de precios impuesto en la red minorista. 

Los topes de precios a productos de primera necesidad causaron indignación en el sector. Varios de los productos con nuevos precios topados desaparecieron del mercado. Sin embargo, los cubanos podían acceder a ellos en las tiendas en MLC y a precios superiores. La intención de la medida, según el economista Emilio Morales era, precisamente, obligar a la población a comprar en esas tiendas, entregando así el dinero a las arcas de GAESA. 

Para fines del mes agosto, el régimen impuso 58 decomisos y 773 ventas forzosas a mipymes en apenas una semana. Las medidas formaron parte de lo que calificaron como “acciones de enfrentamiento” y de “control popular”.

Morales ha comentado igualmente a CubaNet que detrás de todas las regulaciones había “una gran guerra económica del Gobierno ante su incapacidad de poder competir libremente”. 

Mipymes en el poder.

Hace pocos días, Esteban Lazo, presidente del Parlamento cubano, estuvo de visita oficial en el Municipio Especial Isla de la Juventud. En una de las reuniones con los pineros reconoció algo que luego uno de los testigos del encuentro relató a CubaNet, bajo condición de anonimato. 

“Voy a decirles una cosa que todos ya saben hace años pero que yo les confirmaré ahora -la fuente cita a Lazo-: todas las mipymes que importan productos a Cuba son de nosotros [Gobierno]”. 

Como dijera Lazo, no es una sorpresa que muchas de las mipymes, algunas incluso con sede en Miami, sean del Estado o de personas cercanas al poder: familias, testaferros, militares o amigos. En los últimos años, CubaNet ha desarrollado varias investigaciones que evidencian esto, y cómo estos negocios resultan ser los más prósperos. 

En ese entramado resalta Sandro Castro, nieto de Fidel Castro, quien tiene un bar-restaurante llamado EFE. Vilma Rodríguez, nieta de Raúl Castro, posee un negocio de renta de casas de lujo; similar empresa tienen las herederas de Antonio Núñez Jiménez. Lisa Titolo, hija y nieta, respectivamente, de Mariela y Raúl Castro, es dueña de una tienda llamada Gaia Mercado. También está el imperio empresarial de la familia García Frías, relacionado con la tienda online SuperMarket23 y camuflado tras la empresa estatal Flora y Fauna. También se cuenta a la familia Dávalos y a la familia Quevedo, muy vinculados al castrismo y con varios negocios dentro y fuera de la Isla.

Los militares, funcionarios y exdirigentes también han sacado su tajada: Arturo Aliaga Céspedes, actual jefe del Departamento Jurídico de la Dirección Nacional de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) está relacionado con varias mipymes de importación y distribución de alimentos; Yoel Perdomo Di-Lella, hermano del viceprimer ministro, Jorge Luis Perdomo Di-Lella, posee participación en al menos tres empresas (una de ellas registrada en Panamá y en la Cámara de Comercio de Cuba como de “capital extranjero”, y las otras dos como mipymes y negocios “por cuenta propia”, enfocados en la elaboración, venta y distribución de alimentos, bebidas, artículos de ferretería y electrodomésticos). También sobresale el nombre de Julio Martínez Ramírez, quien fuera primer secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), y hoy es dueño de dos restaurantes y una mipyme. 

Como colofón, Alfonso Larrea, quien se ha presentado como líder del sector privado cubano y que estuviera al frente del grupo de “empresarios” cubanos que el 26 de septiembre de 2023 aterrizó en Florida, Estados Unidos, para reunirse con empresarios, políticos y funcionarios estadounidenses. Una reciente investigación de CubaNet reveló que Larrea fue -o es- el agente “David” de la Seguridad del Estado (incluso testificó en el juicio político contra el disidente Francisco Chaviano que fue determinante en su condena de 15 años de prisión). 

No en vano Miguel Díaz-Canel afirmó que el sector de las mipymes “no va a ser enemigo de la Revolución”. El gobernante cubano ha llegado más lejos: pidió crear comités de base de la UJC y el PCC en las mipymes porque se necesita “ordenar” el funcionamiento de todas las formas de gestión de la economía, estatales o no estatales.

No quiere esto decir que la totalidad de estas empresas estén relacionadas con el régimen o pertenezcan al Gobierno pero, las que no, carecen de privilegios y sobreviven sometidas al control, expropiaciones, multas, ventas forzosas y otras presiones que les impiden un crecimiento libre. Su existencia también legitima a las que están relacionadas con la oligarquía y sus empresas. 

La nueva clase.

¿Han resuelto las mipymes o el sector “privado” la crisis en Cuba? ¿Han alcanzado tanto poder como para poner en aprietos a la dictadura? Claro que no. 

En Cuba se acentúa la miseria: el 80% de la población vive en la pobreza. Continúan los cortes de electricidad hasta por 24 horas seguidas; también falta el agua, medicamentos y otros insumos básicos. Según los propios datos oficiales, la inflación interanual alcanzó el 30,12% en agosto, una cifra que representa la tercera caída consecutiva desde mayo y que, al decir del economista Pedro Monreal, cuestiona el relato oficial de que se “avanza”.

Como era de suponer, el castrismo ha impuesto límites al sector. Si un negocio que no está “protegido” por la cúpula gobernante le incomoda, entonces amenaza sus intereses o les hace competencia, les cierra el paso. Ni hablar de que los disidentes, activistas y opositores políticos no pueden tener sus propias empresas pues las aprobaciones provienen de los diferentes ministerios que responde, a su vez, a la cúpula dictatorial. 

Ni siquiera GAESA es estatal, sino una empresa privada que tiene sus registros mercantiles en Panamá, Luxemburgo y otras naciones. Dicho monopolio -manejado por la familia Castro y un grupo de oligarcas cercanos a esta por encima de todo control o auditoría- controla los principales y más estratégicos sectores de la economía y más del 95% de las finanzas del país. 

Para el académico cubano Juan Antonio Blanco Gil, estamos en presencia de un “Estado mafioso”. Las evidencias apuntan igualmente a una repartición del poder entre los Castro y su élite, quienes se han convertido en los nuevos ricos, en los nuevos zares o silovarcas (calificativo empleado en Rusia para referirse a las élites empresariales vinculadas a los militares y que han acumulado riquezas extremas). 

Para esta clase, la ideología comunista es cosa del pasado, un discurso fuera de moda pero que sirve como disfraz para seguir sometiendo al pueblo. 

Share:

jueves, 19 de septiembre de 2024

Beneficiados del parole humanitario tendrán dos años para regularizar su estatus migratorio.

Por Damián Fernández.

Un grupo de cubanos llega a Miami gracias al parole humanitario (Foto referencial: Captura / Telemundo).

El Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus siglas en inglés) de Estados Unidos informó que los ciudadanos procedentes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela que ingresan a territorio estadounidense bajo el parole humanitario y reciben una autorización de entrada temporal de dos años tienen que regularizar su situación migratoria en ese tiempo mediante otro programa legal disponible, incluido el asilo.

Un portavoz del DHS explicó a Univisión Noticias que “cualquier concesión discrecional de libertad condicional será por un período temporal de hasta dos años”.

“Aquellos a quienes no se les conceda asilo u otros beneficios de inmigración, deberán abandonar Estados Unidos al vencimiento de su período autorizado de libertad condicional o, generalmente, serán colocados en procedimientos de deportación después de que expire el período de libertad condicional”, detalló el funcionario al citado medio.

A finales de agosto, el DHS anunció que se restablecían las Autorizaciones Anticipadas de Viaje (ATA, por sus siglas en inglés) para beneficiarios del parole humanitario, luego de haber sido suspendido el pasado 2 de agosto tras la revelación de un informe interno que exponía niveles significativos de fraude.

Según anunció Martí Noticias, el DHS incluyó nuevas medidas para evitar posibles fraudes, acotó a ese medio un vocero de la entidad gubernamental.

El comunicado oficial emitido por USCIS indica que, como parte de una revisión interna, el DHS ha incorporado una “rigurosa investigación mejorada en el proceso de solicitud de apoyo”.

Además, advirtieron que el DHS se compromete a “exigir responsabilidades a las personas que cometan fraude o intenten explotar a otros para su beneficio”. “Cualquier persona que cometa fraude será remitida a las autoridades competentes para su enjuiciamiento”.

A partir de la reanudación, las autoridades establecen que para participar, los beneficiarios elegibles deben tener un patrocinador en Estados Unidos; someterse a un “riguroso control de seguridad y superarlo”; además de cumplir otros criterios de admisibilidad y “garantizar un ejercicio favorable de la discreción”.

Se introduce una mayor revisión de los registros financieros y los antecedentes penales de los patrocinadores, una investigación para descubrir perfiles de patrocinadores fraudulentos y se emplearán mecanismos de revisión más rigurosos para detectar tendencias de solicitudes presentadas en serie.

Añade también en el proceso el registro de las huellas dactilares de los patrocinadores en Estados Unidos y un análisis de antecedentes de los posibles beneficiarios.

El más reciente informe de la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (CBP) indica que hasta agosto han entrado a EE.UU. bajo el parole humanitario más de 110.000 cubanos, 210.000 haitianos, casi 93.000 nicaragüenses y casi 117.000 venezolanos.

Share:

Caso González-Pardo: Crimen de Hermanos al Rescate y parole humanitario connivente.

Por Alberto Méndez Castelló.

Luis Raúl González-Pardo Rodríguez (Foto: Facebook/Cubanet).

Defraudado debe sentirse cualquier ciudadano con sentido de la justicia, con valor de la equidad, en cualquier lugar del mundo donde llegó la noticia: Un expiloto de combate de la Fuerza Aérea del régimen cubano, participante en la persecución por razones políticas y de conciencia de los Hermanos al Rescate, hoy, vive y trabaja en Estados Unidos, gracias al parole humanitario.

Se trata del teniente coronel retirado, luego, coronel de la reserva de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), exdirectivo de la aviación civil y militante del Partido Comunista de Cuba (PCC), Luis Raúl González-Pardo Rodríguez, quien en condición de autor directo y no de cómplice, participó en la operación diseñada por el alto mando de las FAR con la anuencia del PCC, para matar a los Hermanos al Rescate.

Y digo que González-Pardo Rodríguez es autor directo y no cómplice del asesinato de los Hermanos al Rescate, aunque él mismo no disparara contra ellos, porque según las reglas previstas para los delitos contra la humanidad o la dignidad humana o la salud colectiva, o en los previstos en los tratados internacionales, son autores todos los responsables penalmente, cualquiera que fuere su forma de participación.

González-Pardo, piloto.

Y el vuelo de González-Pardo Rodríguez tripulando un avión caza en ese momento y lugar, concurre, sí –como cualquier criminalista conoce– con el delito de persecución y asesinato por motivos políticos, en concurso ideal, pues, su presencia en la escena del crimen formó parte de las distintas violaciones penales que surgieron de ese mismo acto de concertación para cometer intimidación y asesinato, como en efecto ocurrió. 

Y, en aquella ocasión, cuando fueron derribadas en aguas internacionales dos avionetas y asesinados sus cuatro tripulantes, así como también resultó perseguida y puesta en peligro una tercera aeronave con sus pilotos y pasajeros, el señor González-Pardo Rodríguez fue piloto de uno de los MiG persecutores.

El crimen de Hermanos al Rescate permanece impune. Sabido es. Público y notorio. Y, hoy, 28 años después de cometido ese delito internacional, con premeditación, alevosía y ensañamiento, duele más que aquel día trágico, por vergonzosa la impunidad y descarada la connivencia. Sí, la complicidad.

Cumpliendo órdenes.

Pasadas las tres de la tarde del 24 de febrero de 1996, cumpliendo órdenes de los jefes del régimen totalitario, los hermanos Fidel y Raúl Castro, tripulaciones de pilotos de aviones MiG, con instrucción académica y experiencia combativa, entre los que se encontraba el ahora beneficiado con parole humanitario, Luis Raúl González-Pardo Rodríguez, sin las eximentes de la responsabilidad penal por obediencia debida, por ser ejecutores directos, dispararon misiles aire-aire contra dos inofensivas avionetas Cessna, pulverizándolas.

Asesinaron así a sus cuatro tripulantes, los pilotos civiles Armando Alejandre Jr., de 45 años de edad; Carlos Alberto Costa, de 29 años; Mario Manuel de la Peña, de 24 años y Pablo Morales en edad de 29 años, todos ellos, ciudadanos estadounidenses o con estatus de residentes en Estados Unidos, integrantes de la organización Hermanos al Rescate, dedicados ellos a socorrer en el mar a cubanos migrantes.

Una tercera avioneta también Cessna, en la que viajaban José Basulto, Arnaldo Iglesias y Silvia y Andrés Iriondo, luego de derribados sus compañeros en aguas internacionales y según dictámenes de la aviación civil, también sufrieron persecución por un tercer avión MiG de la Fuerza Aérea castrocomunista, presuntamente, a los mandos de González-Pardo Rodríguez, constituyendo todos esos hechos de la tarde del 24 de febrero de 1996, un crimen internacional de lesa humanidad.

Un crimen.

El crimen de lesa humanidad en este caso es conceptuado como persecución y asesinato por motivos políticos, lo que lo hace un delito imprescriptible, en los que son autores directos y no meros cómplices, desde Fidel y Raúl Castro, los espías de la llamada “Red Avispa” infiltrada en la organización Hermanos al Rescate, los pilotos de los MiG que dispararon, los que sin disparar sí ejecutaron persecución, los jefes y oficiales que integraron la dirección operativa en la base aérea, hasta el personal de logística que abasteció, artilló y sirvió de soporte técnico de los cazas, con pleno conocimiento de que participaron en un ilícito penal por atentar contra la vida de civiles indefensos.

No caben, pues, las justificaciones de participantes en este crimen, ni de meros opinantes, aduciendo que esos pilotos militares asesinaron a cuatro personas, civiles y desarmadas, “en cumplimiento de un deber”, o en “ejercicio de un derecho”, o de una “profesión, cargo u oficio”, o, dicho de manera más simple, en virtud de “obediencia debida”, “cumpliendo órdenes”, porque si así de prosaico fuera, presos por violaciones de los derechos humanos y por crímenes de lesa humanidad solamente fueran los jefes de esos regímenes tiránicos, y no todos y cada uno de sus oficiales, soldados, policías, agentes o chivatos que asesinaron, torturaron, secuestraron o por cuyas delaciones hubo personas que perdieron la vida, la libertad o sufrieron daños físicos, psicológicos o económicos.

Entonces abochorna que mientras en Cuba cientos de mujeres y hombres sufren prisión política por causa de la dictadura totalitaria, sostenida precisamente por la fuerza militar y policial, en Estados Unidos, una persona con los precedentes del señor Luis Raúl González-Pardo Rodríguez, se beneficie del parole humanitario.


Share:

martes, 17 de septiembre de 2024

El castrismo repite disparates: ¿error o maldad?

Por Roberto Álvarez Quiñones.

El proverbio "no se debe tropezar nunca con la misma piedra" surgió en la Grecia clásica. Otro muy añejo es su antítesis: "El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra", que fue esbozado por Confucio cuando dijo "el pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla". O sea, quien no aprende de la realidad cometerá siempre los mismos errores.

La sabia conclusión de Confucio (hace 2.500 años) va de la mano de la de otro genio, Albert Einstein, para quien repetir lo mismo una y otra vez, esperando obtener resultados diferentes, es una clara expresión de locura.

Hago este preámbulo filosófico a propósito de las nuevas medidas devastadoras aplicadas por el régimen en Cuba contra el sector privado, que lógicamente han sido percibidas como la repetición de errores cometidos anteriormente, con lo cual surge la pregunta ¿por qué?

Me refiero a nuevos decreto-leyes que asfixian a las MIPYMES y demás negocios privados, a una resolución para "la contratación y comercialización de productos agropecuarios" y para "fortalecer el funcionamiento de la empresa estatal socialista", y a la creación del insólito Instituto Nacional de Actores Económicos No Estatales (INAENE), para el cumplimiento de "las proyecciones para corregir distorsiones y reimpulsar la economía".

O sea, son un déjà vu de la "Ofensiva Revolucionaria" de hace 56 años, y del "Proceso de Rectificación de Errores y Tendencias Negativas" de hace 40 años.

Fidel y Raúl Castro, más que errores han cometidos canalladas.

Pero mucho ojo, no estamos ante la repetición de errores por ineptitud, falta de experiencia o conocimientos. No lo fueron hace décadas y mucho menos lo son ahora.

La sexagenaria historia del castrismo muestra que Fidel y Raúl Castro más que errores han cometidos canalladas a capricho, a propósito. Por ejemplo, ambos, y también el argentino Guevara, conocían perfectamente las terribles experiencias en la Rusia bolchevique y luego en China al implantar el comunismo.

En China, en los años 50, Mao Tse Tung colectivizó a la fuerza las tierras agrícolas, creó comunas asombrosamente improductivas y confiscaba las cosechas a los campesinos. Llamada pomposamente "Gran Salto Adelante", aquella barbaridad derrumbó la producción agropecuaria, toda la economía. En unos 20 años, murieron de hambre unos 30 millones de chinos.

También los Castro sabían que Lenin se percató de que la colectivización de las tierras era lo que estaba matando de hambre a millones de rusos, y en 1921 implantó la Nueva Política Económica (NEP). Se regresó a la producción libre de los campesinos, se crearon medianas y pequeñas empresas privadas agrícolas e industriales. Los campesinos podían vender por su cuenta el 90% de sus cosechas y contratar trabajadores. Se duplicó la producción agropecuaria. El hambre desapareció. Pero regresó tan pronto Stalin puso fin a la NEP.

Conociendo las consecuencias de aquella estatización de tierras en Rusia y China, Fidel Castro hizo lo mismo en Cuba. Incumplió incluso su promesa de realizar una reforma agraria y entregar las tierras a campesinos y a obreros agrícolas. Al contrario, estatizó el 77% de todas las tierras confiscadas a sus legítimos dueños, y creó versiones castristas de los hambreadores sovjoses y comunas chinas.

Desde entonces, se obliga a los campesinos cubanos a entregar al Estado el 80% de sus cosechas, a precios miserables. Y el Gobierno tiene el monopolio del comercio agropecuario del país (Acopio). Así, el comandante derrumbó tanto la producción de alimentos que tan pronto como en marzo de 1962 surgió la "libreta". Increíblemente, aún vigente.

Lo peor fue que aquel desastre no le bastó, y en marzo 1968, con su "Ofensiva Revolucionaria" dio el puntillazo a lo que quedaba de economía de mercado en la Isla. Desmanteló los 57.280 negocios privados que aún subsistían. Alegó que sus dueños eran "holgazanes en perfectas condiciones físicas, que montan un timbiriche, un negocio cualquiera, para ganar 50 pesos todos los días".

Por cierto, inadvertidamente Fidel Castro se calificó a sí mismo de holgazán, pues siendo estudiante universitario (y pandillero), con dinero enviado por su padre compró un puesto de fritas en la concurrida esquina habanera de Infanta y San Lázaro. Solo iba al negocio a recoger la venta de cada día.

Con la perestroika Castro I se espantó y volvió al estalinismo.

Pasaron 18 años de aquella "ofensiva" y, para agradar a Moscú y que aumentase los subsidios a Cuba, Castro I suavizó la asfixia del centralismo estalinista-guevarista con el Sistema de Dirección y Planificación de la Economía (SDPE), un modelo de cálculo económico aplicado en la URSS desde la muerte de Stalin.

En la URSS aquello no salvó al comunismo, pero al menos estaba inspirado en la racionalidad capitalista. Las empresas estatales tenían que ser rentables sin recibir subsidios, trazaban su propio plan, disponían de fondos propios, y se entregaban premios en dinero a los trabajadores. En Cuba ya en los años 60 Carlos Rafael Rodríguez había propuesto aplicar ese modelo en contraposición al demoledor centralismo estalinista del Che Guevara, pero fue ese último el que prevaleció.

Con el SDPE se abrieron mercados libres campesinos, se les dio cierta autonomía a las empresas para autofinanciarse, se entregaron estímulos monetarios a los trabajadores en vez de banderitas y diplomas. La producción agrícola e industrial se recuperó un poco y la población sintió un alivio con el "mercado paralelo" y los "mercaditos", gracias al aumento de unos 1.500 millones de dólares más al monto de dinero que regalaba el tío Volodia.

Pero al comenzar en 1985 la perestroika soviética de Gorbachov, Castro I se espantó y regresó al centralismo estalinista con el "Proceso de rectificación…", que provocó un enorme retroceso económico multifacético.

Hoy, 56 años después de la "Ofensiva Revolucionaria" y a 38 de la "Rectificación de Errores", Castro II igualmente, en vez de darle más protagonismo al sector privado, le declara la guerra cuando más se necesita de él, pues de hecho es el que alimenta, viste, calza, el que "más resuelve" en la Isla.

Esta nueva arremetida contra natura tiene un fondo mafioso.

Está claro que el equipo de Gobierno que encabezan Miguel Díaz-Canel y Manuel Marrero es posiblemente el más inepto habido nunca en Cuba, pero estas nuevas decisiones, indudablemente erróneas, se ajustan a la "continuidad de la revolución socialista" que imponen el dictador, ahora con título de "Líder Histórico de la Revolución", y demás dinosaurios de la Sierra Maestra.

Como el régimen necesita dinero para disminuir el fabuloso déficit de ingresos estatales necesarios (un déficit fiscal del 18% del PIB), quiere obtener fondos a la brava con multas exorbitantes, impuestos abusivos, eliminación de exenciones de impuestos a MIPYMES. En general, quiere captar ingresos que la economía estatal es incapaz de generar.

Solo en una semana de agosto se realizaron 157.331 inspecciones, que detectaron deudas al fisco por 3.000 millones de pesos que el Gobierno exige se le paguen, y fueron cerrados 360 negocios privados, según Granma.

A la vez, el régimen quiere quitarle empuje económico al sector privado independiente, y reducir la inflación con la extracción de dinero en circulación. No le importa que al reducirse la masa monetaria los consumidores tengan menos dinero, compren menos y se agrave el hambre y la desesperación de las familias.

Y hay otro detalle muy importante: sin duda en el alto mando dictatorial hay quienes, para beneficio de ellos, quieren ya desmontar el modelo centralista estalinista, que no aguanta más. Pero Castro II y demás históricos de línea dura siguen políticamente al mando. Por tanto, no es descartable que los "reformistas" agazapados estén adoptando deliberadamente medidas erróneas, pero coherentes con la "continuidad" raulista, para que el modelo centralista implosione de una vez.

Es especulación, pero ¿no es una posibilidad real? Por supuesto, el cambio que pretenden GAESA, sus compinches militares y civiles, y la burocracia gobernante más ambiciosa, sería probablemente parecido al modelo ruso actual, o una hibridación de "putinismo" con corporativismo fascista-mafioso, rasgos chinos y vietnamitas.

Pero, otra vez, ojo: también el colapso final de la economía puede conducir a escenarios muy diferentes, como otro 11J, esta vez desbordado, exitoso, definitivo.

Share:

Los de abajo quieren quedarse abajo.

Por Javier Prada.

Dos vendedores de pan en una calle de Cuba (Foto: CubaNet).

El debate en torno al tema Cuba se ha vuelto reiterativo y, por lo mismo, banal. No se sale del mismo círculo de opiniones que, a menudo, son tan indecentes, tan inconsecuentes y desconectadas del acontecer nacional, que cualquier amago de ripostar se antoja cuesta arriba, es demasiado desgaste para nada.

Entre el aquí y el allá, la emigración que no se detiene y la crisis que empeora más allá de lo previsible, los caminos para atreverse a hablar de futuro se han estrechado dramáticamente. “El futuro viene de lejos y a rastras”, acota irónicamente una vecina al escuchar algunas imperdonables barbaridades dichas por el albañil que acaba de solucionarle un problema en casa.  

El susodicho no es un tipo bruto, se expresa con cierta elocuencia y lo distingue una campechanía que en estos tiempos, en que la tristeza lo devora todo, es difícil de encontrar. Ya se sabe cómo está la cosa, así que no tiene sentido seguir machacando sobre una realidad que “la gente de abajo” no puede solucionar y la “gente de arriba” no quiere solucionar. El problema es que el albañil está convencido de que los que mandan en Cuba están haciéndolo todo mal porque no les queda más remedio, porque “el bloqueo está recrudecido” y “esto con Fidel no pasaba”.

Hay que verlo y escucharlo para entender a quienes afirman que el pueblo cubano tiene lo que se merece, y para cercenar de una vez las esperanzas de los que creen que los humildes, a los que aún se les debe una revolución, van a salir a reclamar sus derechos. Esa “masa” que los optimistas esperan ver desperdigadas por las calles cubanas como las han visto en Venezuela durante las últimas semanas, poniendo en jaque al régimen, está absolutamente conforme con su condición de sobreviviente. Es más: consideran que el panorama actual, insoportable desde todo punto de vista, es preferible al capitalismo que les provee de recargas, alimentos y medicinas; sí, porque aunque ellos los paguen a precios hiperinflados con sus dineros durísimamente trabajados, son bienes procedentes del capitalismo gracias a que esta Cuba, desfigurada por el socialismo de Fidel Castro, no produce absolutamente nada.

Esos pobres de la tierra niegan el pasado ilustre de la Isla e incluso los salvajes actos de repudio de la época del Mariel porque “no los vieron”. Los testimonios no cuentan. Eso sí: alguno participó, contando entonces 13 o 14 años, en una conga donde la gente gritaba rítmicamente “pa’fuera los lumpen, pa’fuera la escoria”, sin saber qué significaban esas palabras ni a quiénes iban dirigidas. Décadas más tarde, con aquellos sucesos revelados en toda su crudeza, siguen viendo como una fiesta la conga y el corito, sin reparar en que ese odio entre cubanos fue sembrado y avivado por el régimen de Fidel Castro, a quien hay que perdonarle tales excesos porque “puso a Cuba en el mapa y este bárbaro [Miguel Díaz-Canel] es quien lo ha hecho todo mal”.  

No debiéramos sorprendernos si dentro de muy poco los oprimidos mandan carta a El Vaticano pidiendo la canonización del difunto dictador, que es tenido ya no como el quinto descubridor de Cuba -según lo catalogó la delirante Oficina del Conservador de Matanzas-, sino como el único descubridor, el protector, el alfa y el omega… ¡Lo que hay que oír mientras este país se hunde en la mierda, se cae a pedazos y la gente vive y se muere en condiciones que avergonzarían a cualquier ser humano que posea una mínima noción de dignidad!

En Cuba la desmemoria y el servilismo han calado en todos los sectores, pero es alarmante comprobar que cuanto más pobre es el individuo, más defiende el látigo que lo fustiga, y nadie puede decir que sea por ignorancia, pues desde hace seis décadas la doctrina es la misma para todo el mundo. Esas que se autodenominan “gente de abajo” no creen en la necesidad de la libertad porque no tienen más aspiración que poner la comida -o lo que el régimen les venda como tal- sobre la mesa y disponer de algunos pesos extra para pasar el apagón con ron y bocina inalámbrica. Andan aturdidos entre Con Filo y AméricaTeVé para justificar su apatía, alegando que si los de aquí no son buenos, los de allá tampoco.

Entonces recurren a la esperanza, porque es lo único que les queda a quienes vieron su tiempo pasar y se quedaron de brazos cruzados, agitando la banderita del 26 de Julio, repitiendo consignas o llevando el repudio a las puertas de cubanos en su misma tierra, bajo este mismo cielo, por orden expresa de Fidel Castro.

Muchas de esas que se autodenominan “gente de abajo” quieren quedarse justo donde están. Ocultan dentro de sí bestias veleidosas, dispuestas a apoyar cualquier revolución no para que los saque de la miseria, sino para que todos sigan siendo equitativamente miserables.

Share:

Cuba, mucha basura y poca comida.

Por Iván García.

En la esquina donde se estacionó el viejo camión de la era soviética, cargado huesos de res y bolsas de picadillo ,se amontonaba la basura, pululaban las cucarachas y por el borde de la calle corrían las aguas albañales de una cloaca rota.

A pesar del olor nauseabundo, decenas de vecinos hicieron la cola para comprar la piltrafa. La osamenta no tenía nada de carne. Puro hueso. El picadillo era gelatinoso, grasiento y con ribetes verdosos generado por falta de refrigeración.

Mucha gente se quejaba. “Qué asco. Una muestra, otra más, de cómo tratan a los cubanos. La carne buena para ellos y para el pueblo, la sobra y la mierda”, dijo una vecina. “Los que rebanaron las ternillas son artistas con el cuchillo. No le dejaron ni un trocito de carne con la cual pudiéramos hacer una sopa. Y el picadillo, además de repugnante, es más agua y cebo que otra cosa”, apuntó una anciana.

La libra de hueso costaba 100 pesos. Y la de picadillo 800 pesos. “El descaro de esta gente (el régimen) es tremendo. Te venden la carne casi podrida a precio de primera”, se lamentó un jubilado. A pesar de las quejas a los gobernantes y la mala calidad del producto, las personas lo compraban. “Esta porquería ni los perros se la comerían”, comentó un señor que compró dos bolsas de picadillo y varias libras de huesos.

Una mujer mayor en voz baja señaló: “Muchos se avergüenzan de su miseria e intentan fingir que viven bien, pero están pasando hambre. Si en algo somos expertos los cubanos es en aparentar lo que no somos”. Alejandro, licenciado en física, 59 años, reconoce que está pasando hambre.

«No recuerdo la última vez que desayuné, almorcé y comí. Hago una sola comida y por lo regular es arroz acompañado por alguna vianda hervida. Hace más de cuatro meses que a la carnicería no viene el pollo y los huevos por la libreta. El pan de la cuota se lo dejo a mi nieto. Lo dices y no se cree que profesionales como yo, en Cuba andemos con los zapatos rotos, andrajosos y hambrientos. Gracias, Fidel”, expresa con sarcasmo.

Comer en Cuba es una misión casi imposible. Ya no se trata de alimentarse con más o menos calidad. La persona que desayuna, aunque sea un pan con aceite y sal, almuerza arroz y frijoles y de vez en cuando come carne de res, cerdo, pollo, pescado o huevo, puede considerarse un tipo con suerte.

Un informe de la ONU publicado en abril de este año confirma que los cubanos de 14 a 60 años sufren malnutrición. El Programa Mundial de Alimentos lamenta que la diversidad dietética sea limitada. “La dieta del hogar cubano promedio es pobre en micronutrientes y no es suficientemente sana y diversa, debido a la limitada e inestable disponibilidad de alimentos nutritivos, factores socioeconómicos y malos hábitos alimentarios”, apuntó el demoledor informe del Programa Mundial de Alimentos, adscripto a la ONU.

Según un informe de julio de 2024 del Observatorio Cubano de Derechos Humanos, el 89% de la población en la Isla vive en la pobreza extrema.

Sondeos de Food Monitor Program arrojaron que tenga pocos o muchos ingresos, reciban o no dólares, las familias cubanas destinan casi la totalidad de sus ingresos a comer. El déficit de nutrientes, la falta de inocuidad en los alimentos, así como el estrés asociado a la inseguridad alimentaria son “un hecho que está teniendo consecuencias adversas en la salud de los cubanos». Y subrya que el “fenómeno del hambre oculta”, usado por la FAO para describir la subalimentación prolongada, está “muy presente en la sociedad cubana”, que consume más carbohidratos y azúcares mientras carece de frutas y vegetales frescos, cárnicos y lácteos, que ha generado altos índices de diabetes, hipertensión y gastritis, entre otros padecimientos.

Richard, 56 años, cajero de un banco, afirma que “a partir de 1959, en Cuba nunca nadamos en la abundancia. Pero unos años atrás no era un lujo comerse un pan con tortilla y tomar un batido de plátano. Eso ahora solo lo pueden comer solo personas con mucho dinero. En esta ‘crisis coyuntural’ de Díaz-Canel estamos pasando más hambre que durante el Período Especial en la década de 1990, cuando mucha gente bajó un montón de libras y por falta de proteínas se te caían los dientes. En esa época, por la libreta daban más productos. Ahora nada más viene a la bodega arroz y azúcar”.

Mirta, profesora de música, opina que aunque comer es la prioridad número uno de los cubanos, las carencias se acumulan por montones. «El estado constructivo de la ciudad es lamentable. Cuando cae un chubasco se derrumba un edificio. El transporte urbano no funciona. La basura se acumula en las esquinas. Falta el agua, abundan las enfermedades y los virus. No hay medicamentos. No hay nada. Pero siguen construyendo hoteles cuando los que hay están vacíos y cada vez vienen menos turistas. No se invierte en la agricultura ni en modernizar las termoeléctricas y mejorar la infraestructura. Cuba es un Estado disfuncional gobernado por un clan corrupto”.

Julián, residente en Cienfuegos, a 300 kilómetros al este de La Habana, repasa la lista de calamidades: “Mientras los cienfuegueros no tenemos ni agua con azúcar para aliviar el hambre, los funcionarios del partido, Ministerio del Interior y las Fuerzas Armadas cada vez están más gordos. La gente se pregunta de dónde sacan el dinero para abrir bares, paladares y centros nocturnos. Todo el mundo sabe que ellos son los dueños de esos lugares y colocan a testaferros en su nombre. Sufrimos apagones de ocho a doce horas diarias, montañas de basura se acumulan en las calles sin que nadie las recoge y no tenemos aspirina para aliviar el dolor de cabeza”.

Hilda, jubilada de Santiago de Cuba, a más de 900 kilómetros al este de la capital, confiesa que se siente tan frustrada e impotente que «muchas veces he pensado en suicidarme. No tengo familiares en el extranjero ni posibilidades de emigrar. Cada vez que me veo en el espejo, arrugada y con mal aspecto siento que no vale la pena vivir en este infierno. En este país nada funciona. A veces ni la pensión puedo cobrar, porque no hay dinero en los cajeros. Apagones a toda hora, hace cuarenta días que no entra agua en mi barrio. En esas condiciones se alzarte en la loma o ahorcarte”.

El déficit de agua potable provocó protestas en varios municipios de La Habana. Olivia, ama de casa de Centro Habana, manifiesta que “los cubanos vivimos al límite. Nuestros hijos emigran o se enganchan al alcohol y las drogas. No quieren estudiar porque no le ven sentido. Un carretillero vendiendo aguacates gana diez veces más que un graduado universitario. Sales a la calle y solo encuentras problemas. Frente a mi casa existe una montaña de basura que nadie recoge. Los vecinos estamos cansados de ir al partido municipal y comunales. Siempre lo mismo: o te caen a mentiras o se justifican diciendo que no tienen combustible o sacar a relucir el bloqueo”.

Daisy, cuentapropista, vive en el Reparto Sevillano, municipio Diez de Octubre, muestra las fotos que ha hecho en su celular: «Hace más de quince días que no recogen la basura en mi zona. Las ratas hacen fiesta en esa hediondez. Algunos vecinos tiran bolsas de heces fecales en los basureros, esparciendo el mal olor y la asquerosidad por todo el barrio. Estamos viviendo peor que en la más atrasada aldea africana”. 

Share:

sábado, 14 de septiembre de 2024

Turista rusa alerta sobre “estafas” en Cuba, incluida la tasa oficial del dólar.

Por Damián Fernández.

Una pareja de turistas toma un descanso en La Habana (Foto: CubaNet).

Elena Liseykina, una turista rusa que visitó a Cuba recientemente, publicó una entrada en la popular plataforma de recomendaciones Yandex Zen con la que alerta a potenciales visitantes de las estafas en la Isla, entre ellas, el cambio de divisas oficial.

“Probablemente, la mayoría de las opciones para lucrar con los turistas están asociadas a los tipos de cambio. Y en general, la moneda en Cuba”, señala la publicación.

La turista indica la variedad de tipos de cambio para dólares y euros existentes, mencionado el bancario, el oficial y el del mercado informal.

“En el mercado negro te ofrecerán unos 300 pesos por un dólar, mientras que la tarifa oficial es de solo 120. Por lo tanto, si te ofrecen un intercambio a una tasa más baja, no aceptes”, explica. 

A la hora de realizar pagos, Liseykina aconseja abastecerse de información, comprobar el tipo de cambio en el “mercado negro” y utilizar una calculadora, pues si bien se puede hacer en dólares, “si pides el precio en pesos puede resultar mucho más barato”. Además, recuerda que “es ilegal cambiar moneda en los mercados de souvenirs y en los comercios”.

En opinión de la rusa, los turistas son casi la única forma que tienen los lugareños de ganar dinero. Por lo tanto, los precios serán varias veces más altos que los reales. “Sólo tienes que regatear y negociar el precio por adelantado”, subraya.

“De La Habana a Varadero pueden pedir 100 dólares, aunque el precio real es de unos 35 dólares”, advierte Liseykina. Ante las dudas, sugiere concentrarse en el precio de 1 dólar por kilómetro y recordar que los taxis retro son más caros que los autos comunes.

También propone negociar el precio del viaje con antelación o utilizar la aplicación La Nave (similar al Uber) si se cuenta con una tarjeta SIM cubana.

Otras de los engaños sobre los que alerta la publicación, son los hurtos y robos. “A veces en los momentos más inesperados y en las cosas más inesperadas”, apunta.

En ese sentido, cita los casos relacionados con las toallas en los hoteles, un tipo de fraude “común”.

“El caso es que se hace un depósito de unos 20 dólares para las toallas de playa. Si pierdes tu toalla, tienes que pagarla. Resulta que estas toallas ‘se pierden’ regularmente. Y luego el personal se ofrece a resolver el problema por solo diez dólares”, detalla.

Por otro lado, la turista advierte sobre la inseguridad que puede existir en La Habana, capital de la Isla, donde con frecuencia arrebatan aretes o cadenas a los turistas.”Pueden intentar arrebatarles la bolsa de las manos. Por lo tanto, si vas de excursión, deja las joyas y las cosas caras en la caja fuerte del hotel”, escribe.

No todo es color de rosa: otros datos y denuncias.

En junio pasado trascendió también el testimonio de otra turista de Rusia, quien denunció las deficiencias del destino Cuba tras gastar unos 500.000 rublos (cerca de 6.000 dólares) por dos semanas en un hotel del país caribeño.

El medio ruso Gorodoboy recoge el testimonio de la veraneante, con el cual argumenta que en Cuba “no todo es color de rosa, como se ve en las imágenes”.

Al respecto, la mujer consideró que si bien el país resulta atractivo para los rusos,“incluso si compras un tour caro, puedes enfrentarte a una actitud grosera y a la devastación”.

“La imagen externa de la habitación correspondía a la esperada. Sin embargo, tras una inspección más cercana, se encontró moho en el baño, manchas en el sofá y el sillón, y una base de cama de madera contrachapada rota”, comentó la rusa.

Entre sus principales quejas se encontraba el servicio de limpieza de la instalación hotelera. Según contó, las empleadas solo hacían la cama con sábanas sucias y las toallas se cambiaron solo una vez durante las dos semanas.

La Asociación de Turoperadores de Rusia (ATOR) informó, citando al Ministerio de Turismo cubano, que el flujo de turistas de Rusia a Cuba en 2023 aumentó 3,4 veces en comparación con los 184.800 rusos del año anterior, superando así el récord previo a la pandemia.

El régimen cubano espera recibir más de 200.000 turistas rusos este año y hasta medio millón en el futuro, según declaró, optimista, el ministro de Turismo en conferencia de prensa con la agencia rusa TASS.

Share:

Leonardo Padura: “Cuba vive la peor crisis de su historia”.

Tomado de CubaNet.

El escritor cubano Leonardo Padura dijo a la agencia EFE que la Isla vive la peor crisis de su historia, con un deterioro profundo en todos los aspectos de la vida cotidiana. También mencionó que, en los últimos tres años, más de un millón de cubanos ha abandonado el país, lo que equivale al 10% de la población. 

“La opción que le quedó a la gente es irse. Y no se va el que quiere, sino el que puede, porque una salida por la vía de Nicaragua y de los coyotes cuesta alrededor de 10.000 dólares”, afirmó Padura.

El escritor, Premio Nacional de Literatura de Cuba y Premio Princesa de Asturias de las Letras, habló sobre el creciente pesimismo que prevalece en la mayor de las Antillas. “Creo que la gente ve las cosas con mucho pesimismo. Están muy cansados, muy agotados”, expresó. 

El escritor destacó también las dificultades que atraviesan los cubanos en cuanto al acceso a alimentos, agua y electricidad. “Cuba también enfrenta actualmente problemas de distribución de agua, de abastecimiento eléctrico, de suministro de alimentos y una inflación brutal”, afirmó. 

Padura ilustró esta situación con un ejemplo cercano: “Mi madre recibe la pensión de jubilación de mi padre, que son 1.800 pesos [unos 15 dólares al cambio oficial de 1 x 120), y un cartón de 30 huevos vale 3.000 pesos, si es que lo consigues. Hace dos meses que la cartilla de racionamiento no incluye el paquetico de café”.

La desesperanza es otro de los temas que el escritor abordó en sus declaraciones. Según Padura, la pérdida de confianza en el futuro del país ha llevado a muchos cubanos a buscar una salida definitiva. “En los últimos tres años, sin otra opción que irse, más del 10% de la población se marchó”, comentó. Esta situación, explicó, ha generado un profundo deterioro en la sociedad. “A una sociedad sin esperanza le cuesta mucho trabajo poder ofrecerte lo que tú necesitas como individuo”, reflexionó.

En mayo de este año, en una entrevista con la agencia de noticias francesa AFP, el escritor describió la realidad cubana actual como una “distopía”. “Cuba se parece más a una historia de una distopía. Es ese lugar en el que se ha creado una estructura en la que las cosas funcionan con unos códigos muy específicos”, explicó.

Cuando se le preguntó si está cambiando algo en la Isla, señaló: “Con Cuba pasa un problema, como el sistema sociopolítico económico es el mismo hace más de 60 años parece que no ocurre nada y en la sociedad cubana ocurren muchos cambios”. 

El escritor mencionó como ejemplo los pequeños emprendimientos privados que aprovechan “todos los espacios que la ineficiencia del Estado ha creado durante estos años”.

Respecto a si habrá algún cambio importante en Cuba, aseguró: “Espero que sí. Yo confío en la dialéctica. Pienso que sí, que puede haber. El tiempo dirá”.

Aunque piensa todos los días en dejar Cuba, ha decidido quedarse: “Es mi lugar; ahí está mi cultura, mi lengua, mi familia, mis referentes; ahí está mi literatura, mis personajes. Mis conflictos tienen que ver con esa realidad cubana”, explicó.

En los últimos años, Padura se ha referido incesantemente a la dura crisis que atraviesa la Isla y que está signada por la falta de alimentos y medicinas, los prolongados cortes eléctricos por déficit de generación y la emigración masiva.

En febrero de este año, reflexionó en una columna publicada en el diario español El País sobre la creciente ola migratoria que afecta a la Isla, marcada por el éxodo de amigos cercanos y conocidos, quienes abandonan el país en busca de un futuro mejor. 

En el escrito, Padura señaló la desproporción entre los ingresos de los jubilados y los trabajadores y el costo de la vida, lo que definió como una realidad económica insostenible que empuja incluso a los más arraigados habitantes a tomar la difícil decisión de partir.

“Hoy estamos viendo cómo se desangra un país del que se van no solo los jóvenes que persiguen un futuro menos incierto, sino también gentes como mis viejos amigos, en busca de un futuro que sin duda tiene mucho de incierto, en el que sufrirán nostalgias y sentirán pérdidas, pero en el que al menos tendrán la cercanía de sus afectos y, con ellos, entre otras cosas, tal vez, un alivio para tanto cansancio histórico”, escribió.

Share:

La grosería es nuestra “marca país”.

Por Ernesto Pérez Chang.

Clientes a la entrada de un restaurante en Holguín (Foto: Archivo de CubaNet).

“Parecen estar permanentemente enfadados. Algunos hasta pudiera decir que miran con una mezcla de odio y desprecio, de ‘me molesta atenderte’”, me dice un amigo, ajeno a cualquier paranoia aunque muy afectado por eso que con ironía ha bautizado como la verdadera “marca país” y que en realidad son los constantes maltratos que cubanos y cubanas damos y recibimos entre nosotros mismos, al punto de que algunos han llegado a normalizar el problema. 

“Ha escalado tanto que si te enfadas o reclamas en público el raro eres tú”, comentaba otro amigo, y ponía como ejemplos dos experiencias recientes que tuvo. La primera con una empleada de la tienda La Época, en La Habana, y la segunda con un chofer del taxi colectivo donde viajaba. 

“Les reclamé por la mala atención”, cuenta. “No solo estaban siendo groseros conmigo, sino con los demás clientes; nos gritaban y maltrataban como si en vez de clientes fuéramos mendigos acosándolos, pero aun así nadie se solidarizó conmigo, al contrario, me miraban como a un loco, un problemático; defendían tanto al chofer como a la tendera a pesar de que ambos continuaron con sus maltratos y groserías contra los mismos que los defendían. Esto es algo que me tiene muy preocupado porque sucede todo el tiempo, en todas partes, y muy pocos parecen asombrarse”.

Se trata de eso que llamo la “grosería nacional” y que de cierto modo también ha viajado y emigrado con nosotros hacia donde hemos marchado pensando que dejamos todo atrás, pero no es así. Es como si el ser groseros, despóticos y violentos formara parte de una “cultura” que solo llamamos como tal quizás para justificarnos por la total falta de ella, por causa de las deformaciones y degradaciones que ha sufrido durante décadas un sistema educativo cuyo principal objetivo no es educar o inculcar valores, sino inocular obediencia ciega no tanto a una ideología o partido -eso son solo pretextos-, sino a un régimen totalitario sin ideología verdadera ni principios éticos y morales, cuyas relaciones con los ciudadanos son groseras y violentas.

Pudiera ser esa la raíz del mal que denuncian estos amigos, siendo nuestras actitudes tan solo un reflejo de un sistema político abusivo que para lograr nuestra obediencia comienza por extirparnos la empatía, sustituyéndola por actitudes “programadas” y acciones de reflejo que responden, a modo de rebaño, a una cofradía, a un reglamento, a un “comité de base”, a una organización “política y de masas”, a una orden, a un decreto, a un cargo, a un poder irrevocable, a una burocracia institucionalizada, a una ideología, incluso a una “tarea”, una “misión”. Y esas “marcas”, como podemos comprobar a diario, se revelan en la jerga que empleamos dentro de esa “cultura” de la grosería.

Por ejemplo, el trato impersonal, deshumanizado, mecánico, policial, dictatorial que recibimos a la entrada de un banco, frente a una ventanilla de trámites, en el mostrador de una bodega o una farmacia, en la consulta médica y hasta en los sistemas de “atención a la población” -diseñados para evadirnos y no para atendernos-, repiten el esquema despótico de un régimen consciente de que su permanencia en el poder no depende de nuestra voluntad sino de su capacidad de violentarnos con efectividad, de su capacidad de transformarnos en bestias, es decir, en animales con la capacidad de enfrentarse entre ellos mismos hasta la muerte pero, al mismo tiempo, de obedecer con mansedumbre al dueño del rebaño, aunque las órdenes no sean de su agrado. 

Sin embargo, eso que pudiera servir para entender los mecanismos más profundos del “sistema” no explica eficientemente el enfado de fondo, casi generalizado, que detectamos en esas acciones y reacciones groseras tanto en la empleada del banco como en la de la OFICODA, como en la camarera de tal restaurante privado o en la de una cafetería estatal, en la enfermera, el portero, el agente de aduanas y hasta el carretillero o el vendedor por internet que, para vender rápido su mercancía, debería primero librarse de “enojos”.

Pero en el enojo que nos embarga a casi todos, en el enfado profundo que cargamos con nosotros, incluso años después de haber escapado de esa maquinita de moler carnes y almas a la que llamamos Cuba, se ocultan decepciones, frustraciones y hasta falsas resignaciones en cantidades altamente tóxicas. 

Así, solo quienes saben lidiar con esa carga letal que cada uno de nosotros lleva encima en mayor o menor proporción, quienes son conscientes de que la llevan aun en contra de su voluntad, pueden asombrarse y hasta preocuparse frente a la grosería que lamentablemente nos invade y destruye. El resto, enfadado pero obediente, simplemente no es capaz de verla ni siquiera en sí mismo. Esa grosería es la verdadera “marca país”, como cualquier marca hecha con hierro candente.     

Share:

miércoles, 11 de septiembre de 2024

Bola de Nieve: un hombre triste que cantaba alegre.

Por Laura Rodríguez Fuentes.

Ignacio Jacinto Villa y Fernández, mundialmente conocido como Bola de Nieve, nació el 11 de septiembre de 1911, hace 113 años.

Una noche de principios de los años 30 aparecía en la escena del frecuentado Hotel Sevilla de La Habana la ya conocida cantante Rita Montaner junto a un pianista vestido al estilo de un lord inglés, negro, de cara redonda, cabeza rapada a navaja y con una maestría indiscutible para acompañar a La Única. Así, prácticamente, se daba a conocer Bola de Nieve, el nombre artístico que lo acompañaría toda su vida. 

Era este, en realidad, un apodo de la infancia de Ignacio Jacinto Villa y Fernández, nacido en la villa de Guanabacoa el 11 de septiembre de 1911, en e seno de una familia de pocos recursos integrada por otros 12 hermanos, muchos de los cuales fallecieron a temprana edad debido a enfermedades infecciosas de la época.

Aunque había matriculado en el Conservatorio José Mateu a los 12 años y luego estudió Magisterio, El Bola se ganó la vida inicialmente trabajando como pianista de películas silentes en el cine Carral. “Hubo que comer y me dediqué a tocar el piano en un cine…”, confesó en una de sus últimas entrevistas. “Yo no sé si me inicié en el arte o si me iniciaron. Yo no tuve motu proprio para decir ‘Yo quiero ser…’. ¡Jamás!”.

Junto a Rita despuntó la carrera de este inusitado showman, un fenómeno artístico al que muchos tildaron como “excéntrico musical”. De aquel primer encuentro con la diva derivó su primera gira por México, que lo catapultó a la fama mundial y lo condujo a los grandes escenarios latinos, europeos y norteamericanos junto a Ernesto Lecuona. 

El Bola cantaba en varios idiomas: inglés, francés, italiano y portugués. Cuentan que, tras su presentación en el Carnegie Hall de Nueva York, debió salir al escenario nueve veces ante el público que no paraba de aplaudirlo y ovacionarlo. La prensa especializada lo comparó, incluso, con el francés Maurice Chevalier y el estadounidense Nat King Cole, y la mismísima Edith Piaf llegó a asegurar que nadie interpretaba como él La vida en rosa. 

Bola de Nieve creó un estilo único y gestual que rompía los esquemas de los cabarets a pesar de mostrarse en el escenario con su impecable etiqueta, como su singular interpretación de temas tan pintorescos como Mesié Julián: “Yo, soy negro social / soy intelectual y chic / y yo fui a Nova Yol / conozco Broguay, Parí / Soy artita mundial y no digo má chachá”.

Amén de sus glorias, El Bola fue criticado por algunos músicos de academia debido a su “voz escasa, áspera, zalamera, sin timbre seductor, y su repertorio exótico”, según recogen varios investigadores. Él mismo respondería a las críticas alegando que no le interesaba impresionar, sino tocar la sensibilidad del que escucha.

Además de los desafíos que debió sortear debido a los convencionalismos sociales, Bola de Nieve también convivió con múltiples prejuicios debido a que jamás escondió su homosexualidad ni sus prácticas religiosas. De hecho, el escritor Enrique Núñez Rodríguez relató que, en una ocasión, él mismo le comentara: “A mí me gusta que digan de mí ‘¡Qué clase de artista es Bola de Nieve, lástima que sea homosexual!’, y no que digan: ‘¡Qué homosexual es Bola de Nieve, lástima que sea artista!’”. Sobre este tema en particular, el escritor Pere Montaner sostiene que “Bola de Nieve se convirtió sin quererlo en embajador cultural de un régimen homófobo que, en esta ocasión, hizo la vista gorda ante la homosexualidad del artista”.

Varios musicólogos han llegado a afirmar que algunas de las canciones que eligió Ignacio Villa para interpretar fueron un reflejo de su propia “vida atormentada”, como No puedo feliz, de Adolfo Guzmán. De ahí que, tal y como sostiene Montaner, fue un maestro en el arte de aunar la a veces trágica dicción del bolero con las armonías del blues y el jazz, por lo que solía provocar en quienes lo escuchaban emociones que podían rayar en la nostalgia o la desazón a punto de hacerlos llorar. 

Y es que él mismo se autodefinía como “un hombre triste que canta alegre”. Testimonios suyos confirman que incluso llegaba a subestimarse: “No soy exactamente un cantante, sino alguien que dice las canciones… Si tuviera voz hubiera cantado en serio, cantaría ópera, pero tengo voz de manguero, tengo voz de vendedor de duraznos, de ciruelas; entonces me resigné con vender ciruelas sentado al piano”.

En varias oportunidades Bola de Nieve aseguró que tampoco se consideraba un gran compositor sino de “cancioncitas baratas” a pesar de haber creado temas tan estremecedores como Si me pudieras querer, No quiero que me olvides o Ay, amor.

Share:

jueves, 5 de septiembre de 2024

Cuba: corrupción, violencia y cacería de brujas.

Por Iván García.

Parque El Curita.

Cuando cae la noche en el Parque El Curita, situado en la manzana que comprende las calles Galiano, Reina, Águila y Dragones, en el corazón de La Habana, ya se han marchado los vendedores de rosita de maíz y pacotillas piratas compradas a precios de saldo en la zona franca de Colón en Panamá. A esa hora, la flotilla de taxis particulares, casi todos jeeps Willys y automóviles Ford y Chevrolet con carrocería de la década de 1950, han abandonado el parqueo, dejando tirado en el asfalto vasos plásticos desechables, envoltorios de confituras y colillas de cigarros.

Al filo de la medianoche, el lugar se transforma en una pasarela marginal. Hombres que pagan 3 mil pesos, equivalente a diez dólares, por media hora de sexo exprés en un ruinosa habitación o en una lúgubre escalera de algún edificio cercano. El Curita era el apodo de Sergio González, jefe del grupo de acción y sabotaje del Movimiento 26 de Julio que el 8 de noviembre de 1957 organizó la Noche de las Cien Bombas en la capital cubana y cuatro meses después fue torturado y asesinado. Hoy el parque que lleva su nombre es un lugar de citas de jineteras, gays, travestis y pingueros.

También es el centro de operaciones de vendedores de drogas. Si usted pregunta, y no tiene pinta de policía, le dicen quién vende marihuana criolla, pastillas o drogas sintéticas como el químico, una mezcla de varias sustancias opiáceas que produce terribles efectos. A pesar de las cámaras de seguridad ubicadas en las calles Reina, Galiano y Dragones, y los operativos de la policía, el parque y sus alrededores siguen siendo una zona de tolerancia.

Llamémosle Yadian, un tipo que suele usar un short de mezclilla y zapatillas Adidas, asegura que el acoso policial al tráfico de drogas y la prostitución femenina y masculina, es de baja intensidad. «Que nadie te engañe, men. El 90por ciento de los que venden drogas trabajan pa’la policía. Se ve a la cara. Cualquiera que conoce ese ambiente lo sabe. Con la prostitución igual. Muchos monos (policías) reciben dinero de las putas y homosexuales que controlan. Es un negocio. Te dejan hacer mientras no te metas en política o en broncas violentas. No creo que al gobierno le importe que la gente se ‘vuele’ o le pague a una jinetera pa’ acostarse con ella”.

Un ex oficial de la policía comenta que “la corrupción en los cuerpos policiales no es nueva. Comenzó hace treinta años. Ahora simplemente se ha acentuado. Hay oficiales y soldados que lucran con la autoridad que les otorga el Estado. Lo mismo cuidan negocios de personajes que tienen un billete largo que hacen detenciones en los alrededores de centros de elaboración de alimentos o fábricas importantes, donde se sabe que la gente roba muchísimo. Después que te detienen, negocian una determinada cantidad de dinero a cambio de soltarte”.

Silvio, taxista privado, afirma que la corrupción en Cuba es alarmante. “Llevo más de veinte años boteando (alquilando) y siempre había guardias que cuando te pillaban cometiendo una infracción, le dabas el equivalente a cinco o diez dólares y te dejaban seguir. Pero ahora la mayoría de los policías son corruptos, igual que los inspectores. El otro día estaba boteando de La Habana a la playa de Guanabo, y me para una patrulla. Revisa los papeles y todo estaba en orden. Comienza a revisar el vehículo y me multa por un problema técnico. Discuto airadamente con el policía y me amenaza con llevarme a la unidad por desacato. Negociamos. Le ofrezco seis mil pesos y el tipo tan campante se queda con la mano estirada y me dice que es muy poco dinero. Tuve que darle diez mil pesos. Al final te dejan sin elección: o pagas o te montan un número ocho”.

Cuando amanece en el El Curita y las prostitutas, gays y traficantes de drogas regresan a sus casas, decenas de taxistas privados comienzan su jornada de trabajo que puede extenderse hasta catorce horas. Dubier, quien conduce un auténtico Frankestein mecánico (carrocería de Ford 1951, motor alemán, caja de velocidad japonesa y frenos de Hyundai sudcoreano), despues de limpiar el cristal delantero del carro con una hoja de papel periódico, cuenta que en las ultimas semana se ha “desatado una persecución contra los boteros y los negocios privados”.

“Antier me llevaron a la unidad de policía por supuesto desacato. El día anterior me habían puesto una multa de doce mil pesos por un error en los papeles. Ese mismo día, a otro policía le doy veinte mil pesos porque me iba a suspender la licencia operativa con la que puedo alquilar. El muy cabrón, al ver que le pagué, le da el número de mi chapa a otras patrullas y cada vez que me paraban me querían extorsionar. Exploté y terminé en la unidad de policía. Hablé con mis colegas y les propuse estar una semana sin salir a botear y hacer una huelga. A ver qué pasa. Es responsabilidad del Estado garantizar el transporte público, no de nosotros”.

Diego, dueño de un bodegón, asegura que el “acoso en este último mes ha sido terrible. No solo te persiguen los inspectores para que cumplas la normativa de precios topados, también para conocer tus ganancias y por qué no utilizamos la cuenta bancaria fiscal. El gobierno nos ha abierto fuego graneado. Aprobaron seis decretos y elevaron los impuestos. Eso va a impactar en el precio final al consumidor. El clima que estamos viviendo es insoportable”.

Yassier, empleado en un negocio de reparación de equipos electrónicos, subraya que “las nuevas medidas son contraproducentes. Y la lista con 125 labores que las autoridades prohíben es descabellada. Yo había pactado con los directivos del hospital Joaquín Albarrán el mantenimiento y reparación de equipos médicos. Al aprobarse esa lista ya no es permitido. ¿A quién le afecta? Al pueblo, la casta dirigente tiene sus clínicas donde no les falta nada”

Darío, emprendedor, expresa que “con la subida de impuestos, el cobro en dólares de algunos aranceles y forzar al que sector privado importe mercancías desde bancos del Estado es una sentencia de muerte para la mayoría de los negocios. Son demasiados los frenos. Hay MIPYMES, como las de la construcción, que no puedes contratar a más de cien personas. A eso súmale que los bancos no te venden divisas. Para reaprovisionarnos tenemos que comprar los dólares en la calle. Y la mayoría de los proveedores extranjeros no aceptan transacciones con bancos del gobierno. Ya sea por el tema del embargo o por sus habituales impagos”.

Lo preocupante, considera el ex oficial de la policía es “que en medio de una prolongada crisis económica, acosar al sector privado puede traer como consecuencia mayor emigración y más desabastecimiento. Un caldo de cultivo perfecto para que aumente la delincuencia. La gente no se va a morir de hambre. Van hacer mil trapicheos para sobrevivir. Y esos negocios, considerados ilegales, será una mayor presión para las fuerzas policiales”.

La violencia en Cuba va en ascenso. En 2023, en Cuba hubo 86 feminicidios y un centenar de homicidios. En lo que va de año, ya han matado a 35 cubanas y el 24 de agosto, en Ceballos, Ciego de Ávila, un niño de 4 años, un adolescente de 17 años y dos mujeres de 29 y 50 años, fueron terriblemente asesinados por un joven de la localidad que unas horas después fue detenido.

La ofensiva contra el sector privado arreció en los últimos dos meses: el Ministerio de Finanzas y Precios cerró más de 360 emprendimientos. Y solo en una semana realizaron 58 decomisos y 773 ventas forzosas por supuestas violaciones detectadas, además del cierre de 177 establecimientos y 197 retiros de proyectos de trabajo. Según el diario oficialista Granma, hasta la fecha se habían ejecutado un total de 157.331 acciones de control fiscal con multas por un monto 2.999 millones 390 000 pesos. Y se concluyeron 49 auditorías con un importe de 58.605.000 pesos.

El gobernante Miguel Díaz-Canel intenta convencer a la opinión pública de que la Resolución 225/2024 que se le viene aplicando al sector privado “no es una cacería de brujas hacia una determinada forma de gestión o de propiedad”. Los emprendedores cubanos creen lo contrario.

Parque El Curita. En ese lugar radicaba la Plaza del Vapor, un gran mercado cubierto, inaugurado en 1835, renovado en 1874 y demolido en 1959 por los barbudos que por vía violenta llegaron al poder. Se llamaba así por una gran pintura que tenía en una de sus paredes de El Neptuno, el primer vapor que hacía viajes entre La Habana y Matanzas. Además de comercios, bares, restaurantes y otros negocios, la Plaza del Vapor era famosa por la venta de billetes de lotería. La torre a la izquierda es del inmueble donde radicaba la Cuban Telephone Company, en Águila y Dragones, hoy sede de la sucural habanera de ETECSA. Imagen de Ernesto González Díaz tomada de Havana Times.

Share:

lunes, 2 de septiembre de 2024

Huber Matos, dos décadas de cárcel por su desencanto con la Revolución.

Por CubaNet.

Camilo Cienfuegos, Fidel Castro y Huber Matos entran a La Habana, 8 de enero de 1959 (foto: hubermatos.org)

El caso del comandante Huber Matos, condenado por el régimen de Fidel Castro a 20 años de prisión por “actos de sedición y traición” supuso un momento de ruptura de la coalición revolucionaria.

Huber Matos, maestro de escuela del pueblo de Manzanillo, en la otrora provincia de Oriente, fue miembro del Partido Ortodoxo.

Pasó a formar parte del Movimiento 26 de Julio y más tarde se unió al ejército rebelde de Castro en la Sierra Maestra. En las montañas alcanzó el rango de comandante en 1958 y, en enero de 1959, entró a La Habana junto a Castro.

Sin embargo, ese mismo año, en octubre, escribió a Castro una carta personal renunciando a su mando, en la que expresaba su deseo de volver a trabajar como maestro y que estaría motivada, según ha apuntado Roberto Jesús Quiñones, por su preocupación por la creciente influencia de los comunistas en el gobierno revolucionario de Cuba.

El 11 de enero de 1959, Matos había sido nombrado gobernador militar de la provincia de Camagüey.

Pero meses después, habiendo visto que Castro había acusado al presidente Urrutia de acciones que “rayaban” en la traición, poniendo en su lugar a Osvaldo Dorticós, y con los signos de penetración comunista en las fuerzas armadas cubanas, el comandante Matos decidió renunciar. El gobierno que había apoyado no parecía estar en el futuro de Cuba.

Tras la carta de dimisión, Fidel Castro lo tachó públicamente de traidor, el 21 de octubre de 1959 y envió al comandante Camilo Cienfuegos, uno de los líderes más populares de Cuba, a detenerlo.

Castro convocó una reunión del gobierno para discutir el destino de Matos. Raúl Castro y el Che Guevara estaban a favor de la ejecución. Tres ministros clave, Manuel Ray, Faustino Pérez y Felipe Pazos, cuestionaron la versión castrista de los hechos y fueron sustituidos inmediatamente por hombres leales a Castro.

Según los testimonios de Huber Matos, Camilo Cienfuegos se presentó en Camagüey el 21 de octubre “con el rostro desencajado”, para informarle de su arresto. Ese día recibió una llamada de Fidel, y aunque Matos no pudo escuchar lo que este decía, sí la respuesta de Camilo: “Hemos metido la pata. Esto se debió haber manejado de otra manera. (…) Tú dirás lo que quieras, pero esto que se ha hecho es una metedura de pata”.

Una semana después, cuando debía regresar a La Habana, Cienfuegos desapareció. El 28 de octubre, presuntamente salió del aeropuerto de Camagüey a las seis de la tarde, en un Cessna 310 C, acompañado solo por el piloto y un ayudante. Debía llegar a la capital dos horas y media después, pero esto nunca ocurrió.

El dictador Castro, evitando convertir a Matos en un mártir, decidió no ya someterlo al paredón, sino, en cambio, condenarlo a la cárcel.

El 11 de diciembre de 1959 comenzó el juicio del comandante y duró cinco días, después de los cuales fue condenado a 20 años de prisión, una sentencia que cumplió en su mayoría en la Isla de Pinos.

Matos salió de la cárcel el 21 de octubre de 1979 después de haber cumplido todos y cada uno de los días de su sentencia y se reunió con su familia en el exilio. Falleció en 2014 en Miami, tras su sufrir un ataque al corazón, a sus 95 años.

Share:

domingo, 1 de septiembre de 2024

“El Bogotazo” le quedó grande a Fidel Castro.

Por Luis Cino.

Fidel Castro durante El Bogotazo (Foto: Internet).

Hace 75 años, en abril de 1948, al involucrarse en “El Bogotazo”, la violenta revuelta en la capital colombiana que siguió al asesinato del líder populista Jorge Eliecer Gaitán, el entonces muy joven y casi desconocido Fidel Castro dio inicio a sus aventuras revolucionarias en América Latina.

Debido a su gran arraigo popular, todo parecía indicar que Jorge Eliecer Gaitán, al frente del Partido Liberal, sería el ganador de las elecciones presidenciales que se efectuarían en 1950. Pero el 9 de abril de 1948, poco después de la una de la tarde, cuando salía de su oficina para ir a almorzar a una cafetería cercana, fue ultimado a balazos por Juan Roa Sierra, un joven perturbado mental que había pedido a Gaitán lo ayudara a conseguir empleo.

Siempre se ha sospechado que la dirigencia del Partido Conservador estuvo detrás del asesinato y que Juan Roa Sierra solo fue el ejecutor de su plan homicida, pero nunca se pudo probar, ya que minutos después de disparar los tres balazos que segaron la vida de Gaitán, una enfurecida turba linchó a Roa Sierra.

Fidel Castro, que aún no había cumplido los 22 años, estudiaba Derecho en la Universidad de La Habana y había arribado a Colombia nueve días antes. Andaba cerca del lugar del crimen, en la bogotana Carrera Siete, porque tenía concertada para las dos de la tarde una entrevista con Gaitán en su despacho.

Dos días antes, el 7 de abril, Gaitán había recibido a Fidel Castro y su amigo Alfredo Guevara, quienes habían acudido al político colombiano para recabar su apoyo para un Congreso de Estudiantes Latinoamericanos, ideado y financiado por el gobierno del militar argentino Juan Domingo Perón con el propósito de boicotear la IX Conferencia Panamericana que se desarrollaba por esos días en Bogotá.

La muerte de Gaitán impidió su segunda reunión con Fidel Castro, donde se suponía que daría respuesta al pedido de ayuda del joven cubano para fomentar la agitación anti-yanqui en el continente.

Más que conmoverse por la muerte de Gaitán, Fidel Castro se entusiasmó con la revuelta, que creyó le daría la posibilidad de poner en práctica sus ideas sobre la violencia revolucionaria. Pero la magnitud de los disturbios superó sus expectativas.

Se calcula que hubo entre 500 y 3 000 muertos y centenares de edificios fueron saqueados e incendiados. Era demasiado fuerte aquello para Fidel, un burguesito majadero e idealista cuya experiencia revolucionaria hasta entonces se había limitado a la agitación y el pandillerismo en la Universidad de La Habana.

La primera acción de Castro en el motín bogotano fue lanzar al suelo y patear una máquina de escribir que un manifestante sacó de una oficina saqueada. ¿Un anticipo de la futura furia de Castro contra los escritores que se resistieran a sus designios?

Años después, Gabriel García Márquez, que por entonces tenía la misma edad que Fidel Castro y también era estudiante universitario, después que Castro le contó sus experiencias de “El Bogotazo”, dijo que creyó haberlo visto cuando destruía la máquina de escribir. Pero, dado el gran poder de fabulación del Gabo, heredado de su abuela Tranquilina Iguarán, y su afán por agradar al dictador cubano, nadie le hizo demasiado caso.

En realidad, lo más que recordaría -y lamentaría- García Márquez de “El Bogotazo” fue que en el incendio de la pensión de estudiantes donde estaba viviendo perdió los manuscritos de sus cuatro primeros cuentos y el manoseado Ulises, de James Joyce, que estaba intentando leer de corrido cual novelita de vaqueros de Marcial Lafuente Estefanía.

Ajeno al panorama político y la idiosincrasia de los colombianos, Fidel Castro arengó y discurseó en las calles de Bogotá, pero nadie le hizo caso. Ni siquiera hizo efecto la encendida arenga que pronunció cuando logró hacerse con un fusil mauser en un cuartel policial saqueado.

Decepcionado de aquel caos que de ningún modo era la revolución de sus sueños, y muy asustado al saber que la policía colombiana andaba en pos de “los estudiantes comunistas cubanos”, Fidel Castro, Alfredo Guevara y sus compañeros pusieron pies en polvorosa y no pararon hasta la Embajada cubana, que buscó rápidamente el modo de ponerlos en un avión y enviarlos de regreso a La Habana.

Share:

“El Bogotazo”: ¿Qué hizo Fidel Castro en las violentas revueltas colombianas?

Por Patricia Quintana.

Fidel Castro en "El Bogotazo" (Foto: Misiones Cuba Minrex).

En abril de 1948, el asesinato del líder populista Jorge Eliecer Gaitán desencadenó una serie de actos violentos que sembró el caos en la ciudad y trascendió como “El Bogotazo”. El entonces joven Fidel Castro, a sus 22 años, se involucró en lo que el dictador describió posteriormente como “otra aventura” de su vida.

Castro, estudiante de Derecho de la Universidad de La Habana, se encontraba en Bogotá para participar en el Congreso Latinoamericano de Estudiantes, que se realizaba en coincidencia con la IX Conferencia Panamericana, donde se adoptó la Carta de la Organización de Estados Americanos (OEA).

En Bogotá, con Fidel estaban otros dos jóvenes, Enrique Ovares, presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) y Alfredo Guevara, secretario de la organización.

Estudiantes colombianos pusieron a Castro en contacto con Jorge Eliécer Gaitán y el 7 de abril de 1948 se econtraron. “Encontré a una persona de mediana estatura, aindiado, inteligente, listo, amistoso. ¡Con qué amistad nos trató! ¡Con qué afecto! Nos entregó algunos de sus discursos junto a otros materiales, se interesó por el congreso y nos prometió clausurarlo en un acto multitudinario en el estadio de Cundinamarca”, rememoró el dictador en entrevista con la periodista Katiuska Blanco, quien recogió las anécdotas en el libro Fidel Castro Ruz. Guerrillero del tiempo.

El 9 de abril, sin embargo, Gaitán fue baleado y los planes de Castro se frustraron. Presuntamente, como apunta Luis Cino, fue ultimado a balazos por Juan Roa Sierra, un joven perturbado mental que había pedido al líder liberal ayuda para conseguir empleo.

Una de las hipótesis sobre su muerte sugiere que la dirigencia del Partido Conservador estuvo detrás del asesinato y que Juan Roa Sierra solo fue el ejecutor del plan homicida, pero nunca se pudo probar.

El momento supuso un punto de inflexión en la Colombia de 1948. Miles de muertos, edificios saqueados e incendiados fue el cierre de las jornadas desatadas aquel 9 de abril de 1948.

Un entusiasta Fidel Castro en medio de la revuelta.

Fidel relató aquelló como una “aventura” más de su paso por Colombia. “¡Nadie se puede imaginar las grandes aventuras que viví en tan poco tiempo!”

El día de la muerte de Gaitán, se sumergió en la turba enfurecida. Decidió salir a ver qué pasaba y con un “hierro” en mano se dirigió a la zona donde radicaba la oficina del líder asesinado.

Exultante, el joven Fidel encontró la ocasión propicia para arengar ante la población, quizás la única forma que halló el estudiante burgués para involucrarse.

“Cuando desemboqué en la calle, vi gente rompiendo las vidrieras. En un momento había una mezcla de acciones y emociones, todavía no robaban pero estaban furiosos y rompían todo a su paso. Yo traté de persuadir a algunos”, dijo.

Su aporte al Bogotazo fue exclamar: “¿Por qué hacen esto? No hagan esto”. Además, les pidió “que no destruyeran, porque inmediatamente me di cuenta de que si empezaban a destruir, iban a crear una mala imagen y disgusto popular”.

El “salvador” Fidel, la imagen suya que quiso perpetuar en el libro de su siempre fiel biógrafa Katiuska Blanco, era una imagen del miedo y de la incertidumbre: “Era como tratar de aguantar con las manos un río crecido”.

Contra la máquina de escribir.

De ese día ha quedado también la anécdota de cuando lanzó una máquina de escribir de un joven que resultó ser Gariel García Márquez.

“Yo llegué a un parque y vi a un individuo dando palos, golpes, tratando de romper una máquina de escribir, y lo vi tan angustiado y pasando tanto trabajo para romperla, que le dije: ‘Espérate, no te desesperes, dame acá’, y agarré la máquina y la tiré hacia arriba, fue lo que se me ocurrió para ayudar a aquel hombre”. Años más tarde, García Márquez reconoció que él era aquel hombre de la máquina de escribir.

De las revueltas se alejó. Fidel Castro, Alfredo Guevara y Enrique Ovares se refugiaron en la Embajada cubana, luego de las noticias de que la policía andaba tras su rastro. Las autoridades cubanas resolvieron llevarlos de vuelta a Cuba.

“A la vuelta de El Bogotazo, cuando me dediqué en serio a estudiar, ya estaba mentalmente condicionado para volverme socialista y comunista sin haber estudiado el marxismo”, apuntó. Pero aquello de su participación en El Bogotazo ha quedado para la historia como un fiasco.

Share:

La vida en Cuba: basureros, aguas albañales y mosquitos.

Por Gladys Linares.

Quienes vivan o hayan vivido en Cuba están conscientes de que en cualquier barrio, ciudad, poblado o localidad, por muy urbana o rural que esta sea, al salir a la calle nos espera el mismo paisaje deprimente y desolador: interminables basureros, generalmente acompañados de aguas albañales, que permanecen semanas sin ser recogidos y no solo contaminan el ambiente con sus pestilentes emanaciones, sino que además sirven de guarida a un sinnúmero de ratas, moscas, cucarachas, guasasas y mosquitos, transmisores todos ellos de innumerables enfermedades. 

Esas sempiternas montañas de basura van creciendo según pasan los días y, conforme aumentan de tamaño, las plagas que en ellas habitan van ampliando su hábitat hasta convertirse en huéspedes indeseables de nuestros hogares. Todo ello sin que tengamos cómo combatirlos, pues hace muchos años que no solo no se fumiga, o se fumiga esporádicamente, sino que tampoco se venden venenos efectivos para eliminar estos vectores como no sea en divisas, a las que gran parte de la población no tiene acceso. Por consiguiente, estamos permanentemente expuestos a las enfermedades que ellos transmiten.

En ocasiones algunos vecinos, irritados ante la indolencia gubernamental, preocupados por la proliferación de esas alimañas y temerosos de enfermarse ellos o sus familiares, acuden a recursos desesperados como quemar los desperdicios. No pocas veces ha sido peor el remedio, pues las llamas se han extendido a los postes de electricidad, incluso a alguna vivienda. Con todo, no faltan quienes se decantan por el radical método, acaso convencidos de que todos los males contenidos en la basura serán purificados por el fuego. Con respecto a eso, hace poco me comentaba una vecina: “Estamos viviendo en medio de la inmundicia, acabo de ver a un hombre tirar en el basurero de la esquina los mondongos de un animal. A eso hay que darle candela, porque no se va a poder aguantar la peste”.

“No hay recursos para sanear el país”, gimotean entretanto los mandamases, que intentan evadir su responsabilidad justificando su abandono y su incompetencia con el “recrudecimiento del bloqueo”. Pero a estas alturas ya los cubanos no les creemos. Por el contrario, cada vez son más los que cuestionan cómo es posible que el “bloqueo” no les impida gastar el dinero ni los recursos del pueblo en congresos y eventos nacionales e internacionales y cuanta celebración se les ocurra.

Lo cierto es que hoy por hoy los habitantes de Cuba estamos atravesando una de las más graves crisis epidemiológicas desde el inicio de la República. El propio aire que respiramos está saturado de incontables virus. Claro que las autoridades sanitarias solo alertan de la fiebre de Oropouche y el dengue, y eso solamente cuando los casos llegan a ser tan numerosos que resulta imposible ocultar la existencia de una epidemia.  

Ahora bien, el grave problema de la basura sin recoger no es nuevo, sino que ya data de décadas. En ello ha incidido también la disminución y deterioro de los contenedores. Por una parte, muchos han perdido las ruedas y las tapas como consecuencia del desmedido vandalismo inherente a un sistema totalitario como el nuestro. Por otro lado, debido a la manipulación negligente de los propios empleados de la Empresa de Servicios Comunales (que tras vaciarlos, en lugar de colocarlos correctamente, acostumbran tirarlos sin cuidado) muchos han perdido las esquinas o no se sostienen en su posición. Así se hizo costumbre tirar la basura en la acera, lo cual, combinado con la inestabilidad en la recogida, fue convirtiendo nuestros pueblos y ciudades en vertederos.

En uno de los tantos apologéticos “reportajes” que de vez en cuando transmite la Televisión de Cuba un dirigente de Servicios Comunales reconoció como una de las “dificultades” de la empresa la escasez de trabajadores. Empero, omitió referirse a las principales causas de esa deficiencia, como los bajos salarios o la falta de los imprescindibles medios de protección. A propósito de ese déficit de personal el reportaje mencionaba el empleo de presos para esta actividad. No obstante, esa práctica dista mucho de ser nueva. O de ser opcional, para el caso. Bajo el dominio castrista ningún prisionero puede negarse a trabajar allí donde lo asignen, así sea en una labor tan arriesgada como es la recolección de desechos.

Share: