domingo, 28 de febrero de 2010

Los focos sobre Cuba.

Por David Jiménez Torres.

Desde Cuba nos llegan dos hombres: un vivo y un muerto. Uno es un prisionero palestino que sale de Guantánamo y al que acoge nuestro Gobierno para que rehaga su vida en España. El otro es un preso político de la dictadura castrista, muerto de hambre y de palizas. Desconocemos el nombre de uno, para proteger su privacidad y para que pueda desarrollar aquí su vida sin problemas: del otro conocemos nombre y apellidos, porque es lo único que le queda. El uno es producto de una situación sobre la que han recaído los focos y las denuncias de todo Occidente, los mayores esfuerzos periodísticos y jurídicos, organizativos y activistas, culturales y artísticos, de millares de personas en Estados Unidos y en Europa. El otro es una víctima de una causa olvidada que nunca llegó a ser ‘cool’. Maná no le dedicará una canción.

Durante mis cuatro años de universidad en Estados Unidos presencié la organización de varios actos de concienciación pública, de charlas y coloquios y seminarios, de protestas y vigilias a favor de los presos de Guantánamo. Ni uno por Cuba. Ni uno por los presos políticos cubanos, y eso que nos cogía cerca la primavera negra del 2003. Ni Amnistía Internacional ni la Asociación de Estudiantes Latinoamericanos montaron nada, jamás. Cuando vino a dar una charla el antiguo fiscal general del Estado de Bush hijo, Alberto Gonzales, decenas de estudiantes se pasaron el día vistiendo en sus clases y en los descansos en la cafetería monos naranja como los de los detenidos de Guantánamo; centenares se manifestaron a las puertas del auditorio donde el antiguo fiscal daba su charla. No puedo contar lo que hicieron cuando vino alguien a hablar sobre los presos de Cuba, porque no vino nadie.

Uno no debería cuantificar el dolor y el sufrimiento humanos; pero el contraste entre ambos casos es apabullante. De todos los presos de Guantánamo que se declararon en huelga de hambre total o parcial, Estados Unidos no permitió que muriese ni uno. Orlando Zapata falleció tras 86 días en huelga de hambre. Si, como es lo más probable, Guantánamo cierra el año que viene, la cárcel de Bush no habrá durado ni una década. El encarcelamiento y acoso a disidentes cubanos ya dura cinco. Al palestino le espera España, y la posibilidad de rehacer su vida. A Orlando le esperaban, ayer, la tumba; hoy, el olvido.

No se debe cuantificar el dolor y el sufrimiento humanos, pero sí se deben juzgar, y muy duramente, las reacciones ante ellos. ¿Por qué ha tenido Occidente puestos todos sus focos sobre una bahía de la isla de Cuba, mientras que en el resto de esa misma isla un país entero agoniza de servidumbre y de pobreza? ¿Por qué todos los conciertos y las vigilias y las manifestaciones y los coloquios han sido dedicados a un lugar del que los prisioneros salen vivos, mientras que no ha habido más que mutismo por un lugar del que salen muertos? Guantánamo ha sido un gran error por parte del Gobierno estadounidense; por este error muchos hombres inocentes (no lo eran todos) sufrieron innecesariamente durante unos años, a cambio de muy poco. La dictadura cubana es un régimen asesino que se perpetúa desde hace varias décadas y que condena al pueblo cubano a la miseria y a la esclavitud, a cambio de nada.

La denuncia interesada de los errores de Estados Unidos, añadida al mutismo (cuando no a la complicidad directa) frente al crimen de Estado del régimen comunista no podrían sino avergonzar a sus practicantes. Descuiden que no lo hará. Los focos son suyos.
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sábado, 27 de febrero de 2010

Orlando Zapata: el crimen purificador.

Por José María Marco.

Hay algo particularmente repulsivo en el asesinato de Orlando Zapata por los comunistas cubanos: las torturas a las que ha sido sometido, sin duda, el desprecio por la vida humana, y la sospecha que eso, el asesinato de los disidentes, es la garantía de que el comunismo, ahora castrismo o chavismo, sigue por el buen camino. Así se entiende mejor la favorable disposición del Gobierno socialista español y el silencio de Rodríguez Zapatero -rectificado tarde, y a la fuerza, cuando las palabras ya no tienen valor-, que expresa comprensión hacia el comunismo, en Cuba y en otras partes del continente americano. Si la ideología requiere muertos -es decir, asesinatos y torturas como los que han acabado con la vida de Orlando Zapata-, sabemos que el Gobierno español lo entiende. En cambio a Honduras, que ha cometido el imperdonable pecado de oponerse al designio golpista de Chávez, se la ningunea y no se envía a nadie a la toma de posesión del presidente...

De por sí, la querencia de los socialistas por el comunismo no tiene mucho sentido. Pero el régimen cubano significa la utopía, a la que no se renuncia, y, a partir de ahí, una suerte de legitimidad última, de autorización para actuar sin la menor compasión con el adversario, transformado en enemigo al que el carácter utópico del proyecto socialista permite sacrificar. Desde esa perspectiva, el crimen cometido en la persona de Orlando Zapata hace posible los cordones sanitarios, la censura informativa, el ninguneo intelectual y moral.

Por eso no bastan las palabras de condena de Rodríguez Zapatero. Sólo con una rectificación de fondo de la política con Cuba y en general de la política en América Latina, se podría empezar a pensar que los socialistas españoles han dejado atrás su sectarismo.

Eso conllevaría, además, un cambio en la consideración del papel de España. Rodríguez Zapatero y los suyos han convertido a nuestro país en una sucursal, una portavocía de los regímenes totalitarios de América Latina. Paradójicamente, han subordinado la dignidad de España a ese resorte moral último, irrenunciable, que les lleva a depender de Cuba, y ahora de Venezuela. Con ellos, pasa a la misma situación de dependencia toda la política exterior española. Como el régimen cubano representa el núcleo, el epicentro ideológico, nosotros, los españoles, debemos tolerar crímenes como este con tal de que los socialistas puedan seguir presumiendo de lealtad a su ideología. También quedan subordinados los intereses españoles, en cuanto van más allá de los de los inversores actuales en la isla. Y España renuncia, por la misma razón, a apoyar y promocionar la democracia y los regímenes americanos que apuestan por la moderación y la estabilidad institucional, que son los más, y los más importantes, incluidos México, Brasil, Chile, Colombia... y Honduras, entre otros. Es más cómodo, y parece que más gratificante, que nos ninguneen en la Unión Europea y que nos dicten lo que tenemos que hacer los demagogos y los dictadores de América Latina.
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martes, 16 de febrero de 2010

El carnicero, en Venezuela.

Por Adolfo Rivero Caro.

Los venezolanos les debería preocupar que Ramiro Valdés se encuentre en su país. El Carnicero de Artemisa ha sido el principal organizador de la represión en la larga y sangrienta historia de la revolución cubana. Fidel Castro lo ha destituido más de una vez por corrupto e ineficiente, pero siempre ha vuelto a recurrir a él cuando ha considerado necesario incrementar la represión.

entro de la mentalidad de Castro, Ramiro es lo más cercano a un hombre de confianza. Estuvo a su lado en el asalto al Moncada, en la cárcel, en el exilio mexicano, en la expedición del Granma y en la Sierra Maestra. Fidel lo nombró ministro del Interior por primera vez en 1961. Lo encargó de la represión cuando en Cuba había una oposición masiva a la instauración de una dictadura totalitaria. Y, efectivamente, la ahogó en sangre. Era el hombre para el cargo. Se sabe que es un admirador de Beria, el siniestro jefe de la NKVD de Stalin.

Ramiro tiene 78 años. Nadie discute que, en Cuba, tiene una enorme autoridad. No es para menos, teniendo en cuenta su sangriento historial y que puede mandar a matar a cualquiera impunemente, algo que ha hecho muchas veces.

¿Qué hace Ramiro Valdés en Venezuela? Decir que está allí para mejorar el sistema de servicio eléctrico es como decir que Himmler fue a Polonia para resolver los problemas de la industria del gas.

La realidad es que Fidel desconfía profundamente de las fuerzas armadas venezolanas. Es natural. Después de todo, la principal razón de su prolongada permanencia en el poder ha sido que la revolución cubana llevó a la disolución de las fuerzas armadas de la república y su sustitución por un aparato creado por Fidel desde la misma base. Es por eso que insistirá, una y otra vez, en la depuración de las fuerzas armadas venezolanas. Y es por eso que nunca se sentirá satisfecho hasta que toda la plana mayor de las mismas sea sustituida, no por supuestos partidarios de Chávez (cualquiera puede decir que lo es), sino por hombres que no eran nada y deban al caudillo bolivariano absolutamente todo.

Por el momento, el papel de Ramiro consiste en persuadir a las FFAA venezolanas de la necesidad de una represión implacable –y, de ser necesario, sangrienta– de la oposición. Los que se destaquen en esas tareas serán bien vistos (momentáneamente) por los cubanos. Ese es su papel. No pretendo que los mandos militares venezolanos crean lo que digo; simplemente quisiera que reflexionaran sobre ello.

El gobierno de Hugo Chávez está en crisis. No es de extrañar, pues el estatismo es esencialmente ineficiente. Aquél se ha mantenido en el poder por los extraordinarios precios del petróleo y porque, al igual que otros líderes populistas de América Latina, ha buscado una relación con las masas marginales. Los partidos tradicionales han ignorado esa realidad y ahora tienen que pagar la cuenta. Sin embargo, Chávez y otros líderes populistas son víctimas de una contradicción fundamental. Han denunciado una realidad que se ha querido ignorar, y conseguido por eso el aprecio de multitudes esperanzadas. Sin embargo, no pueden eliminar esos bolsones de miseria sin un enorme progreso económico. Y eso sólo se puede conseguir estimulando la empresa privada. Lamentablemente, Chávez & Co. están haciendo todo lo contrario. Quieren imitar a Cuba, cuando el 87 por ciento de los venezolanos no quiere seguir ese modelo. Están siguiendo el camino de la miseria y el desastre.

No es de extrañar que el 61 por ciento de los venezolanos crea que el país está mal encaminado. Esto es terrible para Chávez, cuya legitimidad está basada en el apoyo popular. Es por eso que considera indispensable mantener ese apoyo, y por lo que se vuelve, frenético, contra los medios de comunicación que lo critican y le hacen perder popularidad. Sin embargo, nada menos que el 78 por ciento está en contra de la decisión de eliminar la emisora RCTV del sistema de TV por cable.

El apoyo popular de Chávez se está desmoronando. Su único respaldo estratégico está en los represores cubanos. Eso le da a Castro la posibilidad de, prácticamente, gobernar Venezuela. Eso, por supuesto, tiene que provocar un profundo disgusto dentro de las fuerzas armadas venezolanas. Algo que inclusive afecta a los generales cubanos que están allí. Es por eso que Fidel manda a Venezuela a Ramiro Valdés, el tercer hombre de la revolución, para que controle a los cubanos e influya en los mandos venezolanos.

Ramiro va a Venezuela a organizar la represión contra los estudiantes, contra todos los que están protestando por el cierre de RCTV y, con el tiempo, contra todos los que no apoyen la instauración de una dictadura totalitaria. Por supuesto, muchos lo dudan. A principios de los años 60, tampoco en Cuba nadie creía que se pudiera instaurar una dictadura. Este es el momento de protestar y rebelarse. El tiempo rompe a favor de Chávez. La presencia de Ramiro Valdés es una declaración tan clara como ominosa. Los venezolanos sólo pueden ignorarla a su propio riesgo. El carnicero está en Caracas.
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lunes, 15 de febrero de 2010

Profesores emergentes y formación instantánea.

Por Generación Y.
La reunión fue sobria y asistieron a ella varios representantes de la sede municipal del Ministerio de Educación. Un murmullo se extendía entre los padres sentados en las mismas sillas plásticas que en las mañanas usan sus hijos. Cercanos a la fecha en que se anuncian las plazas para continuar estudios en la enseñanza media superior, parecía que en aquel encuentro nos dirían el número de preuniversitarios o tecnológicos asignados a la sede escolar. La noticia del fin de los “profesores generales integrales” nos tomó entonces de sorpresa, pues habíamos llegado a creer que la existencia de ellos se prolongaría hasta la pubertad de nuestros bisnietos.
Formar adolescentes –en cursos acelerados- para impartir clases que iban desde gramática hasta matemáticas demostró ser un categórico fracaso. No por el elemento de la juventud, que siempre es bienvenido en cualquier profesión, sino por la celeridad de su instrucción en el magisterio y el poco interés que muchos de ellos tenían por tan noble actividad. Ante el éxodo de profesionales de la educación a otros sectores con ganancias más atractivas, surgió el programa de maestros emergentes y con él la ya maltrecha calidad de la educación cubana rodó por los suelos. Los niños llegaban a casa diciendo que en 1895 Cuba había vivido “una guerra civil” y que las figuras geométricas tenían algo llamado “voldes” que los padres traducíamos como “bordes”. Recuerdo especialmente a uno de estos educadores instantáneos que confesó a sus alumnos el primer día de clases “estudien mucho para que no les pase lo mismo que a mí, que terminé siendo maestro por no haber sacado buenas notas”.

Encima de eso, llegaron las tele-clases a ocupar un porciento elevadísimo del horario escolar, desde la frialdad de una pantalla con la que no se puede interactuar. La idea era calzar, con estas asignaturas trasmitidas por televisión, la poca preparación de quienes estaban frente de los estudiantes. El teleprofesor sustituyó en muchas escuelas al de carne y hueso, mientras los salarios del personal docente aumentaron simbólicamente para no superar nunca el equivalente a 30 dólares mensuales. Enseñar pasó a ser más que un sacerdocio, un sacrificio. De ahí que, delante del pizarrón, aparecieron personas que no dominaban la ortografía, ni la historia de su propio país. Eran jóvenes que firmaban un compromiso para ser maestros, del cual estaban ya arrepentidos después de la primera semana de trabajo. Los incidentes y deformaciones educativas que este procedimiento trajo consigo están escritos en el libro oculto de los fallidos planes revolucionarios  y de los ridículos anuncios productivos que nunca se cumplieron. Sólo que, en este caso, no estamos hablando de toneladas de azúcar ni de quintales de frijoles, sino de la formación de nuestros hijos.

Respiro aliviada de que el largo experimento de la educación emergente haya terminado. Sin embargo, no avizoro el día en que todas esas personas con preparación para enseñar dejen el timón del taxi, la barra del bar o el tedio de trabajar en casa para retornar a las aulas. Al menos me sentiría más tranquila si en lugar de la pantalla de un televisor, Teo pudiera recibir todas sus clases de un maestro corpóreo y que domine el contenido. Creo que para eso tendremos que esperar por los bisnietos.
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miércoles, 10 de febrero de 2010

Lo que heredó la revolución cubana.

Por pinguito.
Algunos datos históricos de la otrora Cuba de los siglos XIX y XX

  • Año 1806: El primer cementerio de Iberoamérica construido fuera de una iglesia fue el Cementerio de Espada, en La Habana (a partir de ahora, siempre que me refiera a Iberoamérica por supuesto que estaré incluyendo también a España y Portugal).
  • Año 1829: Cuba se convierte en el primer país de Iberoamérica y también en uno de los primeros del mundo, en usar máquinas de vapor y barcos de vapor.
  • Año 1837: Cuba se convierte en el primer país de Iberoamérica, y en el tercero del mundo (después de Inglaterra y USA) en usar el ferrocarril. Ya en 1854 Cuba contaba con 593.30 kilómetros de líneas férreas de servicio público, y en 1885 esta cifra ascendía a 1499, mientras que en España solo habían 305 kilómetros de líneas férreas construidas.
  • Año 1847: Un cubano aplica en La Habana por primera vez la anestesia con éter, antes que en cualquier otro país de Iberoamérica.
  • Año 1877: Se realiza en La Habana la primera demostración práctica, a nivel mundial, del funcionamiento de un sistema industrial con luz eléctrica.
  • Año 1881: El cubano Carlos J. Finlay descubre el agente transmisor de la fiebre amarilla.
  • Año 1889: La Habana pone en marcha el primer sistema de alumbrado eléctrico público de Iberoamérica.
  • Años 1825-1897: Entre el 60% y el 75% de los ingresos brutos que España recibía del exterior procedían de Cuba, motivo por el cual la llamaban “ La Perla del Caribe”.
  • Año 1895: Estalla la segunda guerra de independencia de Cuba. Los cubanos, con el machete como armamento básico, tendrán que enfrentarse al ejército más fuerte y numeroso que jamás tuvo España en el Nuevo Mundo. Recordemos que cuando las guerras de independencia de la Latinoamérica continental de Bolívar, Sucre y San Martín, España no pudo emplearse a fondo pues estaba afectada por su conflicto bélico contra Napoleón. Y tuvieron los cubanos que enfrentar a ese poderosísimo ejército español sin ninguna ayuda del exterior. Conocida es la frase de Bolívar de “con un Haití ya nos basta”, y también es conocido que los cubanos que en Estados Unidos se dedicaban a buscar apoyo y a recaudar armas para la causa independentista eran frecuentemente perseguidos y encarcelados por las autoridades estadounidenses. Solo cuando ya los mambises tenían el control de las áreas rurales del país, los Estados Unidos comenzaron a dar alguna ayuda a los insurrectos cubanos, que culminó con su intervención directa.
  • Año 1898: Valeriano Weyler crea los primeros campos de concentración que se conocen en la historia de la Humanidad , al concentrar a los campesinos en las afueras de La Habana , para impedir que estos continuaran apoyando a las fuerzas insurrectas.
  • Año 1898: Los Estados Unidos entran en la Guerra contra España, justo en el momento en que la Metrópolis solo mantenía el control absoluto sobre las ciudades de La Habana , Matanzas y Santiago de Cuba.
  • El ejército norteamericano desembarca en la playa Daiquirí sin tener que hacer un solo disparo, ya que esa playa era territorio mambí.. El único combate terrestre que realizó y en el que derrotó a la infantería y artillería españolas, ayudados siempre por los mambises cubanos que no permitieron la llegada de los refuerzos españoles desde La Habana , fue en las Lomas de San Juan, entonces a las afueras de Santiago de Cuba.
  • Posteriormente, con el hundimiento de la flota del capitán Cervera en la Bahía de Santiago por parte de la ya entonces muy poderosa marina estadounidense, se desmorona el estado de ánimo de los españoles, que deciden la rendición.
  • Una de las tres hipótesis de la voladura del Maine que se valoró durante mucho tiempo planteaba que esta fue realizada por los propios españoles con ánimo de provocar la entrada de los Estados Unidos en la Guerra , ya que no pocos altos militares peninsulares, al apreciar el avance de los mambises, consideraban “más honorable” una derrota a manos de los estadounidenses, que al menos ya habían derrotado a los ingleses, que a manos de los “bárbaros” insurrectos cubanos. Los defensores de esta hipótesis se basan en el contenido de las comunicaciones efectuadas entre el mando militar español en Cuba y la Corona Española entre finales de 1897 y principios de 1898.
  • Todo lo expuesto anteriormente sobre la Guerra del 95 es muy necesario, ya que los libros de texto del actual sistema de educación español distorsionan la historia al afirmar que España perdió a Cuba en una Guerra contra los Estados Unidos, sin mencionar siquiera el importante papel desempeñado por las tropas mambisas en la contienda. (Más información sobre la Guerra de Cuba en el acápite “Guerra Hispano-Americana o Hispano – Cubano – Americana?”).
  • Año 1899: El día 10 de octubre, luego de la total retirada de las tropas españolas, quedan abolidas en Cuba las corridas de toros, por ser “impopulares, sanguinarias y abusivas con los animales”.

Periodo 1900 – 1959

  • Año 1900: Circula en La Habana el primer tranvía que se conoce en Latinoamérica. También ese año circula por las calles de La Habana el primer automóvil, antes que en cualquier lugar de Latinoamérica se conociera ese medio de transporte, y fue conducido por la escritora cubana René Méndez Capote, que se convirtió así en la primera mujer iberoamericana en conducir un automóvil.
  • Año 1900: El primer campeón olímpico latinoamericano fue el esgrimista cubano Ramón Fonts.
  • Año 1906: La Habana se convierte en la primera ciudad del mundo en tener telefonía con discado directo (sin mediación de operadora).
  • Año 1907: La Habana pone en funcionamiento el primer departamento de Rayos X del mundo iberoamericano, que fue dirigido por el médico cubano Francisco Domingues Roldán.
  • Año 1913: El primer vuelo internacional de la aviación latinoamericana fue realizado por los cubanos Agustín Parla y Domingo Rosillo. Ocurrió el día 19 de mayo, de Cuba a Cayo Hueso, y duro dos horas y 40 minutos.
  • Año 1915: Se acuña por primera vez el peso cubano como moneda nacional, y desde su nacimiento tuvo el mismo valor que el dólar estadounidense. Desde 1955 hasta la llegada del Comandante en 1959 el peso cubano valió un centavo más que el dólar.
  • Año 1918: Cuba es el primer país de Iberoamérica en promulgar la ley del divorcio.
  • Año 1921: El cubano Jose Raúl Capablanca se convierte en el primer iberoamericano en ganar un campeonato mundial de ajedrez, y también es el primer campeón mundial de ajedrez nacido en un país subdesarrollado. Ganó consecutivamente todos los campeonatos mundiales desde 1921 hasta 1927, y es considerado por los especialistas como “El Mozart del ajedrez”.
  • Año 1922: Cuba se convierte en el segundo país del mundo en inaugurar una emisora de radio, la PWX , y fue el primer país del mundo en emitir por radio un concierto musical y también en emitir un noticiero radial. La primera locutora mujer de la radio mundial fue la cubana Esther Perea de la Torre.
  • Año 1928: Cuba tenía ya 61 emisoras radiales, 43 de ellas en La Habana , lo que colocaba al país en el cuarto lugar mundial, solo superada por USA, Canadá y la Unión Soviética , y en el primero mundial dada su cantidad de emisoras radiales por número de habitantes y por extensión territorial.
  • Año 1933: Alfonso de Borbón y Battenberg, hijo de Alfonso XIII y en aquel entonces príncipe de Asturias renuncia a sus derechos sucesorios al Trono de España para poder casarse con la cubana Edelmira Sampedro Robato.
  • Año 1935: Cuba se consolida como primer exportador para Iberoamérica de libretos y grabaciones radiales. El cubano Félix Caignet crea el concepto del serial radiofónico y la radionovela.
  • Año 1937: Cuba se convierte en el primer país de Latinoamérica en decretar por ley la jornada laboral de ocho horas, el salario mínimo y la autonomía universitaria.
  • Año 1940: Cuba se convierte en el primer país de Iberoamérica en tener un presidente mulato electo por sufragio universal, y además por mayoría absoluta. Esto era especialmente significativo pues se producía en un país donde la mayoría de su población era todavía de raza blanca.
  • Año 1940: Se aprueba en Cuba la Constitución del 40, una de las más avanzadas del mundo de su época. Cuba se convierte así en el primero de Iberoamérica en reconocer mediante ley el derecho al voto de la mujer, la igualdad de derechos entre sexos y razas, y el derecho de la mujer al trabajo. Ya en la década del 30 en Cuba había surgido el primer movimiento feminista de Iberoamérica. Recordemos que en 1976 todavía la mujer española no tenía derecho al voto, ni derecho a la patria potestad sobre sus hijos, ni podía abrir una cuenta bancaria ni sacar pasaporte sin la autorización escrita y firmada por su marido.
  • Año 1942: El cubano Ernesto Lecuona se convierte en el primer iberoamericano en ser director musical de una productora cinematográfica mundial, y también en el primer iberoamericano en conseguir una nominación a los premios Oscar.
  • Año 1946: La mulata cubana Zoila Gálvez se convierte en la primera iberoamericana en cantar en la Scala de Milán, y en 1950 otra cubana, Martha Pérez, se convertiría en la segunda.
  • Año 1950: Cuba se convierte en el segundo país del mundo en emitir regularmente señales de televisión. Ese Año van a Cuba a hacer su debut televisivo Libertad Lamarque, Pedro Vargas, Arturo de Córdoba, Dolores del Rio, Maria Félix, Lola Flores, Sara Montiel, Concha Piquer, Tita Merello, Lucho Gatica y otras estrellas que no contaban con el medio televisivo en sus respectivos países. Ese Año Cuba se convierte también en el primer promotor, productor y exportador mundial de telenovelas seriadas.
  • Año 1950: El músico cubano Dámaso Pérez Prado coloca durante 15 semanas consecutivas en el hit parade de los EEUU su éxito “Patricia”. Este record no pudo ser igualado ni por Elvis Presley ni por los Beatles.
  • Año 1951: El cubano Dessie Arnaz se convierte en el productor más importante de la televisión de los Estados Unidos. Fue además el primero del mundo en implementar el uso de una tercera cámara en televisión y también el primero en hacer escenas completas en español en un programa transmitido de costa a costa de los Estados Unidos.
  • Año 1951: Se construye el Hotel Riviera de La Habana , el primero del mundo en tener aire acondicionado centralizado.
  • Año 1952: Se construye en La Habana el edificio Focsa, primero de apartamentos construidos completamente de hormigón en todo el mundo. Un año después, en los sótanos de ese edificio se construyen los estudios de televisión más modernos del mundo en su momento, los estudios de la CMQ.
  • Año 1954: Cuba cuenta con una vaca por persona, y es el tercer país de Iberoamérica (solo superada por Argentina y Uruguay) que más carne de res per cápita consume ( 40 kg al año).
  • Año 1955: Según el anuario de la OMS , Cuba es el segundo país de Iberoamérica que tiene más bajos porcentajes de mortalidad infantil (33,4 por cada mil nacidos vivos).
  • Año 1956: Cuba es reconocida por la ONU como el segundo país de Iberoamérica que tiene más bajos índices de analfabetismo (solo el 23,6%). Según ese informe, en el ámbito iberoamericano Haití estaba por encima del 90%, y con más del 50% de analfabetismo estaban España, El Salvador, Republica Dominicana, Guatemala, Nicaragua, Perú, Brasil, Venezuela y Bolivia, entre otros.
  • Año 1957: El anuario de la ONU ubica a Cuba como el mejor país de Iberoamérica en cuanto a cantidad de médicos per cápita (1 por cada 957 habitantes), el de más alto porcentaje de viviendas urbanas electrificadas (82,9%), y viviendas urbanas con baños propios (79,9%), y el segundo, después de Uruguay, en cuanto al consumo de calorías por día y por habitantes (2870).
  • Año 1957: La Habana se convierte en la segunda ciudad del mundo en tener cine de tercera dimensión; el actual cine Yara, en aquel momento Radiocentro.
  • Año 1958: Cuba se convierte en el segundo país del mundo en emitir señales de televisión a color, y en tener el tercer canal televisivo a color de todo el mundo.
  • Año 1958: Cuba es el país de Iberoamérica con más automóviles; 160 mil, uno por cada 38 habitantes. Es también el que posee mayor cantidad de electrodomésticos, el de más kilómetros de líneas férreas construidas por kilómetro cuadrado, y el segundo considerando el total de receptores de radio.
  • Año 1958: Durante toda la década del 50 Cuba mantuvo entre la segunda y tercera mejores rentas per cápita de Iberoamérica, siempre superior a la de Italia y más de dos veces superior a la de España. Por su Producto Interno Bruto (PIB) Cuba ocupaba en 1958 la posición 29 entre las mejores economías del mundo, a pesar de su poca extensión territorial y de contar con solo seis millones de habitantes.
  • Año 1959: Con sus 358 salas de cine, La Habana era la ciudad del mundo con más salas de cine superando a Nueva York y París, que ocupaban el segundo y tercer lugar respectivamente.
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Van Van o los relojes detenidos.

Por Armando López.

¿A qué época corresponden los Van Van? Tres generaciones de cubanos han bailado con el songo de Juan Formell. ¿Acaso la orquesta insignia de la revolución ha vencido la dinámica de la música bailable cubana? ¿O es la parálisis provocada por la revolución misma la que ha mantenido a los Van Van sonando de generación en generación?

Los Van Van nacieron hace ya 41 años. Si en 1969 nos montáramos en la máquina del tiempo y retrocediéramos las cuatro décadas que tiene la orquesta, llegaríamos a 1919, cuando nuestros tatarabuelos bailaban danzones sin letras, tocados por artefactos a los que había que darle vueltas a una manigueta para que sonaran, rodaban autos tres patás, se desmayaban con el cine mudo, y ni soñaban con la Carretera Central.

Durante esos 41 años que van desde 1919 hasta la fundación de Van Van, en 1969, Cuba lanzó al mundo el danzón, el son, la guaracha, la rumba, la conga, el bolero, el mambo y el chachachá y legendarias orquestas como Antonio María Romeu, Casino de la Playa, Lecuona Cuban Boys, Arcaño y sus Maravillas, Arsenio Rodríguez, Pérez Prado, La Riverside, La Sonora Matancera, Benny Moré y La Aragón, por citar sólo unas pocas.

Durante esas cuatro décadas, se fue creando una infraestructura de apoyo a la industria musical. A fines de los años 50, había en la Isla 160 emisoras de radio, 7 canales de televisión, 58 periódicos, 14 revistas faranduleras, poderosas disqueras (Panart, Gema, Puchito, Kubaney, Velvet, Sonotone), cientos de cabarés con música en vivo, y más de 10 mil vitrolas, rockolas (o como quieran llamarles), indispensables vehículos de retroalimentación.

Cuando en 1959 llegó la revolución, la dinámica de la música bailable cubana era impresionante. Ritmos, formatos orquestales y carteleras cambiaban vertiginosamente.  Cada disquera lanzaba sus estrellas a toda Latinoamérica. Los músicos cubanos ya no iban a grabar a Nueva York, los latinos de la Gran Manzana, venían a grabar a La Habana.

La revolución viraría al país de cabeza. En sus comienzos, asomaron nuevos ritmos: La pachanga, de Eduardo Davidson, El pilón, de Enrique Bonne, El mozambique, de Pello el Afrocán (una conga orquestada), y El pacá de Juanito Márquez (1968), pero terminaron apagándose. Después, la producción de nuevos ritmos bailables se agotó. Las causas hay que hallarlas en la revolución misma: el autobloqueo, la falta de grabaciones y de comercialización, la represión ideológica.

Una puñalada a la música bailable fue la intervención de todas las disqueras y su fusión en una disquera única, la EGREM, Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales. Durante sus primeros años, grabó sólo música elaborada, culta, clásica o como quieran decirle. La ingenua pedagogía creía que la cultura se podía imponer por decreto.

El dogmatismo revolucionario calificó el pasado como decadente; se acabó con la espontaneidad, la individualidad, la bohemia, se pretendió crear el hombre químicamente puro: el hombre nuevo. En 1968, la ofensiva revolucionaria implantó la Ley Seca, que cerró a cal y canto los cabarés. Nuestros padres no tenían donde bailar. El baile se consideró una actividad marginal. El país entero se volcó en un esfuerzo faraónico: la Zafra de los 10 millones. El líder repetía: “¡de que van, van!”.

Los Van Van del joven Juan Formell (tenía 25 años) tomaron su nombre de los millones de azúcar que no fueron. Y como Fidel había llorado en la Plaza su fracaso (Tata Güines se atrevió a tocar El perico está llorando), y hacía falta alegrar a la gente, los Van Van grabaron un disco tras otro. Formell había bebido del changüí de Elio Revé, pero sentía el rock y logró hacer una música más directa, más moderna, con influencias de Los Beatles y de ritmos caribeños como el reggae.

Mientras otros autores entraban con una melodía cantable, la desarrollaban y luego pasaban a los estribillos y al mambo, Formell, con la inmediatez del rock, entraba con fuerza, y apoyado en su bajo, agarraba al bailador. A este son marcado por su bajo rockero, Formell le llamó songo. Sus primeros temas, La Candela, Pastorita, Seis Semanas, Marilú, arrebataron a la juventud. Fueron realmente novedosos.

En los años 80, Formell sacó lo que pudo ser un nuevo ritmo, El buey cansao (1982), pero inexplicablemente apenas compuso más en esa línea autoral. Su tema Muévete “súmate a mi actividad, muévete, muévete” logró cierta resonancia internacional. La década del 80, cierra el ciclo creativo de los Van Van, con Sandunguera (1983), La Habana no aguanta más (1984).

Cierto que podrían considerarse éxitos de los Van Van, temas como Azúcar (1992) Esto te pone la cabeza mala (1998) y El negro está cocinando (2000), que aparece en el disco que le valió a la orquesta el Grammy en ese año. Pero pasarían diez años antes de otra novedad: Soy todo (1995).

El último álbum de Van Van, Arrasando, repite las fórmulas armónicas de sus inicios. Suena viejo. ¿Es qué no hay jóvenes valores que mostrarle al mundo? Claro que los hay. Pero o son contestarios (Los Aldeanos), o andan por París (Orishas) o por Madrid (Habana Abierta). O carecen de la imprescindible comercialización del libre mercado de la música.

No tengo dudas de los valores estéticos de Van Van, ni del talento de Formell, pero vale ponerlos en la perspectiva del tiempo. ¿Hubiera sido igual el éxito de Van Van si la Isla hubiera contado con una fuerte y libre industria de la música que compulsara la creación, producción y comercialización?

Quizá El buey cansao, en su momento, se hubiera convertido en un ritmo que recorriera el mundo. O hubieran surgido otras muchas agrupaciones y ritmos que compitieran con Van Van.

El mercado libre (y la música no escapa a estas reglas) requiere de constantes nuevos productos, independientemente de la calidad de los existentes, por “clásicos” que se consideren. ¿Se disputan los jóvenes cubanos de hoy por entrar a un concierto de La Aragón o prefieren La Charanga Habanera?

La música popular, como la moda al vestir, es generacional. Van Van ha roto esa dinámica. Tres generaciones de cubanos han bailado con Juan Formell. ¿Es un fenómeno creativo, o el resultado del monopolio musical del estado, de la falta de nuevas ofertas musicales, de competencia, de la parálisis del mercado? Hay cientos de jóvenes valores en la música popular cubana que esperan.

Cuba exporta a la anciana Omara Portuondo (herencia de Buena Vista Social Club), mientras las vallas de la Plaza de la Revolución son las mismas de 1959, y el paisaje que se vende a los turistas son autos de los años 50 rodando en una ciudad donde el tiempo se detuvo. En toda gerontocracia se paran las manillas de los relojes. Cada día es igual a ayer. Todo joven resulta sospechoso.

Pero la parálisis no es sólo en la Isla. A las puertas del restaurante Versalles, de Miami, aún se discuten acaloradamente las bondades de Fulgencio Batista, los juegos de béisbol de Habana y Almendares o al Caballero de París. Que los Van Van hayan provocado tal alboroto entre el exilio (en contra y a favor), por un concierto que fue un canto a la nostalgia, demuestra que los relojes se han detenido para muchos cubanos en ambas orillas.
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martes, 9 de febrero de 2010

Reguetón en dos tiempos.

Es difícil haber visto musicales en la TV en los últimos meses donde no haya aparecido el nuevo video clip del popular reguetonero Baby Lores.

En Creo, Lores hace profesión de fe junto al gobierno con texto e imágenes. No me llamaría demasiado la atención el video si no proviniera de un músico cuya imagen siempre ha estado más cerca de la de un reguetonero de Nueva York: ropas de diseño, blin blin, limusina y guardaespaldas, y a manera de coda, en una presentación suya se llegó a cobrar a 100 CUC la entrada, en este país donde un cirujano de primer nivel puede ganar el equivalente de 50 CUC al mes.

En resumen, Baby Lores es, (o era, ya no sé, ya entenderán mi confusión), la negación del hombre nuevo. ¿Es ése mismo Lores, quien ahora austero, con bandera cubana de fondo, nos mira mientras se deja tatuar en el brazo la imagen de Fidel Castro?

Lores no convence, por eso no me extrañó la parodia que circula en las memorias portátiles y los equipos de audio y video. Los Pichy Boys, se divierten y se burlan. Después de reírme con el desparpajo de las imágenes me di cuenta de que Baby Lores tendrá ropa de marca, prendas, hasta esos tatuajes que si es serio de verdad serán indelebles, pero le falta algo muy valioso y oportuno: un reloj, un reloj, sí, porque el tiempo de Creo está en el pasado.
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Pasión por China.

Por  Miguel Iturria Savón.

Los éxitos económicos y sociales de la República Popular China es uno de los temas favoritos de los medios de comunicación de Cuba, controlados por los ideólogos del Partido Comunista, quienes parecen fascinados por los pronósticos de desarrollo del gigante asiático, socio clientelar del castrismo desde hace medio siglo.

Si bien las relaciones económicas son la asignatura pendiente entre ambas partes, los augures cubanos vaticinan que “en el mundo actual todas las rutas llevan a China”, la cual “fue víctima de una recesión momentánea en el 2009, pero retomó su ritmo” y avanza hacia “una sociedad armoniosa y equilibrada”, en base a “las medidas estratégicas acordadas por el Partido comunista”, quien gobierna en solitario desde hace seis décadas.

Los cronistas de Granma, Juventud Rebelde y otros medios insulares reportan con asombro las perspectivas del gigante asiático para el 2010, año en que “China desplace a Japón como segunda economía mundial”, además de “impulsar el tema ecológico”, elevar su influencia en los organismos internacionales y desarrollar los vínculos comerciales con África y América Latina, donde adquiere materias primas e invierte en infraestructuras y obras sociales. 

La campaña mediática desde Cuba pondera la hegemonía China en la economía mundial, exalta su desarrollo científico técnico y predice la interdependencia entre esa nación y los estados Unidos, “quien ya no puede ignorarla pero trata de contenerla” para evitar el contrapeso que le hace.

Nuestros medios apenas recuerdan que China es un país subdesarrollado, con 1, 300 millones de habitantes y un crecimiento anual de hasta 15 millones, lo cual multiplica sus problemas, marcados por la brecha entre la ciudad y el campo, la dependencia tecnológica del exterior y el bajo nivel adquisitivo de la población, cuya mano de obra barata favorece el enriquecimiento de los funcionarios comunistas, quienes niegan las libertades políticas y encarcelan a los activistas de los derechos humanos.

La pasión por el “desarrollo vertiginoso” de China confirma el nexo entre la burocracia insular y los mandarines rojos que transforman aquel país. En ambos existe un capitalismo salvaje con fachada socialista. Las posiciones comunes en el escenario internacional obedecen más a convergencias ideológicas que a los montos de la “cooperación”.

China es un paradigma de cambios para la élite cubana que frena la apertura. Más la fascinación parece un espejismo. El miedo a perder el poder paraliza a los mandarines  del trópico, quienes guardan el tablero antes de mover las fichas. Hasta ahora, elogian al aliado asiático y censuran al “enemigo del norte”. ¿Será el castrismo una maldición china? ¿Seguiremos en los límites de sus murallas?
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domingo, 7 de febrero de 2010

El eléctrico Ramiro Valdés,

Por Frank Rodríguez.

A los que piensan que Ramiro Valdés no tiene experiencia como para asesorar al régimen comunista de Chávez, les informo que están equivocados. Antes de que se dedicara a matar cubanos, primero en el Moncada, luego en la Sierra y luego a indefensos en el paredón, Ramiro era ayudante de liniero en su natal Artemisa. Le sujetaba el cable a los que se encaraman en los postes de la luz.

Y es más, ya de Jefe del G-2 del Ejército Rebelde se ocupó de torturar en la boca con electricidad al Capitán del Ejército Rebelde Alfredo Fernández Gámez, hoy residente de Miami con quien hablé por teléfono ayer. Éste pasó 19 años en el presidio político en Cuba. Hoy, tres décadas más tarde, no puede ingerir ni comer nada muy frío ni caliente.

Después del G-2, donde g-2 a todo el que pudo, fue Ministro del Interior, ministerio encargado de mantener en el interior de celdas a los patriotas luego que pasó la ola de fusilamientos cuando ya tenía pacificada a la oposición. Estaba a cargo de ordenar las cargas eléctricas que se aplicaban, por igual electro-shock a un demente que a uno con mente equivocada, obvio loco por no estar a favor del sistema que le da de todo a los cubanos.

Después pasó de la electricidad a la electrónica cuando cayó en desgracia y le dieron la empresa COPEXTEL, que le sirvió para llegar a ser el Censor Inquisidor del Ministerio de Informática y Tecnología que se encarga de mantener a Yoani Sánchez sin Internet.

Últimamente le ha dado por criar pichones que no precisan de Papá Estado para alimentarse por la libre, pues el Minin, como se le dice al Ministerio del Interior quiere dar el Mínin-o de comida además del Mínin-o de libertad.

No me cabe la menor duda de que Valdés, en su nuevo cargo de asesor eléctrico, logrará no acabar con el racionamiento sino con el razonamiento. Y como entre los logros de la Revolución está terminar con el “potro salvaje de las nuevas tecnologías” estoy seguro de que este vaquero logrará domar la Internet en Venezuela, tal como Chávez acabó con la radio y la televisión por aire o por cable.

Ramiro pondrá a los venezolanos a comerse un cable y por consiguiente no habrá ni comida ni cable. Ramiro no llevará la luz a Venezuela, ciertamente la llevará a las tinieblas, al oscurantismo que caracteriza a los regímenes comunistas. No será el farolero, será el lazarillo que lleve a tientas al pueblo venezolano que en la oscuridad, tanto barrio adentro como en los rascacielos de Caracas hundirá a un pueblo que una vez estaba en la modernidad en la ignorancia censurada del Internet.

Será en balde todo esfuerzo de Valdés. Le echará la culpa al Niño o a la Niña por la falta de agua. Los embalses secos serán culpa del Imperio. Valdés logrará elevar a potencia cúbica el suministro de agua en Venezuela, con la gente cargando cubos de agua por los rascacielos caraqueños por falta de corriente y será corriente que hayan más que apagones alumbrones.
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sábado, 6 de febrero de 2010

La Habana, prohibida para orientales.

Por Laritza Diversent.

¿Puede un francés ser ilegal en París, un inglés en Londres o un español en Madrid? La respuesta parece obvia y estúpida. Sin embargo pregunte si un santiaguero, tunero o guantanamero puede ser un ilegal en Ciudad de la Habana.  Sí, es posible. Es que Cuba es el país de los absurdos y su capital, la madre de la ilegalidad.

Es pretencioso, pero se debe llamar la atención sobre las vidas frustradas, los sueños imposibles y deseos reprimidos de los que han nacido en Cuba. Una isla que apenas de divisa en el mapamundi. Sobre todo en estos tiempos, cuando la humanidad vive azotada por desgracias de diversa índole.

Pero en Cuba hay miles de historias que merecen ser contadas. Voces silenciadas por la imagen de un gobierno que oculta la verdad, para no reconocer que el sistema político, económico y social impuesto a sus ciudadanos por más de cincuenta años, es un completo fracaso. Repasemos una historia.

Once de la noche del 22 de diciembre de 2009. El ciudadano Ibrahim Alayo Meriño comparece ante el teniente José García Brón, oficial actuante en la unidad policial del Capri, en el municipio habanero de Arroyo Naranjo. Luego de identificarse, tiene que firmar el acta de detención.

Alayo es un joven negro de 36 años. Su carnet de identidad dice que es natural de Ciudad de la Habana, pero en la actualidad es vecino de Campamento número 140, entre 20 y 22, Santiago de Cuba. Ibrahim sabe que es inútil explicar por qué está en la capital. La ley lo declara ilegal, y como tal, debe ser detenido y deportado a su lugar de residencia.

Así lo ordena el Decreto-Ley 217 de 22 de abril de 1997, que establece “Regulaciones Migratorias Internas para la Ciudad de La Habana”. Dicha disposición prohíbe a los cubanos, provenientes de otros territorios del país, residir, domiciliarse o convivir con carácter permanente en la capital sin autorización.

El problema de la emigración del campo hacia la ciudad comenzó a agudizarse, en Cuba, en los años 80. “La Habana no aguanta más”,  dice el estribillo de uno de los más sonidos hits de los Van Van, orquesta número 1 de la música popular en la isla. Incluso, a los oriundos de la regiones orientales del país, en la capital les llaman  ”palestinos”.

A las migraciones internas se les buscó la solución más fácil: prohibir y sancionar. El gobierno cubano, al poner en vigor el referido decreto-ley, limitó los derechos humanos y constitucionales de los ciudadanos que no residen en la capital del país. Supuestamente para asegurar el derecho a la higiene de los habaneros.

La historia de Ibrahim es de las más sencillas. Nadie se imagina hasta dónde pueden llegar los tentáculos de una disposición jurídica, ampliamente aplicada por todos y cada unos de los órganos e instituciones del Estado.

La norma también se le aplica a los habaneros, provenientes de otros municipios de la capital, que sin la correspondiente licencia, se domicilien en una vivienda ubicada en los municipio de La Habana Vieja, Centro Habana, Cerro y Diez de Octubre.

Y hasta se llega al extremo de multar por ilegal, a un ciudadano que tenga la dirección reconocida en un municipio capitalino, pero resida en otro, aunque éste no sea de los clasificados como “zonas congeladas”.

La contradicción mayor en la Constitución de la República, que en su artículo 43, reconoce que los cubanos pueden “domiciliarse en cualquier zona o sector”. Derecho, que según el precepto, fue “conquistado por la Revolución”.  De lo que se deduce que  si ella te lo da, también  tiene la facultad de restringírtelo o quitártelo.

Tampoco importa si la violación de un derecho, implica la vulneración de otros. Los centros laborales no contratan, las escuelas no matriculan y las farmacias no expiden los medicamentos regulados por tarjeta, si el ciudadano, sea niño o adulto, no tiene la dirección que le corresponde.

Los órganos policiales, las direcciones municipales de la vivienda y las oficinas del registro de direcciones, se encargan de ejecutar al pie de la letra la norma. Se ha dado el caso de ciudadanos que han sido multados varias veces por “ilegal”.

Sin embargo, la ley no se aplica a todos por igual. El 99,9 por ciento de los miembros de los órganos policiales son de las regiones orientales del país. El gobierno a ellos si les da licencia para residir en la capital, aún sin tener domicilio reconocido.

La Declaración Universal de Derechos Humanos establece que “Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado”. El gobierno cubano dice que defiende los derechos humanos. Pero prohíbe y sanciona a los ciudadanos que osan ejercer sus derechos.

¿Puede un Estado limitar  las facultades  humanas de un grupo de sus gobernados, para garantizar supuestamente el derecho de otros? ¿Acaso todos no disfrutamos de los mismos derechos y somos iguales ante la ley?

La Declaración Universal  es clara en ese sentido. Ningún precepto puede interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en la misma.

Un gobierno que hipócritamente critica a la Unión Europea y a Estados Unidos, por tomar medidas para controlar el flujo migratorio proveniente de otras naciones. Sin embargo castiga con multas y deportación, a un cubano que permanezca en la capital sin su permiso.

La historia de Ibrahim Alayo Meriño es sólo un ejemplo de los miles que a diario sufren los cubanos dentro de su país. Desde 1997 está en vigor un decreto que violenta los derechos de casi 12 millones de personas. Ningún tribunal o autoridad se atreve a declararlo inconstitucional.

Hacía cuatro años que Ibrahim se había se mudado a Santiago de Cuba, donde reside su nueva familia.  Viajó a La Habana para pasar los días de Navidad y fin de año con sus padres, que viven en la capital. Pero a las autoridades eso no les interesó y consideraron que había desbodecido la ley. Por ello durmió en un calabozo y a la mañana siguiente fue deportado.

Son algunas de las voces silenciadas y las historia de las cuales no se habla. Pero que están ahí. Ciudadanos indefensos antes los excesos de poder  de un gobierno que no sólo ha convertido la capital de todos los cubanos, en una ciudad prohibida para muchos, si no también en  cuna de la ilegalidad.

El gobierno tiene un modo muy particular de aplicar las leyes. Cerrando a cal y canto La Habana es una de esas maneras. Aunque para la justicia cubana no todos son iguales. Los hermanos Castros también son orientales. Por supuesto, a nadie se le ocurriría pensar que son ilegales.
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viernes, 5 de febrero de 2010

Montaner, convencido de que la dictadura está en su fase final.

El escritor y periodista Carlos Alberto Montaner dijo el jueves en Panamá que tiene la certeza de que "la dictadura de los hermanos Fidel y Raúl Castro" está en su fase final, pero que tomará tiempo reconstruir una nueva sociedad", repeortó EFE.

"Tengo la certeza de que estamos al final de una aventura que salió muy mal, que les costó mucho a los cubanos, y que nos tomará tiempo resarcirnos y reconstruir una nueva sociedad", aseveró Montaner durante el seminario 'Transición o sucesión en Cuba.

Indicó que los hermanos Castro están convencidos de ser protagonistas "de un fracaso material tremendo, que la improductividad del país es horrenda y están intentando modificar el sistema, pero lo están haciendo dentro de las reglas del Marxismo-Leninismo".

"Eso no lo van a poder conseguir nunca", dijo Montaner, que también preside la Unión Liberal Cubana, durante el seminario celebrado en la capital panameña.

Precisó que en Cuba se está frente a una clase política desmoralizada que controla el poder porque aún está funcionando la dictadura militar, pero que no tiene ningún tipo de identidad con el segundo y tercer anillo generacional.

Por su parte, el diplomático estadounidense James Cason, antiguo responsable de la Oficina de Intereses de su país en La Habana entre 2002 y 2005, dijo que mientras los hermanos Castro estén vivos, duda de que cambie el sistema que ha obligado a millones de ciudadanos a huir de la Isla.

"El sistema ya no inspira ni el esfuerzo ni la pasión del pueblo (pero) el anciano liderazgo militar que gobierna Cuba no quiere cambiarlo, a pesar de haber causado tanta ruina y desesperación a una isla que una vez estuvo entre los países más desarrollados del hemisferio", destacó.

Señaló que Cuba está en bancarrota, lo que ha forzado a su banco central a congelar los fondos de las compañías extranjeras que operan en la Isla, por lo que los cubanos, incluyendo los más allegados a los hermanos Castro, están conscientes de que el cambio es irremediable.

En Cuba, la economía "no funciona, el pueblo está empobrecido, no hay clase media, (es por ello que) muchos cubanos desean ver, por lo menos, una apertura económica como la que hay en China, donde los ciudadanos pueden abrir negocios y hacer inversiones", matizó.

El seminario estuvo organizado por el Instituto de Estudios Cubanos-Americanos, la Universidad de Miami y el Proyecto de Transición en Cuba.
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