jueves, 11 de noviembre de 2010

Cuba explorar la 'vía vietnamita'.

Por www.larazon.es

En 1986, el Partido Comunista de Vietnam abrió de par en par sus puertas al capitalismo y a la inversión extranjera. El paquete de reformas, denominado "Doi Moi" (Renovación), fomentó la privatización agraria y mercantil a marchas forzadas y sus tasas de crecimiento se dispararon hasta convertirse a día de hoy en la economía de más rápido crecimiento del mundo. Todo bajo un férreo control político del régimen socialista, que aplasta cualquier disidencia interna.

Un sistema que funciona con el beneplácito de Occidente pese a la ausencia total de libertad política y sindical, y que han calcado los hermanos Castro para la "nueva Cuba" ante la parálisis absoluta en la que se encuentra la isla.

Las 32 páginas de la "hoja de ruta" hacia la Cuba del futuro, llamada "Proyecto de lineamientos de la Política Económica y Social",  se someterá en abril de 2011 a la aprobación del VI Congreso del Partido Comunista Cubano –el primero que se celebra desde 1997– y condensan el paquete de reformas que pretende impulsar Raúl Castro para romper el anquilosamiento de la economía cubana.

Para empezar, la dictadura dará mayor autonomía a las empresas públicas, que serán liquidadas si suponen una sangría para las exiguas arcas del Estado, y dejará crecer al hoy raquítico sector privado, con la esperanza de que absorba al millón de empleados públicos que serán despedidos en los próximos años para recortar el desorbitado déficit público.

Para favorecer el desarrollo "controlado" del sector privado  en el que no se permitirá la concentración de la propiedad en personas jurídicas y naturales–, los futuros empresarios privados tendrán por primera vez acceso a   créditos bancarios y podrán adquirir productos en mercados mayoristas. A cambio, tendrán que pagar impuestos para   financiar el gasto público.

La reforma agrícola, uno de los grandes retos que afronta la tiranía por el creciente abandono de los cultivos ante la carencia total de incentivos, se afrontará con un plan de descentralización que abre la puerta a  "nuevas formas de gestión no estatal" como las empresas mixtas, las cooperativas, los usufructuarios de tierras, el trabajo privado "y otras formas que contribuyan a elevar la eficiencia del trabajo social".

En cuanto a la inversión extranjera, Cuba se propone potenciarla  y crear una cartera de inversiones "de posible negociación con participación extranjera". En función de esta apertura al capital extranjero, Cuba se propone ampliar su oferta turística (una de las principales fuentes de ingresos del país) con la creación de marinas, nuevos campos de golf y desarrollos inmobiliarios de lujo.

Además, el documento que guiará el próximo quinquenio la economía cubana expone por primera vez la posibilidad de liberalizar el mercado inmobiliario evitando la concentración.

El objetivo final es buscar la autosuficiencia y, sobre todo, limpiar la credibilidad como pagador del régimen, sumido en una profunda crisis de liquidez.

Mientras, la disidencia denunció ayer que la represión política aumentó significativamente el pasado mes de octubre sumando un total de 310 detenciones arbitrarias, la cifra más alta de este año, según informó la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional.

El informe revela que los opositores fueron víctimas de constantes detenciones de corta duración y hechos "represivos" que tuvieron lugar a diario en distintas ciudades de la isla.
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